3 de febrero de 2015

Capítulo diez - Fresa con Chocolate.


Los minutos pasan, Seth y Drew conversan entre sí y yo aún estoy acostada en los asientos traseros, tal y como me ha dejado Drew. Mi mente divaga en un mundo sin final, pero es como que no estoy pensando nada en realidad. Solamente siento que mis ojos están pesando un poco. Se abren y cierran lentamente, queriendo quedarse cerrados por completo, pero me esfuerzo intentando no permitirlo. 

Es tan agradable. A pesar de que debería estar haciéndolo, no escucho voces, ni autos. Mis sentidos no funcionan. Es como un mundo aparte, y en paz, del que no tengo control alguno ni aunque quiera. Y me encanta que así sea.

Cuando me permito cerrar los ojos, comienzo a entrar en un sueño profundo. Estoy completamente consciente de que yo jamás me hubiera subido aquí por mi propia cuenta, pero ahora puedo admitirme a mí misma que podría ser el vehículo más cómodo y suave que he probado en los años que tengo de vida. De pronto, ya no siento nada.

- Cristal -me sobresalto, no sé por qué siendo que ni siquiera me han gritado- No te duermas.
- Estoy cansada, Drew -me quejo, y vuelvo a acurrucarme en el lugar.
- Estamos por llegar a tu instituto -dice- No querrás entrar adormilada. Lo odias.
- ¿No podemos volver a casa? -pregunto bostezando, sin abrir los ojos- Quiero estar en mi cama.
- No, sabes que mamá se enojaría si faltas.
- Por favor, que ambos me lleven a casa -ruego, sin darme cuenta de cómo estoy actuando.
- ¿Ha dicho por favor? -escucho susurrar a Seth, y eso basta para que comience a entrar en razón.
- Se pone así cuando tiene sueño y la despiertas con buena voz, sin gritar. Como que se pone en un trance -le responde él. Abro los ojos, para justo alcanzar a ver que se voltea hacia mí- ¿Vas a dejar a Fabiola tirada así como así? ¿No que era tu mejor amiga?

Si la voz de Seth diciendo eso ayudó a hacerme entrar en razón respecto a cómo me estaba comportando, ahora estoy completamente repuesta. A duras penas me incorporo. Me había olvidado de mí mejor amiga, por Dios. ¿Qué me pasó? ¿Y por qué, prácticamente, supliqué para que me llevaran de vuelta? ¡Ésta no soy yo! Tengo que castigarme.

- Como sea, ya estoy bien. Y por si no lo saben, aún los odio -digo- ¿Alguien tiene una menta, por casualidad? -espero, pero nadie me responde- ¿No?
- Aliento matutino, ¿eh? -dice Drew, riendo. Lo fulmino con la mirada.
- Drew, en la caja esa, hay mentas -dice Seth, indicándole con un dedo, el índice para especificar- Dale todo el paquete.

Drew comienza a abrir y revisar la caja del vehículo, y yo miro atentamente a Seth. Sé que es sólo un paquete de mentas, digo, son muy baratas. Pero no tiene por qué darme un paquete entero. Sólo pedí una. Por no mencionar que nunca hemos hablado, por lo que no tendría por qué darme algo suyo.

- Toma -me dice Drew, extendiendo su brazo hacia mí. Ni cuenta me di de que ya las tenía- Ojalas te atragantes con una, y te ahogues.

No alcanzo a responder, porque me percato de que estamos estacionados frente a la entrada. Miro el paquete, y está sellado. Nadie lo ha abierto. Así que rasgo una de las esquinas con mi mano, saco una y me la echo en la boca. ¡Genial! Las tengo todas para mí sola. Y para Fabiola, por supuesto. Yo sólo comparto con ella y las otras amigas que nos agradan en la clase.

Siento que quitan el seguro para niños y tomo mi mochila. Me la cuelgo por uno de mis hombros, y la abro. Mis pies tocan el suelo y me pongo de pie, para luego dar un portazo, pero mucho más fuerte de lo que quería, logrando que mi hermano y su amigo se sobresalten.

- Oh, fue sin querer -digo, aguantando una risa. Pero no mentía.
- ¡Cristal! -siento el grito irreconocible. Me volteo y Fabiola viene hacia mí. Me abraza y yo la abrazo a ella, sonriendo.
- ¡Buenos días! -la saludo. El abrazo se deshace y nos quedamos mirando. Se acerca un poco a mi rostro.
- Ese olor es irreconocible -me dice- No seas egoísta, comparte una -extiende una mano hacia mí y espera.
- Claro, sabes que iba a darte -llevo el paquete a su mano y caen tres. Se las echa a la boca de inmediato, haciendo que escuche cómo las muerde.

