18 de diciembre de 2015

Capítulo cuarenta y dos - Fresa con Chocolate.


Narra Cristal

Mi despertador suena. De inmediato recuerdo que es sábado, que debe ser un error, que tal vez olvidé apagar la alarma. Pero no. Es la cruda realidad. Son las seis de la mañana y debo abrir los ojos, levantarme, ducharme y viajar a nada más y nada menos que un bosque. Haremos una caminata hasta llegar hasta un lago. No conozco a nadie excepto a mi hermano, a Seth y a Fabiola. No sé qué haría si ella no fuera. ¿Qué tendría de agradable ir sola? Bueno, no sola, pero no es lo mismo si tu novio y tu hermano conocen a todo el mundo y yo, que no soy muy buena dando impresiones a la gente, estuviera en medio.

Seth dijo que iba a pasar a recogernos a las siete a mí y a Drew para irnos a la universidad, que es el punto en donde todos los de Arte se juntarán. Obviamente, pasaremos a recoger a Fabiola en el transcurso para así irnos todos juntos y llegar puntuales.

- Cristal, sal del puto baño o juro que tiraré la puerta -amenaza Drew desde el otro lado, mientras me pongo un poco de labial veinticuatro horas. Ahora que tengo novio y tengo a quien besar, es importante que el labial no se me salga.

Me he vestido con un short corto color gris y una camiseta blanca de tirantes. Encima traigo una sudadera delgada y veraniega también gris, que deja sutilmente mis hombros al descubierto. En mis pies me he puesto unos botines para acampar que cubren todo mi tobillo, estos de color café. Y por supuesto, no puede faltar mi coleta alta. Lo que menos me conviene es ir con mi cabello suelto, para que se llene de hojas y ramas, sin mencionar que estaría completamente enredado.

- Ya voy a salir -aviso concentrada en lo que hago.
- ¡Ahora! -ordena autoritario. Ruedo los ojos.
- ¡Ay, que pesado! -le grito- ¿Cómo Fabiola te aguanta? Eres un gruñón.
- Lo mismo te digo, no sé cómo Seth está decidió estar contigo, yo que él te dejaría.
- Es que eso no sería posible. Yo jamás estaría con tu persona ni en un millón de años. Preferiría morir -acabo de pintar mis labios y guardo todo lo que usé en mi neceser.
- ¿Podrías abrir ya? -vuelve a insistir- No aguanto más, me voy a mear aquí.

Decido ser buena y hacerle caso. Abro, y paso por su lado no sin antes recibir un ligero empujón de su parte, como siempre ha hecho desde que somos niños. Bajo las escaleras, miro la hora en mi celular y faltan diez minutos para que Seth llegue. Un ratito después, cuando Drew está bajando del segundo piso ya listo, se escuchan golpes en la puerta. Él abre de inmediato.

Apenas se me permite verlo, me doy cuenta de que es increíble lo parecido que se visten estos dos. Traen el mismo chándal ajustado, Seth de color gris y Drew de uno color negro. La misma sudadera de cuello cerrado con capucha incluida; Seth con una gris y Drew con una negra como era de esperarse. Y para acabar ambos traen botas para caminata, pero la diferencia aquí es que las de ambos son cafés, igual que las mías.

- Tarde, como siempre -le dice Drew- Deberías aprender de responsabilidad.
- Ya cállate -se echa a reír Seth. Se abrazan y se dan esos golpes en la espalda. Luego camina hacia mí, me abraza y comienza a besarme. Se despega de mí en unos segundos- Buenos días.
- Vamos del mismo color -sonrío de oreja a oreja. Él sonríe conmigo.
- ¿¡Podemos irnos de una vez!? -pregunta mi hermano, exaltado- No soporto estar aquí. Ustedes dos me dan migraña. No los tolero. Pueden pudrirse en su mierda.
- Amigo, te invito a que veas detenidamente como estoy con Cristal y disfruto a su lado ahora mismo -junta su nariz con la mía mientras acaricia mi mejilla. Cierro los ojos, sintiendo su suave tacto, mientras aguanto unas risas- Es una lástima que estés solo y seas la tercera rueda aquí.
- Cállate. No le veo la gracia -ataca Drew, enojado- Joder, ¡Ya vamos o llegaremos tarde!

