20 de febrero de 2015

Capítulo quince - Fresa con Chocolate.



Me encuentro en mi cama, recostada, leyendo un libro. Es sábado. Son las de la nueve de la noche, hora perfecta para hacerlo. La comodidad de mi habitación me hace olvidar todo lo del mundo exterior. Mamá y papá están abajo, Drew está no sé dónde, y Alejandro, obviamente, en su celular en algún lugar de la casa, y encima escondido, seguramente.

Me sobresalto cuando mi celular empieza a sonar. ¿Quién se atreve a llamarme a ésta hora? ¡Estoy concentrada en mi lectura. Más vale que sea alguien importante, porque, sea quien sea, me las va a pagar, y muy caro.

Cojo el celular de la mesita y miro la pantalla. Vaya, es Fabiola. Pensándolo bien, ella no cuenta en eso de que las pagaría sea quien sea. Porque mi mejor amiga en todo el mundo, por supuesto. Gran suerte que tiene, padece inmunidad por mi parte. La quiero tanto.

Deslizo mi dedo en la pantalla y contesto.

- Hola -saludo con simpatía.
- ¿Qué haces? -preguntó. A lo lejos se escuchaba el sonido de la radio.
- Leía. ¿Y tú?
- Veía televisión -me cuenta. Entonces no era la radio, pf- Pone el canal que nos gusta, están dando una película buena. Y además hablé con Carlota porque me llamó a mí celular para darme una invitación, y ya que no le contestaste me pidió que te informara.

Carlota es una compañera de instituto con la que nos llevamos bastante bien. Varias veces nos dedicamos a compartir en clases y en los recreos, junto con Ana y Lucía, otras dos compañeras.

- ¿De qué invitación me hablas? -curioseé, mientras afirmaba el celular con una mano y con la otra cerraba el libro, para luego dejarlo en la mesita. Tomé el control y encendí la tele, poniendo nuestro canal favorito. 
- Una pijamada que hará en su casa la próxima semana, día viernes. ¿Vas a ir?
- No lo sé. ¿Tú irás?
- Aún no pido permiso -se echa a reír- Pero dudo mucho que me lo permitan.
- Entonces hazlo y dependiendo de tu respuesta veo qué hago.
- De acuerdo. ¿Por qué no te conectas a internet y chateamos? Tengo algunas cosas que contarte. Y por aquí no me apetece.
- Bueno, tienes suerte, mi notebook está cargado -suelto unas risas.

Soy interrumpida cuando se abre la puerta de mi habitación. Es mamá, y parece algo apurada junto con un toque de ansias.

- Cristal, yo y tu padre vamos a ir un rato a la casa de tu abuela -avisa- Por favor pórtate bien, cuida a Alejandro y échale un vistazo cada cierto tiempo para ver cómo está.
- Bien.
- No tardaremos. Drew va a llegar pronto a casa, así que estarán solos por sólo unos minutos. Traten de no pelear.
- No es que Drew sea necesario en la casa, sabes.
- Hija -me reprende con la mirada. Entiendo de inmediato y ruedo los ojos- Bien, adiós.

Cierra la puerta y suelto un suspiro. Vuelvo a poner el celular en mi oreja, dispuesta a seguir la conversación con Fabiola. Nada más lo hago y ella comienza a hablar.

- Estás sola. Deberías hacer una fiesta, con muchas drogas, alcohol y todo lo que puedas comer -suelta una risa tan grande que pareciera que se burla, y no puedo evitar reír. Sabe la respuesta que le daré.
- Sabes que eso no me va -hago una mueca, aunque no pueda verme- Y lo dice la que más toma. Alcohólica, mala influencia.
- ¡Oye! -se queja- En ocasiones tomo vino. Eso cuenta.
- Sí, un vaso minúsculo que casi no se ve -digo en broma.
- Algo es algo. Eso demuestra mi rudeza. Pero ya, te dejo, y te espero para chatear. Oh, mejor por cámara, así es más entretenido.
- Muy bien, adiós -y cuelgo.

Me levanto de la cama y voy a por el notebook, que está en mi pequeño escritorio. Lo abro, pongo la contraseña y me meto internet. Nunca la apago, sólo lo hago antes de ir a dormir. Detesto esperar a que encienda y esas cosas. ¡No lo aguanto!

En un abrir y cerrar de ojos ya tengo a Fabiola en la pantalla y su rostro sonriente está frente a mí. Saludo con la mano, inocentemente.

