10 de febrero de 2015

Capítulo once - Fresa con Chocolate.



Jamás, pero jamás, alguien había presenciado ni una de mis escenas con chicos. Solamente Fabiola lo ha hecho. Pero supongo que ya no puedo decir eso. Seth Maxwell ha escuchado, visto y presenciado toda mi discusión con Julián, y yo no me di cuenta.

No sé de dónde viene mi nerviosismo. ¿Qué es lo que me sucede? Jamás me ha importado. Pero no necesito que alguien vaya con chismes en mi familia. Los demás, allá afuera, pueden decir todo lo que quieran de mí, como lo han hecho desde el principio. Pero en mi familia no quiero nada de eso. Y no dudo que Seth pueda contarle a Drew, y luego Drew le cuente a mis padres, o me haga alguna amenaza para controlarme.

¡Estoy acabada! ¿Desde cuando soy tan distraída? ¿Cómo pudo suceder que no me haya dado cuenta? Estoy en la nube. Algo anda mal conmigo estos días, yo lo sé. Lo he presentido pero no creí que fuera para tanto. ¡En serio!

- Tú, miserable acosador, vuelve por donde viniste o gritaré -amenazo, siendo lo único que se me pudo ocurrir. Aprieto el nudo de mi toalla, sin moverme.
- Eres muy dramática -dice, y hace una sonrisa torcida- Con lo que he visto, ya nada de ti me sorprende, querida Cristal.
- No me llames querida -ordeno, fulminándolo con la mirada- No tienes derecho a decirme tal palabra. No estás al nivel. Que lo sepas.
- Dramática, juzgadora y egocéntrica -comenta, asintiendo con la cabeza- Nada que no haya averiguado y notado antes.
- Gracias -me lo tomo como un cumplido.
- ¿Sabes que no entiendo? -suelta una risa- Lo masoquista que puedes llegar a ser.

Frunzo el ceño. Este tipo, ¿Qué se cree? ¿Yo masoquista? ¿De dónde ha sacado eso? Me sorprende, la verdad. No puedo creer que salga cada cosa de la boca de los hombres. Son todos tan ilusos. No tienen idea de nada de lo que sucede en el mundo.

- ¿Disculpa? -pregunto.
- Vamos a ver -se aclara la garganta- Un pendejo más marica que cualquier marica en el mundo, viene, te pide diversión, te insulta, te grita que eres perra, maricona y todas esas mierdas, mientras que tú solamente te limitas a defender a la idiota que no conozco, en lugar de defenderte a ti. Sin embargo, el cabrón se va y tú estás feliz. ¿Qué coño es eso?

Si antes me sorprendí de lo que me decía, ahora lo estoy más. He quedado impactada. Lo miro fijamente, y él hace lo mismo. Quiero abofetearlo. Es peor que Drew.

- Ordinario -le digo.
- ¿Qué?
- ¡Ordinario! -exclamo- ¿Te das cuenta de cuántas groserías dijiste en la misma oración? Que poca clase, de verdad. Yo no hablo con tu gente -miro hacia otro lado y entrecierro los ojos- Como máxima ayuda, puedo prestarte un diccionario.
- Pasa ese diccionario, Cristal. Con mucho gusto lo recibiré -dice, y yo sonrío satisfecha- Y te aseguro que lo primero que haré será partirlo en dos, para después prenderle fuego.
- ¡Que grosero y malagradecido! -hago una mueca- No me hables.
- ¿Por qué le tienes pánico a los hombres?

Por un momento, creo que he escuchado mal. Pero sé bien que sólo me gustaría que fuera eso. Porque lo ha dicho fuerte y claro. La furia comienza a adentrarse en mí de una manera que desconozco. Que me sorprende. Y solamente me limito a mirarlo con odio. ¿El cambio de tema tenía que ser tan brusco e inesperado?