Voy a tomar mi mochila del sofá y en menos de cinco minutos salimos de la casa. Nos despedimos de papá, mamá y Alejandro anoche así que no tenemos que hacerlo de nuevo. Quedamos en que no los íbamos a despertar tan temprano por la mañana.

Me siento en la parte trasera del vehículo y de pronto, sin darme cuenta, ya estamos en la casa de Fabiola. La he llamado por celular unos dos minutos antes de que estuviéramos afuera, así que salió de inmediato. También trae short igual que yo a excepción de que trae unas calzas abajo y sus botines cafés de caminata, junto con una sudadera color morado. Antes de subir besa a Drew por la ventana y termina subiéndose a mi lado.

- ¡Estás hermosa! -grito con una fuerza incontenible.
- Maldita sea, Cristal. ¿Tienes que andar chirreando por todos lados? -me regaña Drew, evidentemente todavía enojado- Todos sabemos que mi preciosa novia luce como toda una modelo. Ella se viste decente y no muestra de más, no como tú, que te exhibes por todos lados. Eres una vulgar. Una prostituta.
- Esa boca, tío -Seth lo mira mal- Mi novia no es nada de eso.
- ¡Tienes suerte de que estemos en el auto porque de lo contrario te cruzaría la cara con una piedra, miserable cabrón! -escupo- Además, no me hagas reír, ya que todos sabemos que tú solías tener una vida rodeada de facilonas.
- Te cagó -le dice Seth, haciendo que Fabiola comience a reír. Todos sabemos que es verdad.
- ¿Con que sí? -Drew parece ofendido- Eso, queridos amigos, es pasado -se vuelve a mirar a Seth- ¿Y tú qué? Tampoco fuiste un santo.
- Lo sé. Y no lo discuto. Pero llamaste puta a mi novia y no me gusta. ¿Me ves a mí llamando así a Fabiola?
- Oh -Drew se da cuenta- Tienes razón. Lo siento, hermano. Es que Cristal me hace perder los estribos. A veces no sé cómo Fabiola la aguanta, escuchando su voz de aquí para allá todo el día -le dice sin darle importancia, como si no estuviésemos presentes. Yo frunzo el ceño- Cada día y cada noche tengo pesadillas preguntándome por qué no se busca una nueva mejor amiga.
- ¿Te das cuenta de que oigo todo lo que dices? -le pregunto, sin poder creer lo que ha dicho.
- Tranquila, Cristal -me dice Fabiola, abrazándome- No pienso cambiarte por nada del mundo. Me encanta nuestra amistad, con tus gritos y dramatismos incluidos.
- Dios mío -no puedo evitar emocionarme ante sus hermosas palabras y me siento avergonzada cuando siento que mis ojos se van humedeciendo un poco. Me alejo con lentitud de ella e intento que no se salga ni una lágrima. Fabiola se da cuenta y comienza a reír.
- ¿De verdad estás llorando? -parece sorprendida. Sé que le enternece y que sabe que es por lo mucho que la aprecio. Siento la mirada de Drew sobre mí junto con la de Seth por el espejo retrovisor.
- Aún no lo hago -intento reír- No sé, yo no suelo ser así, tan llorona -me echo aire con una mano a los ojos, para que se sequen o algo- Es que me alegra demasiado haberte conocido.
- Y a mí también -vuelve a abrazarme, tratando de no emocionarse como yo.
- Este es uno de los momentos más íntimos en que las he visto -dice Seth, sonriendo.
- Oye sí, querida hermanita -me habla Drew- Tú no eres así, tan tontamente dulce. ¿Qué te pasa? Desde hace semanas te siento distinta. Tengo que admitir que ya no eres tan insoportable, y que incluso ahora eres cariñosa con nosotros tres y con todos en casa. Tampoco eres tan criticona y superficial. Estás cambiada.
- Es cierto -admiten Seth y Fabiola al unisono, como si se hubiesen puesto de acuerdo.
- Aunque la verdad conmigo siempre ha sido así -comenta Fabiola, orgullosa y creyéndose. No puedo evitar reír ante sus palabras- Era pesada con ustedes, pero yo siempre tuve la mejor parte.
- Ya, no es para tanto -miro por la ventana- ¿Podemos cambiar de tema? O me pondré violenta.
- Está bien -acepta Drew- Trajimos la comida, ¿Verdad? -todos asentimos- Que bien, porque tengo un hambre de cien hombres.
- No vas a comer todavía -le reprende Seth.
- ¿Qué? -parece que mi hermano se va a desmayar- ¿Por qué?
- Porque debemos sobrevivir con lo que hemos traído hasta mañana -le dice Fabiola- ¿Acaso crees que nos van a regalar todo allá, en el bosque? No hay lugares para comprar comida.