Alguien se aclara la garganta. Fabiola se gira y se queda pasmada. Eso llama mi atención,por lo que me giro, y el vehículo sigue en el lugar, con los otros dos adentro. Frunzo el ceño de inmediato, no puedo creer que esté haciendo eso.

- ¿Acaso no vas a despedirte y tu amiga no va a saludar? -pregunta Drew, encendiendo el cigarrillo que tiene en sus manos, con un encendedor. Comienzo a enojarme.

Fabiola lo mira fijamente, como pensando algo. Espero para ver si lo saluda. Sé que lo hará, ella no es como yo. Somos muy distintas. Ella siempre se pone en el lugar de la otra persona, y sabe qué es correcto y qué no lo es.

- Hola -termina saludándolo. Drew asiente con la cabeza.
- Deja de fumar -le ordeno. Él me mira asombrado, para luego esbozar una sonrisa satisfactoria.
- No -es lo que se limita a decir- Ahora, si no te vas a despedir, puedes irte.

Con su cigarrillo en la boca, toma una gran bocanada y luego tira todo el humo por la boca. Veo la cara de asco de Fabiola, ella no soporta el olor tal y como yo. Mi enojo crece al punto en que no puedo controlarme. Como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, nos acercamos juntas a la ventanilla.

- Te he dicho que dejes de fumar -repito.
- Vete a la mierda, Cristal -vuelve a reír, seguido por las risas de Seth. Drew lo mira- ¿Quieres que te encienda uno?
- Vale, hazlo. Me apetece uno -le responde él.

Cuando se lo enciende, estira la mano para entregárselo.

- Tú lo pediste -termino.

Le arranco ambos cigarrillos de sus manos lo más rápido que puedo, se lo entrego a Fabiola y ella, mirando fijamente a Drew, los parte en dos y los tira al suelo para luego hacerlos añicos con su zapato.

- ¿Qué coño les pasa? -pregunta Drew, sacando su cabeza y mirando el cadáver de su putrefacto amigo llamado tabaco- ¡Ambas están locas! Maldita sea, joder -se pasa la mano por el cabello, desesperado- Era el último puto cigarro que me quedaba, ¡El último!
- Te dije que dejaras de fumar y no hiciste caso -me cruzo de brazos.
- ¡Son unas completas zorras! -se vuelve a quejar, ignorando lo que le dije- ¡Me las van a pagar! ¡Están en mi lista negra! No saben en la mierda que se han metido.

Se enciende el motor del auto y comienzan a salir del lugar. Mi mirada se dirige hacia Seth, que luce evidentemente enojado, quizás tanto como Drew, creo. Debería de estarlo. Aunque lo dudo un poco. ¿Por qué no se queja? Admito que tengo ganas de ver cómo se lamenta y llora por su cigarrillo.

Fabiola y yo nos miramos complacidas. Nos giramos y caminamos hacia la entrada. El timbre que da el inicio de la mañana en el instituto, suena. He llegado a la hora, incluso un poco antes. Seth y Drew deben de haber venido lo suficientemente rápido como para que yo lograra llegar a tiempo. He olvidado dar las gracias por las mentas, pero supongo que podré hacerlo en otra ocasión, si es que me acuerdo.

+++

Los días pasan un poco lentos, cosa que no me agrada en absoluto. Abro la puerta de la casa, cansada como hace mucho no lo había estado. Estoy llena de tierra, con mi traje color café claro, una pala y mi mochila del instituto.

Como estoy estudiando la carrera, la profesora nos ha llevado al cerro para inspeccionar terrenos y buscar cosas interesantes, como algún mineral. No había nada de eso ahí. ¡Era obvio que no habrían minerales! Aunque debo de admitir que era un lugar muy bonito. Estaba lleno de árboles y hasta había un panal de abejas. Increíble experiencia, pero ahora mismo me encuentro muy exhausta.

Mamá y papá están sentados en la mesa, junto con Alejandro y Drew. Me miran de pies a cabeza y comienzan a reír tan alto y de manera tan burlesca que ruedo de los ojos. Los platos de comida están servidos, pero nadie ha tocado nada. Al parecer me han estado esperando.

