13 de febrero de 2015

Capítulo doce - Fresa con Chocolate.




Han pasado dos semanas desde esa noche. Dos semanas con cuatro días, para ser exacta. Días en que he estado bastante ocupada, y en que no he tenido que lidiar ningún problema. Drew ha estado yéndose más temprano a la universidad, y para mi suerte, no he visto a Seth tampoco. Lo que es excelente. ¡No tengo palabras! 


Bueno, puede que quizás hayan estado aquí juntos en la casa en alguna ocasión en que yo no estaba o en que me mantenía ocupada, pero no he tenido que presenciarlo ni darme cuenta. He tenido muchos deberes por hacer, cosas que estudiar, que memorizar, y aprender. Mis días han estado tan pesados, que no he tenido tiempo ni para pensar.


El verano está acabando. Mejor dicho, ya acabó.
  A lo que me refiero es que se va notando el cambio de estación, puesto que las mañanas comienzan a volverse un poco mas frías, y las hojas no están tan verdes como antes. 

Pero hoy es la excepción, sin duda alguna. Es martes. He llegado del instituto y siento que voy a morir asada. Amo el pollo asado, pero vamos, ¡Yo no soy un pollo! Y no voy a comerme a mí misma, y menos alguien va a comerme. 


Yo no soy admiradora de las piscinas, pero debo decir que cuando miro por la ventana hacia el patio trasero y me doy cuenta de que está llena de agua, me dan unas inmensas ganas de ir a por ella. Drew la ha terminado de armar hace unos días y ayer en la mañana puso la manguera. Por la noche ya estaba al límite. Y para variar, hoy hace un clima perfecto. 


Estoy sola en casa. Mamá está de compras con Alejandro, papá está en el trabajo, y no sé donde está Drew, pero estoy feliz de que no esté. Así que tomo mi celular que he dejado en un mueble de mi habitación, y marco a Fabiola.


- ¡Hola! –contesta animada.
- ¿Dónde estás?
- En el centro. Compraba un nuevo par de zapatos para el instituto –se echa a reír, y yo lo hago junto con ella. 

Hoy se le ha enganchado el zapato en un clavo fuera del baño justo cuando tocaron el timbre de ingreso a la nueva clase, y sin querer la empujé. El zapato se separó del clavo tan bruscamente que le hizo un enorme desgarrado en la suela. Para variar, pisó un charco de agua que estaba un poco más allá, por lo que quedó mojada. 


- ¿Encontraste de tu talla? –pregunté.

- Sí, ya los he comprado. Me preparaba para ir a la parada del autobús e irme a mi casa.

- ¿No quieres venir?

- ¿A dónde?

- Aquí en donde estoy, ¿Dónde más? Mi casa, claro. A bañarte en la piscina conmigo. 

- ¿La que ha armado tu hermano? –pregunta dudosa- Cristal, tú sabes, no me gusta que nadie me vea en poca ropa. No lo soporto.

- Nadie te verá, lo prometo. Además no hay nadie, estoy solísima. 

- ¿Estás segura? –cuestiona.

- Sí. Admite que hace calor. Sería pasar un buen rato –digo, y espero unos segundos para ver si acepta. No importa si no quiere, yo la entiendo completamente. 

- Está bien –se decide, y no puedo evitar sonreír de la felicidad- Llegaré en veinte.


Escucho los pitidos, dando la señal de que ha cortado. Debo admitir que me ha sorprendido que haya accedido, ¿Pero qué más da? Ya lo hizo, y tendré una linda tarde. ¡Estoy libre! El instituto comienza a relajarse, cosa que no me molesta para nada. No quiero arrugas en mi piel a causa del estrés o sobre esfuerzo. Lo que espero es que se quede así por unos días. A veces, se necesita un descanso. ¡Sobretodo yo! ¡Agh, no creí que éste año sería tan pesado!


Minutos después, Fabiola entra por la puerta y subimos a mi habitación. Le presto un bikini morado, un short y una camiseta de tirantes. Yo me quedo con el bikini color lila y otro short con otra camiseta de tirantes. Ninguna de las dos usa solamente el bikini. Y a nadie tiene que interesarle el por qué. Fin.


- ¿Lista? –le pregunto, entregándole una toalla. Ella la coge, y asiente con la cabeza, sonriente- Llevaré bloqueador por si acaso. Eres tan pálida que no me perdonaría si quedas toda roja por mi culpa. A mí nunca me pasa nada de eso, así qué. 