- Mis padres tampoco están en casa -me cuenta.
- ¿Por qué?
- Fueron al supermercado a ver no sé qué cosa, la verdad es que no recuerdo.
- ¿Y qué fue lo que pasó?
- Pues... -hace una sonrisa, y ladea la cabeza- Digamos que lo mismo de siempre. La historia de mi peso, de que debería subir, y pues, esas cosas que no me gustan.
- Lo lamento -me pongo la mano en el corazón para que sepa que lo digo en serio, y ella niega con la cabeza y suelta unas risas tristes.
- Sé que lo lamentas. Pero es que me afecta mucho que me recuerden ese tipo de cosas. No soy tan delgada porque quiera, sabes. ¡Simplemente no puedo subir!
- Vamos a ver cómo le hacemos, ¿Sí? -intento tranquilizarla- No prestes atención a tus padres. Voy a ayudarte. Son cosas sin importancia. No pienses en ello.
- Está bien -suspira, y quedamos en silencio por unos segundos- ¿Y qué hiciste hoy?
- Oh, me puse a hacer unos separadores de libros con papel lustre, cinta adhesiva y tijeras. Deberías verlos. ¡Han quedado preciosos! -aplaudo con las manos, entusiasmada.
- Que modesta, Cristal -suelta unas carcajadas.
- Es que es de verdad, mira -me salgo de la pantalla y busco en el cajón de la mesita de noche. Saco los seis colores en los que los hice y vuelvo, a mostrárselos- ¿Ya ves? ¿Qué te parecen? A mi parecer, tres palabras: Maravillosamente preciosos.
- Esas fueron dos -comienza a reír fuerte- Mujer, eres muy mala contando.
- Sabes que soy pésima en matemáticas -me excuso, pasando mi mano por mi cabello, haciéndolo volar, para luego poner un mechón de pelo tras mi oreja- ¿Quieres uno?
- ¡Claro! Pero mejor tres -sonríe.
- Bueno, ¿Qué color? Tú elige, a mí me gustan todos, así que tampoco sabría.
- Me gusta el morado, el rojo y verde.
- ¿Cuál de los dos verdes? -le muestro uno en cada mano.
- El oscuro. El claro luce demasiado claro -decide.
- Dios, Fabiola. Por algo se llama verde claro. Aunque en realidad es verde limón.
- Yo lo veo verde chillón, está horrible -hace una mueca de desagrado y yo me hago la ofendida- Me refiero al color, no a que te haya quedado feo -y ríe.
- Más te vale, porque ya sabes, para mí están increíbles. Y me costó hacerlos.
- ¡Oh, no te conté algo! -grita, y me sobresalto, igual que cuando escuché su llamada al celular- Hoy supe que Darío está saliendo con una chica, y sabes, es una con características físicas parecidas a las tuyas, pero yo creo que es más para darte celos.
- Pobre de la chica. Y que estúpido por parte de Darío, haga lo que haga jamás una de sus novias me va a superar. Quiere darme celos que nunca llegarán...
- Eso es cierto. Los vi en el centro comercial. No estaban haciendo nada, pero cuando él me vio, de inmediato se tiró encima de la chica y comenzó a besarla como un animal. Supongo que quería que te enteraras por mi parte.
- Que asco. ¡Odio a los hombres así! -expreso con desagrado.
- Tú odias a todos los hombres -sonríe, alzando las cejas. No puedo evitar reír.
- Algo así.

Justo en ese momento, abren la puerta de mi habitación. Me giro extrañada, y abro los ojos lo más que puedo cuando noto que es Drew. ¡Pero no sólo él, si no que también está con Seth! ¿Quién los invitó a mi habitación?

- Con que el tal Darío quiere darte celos -comenta mi hermano, lanzándose a mi cama, seguido por el otro. Ay Dios, mi cobertor. ¡Lo van a ensuciar!
- ¿Estuviste escuchando mis conversaciones? -cuestioné, frunciendo el ceño.
- Sí -se encoge de hombros- Seth y yo nos quedamos tras la puerta desde que escuchamos el nombre Darío, hasta que entramos.
- Miserables metidos, ¿No tienen algo mejor que hacer? ¿Eh?
- No te sulfures, princesa -se mete Seth, cruzado de brazos, sentado en los pies de mi cama.
- No me llames así, mi nombre es Cristal. Además nadie te incluyó en la discusión. Ahora no me molesten, estoy hablando con Fabiola.
- ¿Es Fabiola? -pregunta Drew, evidentemente interesado.

Ambos se ponen de pie. Toman dos de los banquitos que tenía en el extremo de mi habitación y, como si yo los hubiese invitado, se ponen a mi lado y se sientan. Los miro con horror. ¡Que molestos! ¿Por qué a mí? ¿Cuando estaré en paz?

