11 de noviembre de 2013

Capítulo 13 -Por un capricho.






Ya han pasado cinco días desde ese hermoso abrazo. Creo que en realidad había quedado marcada, pero no sabía por qué. Sinceramente, en mi vida es muy extraño ver un abrazo familiar tan claro y puro como lo había visto aquella noche. Mi padre y yo jamás hemos tenido uno igual, al menos no que yo recuerde, y menos ahora que está con Michelle. 

Ese día en que conocí al hombre que crió al “chico del baño” conseguí una habitación para quedarme. Sí, él me dio las llaves para poder quedarme ahí. Me sentía agradecida, era una habitación muy bonita. Tenía lámparas, unas cortinas color púrpura de encaje y para qué hablar de la cama, era grande, suave y el colchón era de agua. Yo jamás había dormido en una cama de agua, pero en realidad, si debo ser sincera, no era tan cómodo como la vez que dormí con Justin. Por alguna extraña razón lo extrañaba por la noche, y eso era algo que me confundía. Ahora hablamos más y cada vez que puede –o sea todas las noches- se ha quedado conmigo hasta tarde en la habitación en que me alojo para luego ir a la de él. Me fascina su compañía y la verdad es que a veces odio que tenga que ir a la suya. No les voy a ocultar eso. 


- __ -me llamó Justin tras la puerta, dando unos golpecitos.

- Pasa –no entendía por qué me pedía permiso para entrar a esta habitación, siendo que ni siquiera es mía. 


Abrió la puerta apenas escuchó mi voz y entró con una sonrisa en su cara. Le sonreí, y luego se tiró en la cama, de espaldas, haciendo que esta se moviera como el tsunami que en realidad había dentro de ella. 


- Son las 09:15pm, ¿qué piensas hacer esta noche? –me preguntó mientras miraba el techo atentamente.

- Bueno, casi nunca hago algo –le conté riendo.

- Claro, lo sé, pero quería preguntarte si te gustaría acompañarme a casa de un amigo. No queda lejos, podemos ir a pie. Hoy es su cumpleaños.

- ¿Es una fiesta? 


Ya me ha pasado esto. Una prima un día me dijo que me invitaba a conocer unas amigas de ella y que entre todas nos llevaríamos bien. Le hice prometer que no me dejara sola y fue lo primero que hizo. Me sentía como una inadaptada, ya que ellas hablaban de todos los temas en los que yo no tenía nada de conocimiento. Odiaba eso, es horrible. Te sientes botada, como si no encajaras, y como si fueras las sobras del día.


- No, no es una fiesta. Bueno, sí lo es. Pero no me quedo. No me gustan. 

- ¿Hablas enserio? Yo creí que como tienes 19 solías salir por las noches, y cosas así. Lo que hacen los chicos de tu edad –es lo que se pensaría normalmente.

- Enserio, no me gustan. Cuando me quedo a algunas es por un rato, porque me lo piden. Pero luego me largo lo más rápido que puedo –se echó a reír junto conmigo- ¿Tú has ido a algunas?

- Solo familiares, y lo odio. 

- Pero sí que te ves hermosa con esos vestidos que usas, que lucen perfectamente tus piernas, tus caderas, tu trasero y tu busto –sentí que la sangre se me subía a la cabeza.

- ¡Tonto! –tomé una almohada lo más rápido que pude y se la lancé a la cara.


Él solo se limitó a reír a carcajadas. Me encantaba hacerlo reír, era como música para mis oídos. ¿Qué estaba pasándome? Cada vez que lo veo, cada vez que miro sus ojos o cualquier rasgo de su cara siento sensaciones inexplicables.


- Entonces, ¿vienes? –insistió una vez más, mientras se sentaba en la cama y me quedaba mirando.

- Sí, voy. Pero si te quedas en la fiesta, me vendré. No quiero ser un impedimento para que disfrutes. 

- Calla –me fulminó con la mirada. Se puso de pie y me tomó por la mano, haciendo que también me parara- No eres un impedimento. 


Casi a rastras me sacó de la habitación. Juntos caminamos hacia la escalera y la bajamos. Íbamos a despedirnos de su padre, ya que se iría esta noche con una de sus chicas y no lo veríamos en varios días, creo. Pero nos llevamos una sorpresa al notar que él estaba con unos amigos en la sala de estar, tomando unas cervezas. Todos estaban de pie, esparcidos en la sala, riendo y mirando la televisión. Entre ellos, un chico de aproximadamente 19 años estaba con ellos, también con un vaso de alcohol en la mano. Sentí que me recorría con su mirada de arriba abajo. Comencé a ponerme incómoda, intentaba evitar cualquier contacto visual con él. 


Justin saludó a todos los señores preguntándoles como estaban, que al parecer ya los conocía. Pero al chico más joven lo saludó solo con un apretón de manos, creo que era la primera vez que se veían.


Luego de eso, Justin se posó al lado mío y comenzó a hablar de algunos temas con los señores. Yo, por mi parte, no estaba poniendo atención a lo que decían. En lo que sí me estaba fijando era en que el otro chico ese estaba tratando de acercarse cada vez más a mí, disimuladamente. Me ponía muy nerviosa. Se acercó hasta quedar justo a mi costado, a la misma distancia de la que yo tenía con Justin. Sentía su mirada encima. 


- Papá, iré con __ a casa de Víctor –le avisó Justin mientras acomodaba su cabello un poco. Se le acercó y se despidió de él con un abrazo. 