El resto del camino hacia la universidad no hacemos gran cosa. Yo me limito a mirar por la ventana. Fabiola va escuchando música con los audífonos puestos con tanto volumen que alcanzo a escuchar todo y Seth con Drew charlan entre sí. No sé de qué, porque no me dedico a poner atención a ninguna de sus palabras.

Cuando llegamos a las calles en que el mar comienza a presentarse, aprieto el botón para bajar el vidrio de la ventana y jalo a Fabiola del brazo. De inmediato tira su aparato a donde caiga y se acerca a mí para poder ver hacia afuera conmigo. Sacamos nuestras cabezas, recibiendo la fresca brisa mañanera.

- Dios, ¡Ésto es vida! -exclamo alegre. No puedo explicar lo mucho que me encanta el mar.
- ¿Hace cuánto que no veníamos? -pregunta Fabiola- ¡Y vivimos tan cerca!
- Debemos volver estos días -propongo- Había olvidado lo que se sentía.
- Lo haremos sin duda. ¡Mira! -indica hacia arriba.

Las gaviotas vuelan en el cielo despejado. El sol hace brillar el agua, y las olas chocan contra las rocas mientras los pelícanos disfrutan del agua salpicada. Pasamos por frente los hoteles que suelen estar repletos de turistas durante el verano, y los lugares en que los programas de televisión vienen a instalarse en ese tiempo. Las playas no están llenas, no hay casi nadie, lo que las hace perfectas para poder ir y estar en una paz infinita, recorriendo todo de un lugar a otro sin la más mínima preocupación, sólo disfrutando, viviendo el momento.

La universidad queda en una especie de cerro lo suficientemente grande como para permitir ver todo el mar que se es posible. Entramos al recinto y Seth estaciona el auto. Todos nos bajamos sin prisas. De inmediato miro los alrededores y noto un grupo de personas reunidas un poco más allá. Después, dirijo mi mirada hacia la universidad. Yo ya la había conocido antes, tanto por dentro como por fuera. Un primo mío había estudiado aquí y lo vine a ver cuando dio su examen de grado. Es preciosa, espaciosa, en pocas palabras es muy bella.

- ¡Dios, no puedo esperar! -Fabiola comienza a saltar de la felicidad- ¡Ya quiero estar en contacto con la naturaleza!
- ¡También yo! -la tomo de las manos y saltamos juntas- ¡Será una experiencia increíble!
- ¡Sí, sí! -nos motiva Drew. Luego llama a Seth- Tío, si Fabiola sigue así de feliz me va a dar algún regalito de esos que me gustan. ¡Sí, vamos mi amor, alégrate más!

Seth comienza a partirse de risa. Las dos dejamos de saltar, yo porque nuestro pequeño momento de felicidad fue interrumpido por un comentario sexual de mi hermano y Fabiola porque está sorprendida de que en realidad haya dicho eso. Me uno a las risas de Seth y voy hacia él, mientras Fabiola abraza a mi hermano y le dice que es un idiota. Intento sacar mi mochila del maletero, pero Seth se me adelanta y me la quita de las manos, poniéndosela en su hombro.

- Mi novia no va a cargar nada -avisa con una sonrisa- Para eso estoy yo.
- Oh, pero tú sabes que no te veo como un burrito de carga -acaricio su mejilla- No hay problema en que yo la lleve.
- ¿Y correr el riesgo de que tu cuerpo se canse demasiado, o te duela algo? No, gracias -se acerca a mí, y de inmediato tomo su cara entre mis manos y lo beso.
- Está bien, pero déjame sacar algo que tengo guardado -se la quita y la extiende hacia mí. Abro el cierre y saco una bolsa con algo dentro. La vuelvo a cerrar y se la pone nuevamente.
- ¡Tío, llegó el autobús, ya todos se van hacia él! -dice Drew, acercándose al maletero, tomando su mochila y la de Fabiola, junto con unas bolsas de comida- Hay que irnos.