Soltamos carcajadas, nos vamos de la habitación y corremos escaleras abajo. Cuando está conmigo, no se preocupa en taparse, porque sabe que yo sé todo de ella y que no la juzgaré por nada. Costó para que eso sucediera, pero estoy muy contenta de que con el tiempo yo me haya vuelto alguien tan especial como para que se haya atrevido.


La piscina es grande y redonda, se ve monstruosa y como ambas somos pequeñas con suerte nos quedará la cabeza afuera. No sé cómo hizo Drew para que mamá y papá le permitieran armarla. Para meterse a ella, hay una escalera blanca con azul. 


- ¡Llegaron las mujeres! –grita una cabeza asomándose por la orilla de la piscina. Ambas gritamos del susto, dando un brinco hacia atrás. Nos tapamos con las toallas como unas completas desesperadas, llenas de pánico. Levanto mi vista.

- ¿Drew? –pregunto enojada- ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste?

- Hace unos diez minutos. ¿Por qué traen toda esa ropa puesta? Existen los bikinis.

- Qué te importa, orangután –respondo, frunciendo el ceño. Me giro hacia Fabiola- Amiga, te juro que yo no lo sabía.

- ¿No sabías qué? –pregunta otra cabeza que se asoma, y Fabiola y yo volvemos a gritar. Seth. Dios, ¿Tenía que estar aquí? Mi corazón comienza a latir con rapidez.

- ¡Fuera de mí piscina, ahora! –exclamo lo más fuerte que puedo.

- Tú estás loca –me dice Drew- Yo la armé, querida hermanita. Tengo autoridad.

- La cosa ésta, es mía así que si yo no te autorizo, no puedes usarla –me cruzo de brazos. 

- Cállate. ¿Van a entrar o no? –pregunta, ignorando lo que le dije.


Me volteo, para volver a mirar a Fabiola. Ella está nerviosa, lo noto porque tiene su mano cerca de su boca y está sujetando la toalla con firmeza. Por un momento me recordó a mí cuando Julián vino a casa y luego pasó lo que pasó con Seth. Pero me quité rápidamente ese pensamiento de la cabeza. Por supuesto yo se lo había contado
  ella, todo fue algo muy raro, ambas nos impresionamos.

- Si, vamos a entrar –responde. Abro los ojos como plato- Pero tienen que voltearse.

- ¿Voltearnos? –le pregunta Drew- ¿Para qué? Si están llenas de ropa.

- Ya escuchaste, Drew –le digo firme. Él me mira, hace rodar los ojos y suelta un bufido. 

- Hagamos caso, hermano –le dice a Seth- Estas mujeres son unas controladoras.


No puedo evitar notar que Seth sonríe de lado, y luego ambos caminan un poco más allá y nos dan la espalda. Le doy el paso a Fabiola, para que entre primero. Ella deja su toalla colgada en el cordel para tender la ropa, y comienza a subir la escalera con cuidado. Yo hago lo mismo. Cuando ella ya ha entrado, comienzo a subir yo. Apenas toco el agua con el dedo del pie, suelto un grito. Seth y Drew se voltean rápidamente y Fabiola está a un lado de ellos, riendo.


- ¡Está helada! –vuelvo a gritar- Oh, Dios, no puede ser peor. Hay un inmenso calor y no ha hecho efecto alguno en la temperatura de ésta cosa. No me pienso meter…


Y no sé cómo sucede, juro que no lo sé. Pero de un momento a otro siento un extraño zumbido en mis oídos, y me doy cuenta de que estoy bajo el agua. Algo roza mi piel, pero me niego a abrir los ojos. La temperatura de mi cuerpo baja rápidamente, y salgo a la superficie, paranoica. Miro a todos, que por cierto están llorando en risas, pero alguien falta. El poco hombre de Seth. ¿Dónde está?


Algo acaricia mi abdomen por encima de mi camiseta. Algo está contra toda mi espalda, y de pronto siento otro calor corporal, pero con humedad que no es proveniente sólo de mí. Mis ojos se abren de la impresión y mi temperatura se eleva. 
Miro hacia abajo y unos brazos me rodean.

- ¡Iugh, déjame en paz! –arranco mi cuerpo de él lo más fuerte que puedo, furiosa como nunca antes lo había estado- ¡Maldito! –me giro y lo enfrento- ¿Qué no te quedó claro todo lo que dije el otro día? ¡Te odio!

- No subas la voz la voz, que no le he dicho a tu hermano ni lo que he visto ni lo que hemos hablado esa vez –me dice, casi en un susurro. Lo miro confundida y a la vez con sorpresa, porque no me esperaba eso. 