- Hija, siéntate para almorzar -me dice mamá.
- Iba a ir a ducharme -le digo, dejando mi mochila en el sofá y apoyando la pala al lado de la puerta.
- Puedes hacerlo más tarde, todos estamos muriendo de hambre -recomienda papá.

Me encojo de hombros, y acepto. Si no estuviera tan cansada, me habría negado rotundamente y en este preciso momento estaría ya dentro de la ducha, pero no tengo fuerzas para nada. Así que me acerco al lugar y me siento al lado de Drew. Me lavé las manos antes de salir del instituto, así que tomo el tenedor y como un poco de ensalada de tomate que está en mi plato.

- Apestas -comenta Drew, tapándose la nariz. Lo fulmino con la mirada.
- Sé que no es cierto, no voy a caer -le digo y sigo comiendo- Tú eres el apestoso.
- Yo no me revuelco en la mugre -se excusa- Soy artista. Yo creo, pinto, embellezco...
- Sí, como sea -le interrumpo- Entonces hueles a agua ras y a pinturas secas. Yo que tú me doy un baño porque parece que de hace mucho que no lo haces.
- Lo he hecho esta mañana -frunce el ceño, molestándose- ¡Cochina!
- ¡Púdrete! -escupo.
- Por favor, por una vez en la vida tengamos una comida tranquila -pide papá, mirándonos de manera amenazante, por lo que asentimos y nos concentramos en nuestros platos.

El almuerzo termina y yo reposo cinco minutos sentada en el sofá, para luego ir a mi habitación y buscar ropa limpia. La dejo estirada en la cama para que, al salir de la ducha, la tenga ya lista para ponérmela.

Cuando estoy con las cosas casi listas, papá y mamá golpean la puerta de mi habitación, diciéndome que irán a casa de mi abuela junto con Alejandro a buscar unas cosas que le han prestado. El lugar no queda a más de quince minutos a pie, por lo que no es la gran cosa.

Si tengo que decirlo, jamás me he llevado bien con mi abuela. Digo, sí, hablo con ella y me río cuando una de las dos dice algo gracioso, pero siempre estoy por detrás de todos sus demás nietos. Cuando pequeña me regañaba por todo y hasta en algunas ocasiones era tan brusca conmigo que me hacía llorar. La preferencia, supongo. No es la gran cosa, en casi todas las familias sucede.

Nada más al sentir el agua tibia sobre mí, una sensación de relajación extrema se apodera de mí. La suciedad que pude haber tenido en mi pie comienza a desaparecer a medida que me hago todo el aseo que debo, y en un abrir y cerrar de ojos ya he terminado. Me quedo un momento bajo el agua al terminar, solamente respirando de manera lenta y pausada. En pocas palabras, aprovechando lo bien que se siente y lo mucho que me gusta.

Salgo de la ducha y me envuelvo el cabello con una toalla blanca. Luego comienzo a secarme el cuerpo con otra más, del mismo color, Soy interrumpida por el sonido del timbre, y no hago más que rodar los ojos. Detesto que venga gente a casa cuando no quiero ni ver a alguien.

Salgo del baño aún envuelta, y bajo las escaleras. Abro la puerta, sin importar que me vean en la toalla porque sé que serán mamá y papá, o quizás mi tía, porque aveces viene de visita. Pero me sorprendo cuando noto que no es ninguno de ellos.

- ¿Julián? -pregunto desconcertada. Su mirada me recorre de pies a cabeza. Frunzo el ceño.
- Creí que estarías lista -me dice riendo.

Oh, Dios. ¡Lo he olvidado! ¿Cómo pude hacerlo? Quedé en salir con él la semana pasada y como he estado tan ocupada en mi vida y no tengo espacio en mi agenda mental, se me ha pasado. Ni siquiera me percaté de que era viernes. ¡Si salí temprano y Drew ya estaba aquí en casa! Sólo los viernes pasa eso. Mi cabeza, definitivamente, no está funcionando bien.

- Se me hizo tarde -le digo- Aunque la verdad lo olvidé por completo.
- ¿Lo olvidaste? -pregunta haciendo una mueca.
- Sí -asiento- No es que sea algo muy importante, sabes.
- Es importante -me dice, como si fuese obvio, pero ya no parece muy animado- Aceptaste salir conmigo y quedamos que vendría aquí a esta hora.

Intento no reír, para que no se sienta tan mal, pero cuando creo que ya está bueno de aguantar, comienzo a burlarme en su propia cara. Niego con la cabeza e intento respirar bien. Me pongo en postura defensiva, cargando mi peso en una pierna y con una mano en mi cadera. La otra la tengo ocupada sujetando mi toalla.