- ¡Hola Fabiola! -la saluda Drew, moviendo la manito como si fuese un niño pequeño.
- Hola -le corresponde.
- ¿Cómo estás? ¿Vas a ir a la piscina conmigo? ¿Qué día? -la atormenta con preguntas sin percatarse de lo molesto que es.
- Uhm, no lo sé. Aún no he pedido permiso -responde ella, con timidez.
- Deberías pedir. Mira, voy a darte mi número, tienes que anotarlo en un papel.
- ¿Tú crees que ella te va a llamar, inepto? -le pregunto, riéndome en su cara- ¡Que inocente! Tú tienes que llamarla para lo que tú la invitaste -ahora me giro hacia Seth- ¿Puedes creerlo? ¿Acaso tú eres igual? ¡No sé cómo las chicas pueden interesarse en ambos!
- Somos atractivos -me dice Seth, con desinterés- Eso les importa más que lo demás.
- ¡Asco! -grito- Ustedes sólo se meten con tontas sin cerebro. Agh, no me hables -pongo una mano frente a su cara por un segundo. Luego la bajo y miro a mi amiga, en la pantalla.
- Fabiola, entonces dame tu número -le pide Drew.
- Oh, claro, déjame ver cuál era -le dice ella, tomando su celular que está a su lado.
- No es necesario, yo ya lo conseguí el otro día. Sólo te lo preguntaba para ser cortés.

Los ojos de Fabiola se agrandan y yo lo miro frunciendo el ceño.

- Más te vale que no hayas revisado mis cosas.
- Tenía que hacerlo.
- ¡No, no tenías! -vuelvo a gritar- ¿Por qué no se van? ¡Déjenme tener vida privada!
- ¿Para qué? Si escuchamos bastante. Por cierto, ¿Quién es ese tal Darío? ¿Fue tu novio? -me pregunta Drew, cruzándose de brazos, protector.
- Cristal no tiene novios -responde Fabiola por mí. Le sonrío y agradezco con la mirada.
- ¿Era tu amigo con derecho, entonces? Porque por lo que pude oír, ya te cambió -se pone a reír como un desquiciado y yo intento guardar paciencia.
- Nunca en mi hermosa vida estaría con alguien como él -excuso- El tipo era igual que ustedes dos, así de poco hombres.
- Habla por Drew -Seth me lleva la contraria, frunciendo el ceño- Yo sé que tengo los pantalones bien puestos. Así que no hables si no sabes, Cristal. Callada te ves mejor.

Ante sus palabras, intento no demostrar que me ha sorprendido que me dijera eso. Digo, que me enfrentara. Porque es gracioso, éste cree que voy a tragarme el cuento de que no es poco hombre. Todos dicen lo mismo. Al menos los que he conocido. Y encima se atreve a decirme que me calle.

- Cierra tu bocota y será mejor que me respetes, ¿Entiendes? -le dejo en claro- A mí nadie me habla así, ni siquiera tú.
- Yo voy a hablarte como quiero -responde cortante.
- Seth, déjala -le ordena Fabiola seriamente. Mi cuerpo se tensa.
- ¡Sigue hablándome así y juro que te echo de mi casa!
- No vas a venir tú a ponerme reglas -vuelve a enfrentarme.
- Estoy hablando en serio, Seth. ¡Déjala, no sabes lo que estás haciendo! -vuelve a insistir mi amiga, pero mi furia ya está hasta el tope. No voy a permitir que él me haga esto.
- No, Fabiola. Cristal está pasándose -le dice él, y luego vuelve a mirarme- Estoy harto, no porque seas la reina suprema vas a poder decirme lo que se te antoje. ¿Estamos, malcriada?

Y eso fue la gota que rebasó el vaso. Mi respiración se vuelve agitada de una manera inmediata. Sin esperar ni un segundo más, levanto mi brazo y estampo mi mano contra su cara con toda la fuerza que tengo. Siento que mi garganta se cierra, y siento que todos me están mirando en silencio, impresionados, porque sólo tengo mi mirada fija en Seth. Su cabeza, que quedó hacia un lado por el impacto, se gira y sé que está furioso. Desvío mi mirada hacia la pantalla, para ver a Fabiola, y ella está con una mano en su boca, y su mirada no muestra otra cosa que dolor. Por último Drew, que está con la boca un poco abierta, y no reacciona.

- Fabiola, yo... -me aclaro la garganta- Ya me voy. Puedes quedarte a hablar un rato con ellos si quieres. Buenas noches.

