11 de marzo de 2015

Capítulo veintiuno - Fresa con Chocolate.



Me encuentro sentada en mi colchón, casi muriéndome del sueño porque la tipa que está a mi lado derecho me tiene realmente aburrida. No pensé que sería así, digo, desde que se confesó no ha dejado de parlotear a mi lado, mientras me ruega que haga algo por ella y su felicidad. ¡Es una obsesiva, una psicópata de hermanos!

- Cristal, por favor, tienes que presentarme a tu hermano -insiste Marizza por no sé qué número de vez en lo que llevamos de la pijamada.
- No -respondo borde. Me giro a mi lado izquierdo, donde está Fabiola, y le hablo en susurro- ¿Puedes creer esto? Ya se me está haciendo molesto.
- ¿Por qué no? -pregunta Marizza, volviendo a tocar el tema- ¡No está mal que yo quiera conquistarlo! Si la otra que está tratando de conquistar no le da bola, ¿Por qué yo no puedo intentar demostrar que soy mejor que ella?
- Porque no, y punto. Déjame, Marizza. Me está hartando éste tema. No quiero ser grosera, ¿Pero puedes parar de una miserable vez? 
- Tú no entiendes lo que siento por él -expresa, frunciendo el ceño. Ahora se enojó. 
- Por Dios, no sientes absolutamente nada, sólo atracción física. 
- ¡Llámalo a su celular y pregúntale si puede venir acá un rato, para que nos conozca con las chicas! -propone, y eso me hace quedar tan impresionada que intento con todas mis ganas no reírme en su cara.
- Se nota que no lo conoces, Marizza. Drew jamás en su vida vendría a una pijamada con mis amistades. Lo aborrece -sonrío de lado- Con suerte me trajo a mí y a Fabiola.
- ¿Fabiola se lleva bien con él? -pregunta, repentinamente interesada.
- Por supuesto que sí -le cuento con orgullo- Mí mejor amiga es la única que ha logrado llegar al corazón de Drew, y encima sin siquiera intentarlo. 
- ¿Drew está enamorado de ella? -abre los ojos, tanto, que en cualquier momento el globo ocular se le podría salir para afuera.
- No he dicho eso, pero él le tiene un cariño y una protección que jamás brindó a otra chica. Es más, ¡Terminó a su antigua chica por Fabiola! Y encima la invitó a nadar.
- ¿Es eso cierto? -Marizza se dirige a Fabiola, mirándola amenazante- ¿Significa que tú eres la chica a la que Drew quiere conquistar?

Fabiola me mira impactada. Sé que probablemente no debí decir eso, pero es la verdad. Drew tiene un gran afán de querer estar cerca de ella, además de todo lo que nombré, y no veo por qué debería ser algo que ocultar. 

- No, yo no soy la chica -niega Fabiola, rotundamente- Estás malinterpretando.
- ¿Entonces por qué hace todo lo que Cristal dijo, por ti? -cuestiona molesta.
- No lo sé -responde mi amiga, aturdida- No tengo idea. Jamás le he preguntado, pero es un chico increíble. Realmente se ha portado excelente.
- Le podría agradar yo también, quizás incluso más de lo que tú le agradas -ataca Marizza. Ruedo los ojos, ya algo fuera de mí.
- Marizza, escucha -me meto, para que deje de decirle cosas así- Tú podrías agradar a Drew, pero con esfuerzo, quizás sin que seas tú misma. Fabiola, prácticamente, sólo tuvo que hacer sonar los dedos y en un segundo tuvo a mi hermano en la palma de su mano. Fin.

Ésta tipa ya me está haciendo dar la cabeza vueltas. ¡Me estoy volviendo loca! Lo que me hace preguntarme: ¿Por qué la defendí de Julián? Oh, sí, por recuperar la honra de una mujer. Lástima, porque de saber que Marizza sería tan irritante como cual mono alfa de trasero colorado, gritando por conseguir hembras, me habría inventado otros insultos para Julián, incluso mucho mejores.

Marizza continúa acribillando a Fabiola de preguntas, desesperada por saber más de Drew, queriendo saber qué tiene Fabiola que no tenga ella. No sé por qué se hace tanto problema. Yo no soy tan parecida a Fabiola en el carácter, pero sí en los gustos y en nuestros sentimientos más profundos. A pesar de eso, estoy completamente consciente de todo lo que Drew pudo ver en ella, como para que se llevasen bien. Quiero destacar lo sencilla, tranquila y humilde que mi amiga es. Esas tres cualidades son las que puedes notar a simple vista, incluso antes de hablar con ella por primera vez.