- No puedo creer que seas tan inocente -le digo, mirándolo con ternura.
- ¿Qué? -alza una ceja- ¿Quieres ver si soy inocente? -da un paso hacia mí.
- Aléjate de mí, subnormal -exijo algo incómoda, haciéndome para atrás- ¿De verdad creíste que iba a salir contigo? -suelto una risa cínica, a pesar de que las odio- No puedo creerlo, de verdad. Aunque sabía que no eras tan inteligente.
- Cristal, ¿Qué coño sucede contigo? -ahora sube su voz, mostrando su enojo.
- ¿Sabes lo que sucede? Que eres un cabrón. ¡Un cabrón! No eres más que eso. Poco hombre y un inútil. ¡Peor que eso, a decir verdad! Menos mal que Mariza está lejos de ti.
- Cabrona serás tú. ¿Y a quién coño le importa Mariza?
- ¡A mí me importa! ¿Tu crees que puedes ir e insultar a una chica que según tú amaste, en mi cara? ¿No existe el respeto para ti?
- ¿Vas a darme sermones? -pregunta- Porque yo preferiría hacer otras cosas. Para eso he venido a por ti, para nada más.
- Te las tendrás que aguantar porque jamás dejaré que me toques ni un pelo. Créelo.
- Estás enloqueciendo. No parecías así el otro día. Prácticamente te lanzaste a mis brazos cuando te pedí salir. No tienes por qué hacerte la difícil -extiende uno de sus brazos hacia mí, para agarrarme por la cintura, pero me hago a un lado rápidamente.
- Eso fue lo que quise hacerte creer, y vaya que fue fácil. No iba a ser la siguiente.
- Entiendo -comienza a reír, y se cruza de brazos- Te mueres por mí, ¿Verdad? Si estás celosa de Mariza porque estuve con ella, me importa una verdadera mierda.
- No tendría celos ni aunque estuviera perdidamente loca. Pero puedes pensar lo que quieras. No eres lo suficientemente capacitado para recibir la atención de mi parte -lo miro con desprecio.

Su mandíbula se aprieta y una vena de su cuello hace su aparición. Aprieta los puños, pero yo ni me inmuto. Se acerca a mí, pero vuelvo a retroceder. Me percato de que está dentro de la propiedad privada de mi familia.

- ¡Sal de mi casa!
-Si no estabas dispuesta a tener un rato de diversión conmigo, tuviste que habérmelo dicho y asunto arreglado. No estoy para tus gilipolleces, ni para estar gastando mi tiempo en venir aquí para nada.
- Oh, cariño, ¡Ni en un millón de años pasaría un rato contigo! Antes prefiero morir -lo empujo hacia afuera con toda la fuerza que puedo, y logro sacarlo- Jamás me caíste bien, prostituto, espero que te vaya mal. Estoy feliz por Mariza, gracias al cielo ahora está con alguien mejor que tú. Ahora puedes irte y buscar a una fácil allá afuera, porque te aseguro que yo no soy de esas. Pobresillo, tan desesperado que me inventas la gran excusa en el kiosko de que querías verme desde hace tiempo -comienzo a reírme de él otra vez- No soy una tonta.
- ¡Maricona! -me grita, pasándose la mano por el cabello, frustrado- Juro que me las vas a pagar, maldita mojigata. Piérdete. Ni siquiera estás tan buena. Sólo te quería para el rato. Perra.

Comienza a caminar hacia la salida que da hacia la calle y de pronto desaparece. Bueno, no ha sido como esperé. Creí que habría algo más de acción. Que aguantaría a que lo insultara más antes de irse. Pero tendré que conformarme.

Obviamente le inventé la historia de Mariza, eso de que tenía un mejor novio ahora, porque no tengo idea, ni siquiera sé si está viva aún o no, y no me interesa. Solamente defendí la honra de una mujer, porque sé de antemano que la chica no se merece que hablen así de ella, aún cuando ni siquiera lo sabe.

Sujeto bien el nudo de mi toalla y comienzo a cerrar la puerta. Al hacerlo, suelto un suspiro de relajación y me quedo mirando fijamente por el ventanal de al lado. Me siento mejor, pero siento que faltó algo. ¿No le dije algo que debí de haberle dicho, tal vez? ¿Mencioné muy poco a Mariza?