- Está bien, hijo. Diviértanse –su padre me hizo un gesto con la mano como en forma de “adiós”. Yo le correspondí haciendo el mismo gesto, pero con una sonrisa incluida. Entonces él me la devolvió. 


Y justo ahí todo se volvió oscuro. Todo era negro. No veía nadie. ¿Qué había pasado? No había luz. En ese momento sentí que algo o alguien me tomaba por la cintura, me apretaba junto a él y no tardé en sentir una presión en mis labios. Los entreabrí por instinto y justo en ese entonces, supe que me estaban besando. Unos carnosos labios estaban jugando con los míos. Mi nariz lograba percibir un delicioso olor a menta fresca. Esta persona cada vez me acercaba más a él. Yo, al notar que estaba besando a alguien que no sabía quién era, intenté echarme para atrás, pero al hacerlo este inmediatamente se hacía hacia delante, impidiendo separarme. Mordía y lamía mis labios. Yo realmente no sabía quién me estaba besando, pero por un lado deseaba que fuera Justin… y no sabía por qué. Y para colmo, yo seguía el beso. Justin. Justin. Ese nombre era todo lo que tornaba por mi cabeza. Pero de un momento a otro me soltaron y se alejaron. Me quedé como una tonta ahí parada sin saber qué hacer o decir. Llevé mi mano hacia mi boca, como analizando lo que había pasado, y recién fue cuando volvió la luz.


- Que raro corte –comentó uno de los hombres.

- Sí, quizás debe de haber fallado uno de los cables –opinó otro.


Y ahí se quedaron conversando. Justin me miró como lo hacía siempre y me guió hacia la puerta. Ambos salimos. Yo aún estaba medio aturdida por lo que acabó de pasar. ¿Y si había sido una ilusión? Quizás imaginé todo esto. Tal vez solo fue como un tipo de ilustración, no sé. Suena imposible, pero quizás lo fue.


- ¿Te encuentras bien? –me preguntó mientras caminábamos por la calle. Notaba un cierto brillo en sus ojos, o quizás solo era por el reflejo que hacía la luz de los faroles que habían en las veredas sobre ellos.

- Sí, yo… estoy bien –sonreí de lado. No era buena mintiendo.

- ¿Estás segura?

- Eso creo –hice una mueca.


Se acercó a mí, me tomó por la cintura, haciendo que yo pasara uno de mis brazos por atrás de su espalda y posara mi mano en su costado. Él pasó su brazo por mis hombros, como abrazándome y me acercó más a él. Sentía su mentón posarse en mi cabeza, y de vez en cuando la bajaba y olía el olor de mi cabello.


- Amo como hueles… -respiró hondo sobre él y luego botó el aire.

- No creo oler tan bien –solté unas risas nerviosas. Sentía que mis mejillas se enrojecían.

- Pues de verdad que hueles rico… no tengo palabras –me miró, lo miré y me guiñó un ojo, haciendo que mis mejillas se enrojecieran aún más. 

- ¿Y a donde íbamos, Justin? –cambié de tema, pero sonreí, me encontraba muy feliz, sobretodo si estaba con él.

- A casa de Víctor, preciosa –sonrió de oreja a oreja.


Preciosa. Me ha llamado preciosa. ¡Me ha llamado preciosa! 

No sé, quizás es idea mía… no estoy segura. ¿Será que me estoy enamorando de Justin? ¿por qué hace que me sienta así? ¿por qué con solo un gesto, una palabra bonita o una mirada hace que mi corazón se vuelva loco? ¿qué me está sucediendo? No… no puedo estar enamorándome de él. Digo, él es… perfecto. Y yo no le llego ni a los talones. Pero de lo que sí estoy segura es que… estoy sintiéndome muy rara junto a él. ¿Será atracción? Tal vez.

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No me he tardado. Dije que subiría pronto, ¿no? Los comentarios subieron demasiado rápido y obviamente se lo merecían haha. Amé sus opiniones y buenos deseos hacia mí, chicas. Son las mejores. Ustedes siempre logran sacarme sonrisas y me alientan, no saben lo agradecida que estoy. Este capítulo ha sido algo corto, pero quería subirles. Aún así, espero que les haya gustado. Comenten y voten mucho. ¡Las amo! Besotes :3






10 comentarios:

  1. Siguelaa esta hermosa de verdad y como yo ya te dije tomate todo el tiempo que quieras pero vive todos los dias como si fuera el ultimo y por eso no lo desaproveches cpn lagrimas solo rie y que todo se lo lleve el viento C:

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  2. Me encanto! Síguela! Cuídate mucho!

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  3. me encanta tu novela tishu es hermosa!!!
    PD: siguela si no muero :3

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  4. Me encantaa! subí pronto por favor! :)

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  5. quien fue el que la beso ???!!!!!

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  6. me encanta tu novela deberías ser escritora, yo compraría tus libros xD

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  7. Thiare, me encantó de verdad siguela cuando tu quieras tus verdaderas lectoras esperaran :] =)

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  8. Thiare, de verdad que si me encanto,me fascino el capítulo...
    Escribes perfecto y siguela cuando tu puedas. Que tus verdaderas lectoras te esperarán (Yo soy una de ellas :D )

    Pd: por favor lean mi nove: karlaswag34.blogspot.com

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  9. Wauuuu me encanto...jeje sigue escribiendo tishu :) XD
    by: soledad Benitez de bieber

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