Dicho eso, me levanto de mi asiento y salgo de mi habitación. Me adentro en el baño, e intento calmarme. Abro la llave y lavo mi cara con toda el agua que puedo. Dios, ¿Qué he hecho? ¿Qué me está sucediendo? ¿Soy yo, en realidad? ¿Esto es lo que ha estado logrando mi dolor?

Me seco el rostro, salgo del baño y me voy hacia las escaleras. Llego a la cocina y cojo un vaso limpio, para luego llenarlo de agua y tomarla como si no hubiese un mañana. Vuelvo a llenar el vaso, y me siento en la mesa, a intentar no pensar en nada más. Estoy enojada. Pero lo que más me enoja, es que Seth tenga razón. Estoy pasándome.

No sé cuantos minutos pasan. Al momento en que me sumerjo en mis pensamientos, pierdo toda conexión con la realidad, por lo que cuando noto que hay una persona dentro de la cocina, me asusto de un salto y doy un grito ahogado.

Seth está mirándome fijamente. Su ceño fruncido y su rostro ligeramente rojo, me dice que sigue furioso. Lo ignoro con la mirada, como si me diera igual, y tomo un sorbo de agua. Aclaro mi garganta, y miro mis uñas. Les hace falta una nueva capa de barniz, ¿Cómo no me di cuenta antes? Es hora de cambiar el color. Éste ya me aburrió.

- ¿Por qué me golpeaste? -me pregunta. Su voz está más oscura que nunca.
- No te golpeé -me defiendo- Sólo fue una bofetada.
- ¡Tu maldita bofetada me tiene cabreado! -alza la voz- Está bien que seas como seas, pero no te da derecho a ir y golpearme como si tuvieras poder sobre mí.
- Cállate, Seth -lo fulmino con la mirada- Tú me provocaste. Y si estuviera bien para ti que yo sea como soy, no me abrías dicho malcriada, ni las otras cosas, y nunca abría pasado lo demás.
- ¿Así que porque te provoqué vas a creerte mi madre o mi padre y vas a hacerme entender como si fuera un pendejo? ¿Fue eso un castigo?
- No, pero Fabiola te advirtió que pararas. ¡Te lo advirtió! -le grito- ¡Si ella te dice algo sobre mí, es porque tienes que hacerle caso!
- Si crees que voy a darte el gusto de hacerte sentir bien tratándome mal, así como lo hiciste con el imbécil del otro día -comienza a acercarse a mí, y de pronto siento un poco de miedo-, estás equivocada.
- Sólo hazle caso a Fabiola para la próxima, ¿Bien? -es lo único que me limito a decir- Y asunto acabado. No quiero hablar más.
- Me importa una mierda que no quieras hablar más -escupe, y sus ojos ahora muestran odio, y es como si se pusieran más oscuros. Comienzo a sentir mi respiración irregular, y todo se vuelve peor cuando comienza a acercarse a mí de nuevo- No he tenido un buen día, y tú acabas de ponerlo aún peor ¿Qué pasa si ahora me provocas tú? ¿Vas a aceptar mi golpe en tu cuerpo con gusto? -me paro de la silla, con más miedo que antes y retrocedo hasta la pared. Dios, ayúdame.
- Aléjate de mí -ordeno- No te atrevas a hacerme daño.
- Entonces tú deja de comportarte así.
- Si fueras tan hombre como dices, no estarías amenazándome con golpearme -suelto, como último recurso de lograr que no siga acercándose a mí. Aún está lo bastante lejos, pero sirve.

Gracias al cielo, mi intento funciona. Porque Seth se queda de pie, y no sigue avanzando. Intento que no se note un suspiro que dejo salir. Mi cuerpo tiembla. Él es un loco. No tiene respeto por una mujer. ¡Me amenazó!

Toma una silla de la mesa y se sienta en ella con brusquedad. Mi corazón, que está lo suficientemente agitado, no quiere volver a la normalidad. Queriendo escapar, tomo mi vaso de agua, y me preparo para salir de la cocina.