- Que pregunta más estúpida -respondo- Hazme el favor, y cállate.
- Le tienes pánico a los hombres -afirma, y yo frunzo el ceño, sin poder creerlo.
- ¿Podrías dejar de decir eso, subnormal? -alzo la voz- ¿Qué te crees?
- Mira, si no quieres que saque mis propias conclusiones, entonces responde lo que te he preguntado y problema acabado. No deberías tener impedimentos para negarte. 
- ¡No tengo pánico a los hombres! -exclamo, para que se calle de una vez.
- No te creo.
- Que mal por ti. Yo no tengo que hacer que me creas nada, y mucho menos a ti -me giro y comienzo a caminar a la escalera- Te voy a demandar. Adiós.
- Demuéstralo -exige interrumpiendo mi ida, y me quedo de pie, sin girarme a enfrentarlo- Si lo que dices es cierto, no tendrías que tener problemas para aceptar a lo que te voy a pedir -siento unos pasos viniendo hacia mí, lentamente. Mi cuerpo se estremece- Enróllate conmigo.
- ¡No voy a hacer eso! -grito, pero él ni se sorprende- ¡No quiero estar cerca de ti!

Mi corazón comienza a acelerarse. Quiero ir más allá, pero no me percato del mueble y choco con él, haciendo que mi cuerpo caiga contra la pared. Intento ir otra vez hacia la escalera para correr a mi habitación, pero me voy cuenta de que Seth está demasiado cerca y que no me dejará pasar.

- Aléjate o juro que le diré a mis padres que me haces daño para que nunca más te admitan aquí -amenazo, creyendo que será suficiente, pero vuelve a acercarse más. Está a no más medio metro de mí y no sé qué va a pasar. Yo no quiero nada con él, ni con nadie.

Mi pecho se aprieta y siento que voy a asfixiarme. Mis manos sudan y el terror se apodera de mí de una manera que desconozco. Cierro los ojos con fuerza, intentando prepararme mental y físicamente para lanzar algún golpe cuando llegue a ponerme un dedo encima. Mis ojos se humedecen, presa del pánico y la desesperación.

- ¡Basta, por favor! -ruego, tirando por la borda todo el coraje que pude demostrar. Me acurruco, abrazándome a mí misma, deseando que por favor no haga algo que no logre soportar. Decido intentar por última vez, y agrego en un hilo de voz:- No me toques, no te pido nada más.

Espero al momento, pero pasan los segundos, y no siento nada. Mis ojos duelen de la presión con la que los he cerrado, y todo está en silencio. No hay más pasos. Solamente escucho los latidos desenfrenados de mi corazón, apunto de sufrir un paro. Pero no me atrevo a abrirlos. No me atrevo a moverme, siquiera. Lo único a lo que estoy dispuesta, es a desaparecer. O a que me deje sola.

- No voy a hacerte daño, Cristal -siento que habla, y mi cuerpo se estremece al notar lo ronca que suena. Lo tenebrosa que es- No temas de mí. No ha sido en serio eso de que nos enrolláramos juntos. Sólo quería ver tu reacción.

El miedo comienza a desaparecer poco a poco, y ambos nos quedamos en silencio. Pero no desaparece así porque sí, si no que es porque está siendo reemplazado por enojo, por furia, por el coraje que perdí hace unos segundos. Abro los ojos, levanto la cabeza, armándome de valor lo más que pueda. Él está a no más de menos de medio metro, con las manos en sus bolsillos.

- ¡Maldito! -le grito- ¡Bastardo!
- Cálmate -me pide- Quédate tranquila.
- ¡Te odio! -lo empujo con mis manos, cuidadosa de que la toalla no se me caiga, pero ni se tambalea, no sucede nada con él. Como si estuviese construido de piedra- ¡Quítate! ¡Eres peor que Drew, peor que Julián, que Darío, que todos!

Se hace a un lado, permitiéndome ser libre. Corro hacia las escaleras, queriendo estar lo más lejos posible de él. Pero me volteo antes de subir.