- Algo que hagas –lo fulmino con la mirada, y es lo único que me atrevo a decir, aunque en el fondo, muy en el fondo, siento agradecimiento.


Me doy la vuelta y observo a Fabiola. Y no sé por qué razón, pero presiento que ha escuchado lo que él me ha dicho. Sonríe de oreja a oreja. ¡Mi mejor amiga está loca! ¿Por qué sonríe? Agh.


Drew va hacia Seth aún riendo. Ambos comienzan a reír mientras se dan un abrazo bastante brusco, como lo hacen todos los de su tipo, mientras chocan sus palmas en sus espaldas. ¡Par de locos! No entiendo a qué va eso, ni a qué va nada, pero tampoco es que me interese.


Me giro, dispuesta a mirar a Fabiola y a Drew. Ella ya no ríe, sólo muestra una sonrisa. Pero con Drew parece que llora de la gracia. ¡Yo no le encuentro nada gracioso! No se respetó mi decisión. Cuando toqué el agua dejé en claro que no me iba a meter y el inútil del otro me lanzó junto con él al agua. ¡No es justo! ¿Por qué a mí? ¿¡Por qué!?


- ¡Te puedes dejar de reír miserable mal parido! -le grito a Drew, y él deja de reír como por arte de magia, para luego mirarme echando humo por las narices y los oídos.

- Mal parida serás tú, mira cómo saliste de tonta que hasta te tiraron al agua sin que te enteraras -contraataca.

- ¡No me interesa ni un poco! -escupo- Aborto de mono.

- Cristal, ¿Jamás te dije que eres adoptada? -comienza a decir.

- ¿De qué estás hablando? -pregunto, enojada- ¡Eso no es gracioso, Drew!

- ¡Pues es hora de que aceptes la verdad! -me grita- Lo siento, pero tus padres te regalaron por lo fea que eras. Creyeron que eras un tumor cuando naciste -se acerca a mí, y pone sus manos en mis hombros, mirándome con tristeza- Lo lamento tanto.

- Tío, ya, en ocasiones te pasas -nos interrumpe Seth, haciéndose el serio, y yo lo miro con desaprobación. ¡Ni que me fuera a tragar eso!

- ¿Por qué siempre tienes que meterte en todo? -le pregunto- ¡Yo puedo defenderme sola! ¿Crees que mi enojo se me va a pasar sólo porque me defiendes?

- No te estoy defendiendo, sólo no quiero escuchar tus discusiones.

- ¿Mis discusiones? -alzo las cejas, y suelto una risa- Mejor cállate y no me hables, que con el salvaje éste no se puede ni dialogar. 

- ¡Tú me gritaste mal parido primero! -me grita Drew.

- Chicos, lo que yo pienso es que... -habla Fabiola, y yo la miro fijamente para escuchar lo que quiere decir- parecen unos niños de primaria. Cristal no es adoptada y tú Drew te tomaste muy en serio lo de mal parido.


Asiento con la cabeza, reconociendo que tiene razón, mientras hago una mueca. Mi mejor amiga es muy sabia. Drew frunce el ceño y me mira, y luego asiente igual que yo. Por otro lado, cuando noto que Seth sonríe en aprobación a lo que ella dice, me pongo a reír de lo ridículo que se ve. Fabiola se da cuenta.


- ¿Por qué sonríes tanto? -le pregunta ella, alzando una ceja. Seth parece un poco sorprendido porque se dirige a él.

- Porque pensamos lo mismo -sincera.

- Pues no lo hagas. Es aterrador -le pide ella.


Estallo en carcajadas tan fuertes que de pronto me siento un poco tonta, porque nadie a parte de mí está riendo. ¡Pero no pienso perder mi dignidad! Así que sigo riendo, en parte fingida, intentando hacer que alguien se enoje e intente hacerme callar. No pasan muchos segundos hasta que sucede.


- Joder, ¡Ya cállate! -me ordena Drew. Comienzo a bajar el nivel de mi risa- Si Fabiola no tuviera razón, te haría trizas con mis propias manos. Será mejor que te controles.

- ¡Uy, sí, que miedote! -alzo las manos en señal de lo poco que me asusta. 


Drew me fulmina con la mirada y se gira hacia Seth.


- ¡Hermano, no podemos quedarnos aquí! -le reprende- ¡Podríamos estar en una piscina con chicas civilizadas que estén dispuestas a hacer lo que queramos!