- No sé por qué ocupo mi tiempo pidiéndote que te comportes -habla de repente, impidiendo que pase por su lado y que me vaya. Suelta una carcajada irónica- No eres más que una fresa.
- ¿Cómo me llamaste? -pregunto, queriendo que se retracte.
- Fresa. ¡No eres más que una fresa! Creída, egocéntrica, hueca... ¡Toda esa mierda! Si crees que es linda una mujer así, no tienes ni idea de nada. Ni idea de nada, Cristal.
- Oh, bien. ¡Pues entonces me encanta ser una fresa! Mejor que ser una cualquiera con las que están tú y el mugriento de mi hermano. Y si yo soy una fresa, tú eres un chocolate. ¡Un asqueroso chocolate!
- ¿Asqueroso? -alza una ceja, y vuelve a reír con ironía- Un chocolate. Vaya insulto.
- ¡Sí, un chocolate! ¡Que haces que me salgan granos de la molestia que provoca tu presencia y tu voz en mí! -dejo de gritar y me quedo en silencio. Seth ahora ya no ríe. Está con el ceño fruncido- No vuelvas a hablarme.

Corro hacia la salida de la cocina, y salgo de la casa. Me voy hacia la piscina que está en el patio trasero y me siento en una banca que está a un lado. Necesitaba aire fresco. Detesto lo que ha pasado. De verdad que lo hago. Y lo que más me enoja, es que Seth tenga razón: Me he pasado.

♥♥♥

Bueno, ¡Hola! Supongo que ahora se les aclaró la duda de por qué le puse así a la novela. Es algo muy tonto, lo sé, pero me gusta bastante. No me arrepiento de haber puesto éste nombre. ¿A ustedes qué les pareció?

Muchas gracias por todos sus comentarios, son las mejores. Estaré subiendo el Martes de nuevo. Quizás, sólo quizás, suba el domingo otro capítulo, pero aún no lo sé. No prometo nada. Como que no me agrada mucho esto de subir sólo dos veces a la semana. Repito: No prometo nada. ¡Un beso, y buenas noches o buenos días dependiendo de cuándo lo han leído! Posdata: Lamento si está mal narrado o tiene alguna falta, pero no he tenido ganas de releerlo. 


12 comentarios:

  1. Siguela!!!amo como escribes!!😍😍😍😍

    ResponderEliminar
  2. Holaa!! Como me encanta esta novela! Me gustó mucho el por qué del nombre,aunque no entendí muy bien por qué él le dijo que era una fresa,y mucho menos el por qué de que ella le haya dicho chocolate.Pero buee Seguillaaaa!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  3. Hola tishu! Me gusto el capítulo. Espero que ya se dejen de pelear justin y cristal ! Seguila.
    Cat

    ResponderEliminar
  4. Hola Thisu <3 Como estas? Pues espero que estés bien. Me gusto el PORQUE del titulo de la novela. De verdad :). Me quede pensando mucho en el titulo. Pero no entendí lo de la Fresa jausjuajsuajuas <3. Bueno eso. De verdad no me gusta como es Cristal en algunos aspectos es como muy.... Ella. Espero que Justin Y Cristal se lleven mejor.
    Se Te Kiere <3
    Besus <3
    Chaolin <3

    ResponderEliminar
  5. Me gusta mucho el nombre de la novela ya que amo la fresa y el chocolate...me gusto muchiisiiimo el capitulo...Cada dia soy adicta a ella osea a la novela lol...Y me gusto #MuchoconDemasia siguela Cuidate..Se te quiere beosos

    ResponderEliminar
  6. Subííí por favor! YA QUIERO EL OTRO CAPPP!

    ResponderEliminar
  7. En mi opinión me gusta el nombre que le as puesto,es original.
    Como siempre,me encanto el capitulo.

    La verdad me asusto un poco Justin cuando la "amenazo",pero aún así sigo amando la novela.
    Sigue así,eres la mejor.
    Te Quiero Mucho.

    By:Esca

    ResponderEliminar
  8. Holaa!!! Qué lindo cap! Subee hoy porfass! Un besoo :) QUIERO MÁS!

    ResponderEliminar
  9. Siiii sube hoy porfassss!!!!!!!!! PD:Me encanta cómo escribes síguela!! Y gracias por siempre cumplir cuando dices que vas a subir te adoro!

    ResponderEliminar
  10. Hola, corazón!
    Por fin sé por qué tu historia se llama así, y por qué no me quisiste contar cuando te pregunté. Me parece re original, la verdad, nunca me hubiese imaginado un significado así para el título.
    La relación entre Cristal y Justin cada vez se pone peor, la bofetada se la tenía bien merecida, pero quiero saber cómo vas a hacer para que terminen en una relación. Se odian tanto que yo ya no sé.
    Shippeo a Fabiola y Drew. Bye.

    ResponderEliminar
  11. Me encantan tus novelaaas ecribes increible, siguela ♡♡♡

    ResponderEliminar
  12. Heyy! Subee estoy esperando el cap! :)

    ResponderEliminar