¡He colapsado, definitivamente no aguanto más!
Tomo mí celular que está a un costado del colchón en el que me encuentro. Deslizo el dedo para desbloquear la pantalla, busco el número de Drew y lo pongo en altavoz. Los pitidos suenan y sé que contestará en cualquier momento.

Fabiola me mira como si yo estuviera loca por lo que estoy haciendo. A Marizza se le nota lo nerviosa, pero lo sorprendida y también animada que está. Las chicas, incluyendo a Faloon, Teddy, Amanda y Carlota, han ido afuera a buscar unas cosas para comer, por lo que no han escuchado nada de la conversación, y definitivamente, no escucharán lo que Drew diga.

- Qué pasa -saluda Drew, con voz neutra.
- Tengo a alguien que quiere hablar contigo -informo aburrida.
- ¿Es Fabiola? -pregunta- Porque si es ella, dile que puedo llamarla de inmediato.
- No es ella -le digo, sonriendo satisfecha. Miro a mi amiga, y ella está tratando de no sonreír. Por otro lado, Marizza está claramente molesta- Es una chica que conocí antes.
- Pf -bufa Drew- Cristal, sabes, me haces perder mi tiempo. Seth y yo estamos pasando un rato de hombres en casa, así que no llames para mierdas de éstas.
- Su nombre es Marizza, sólo quiere conocerte -insisto sin nada de ganas, pero sólo lo hago para ser cortés. No quiero ser tan grosera- Podría agradarte.
- Me importa una cagada, ¡Tus amigas me repugnan! -grita- Joder, ¿Fabiola está por ahí?
- Está a mi lado.
- Dile que no haga nada que yo sí haría con alguien.
- ¿Qué significa eso? -pregunto extrañada.
- Tómalo como quieras. Con que ella entienda el concepto, yo feliz.
- Drew, ¿Y las papas fritas? -se escucha la voz de Seth- Las dejé en el sofá cuando llegamos. Es como si hubiesen desaparecido.
- ¡Oh! ¿Eran para compartir? -pregunta mi hermano, todo inocente- Tío, no sabía. Me las comí todas. Venga, dame un abrazo.
- Pero si te dije que eran para ver la película, imbécil.
- No escuché, lo siento -se disculpa- Cristal, ya me largo, no me molestes más -dicho eso, la llamada se corta y no escucho más que los pitidos.

Me quito el celular, lo bloqueo, y suelto un suspiro. Miro a Fabiola, que está mirando fijamente a Marizza, con algo de pena en su rostro. Pienso un momento qué decir para que se sienta mejor o se olvide del asunto, pero sus palabras me interrumpen antes de que siquiera lo intente.

- No me interesa, tu hermano es un capullo. Que se vaya al infierno -escupe con despecho- Quédate con él, Fabiola, yo ni quería -se gira, se recuesta en el colchón, y al parecer, intenta dormir. Su frase no pudo ser más típica.

Las chicas vuelven a la habitación, se sientan sobre sus colchones mientras abren paquetes de comida chatarra, y tardan en darse cuenta de que Marizza se ha puesto a dormir. Supongo que lo hace, porque está roncando al cabo de pocos minutos.

Rato después, me ofrezco a ir por las bebidas a la cocina. Me levanto, saco los vasos del lugar que Carlota me había indicado, y comienzo a servir. Sobrepaso el borde y un poco comienza a chorrear cuando el sonido de mi celular me sobresalta. Lo saco de mi bolsillo, que lo había guardado ahí luego de hablar con Drew, miro para ver quién es, y me pongo un poco confundida.