- ¿Disculpa? -me meto entre ellos- Nosotras -indico a Fabiola con la mano, y luego me indico a mí-, somos las chicas más civilizadas del planeta.

- Fabiola tal vez, pero tú no -me dice, alzando una ceja. Yo me pongo la mano en el pecho, algo ofendida pero obvio no me lo creo. Luego él se dirige a Fabiola- No me molestaría tener un rato de los buenos contigo, pero estoy seguro de que mi amigo no estará dispuesto a nada con la mojigata de mi hermana.

- Pero yo no quiero nada contigo -le dice Fabiola con desgrado. Vuelvo a reír tan fuerte como puedo y nuevamente nadie se ríe, así que le doy un leve codazo a Fabiola pidiendo que me salve y gracias al cielo ella lo hace. Por lo que empieza a reír conmigo. Luego de unos segundos paramos.

- Pero bueno -dice mi amiga, aclarándose la garganta- Yo quiero tener una linda tarde en la piscina, así que sería mejor que encontremos una forma de, no sé, llevarnos bien.

- Ella tiene razón -admite Seth, incluyéndose en la conversación- No pueden pelear todo el tiempo. Deberíamos estar divirtiéndonos en el agua. 

- Pero bro, en serio, con chicas como éstas no podemos divertirnos -vuelve a decir Drew- ¿No ha quedado claro ya?

- No estoy hablando de esa diversión -le dice Seth con simpatía, dándole palmadas en la espalda- Me refería a no sé, pasar el rato entre nosotros, charlando. Como lo estábamos haciendo antes de que llegaran.

- ¡Oh, claro, así que como llegamos nosotras su diversión se arruinó! -me quejé, fingiendo estar dolida- ¡Ni queríamos estar con ustedes!

- No me refería eso -se excusa Seth.

- ¡No me importa! -le grito en su cara.

- Cristal -me habla Fabiola- Entonces ellos pueden seguir con su diversión. Mujeres ésta mitad, y hombres la otra. A mí no me importaría.

- Bien -acepto. Miro a mi hermano y al otro que no quiero nombrar.


Yo y Fabiola nos vamos a nuestro lado correspondiente, y los dos nos miran con las cejas alzadas. Todo fue muy rápido, ahora resulta que cada uno tiene su terreno, pero bueno. Fabiola sonríe y yo le devuelvo la sonrisa. ¿Y ahora qué? La cosa era que la piscina debía estar para nosotras solas. ¡La mala suerte está de mi lado más de lo normal! Cristal, definitivamente, eres una chica que pasa por cosas catastróficas sin razón alguna. 


♥♥♥

¡Hoooola! Ya es viernes, así que aquí está el capítulo nuevo. No tengo mucho qué decir, salvo que muchas gracias por su apoyo y sus comentarios. También que las quiero mucho y que están en un trocito de mí cada día. 

Oh, sí, ahora que me acuerdo, me han preguntado que si lo de subir los domingos va a ser permanente, o sólo por ésta semana. La respuesta es que será que: sólo por ésta, porque aún no termino de escribir la novela completa. Planeo tenerla ya lista para fin de mes o para principios de Marzo, porque ahí entraré a clases y sinceramente no sé si tendré tiempo para escribir.
Un beso a todas, dulces sueños, ¡Y nos vemos el domingo!
¡No lo olviden!
¡Chao!

5 comentarios:

  1. OMGGGGGGGGGGGG.
    Yo ya no sé. Me da mucha curiosidad Cristal ahora. No sé no sé. A veces me dan ganas de estrangularla, pero otras es como mmm, qué le estará pasando?
    Y Justin <333333333 HASTA QUE PASA ALGO JIGHRITOGHTIOG. Ya quiero saber qué va a ser lo próximo que haga e_e
    Drew y Cristal deberían dejar de pelearse, empiezan y no terminan más estos dos.
    ¡Ya quiero que sea martes!

    ResponderEliminar
  2. Me Sorprendi. WOW. Cristal Grita mucho y a veces no calla su Puta boca y me cae mal solo a veces . Pero que se le va hacer . Me ha gustado el cap.
    Se te Kiere <3
    Besos <3
    Chaolin <3

    ResponderEliminar
  3. Que novela tan----extuendaaasaaa jajajaja me gsto muchoo este capitulo thiare te voy a decir lo que ise para ver tu novela...mejor or chat jajajjaja pd siguela se te quiere un monton *-*

    ResponderEliminar
  4. ME ENCANTOOOOOOO<3 DIOS TIENES QUE SEGUIRLA!! BESOS:))

    ResponderEliminar