- Vaya, Cristal -siento tal voz, que me sobresalto y choco contra la puerta, de cara. Pero no me duele. Mi pulso se acelera. Su voz ronca hace que cierre los ojos con fuerza. ¡Creí que estaba sola!- Al fin me das algo clave. Algo que estaba tratando de averiguar sobre ti.

Poco a poco, voy girando mi cuerpo. Mis manos, que ahora ambas se aferran al nudo de mi toalla, comienzan a temblar. Miro el piso fijamente, y pego mi espalda contra la puerta. Poco a poco levanto mi mirada, y puedo jurar que de hace mucho que no me sentía tan vulnerable. Seth Maxwell está ahí, apoyado contra la mesa, con sus brazos cruzados y su mirada perforándome.

♥♥♥

Las he dejado con la intriga, a que sí. ¡Yo lo sé! Pero es que quería hacerlo. Estoy muy emocionada, la verdad es que me encantan estos personajes, tanto que me da como un poco de susto. Vale, no. Pero sí me encantan.

Por cierto, lamento si hay alguna falta o redacté mal alguna parte, porque la verdad es que para éste capítulo me calenté la cabeza y pues no sé, ahora lo he releído para editarlo y como no estoy tan de buenas, no he podido hacer gran cosa.

Ya saben, +5 comentarios en el capítulo para que suba el viernes. Muchísimas gracias por los diez comentarios del capítulo anterior. Me han sorprendido, hace ya mucho que nadie comentaba tanto. Bienvenidas a las nuevas lectoras, por cierto. 
¡Adiós! 

15 comentarios:

  1. pues decirte que te llevo leyendo mucho tiempo, desde que comenzaste a publicarla, que me gusta mucho, y con lo dificil que es que me enganche a una novela haces que encienda el ordenador solo para leerte, me encanta que nos dejes intrigadas con justin y cristal que lo bueno se hace esperar, ajaaj y por ultimo decirte que si pudieras subir tambien los domingos como tantas te han pedido pero esque la ran es que estamos muhos dias sin que sepamos nada :)

    ResponderEliminar
  2. Siguela porfavor!!!amo esta novela ☺️☺️☺️

    ResponderEliminar
  3. Te he Dicho Que Amo Tus Novelas....Bueno Te Lo Repito Amo Tus Novelas Asi De GRANDE *-*... Me Encanto Este Capitulo...Eres Malvada Me Dejaste Con La Intriga Que Pasara Con Justin Y Cristal ahhhhh :o muero
    Pd: Siguela YCuidate mucho Besos Se Te Quiere Y Adora Un Monton

    ResponderEliminar
  4. Hola, soy nueva lectora :) quería decirte que me encanta como escribes, síguela :) y una pregunta; ¿Cual sera el tercer día que actualizaras?

    ResponderEliminar
  5. me quieres matar de la intriga eres mala. que va a pasar entre Justin y Cristal? wow.
    muero por el otro cap. intenta subir los domingos plissssssssssss
    me encanto este cap. fue muy interesante kdhfiufjsbfijksbkjs
    WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOW
    Se te quiere Bye.
    Besuuuus

    ResponderEliminar
  6. Holaaaaaaa!
    Dios, cómo te atrevés a dejarlo así? ¡Cómo! Ya me imagino la tensión que debe de haber entre Justin y Cristal >.< Espero que Drew no se meta en el medio porque sino lo voy a odiar de por vida.
    Ahora, digo sin entender a Justin, es que como no sé, capaz porque todavía no lo conozco bien :B Así que tendré que esperar mmm
    Por suerte mañana la subís el otro e.e
    Adiós!

    ResponderEliminar
  7. Siguelaa me encantaa *-*

    ResponderEliminar
  8. Tishu hoy te toca subir es Viernes. eso era
    Se te kiere.
    Besos <3<3<3

    ResponderEliminar
  9. Hoy es viernes!!! Asi que vas a subir un cap verdad???

    ResponderEliminar
  10. tishu no va a subir mas?

    ResponderEliminar
  11. Porfavor siguela no me dejes con la Duda

    ResponderEliminar
  12. No has subido����nos vas a deber dos capítulos����.

    ResponderEliminar
  13. sigue plisss!!!, me quede con la intriga!!!!, segui!!!

    ResponderEliminar
  14. Chica mala eso no se hace ¿Como te atreves? por favor mas capitulos, por favor, por favorrrrr.
    ame este capitulo simpremente genial, espero que sigas subiendo capis. ¡besos¡
    pd: wow me sorprendi por la manera en la drew se enojo cuando le sacaron los cigarrillos.

    ResponderEliminar