- No tienes idea de lo poco inteligente que es hacer pasar por algo así a una persona. ¡Estás enfermo de la cabeza! ¡Ve a un manicomio! 
- Bien, lo haré -responde, mirándome fijamente. Lo que me enoja aún más.
- ¡No vuelvas a intentar acercarte a mí o les diré a todos que quieres violarme! 
- Sí, soy un violador.
- ¡Agh! ¿¡Qué es lo que pasa contigo!? -pregunto en un grito- ¡Lo que has presenciado ahí afuera no ha sido más que una coincidencia! Que te quede claro que no por eso vas a poder burlarte de mí o hacer cualquier porquería, ¿Entendido?
- Sí.

Tengo unas ganas de darle una bofetada por no decir algo más, pero decido pasarlo por alto, y corro escaleras arriba, queriendo escapar. Drew baja las escaleras mientras yo subo, y está todo polvoriento. Trae una enorme caja que lleva sobre sí, que está llena de telarañas. Reconozco esta cosa, pero sigo mi camino, tratando de tener una mejor compostura para que él no note algo extraño.

- ¿Seth te ha invitado a armar la piscina? –pregunta, con la caja aún al hombro.
- No, y no me interesa –respondo mientras sigo subiendo.
- Bueno, pero si quieres echarnos una mano para armarla, bienvenida seas.

Es obvio que no voy a ayudarlo. No pienso estar cerca de ninguno de los dos. Si ahora mismo se pudre el mundo, no me importaría. ¡Que se alejen de mí!



+++


Aún no puedo creer lo mucho que me he asustado. Lo aterrada que me he sentido. Y todo lo llevó a cabo nada más y nada menos que Seth. Desde que lo he visto por primera vez, jamás creí que él sería una persona así.


Lo veía como nada más que una molestia, pero a la vez como alguien completamente inofensivo, porque en ningún momento intentó atacarme o decirme algo hiriente antes, y eso me mantenía tranquila. Pero ahora, ha hecho algo que ningún amigo de mi hermano había hecho antes, y eso me hace hacerme mil y un preguntas.

En lo que he llevado comportándome de ésta manera, siendo mi nuevo yo, jamás había tenido que lidiar con que alguien me hiciera lo que él me hizo. ¿Por qué él tuvo que hacer eso? ¿Por qué se burló así de mí? ¿Y por qué ha tenido la capacidad de ser tan observador? Nunca una persona me había analizado tanto como para llegar a averiguar algo así de mí, por sus propios medios. ¡Y no se le pudo ocurrir una manera más cruel de llevarlo a cabo!

Odio a Seth. Si antes lo detestaba, y decía que lo odiaba, ahora es muchísimo peor. ¡No lo tolero! Lo quiero lejos de mí, sobretodo ahora. Mis amenazas no han servido de nada, mi comportamiento tampoco. No sé qué sería de mí ahora si él me hubiese puesto un dedo encima. ¿Me habría desmayado? Porque no puedo explicar la manera tan fea en que mi garganta se cerró, ¡No podía respirar! No me había pasado tal cosa en ningún momento de mi vida. Tampoco nadie había actuado de esa forma conmigo desde que tengo mi nuevo yo, pero, no lo entiendo. ¿Era necesario su actuar? ¿No pudo pensar lo que sentiría yo?

Pero ahora se me acaba de ocurrir otra cosa. ¿Qué es lo que me sucede? Yo no soy así. Yo soy fuerte y no dejo que nadie vea que me ha afectado algo. ¡Tengo que dar la cara! Cristal, eres más que esto, por favor. Estoy enojada a más no poder. ¿Seré capaz de estar bien para el Lunes, día de instituto?

- Cristal –me sobresalto en la cama al oír la voz de Drew al otro lado de la puerta de mi habitación- Es hora de tomar té y comer.
- No tengo hambre, coman sin mí –le digo, con voz normal.
- Sabes que mamá y papá odian que no quieras hacerlo.
- ¡No me interesa! –grito, ya harta- ¿Te puedes ir?
- Maldita sea, ¿Qué es lo que te pasa ahora?
- ¡Nada! –grito aún más- ¡Sólo estoy cansada de ser molestada todo el tiempo y de que no me dejen en paz!
- Joder, vete a la mierda.