- ¿Papá? -pregunto, incrédula- ¿Qué haces llamándome?
- Aún estás en la pijamada, ¿Cierto? -cuestiona con autoridad- Porque más te vale que no te hayas ido para otro lado.
- No me he ido, estoy donde te dije -ruedo los ojos, a pesar de que no pueda verme.
- Confío en tu palabra.
- ¿Para qué me llamas? -pregunto insistente- ¡Estoy bien!
- Quería decirte que Seth va a ir por ti y por Fabiola.  A las doce tienes que estar fuera de la casa de Carlota, ¿De acuerdo? Espero que seas puntual.
- ¡Papá, no hagas ésto! -reclamo de inmediato- ¡Habías dicho que tú vendrías!
- Noticia de último minuto, estoy muy cansado. Trabajo de noche, Cristal. Necesito dormir y recuperar mis fuerzas.
- ¿No piensas que Seth quizás hará eso de mala gana? -intento convencerlo- ¿O que puedo ser una molestia? Debe de tener planes.
- Estoy seguro de que no, hija. Hazme caso y por favor no seas grosera. Adiós -no me deja decir nada más, y corta la llamada.

Me quedo mirando el celular como una estúpida, queriendo tirarlo al suelo y pisarlo con toda la fuerza que mi cuerpo me permita, pero me abstengo, porque sé que no me comprarán otro si lo arruino. Con suerte pude conseguir uno en navidad. Papá y mamá no ganan tanto dinero, y todo lo que tenemos ha sido por el esfuerzo de toda una vida de cada uno.

Bueno, podré ser de todo, de lo que sea, pero siempre pienso en mis padres y en su situación, a pesar de no demostrarlo. No soy una persona maldita. Yo sé eso, así que me hace sentir bien y orgullosa, a pesar de cualquier cosa.

- ¿Estás bien? -Fabiola llega a la cocina, viendo mi expresión. Suelto un suspiro que tenía contenido, y cierro los ojos. Alzo una mano y niego con mi dedo índice.
- No es nada, sólo papá al teléfono -sincero a medias, porque no es necesario decirle que me cabreé un poco con él. No es para tanto tampoco.
- ¿Estás segura? -alza una ceja.
- Sí, no es nada importante -sonrío para tranquilizarla.

Me ayuda a llevar los vasos con bebidas nuevamente a la habitación, y todas, excepto Marizza que está dormida, seguimos conversando de cualquier tema sin importancia. Gracias a Dios, el tema excesivo de los chicos ya se acabó, así que en su lugar charlamos hasta del instituto.

Comienzo a relajarme y se me olvida todo lo que pudo salir mal en el día. Creí que estaría de mala gana el resto de la noche, ¡Pero no! En su lugar, estoy radiante porque realmente es como si nada hubiese pasado. ¿Así serían mis noches de pijamada al lado de Fabiola, en mi casa y en la de ella?

Ahora que lo pienso bien, es un no. Claro que no. Las nuestras serían más reales. No tendríamos nada que ocultar, hablaríamos de lo que quisiéramos, ya sean de decepciones de la vida o de los momentos más felices. Podríamos llorar, reír o gritar, sin sentirnos juzgadas en ninguno de los sentidos. El pasado saldría a relucir, el futuro se soñaría a nuestro gusto, y al final, seguramente, quedaríamos en que somos fuertes y en que seguiremos adelante, no importa lo que pase o lo que haya pasado.

Cuando se hacen las once y media, las cosas comienzan a volverse aburridas. Marizza despierta, y comienza a lloriquear por el desinterés que mi hermano le dio. Comienza a darme sueño, y me reprimo de acostarme en el colchón porque no quiero dormir todavía, quiero hacerlo en mi casa. Fabiola, por otro lado, decide pasar el tiempo viendo vídeos graciosos en la laptop de Carlota. No escucha nada de los lloriqueos de Marizza porque está con audídonos.

Cuando faltan quince minutos para las doce, mi celular comienza a sonar y contesto de inmediato. Nadie parece darse cuenta de que siquiera ha sonado, así que me lo llevo a la oreja, con despreocupación.

- ¿Hola? -otra llamada que no quiero.
- Estoy afuera, Cristal -escucho decir a Seth, con voz ronca.
- Acosador, ¿Quién te dio mi número? -pregunto impactada.
- Tu padre.
- Hablaré seriamente con él. No puede estar dando mi número a enemigos.
- Ésa no es la palabra con la que deberías dirigirte a mí -corrige con algo de amargura.
- Lástima.
- Sal, que te estoy esperando.
- Aún no son las doce.
- Pero ya llegué, así que si tú y Fabiola son tan amables, ¿Podrían salir para que yo las vaya a dejar y luego me vaya a mi casa?