Se aleja, llevándose a Fabiola con él. Seth cierra el maletero con fuerza, saca esa especie de llave que tiene un botón y hace sonar una alarma del auto.

- Espera, ¿Lo dejarás aquí? -pregunto sorprendida.
- Sí, la universidad estará cerrada el fin de semana. Hay cuidadores, nadie va a robarlo -asegura. Entonces me toma la mano, mientras sostiene bolsas con la otra al igual que Drew.

Juntos vamos hacia el bus, en donde se encuentra un hombre dando instrucciones sobre el viaje. Nos ordena que las chicas entremos primero. Fabiola se acerca a mí, y nos vamos hacia donde todas se han reunido para subir. Somos doce, aproximadamente. Pensé que seríamos más. Sin embargo, nos escabullimos entre todas para no entrar de últimas y obtener un buen lugar.

- ¿Sus nombres? -nos pregunta aquel hombre, revisando una lista.
- Yo soy Cristal y ella es Fabiola -respondo por ambas.
- Ah, sí. Una es invitada de Seth y una es invitada de Drew, ¿O me equivoco?
- Es tal y como lo  ha dicho.
- Perfecto. Pueden subir -dice, mientras saca unas pulseras color rosa y nos las entrega- Deben ponérselas en la muñeca. Es sólo para recordar que ustedes son acompañantes y que tienen permiso de estar aquí. Disfruten el viaje tanto como yo.

Asentimos con la cabeza y comenzamos a subir. Cuando lo hacemos me doy cuenta de que no es como los otros buses que he visto, en los que todos son para dos personas y están fijos hacia el frente. Aquí también son para dos personas, pero unos van volteados para atrás y otros para adelante, como para permitirte charlar y compartir pero de a cuatro. Yo con Fabiola nos vamos hacia unos que están en el medio de todo el bus, ya que los de atrás están ocupados por las otras chicas que lograron subir primero. Cuando ya todas han subido, comienzan a venir los hombres.

Pasan varios. No me había dado cuenta de que ellos son la mayoría. Aunque en realidad sólo son como quince, pero aún así. Casi ni se nota, después de todo sólo son como tres más que nosotras. Seth y Drew suben de los últimos, buscándonos con la mirada. Cuando nos encuentran sonríen como por arte de magia y se acercan.

Drew toma asiento al lado de Fabiola y Seth al lado mío. De inmediato recuerdo que tengo una cosa para él. Abro la bolsa y saco algo cubierto en papel aluminio. Sonrío mientras Seth me observa curioso y se lo entrego. Él la recibe sin problemas, quizás pensando que quiero que me lo sostenga.

- Es para ti -le hago saber- Espero que lo disfrutes.
- ¿Qué es? -sonríe contento, sorprendido por mi inesperado gesto.
- ¡Ábrelo! -le incito ansiosa. Obedece de inmediato y apenas lo va abriendo, comienza a salir olor a comida que yo no comería. Su sonrisa se hace incluso más grande cuando se da cuenta de que son dos sándwiches con vistec llenos de grasa y queso lo suficientemente derretido. Me doy cuenta de que chorrea un poco- Lamento si tiene tanto aceite, pero es que cuando vi a Drew una mañana en que sacó dos de esos para calentarlos en el microondas y me viste desayunar, me di cuenta de que ni siquiera se molestó en quitar el exceso y supuse que a ti también te gustaba de esa form...
- Eres la mejor novia que podría tener -me interrumpe, cogiendo mi cara con una de sus manos y besándome. De inmediato le correspondo. Cuando se aleja de mí, lo encuentro observándome fijamente a los ojos- No sabes lo mucho que valoro que te hayas tomado el tiempo de prepararme algo que consideras asqueroso y que ni siquiera te gusta, sólo para hacerme feliz y darme algo de comer. Y encima le agregaste un montón de aceite, eso es tan... romántico.