Y es lo último que me dice, porque se aleja y luego siento que baja las escaleras. Hundo mi cabeza en la almohada. Tengo que idear un plan. ¿Pero cuál? Algo que haga notar que estoy con la cabeza en alto. Que demuestre que me importa un comino lo que ha pasado.

Lo único que se me ocurre, es pasar indiferente, como si lo que hoy sucedió nunca hubiese sucedido. Ignorar puede ser algo muy bueno, después de todo. Quizás funcione. Tengo que llevarlo a cabo y ver que pasa. ¡Estoy decidida! Es lo que se me ocurre ahora, porque lo que más deseo en este preciso momento es adentrarme en un profundo sueño. Hoy ha sido un día muy pesado. Y comienzo a sentirme mejor con mi decisión.

♥♥♥

¡Hooooooola! ¡Tantos días! Una semana, exactamente. Primero que nada, quiero aclarar la razón de por qué no he subido el viernes. No voy a dejar la novela, si es lo que piensan. La cosa es que el jueves por la tarde se cortó la luz en mi casa. Iba, volvía, iba, volvía y así sucesivamente, hasta que terminó haciendo cortocircuito. Vinieron los hombres electricistas, lo arreglaron, pero luego nos dimos cuenta de que no nos servía el internet. Estuve desde esa noche sin nada, así que hoy vinieron a arreglarlo, ¡por lo que tengo internet de nuevo! 

Ahora nos podemos reír de mi desgracia, olvidar por completo mi falta de publicación y hacer como si nada hubiese pasado, ¡JÁ!

¿Es idea mía o este capítulo está mal escrito? No sé, no me ha terminado de convencer. Quizás más tarde lo edite, o haga algún cambio. ¿Qué opinan ustedes? Decirme en los comentarios. Algo me mantiene extraña al leerlo.

Pero les tengo una recompensa. No subí el viernes. Ahora acabo de subir, que es día martes, así que volveré a subir este viernes como siempre lo hago y luego les subiré un capítulo el domingo. ¿Les parece? Porque publicar ambos al mismo tiempo como que no queda. El domingo estaría bien. 

Muchas gracias a todas por sus comentarios, por haberse tomado el tiempo de preguntarme por qué no subía. Eso demuestra que de verdad les gusta lo que escribo. Así que estoy agradecida, varios besitos para ustedes y espero que hayan disfrutado el capítulo.
¡Chaaaaaaoooooo!



8 comentarios:

  1. Siguela amo Tu novela!! Ya quiero ver como se desarolla la relacion entre cristal y Justin

    ResponderEliminar
  2. Tu novela esta súper la amo.. Seguila nena..
    Estoy comenzando mi novela para las que la quieran leer les dejo el link :
    http://noves-justin-y-tu.blogspot.com/2015/02/cap1-noticias-inesperadas.html?m=1
    Depaso me dejan un comentario..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. YO la leoo esta buena léanla plisss quiero que su nove cresca mucho igual que esta :) siguela linda
      Besos <3<3<3

      Eliminar
  3. Esta muy latera, más acción!!! :).

    ResponderEliminar
  4. segui!!!, cada vez se pone más buena tu nove!!!!, me encanta!!

    ResponderEliminar
  5. uffff me había asustado pensaba que no volverías a subir. Estuvo bueno el capitulo pero necesito mas información ¿Por que Cristal le tiene terror a los hombres? ¿Por que?
    Bueno eso seria. Eso de subir los domingos ¿Sera desde ahora para siempre o solo por esta vez?
    Se te quiere <3.
    Besos <3.
    Chaolin <3.

    ResponderEliminar
  6. mirennnnn http://novelajustinbieberyyo.blogspot.mx/

    ResponderEliminar
  7. me gusto mucho....apurada un poco bye siguela cuidate

    ResponderEliminar