Lo pienso un momento, por poco ablando mi corazón y respondo que sí, pero en lugar de eso, corto la llamada y me quedo mirando mis uñas los siguientes minutos. Quiero irme, pero sólo lo hago para molestarlo. Después de todo, el día de hoy comiendo helados en Sissy's él se enojo, ¿No?

Cuando son diez para las doce, mi celular vuelve a sonar. Me lo llevo con desdén al oído, nuevamente. ¡Quiero morir! Estoy cansada, que Dios se apiade de mí.

- Qué quieres -escupo. ¿Desde cuándo recibo tantas llamadas?
- Cristal, si no sales de ahí, prometo no volver a dejar que vayas a ver a tus amigas -me regaña papá, con los nervios algo disparados. Sin embargo, no llega a estar enojado.
- ¿Qué te pasa?
- Seth me ha llamado y me dice que no quieres salir. ¿No te pedí que no fueras grosera? He estado intentando mantener mi compostura contigo, hija. No te he regañado, te dejé ir a esa pijamada, y tú no estás dándome nada bueno a cambio -su voz de pronto suena triste. Dios, está haciendo eso que sabe hacer. Ya está logrando que me sienta culpable.
- Pero papá, aún no son las doce -le recuerdo, queriendo que me comprenda.
- Cristal, vete de ese lugar ahora y regresa con Seth, ahora.

Me doy cuenta de que no va a descansar hasta que le haga caso, y si no llevo a cabo lo que me pide seguro se lo dirá a mamá y ella me dará una reprimenda que no quiero recibir, así que termino dándome por vencida, ya cansada.

- Bien -acepto- Nada más déjame recoger mis cosas, ¿Bueno?
- De acuerdo, gracias -noto que papá se relaja a través de la línea- No sé si estaré despierto cuando llegues, pero tienes que avisar a tu madre cuando lo hagas, ¿Ya?
- Ajá. Buenas noches.
- Buenas noches, hija. Descansa -y cuelga.

Me levanto, quedando firme sobre mis propios pies y me acerco a donde se encuentra mi mejor amiga. Toco su hombro. Ella se sobresalta. Estaba tan concentrada, que no me vio venir. Se quita los audífonos y me analiza con la mirada.

- Debemos irnos, Seth está afuera.
- Oh, vale -comprende de inmediato. Comienza a ponerse de pie.
- No hay prisas, iré al baño. En cuanto vuelva, tienes que estar lista.
- Bien -sonríe y yo me voy hacia donde le dije.

Al llegar, me miro un poco en el espejo y luzco un poco demacrada. De verdad estoy cansada, al parecer. Creí que era sólo algo pasajero, pero al parecer no. Mis ojos lucen muy pesados, y están un poco rojos. No es algo que suela apreciar.

Salgo del baño exactamente a las doce, sólo para mantener mi palabra. Papá dijo a las doce, le dije que bien, así que de más puedo decir que tardé en guardar mis cosas y que por eso terminé saliendo a esa hora aunque me haya dicho que saliera antes. Aunque, bueno, sólo traigo mi celular. ¿Qué importa? ¡Nadie se dará cuenta!

Fabiola y yo nos despedimos de las chicas, y luego salimos de la casa. El auto de Seth está ahí, tan reluciente que el reflejo de la luna choca contra el capó de su auto negro, haciéndolo brillar. Es fascinante, aunque me muestro desinteresada.

Seth sólo nos observa. Noto que la mirada que me dirige a mí, es con algo de molestia. Hace un gesto indicando que nos subamos, y sin rechistar, lo hacemos. El camino transcurre en silencio. Primero noto que vamos en la dirección contraria a mi casa, así que me percato de que primero dejará a Fabiola. Al hacerlo, sus padres me agradecen y me preguntan quién es quien nos ha traído.

- Un amigo de la familia, especialmente confiado por mi padre -les digo, y eso parece que les hace relajar. No quiero que luego ataquen a Fabiola con preguntas.

Me despido, ellos cierran la puerta y regreso al vehículo. Intento abrir la puerta de los asientos traseros, que es donde Fabiola y yo nos habíamos venido, pero están aseguradas. Observo a Seth, y apunta el asiento de copiloto. Frunzo el ceño, pero como no tengo ganas de hablar con él, decido hacerlo a su manera. Estúpido.