No puedo evitar reír ante lo último que dijo, y él lo hace también. Ambos desviamos la mirada hacia Fabiola y Drew, que luce sorprendido por lo que he hecho, mientras Fabiola aguanta las risas.

- Hermanita, tú sabes que te quiero.
- No, no he preparado nada para ti -lo fulmino con la mirada- Es sólo para Seth.
- Menuda desgraciada, ya vas a ver lo que... Agh, Fabiola, ¿Ves como es Cristal? ¡Y luego se quejan porque me enojo con ella! Demonios, estoy muriendo de hambre. Y Fabiola no me ha traído nada porque se los comió en su casa. Mi corazón se ha destruido -finge llorar.
- ¡Ay, Drew, sí te traje! -admite Fabiola, sacando una bolsita de su rincón. A Drew pareciera que le brillan los ojos- Cristal y yo sabemos lo mucho que les gusta y decidimos traerles. Solamente estaba jugando contigo, tontito -le extiende los panes envueltos en el papel- ¿En serio creíste que iba a dejarte mirando?
- No puedo creerlo. Con eso no se juega -le dice Drew, mientras ella se lo va entregando- Muchas gracias, mi amor -le besa la frente con delicadeza- No hagas caso a Seth, no sabe lo que dice. Aquí la mejor novia eres tú. Y tu comida sabe mejor. Estoy tan enamorado de ti -la besa en los labios.

Minutos después, ya estamos, definitivamente, camino hacia el bosque para llevar a cabo la tan esperada caminata. Seth y Drew están casi acabando su desayuno grasoso. Fabiola y yo hemos sacado leches en cajita y barritas de cereales de la bolsa que trajeron los chicos desde abajo, que por cierto, están deliciosas.

No tardo en sentir que alguien me observa. Los chicos están demasiado concentrado comiendo, así que miro a Fabiola y ella luce incómoda. Frunzo el ceño, sin comprender lo que le pasa. Me hace un gesto con cabeza, diciéndome que mire hacia un lado. En cuanto lo hago, sé perfectamente quién me ha estado observando. Y además, Fabiola está siendo observada, pero por otra chica. Las he visto antes. Sé quienes son.

- Oye, Seth -le hablo. Él quita su atención del pedazo de pan que le queda, para mirarme.
- Dime, preciosa -me dice. Sonrío de inmediato.
- ¿Recuerdas esa chica, la que estaba en la supuesta galería de Arte y en la fiesta? -luce confundido por mi pregunta- Esa a la que besabas, la que te lamía el cuello y se colgaba de ti...
- ¿Te refieres a Anita? -alza una ceja, dándole otra mordida a su pan.
- Sí. Bueno, ¿Todavía está loca por ti?
- ¿Estás bromeando? -se mete Drew en la conversación- A esa estúpida se le moja la braga por Seth. Un día él y yo estábamos hablando, se nos acercó y le ofreció volver a como estaban antes y más, en frente de mí. Pero Seth la rechazó y le dijo que era una regalada. Creo que fue unos días antes de que ustedes se hicieran novios. Ah, y cada día lo saluda, no sé para qué, porque Seth ni le responde.
- ¿Y qué hay de la chica que estaba contigo? -le pregunta Fabiola a Drew.
- ¿La tonta de Cinthia? -asiente con la cabeza- Sigue muerta por mí. Pero no le hago caso. Ella no puede entender que nunca sentí nada por ella, ni que te amo a ti.
- Bien -hablo yo- Porque ella está mirando demasiado a Fabiola. La está incomodando. Deberías decirle que deje de mirarla.
- ¿En serio? -le pregunta Drew a mí mejor amiga.
- Sí -admite- Es molesto. No soporto tener sus ojos encima.
- Eso no lo puedo permitir -asegura Drew. Se gira en dirección a Cinthia, que está sentada con Anita en un costado nuestro, donde hay otros cuatro asientos- Oye, tú. ¿Tienes algo en los ojos? ¿Algo te impide girarlos, quizá? -la chica lo mira perpleja. Estoy a punto de reír, y para qué hablar de Fabiola- Porque me estoy dando cuenta de que miras demasiado a mi novia. Sé que te causa envidia que ella esté conmigo, pero podrías disimular y tener un poco más de respeto. Me tienes harto.