- Por suerte que era a las doce -suelta Seth, cuando echa el auto a andar. Ruedo los ojos. Creí que el resto del camino seguiría siendo en silencio.
- Tú fuiste quien llegó antes -me defiendo de mala gana.
- Sí, pero aún así saliste a las doce y cinco minutos de adentro, Cristal -dice con exactitud- Deberías tener un poco más de respeto.
- No es para tanto, ¿De acuerdo? Deja el tema, estoy cansada -confieso- Quiero llegar a mi casa y dormir.
- Bien, pues yo quiero fumar un cigarro ahora mismo, pero no todo en ésta vida se puede -escupe- No  vas a tener todo lo que quieres todo el tiempo.
- No empieces, Seth. ¡Sólo conduce! ¿Qué te sucede ahora?
- Quiero hablar contigo como personas normales.
- Tú fuiste quien se enojó hoy, ¿Por qué me culpas?
- No, Cristal. La que me atacó fuiste tú. Yo sólo quería disculparme en nombre de alguien.
- ¡Por favor, Seth! -me quejo en voz alta- ¡No te disculpaste en nombre de la tonta de Ana, lo hiciste porque quisiste!
- ¿Qué hay de malo en eso? -cuestiona con molestia. Hace una maniobra brusca con el vehículo, y siento que apaga el motor, pero me vale un verdadero bledo en estos momentos.
- ¡Eso es lo malo, precisamente! -vuelvo a quejarme- ¡No necesito que lo hagas!
- ¡Demonios, sólo he estado portándome bien contigo! -me grita, tan fuerte que me hace enfadar aún más. ¿¡Quién se cree!?
- ¡No tienes que portarte bien conmigo! ¡Entiéndelo! -expreso, y para variar, agrego:- Tu Anita es una zorra.
- ¡Me preocupo por ti, Cristal! -continúa- ¡No puedo entenderte! ¡Intento hacerlo, pero no puedo, ni siquiera me dejas! ¿Crees que es agradable ver cómo la gente te juzga?
- Si mal no recuerdo, tú eres uno más de quienes lo hacen. Me llamaste fresa, malcriada, y otras cosas. No intentes hacerte el santo.
- ¡Sí eres fresa! ¡El que te lo diga no quiere decir que lo use como un insulto contra ti! -sigue gritándome- ¡Todo lo otro lo fingí, no he pensado las otras cosas que te dije! ¿No te quedó claro el otro día, cuando te ayudé en el trabajo?
- ¡Oh, por el amor de Dios! ¿Qué es lo que quieres a cambio dejarme en paz? -pregunto desesperada- ¡No me defiendas, no me hables, sólo tienes que hacer como que no existo! Dado que eres tan bueno fingiendo, podrías fingir que soy invisible, también.

♥♥♥

¡He vueltoooooo! No pude subir antes porque estuve bastante ocupada, así que subo ahora. ¡Les tengo una noticia! No entré el lunes a clases, ahora entro el 16 de marzo, así que éstos días los tendré libres para escribir capítulos y si todo sale bien, avanzaría lo suficiente como para subir también los domingos. No estoy segura, sin embargo. No es una confirmación. Muchas gracias por todos y cada uno de sus comentarios. Ya he vuelto de mis vacaciones, y a las que entraron a clases, mucha suerte. ¡Las adoro! Besitos y abrazos. Recuerden, +5 comentarios para que suba. ¡Hasta el viernes!


8 comentarios:

  1. Primer comentario!!! Este cap fue intenso! Ya quiero saber q va a pasar!

    ResponderEliminar
  2. Aish ojala se besen jajajajaja por favor siguela!!

    ResponderEliminar
  3. OMG!!! Quiero que se besan ya !!! Me alegro mucho que hayas regresado bien y tienes mucha suerte de entrar el 16 de marzo, quisiera estar en tu lugar. Síguela. Estoy ansiosa por el próximo capitulo me dejas con la intriga puuu. Bueno.Te espero mañana.
    Se Te Kiere <3
    Besos <3
    Chaolin <3

    ResponderEliminar
  4. Seguila por favor!! Estoy con la intriga!
    Amo tu nove *----------*

    ResponderEliminar
  5. Holisss me encanto! Sube más!!!

    ResponderEliminar
  6. Me gusto mucho que pelea dios jajajja siguela

    ResponderEliminar
  7. ._. Cristal esta loca...igual que yo :D

    ResponderEliminar