Dicho eso, se gira en nuestra dirección y nos sonríe. Abraza a Fabiola con cuidado, muy delicadamente, y le susurra algo la oído. Ella sonríe y se besan. No puedo estar más orgullosa de Drew. Amo que no la haga sentir en menos y que demuestre lo importante que es para él. Lo que menos me gustaría es que mi mejor amiga se sintiera insegura a su lado, o que mi hermano le causara dolor.

- Parece que alguien tampoco te quita la mirada de encima a ti -me dice Seth, con voz neutra. Su mirada está fría. No tardo en darme cuenta de que algo malo hay en él. Que algo le pasa.
- Tranquilo, Seth -le digo, mientras me acurruco a su lado. Pasa uno de sus brazos por la cintura y me acerca a él. Puedo sentir su cuerpo demasiado tenso. De pronto me preocupo un poco por él- No me interesa que tenga atención en nosotros. Tenemos que disfrutar el viaje. No hemos venido para estar pendiente de este tipo de situaciones, ¿O sí? -acaricio su mejilla y me alzo un poco para besarlo allí. Él sonríe delicadamente.
- Tienes razón -toma una de mis manos y la entrelaza con la suya- No prestemos atención.

Noto que su cuerpo se relaja un poco y eso me hace sentir más tranquila. Nos ponemos a conversar los cuatro juntos y pasamos un buen momento, sin prestar atención a nada. Reímos sin parar por temas sin sentido y no puedo explicar lo bien que me siento al haber decidido venir. Y espero que todo en el bosque se vuelva muchísimo mejor. No hay nada mejor que compartir con tres de las personas que más quiero, y si será en la naturaleza pura va a ser muchísimo mejor.


♥♥♥

¡Buenas! ¿Cómo están? Yo muuuy bien, he salido de vacaciones el martes, si no me equivoco, así que haré lo posible para terminar de escribir y publicar la novela antes del 30 de Diciembre. ¿Ustedes ya salieron? Espero que sí, porque Dios, los últimos días se hacen interminables, al menos para mí. Es como si el tiempo se pusiera lento, muy lento. Lamento si hay algún error, o si hay algo mal redactado, o si repetí mucho alguna palabra, no sé. Lo revisaré en otra ocasión.
Ojalá les haya gustado el capítulo. Quiero agradecer por cada uno de los comentarios que me dejan en mis entradas y en el chat. Ustedes son las mejores. Subiré muuuy pronto, creo que pasado mañana, eso si comentan lo suficiente. Recuerden, +8 comentarios para que suba. Ahora sí va en serio. Estoy de vacaciones y no hay nada que lo impida. ¡Adiós! Pd: ¿Cuál fue su parte favorita del capítulo? ¡Se viene lo bueno!



9 comentarios:

  1. Me encanto todo el capitulo, sguela plss ������

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  2. Hermoso el capitulo...Seguila!! Bss c:

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  3. Siguela porfa, en estos momentos me sube el animo:'(

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  4. Hola, siguela porfa y luego ya no aguanto las ganas de leer los nuevos capítulos ojala allá acción jsjsj de la buena

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  5. Holi espero que la sigas muy luego, y que te encuentres bien y siguela jaja

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  6. Buenassss yo bien....yo sali de vacaciones hace uffff y pues no te preocupes por los errosres...me encanto enceriiooo amo tus novelas la reamodoro creo que es genial que sigas escribiendo siempre te vamos a apoyar en todo...pd:la parte que me gusto fue cuando fabiola le dijo cosas lindas y ella casi llora...y lo otro fue cuando drew defendió a su novia de las pelagatas jajaja en fin siguela siii se te kiere cuidate

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  7. Ay no!! Ya quiero que subas muero por leer lo que pasa, ojala pase algo un poco bueno jsks siguela luego ahora que estas de vacaciones no cuesta nada hacernos un poco feliz, PD:sube luego :(

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  8. Cuando cristal le hace sus tortas a justin y cuando drew defiende a Fabiola fue hermoso siguela!!!!! Besos :*

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