13 de enero de 2015

Capítulo cuatro - Fresa con Chocolate.



Cuando ya tengo mi jugo servido, tomo un pequeño sorbo. El sentir el líquido helado, me hace relajarme un poco. Mi sorpresa sigue, así que me quedo callada un momento más, pero luego ya estoy preparada y sé que estoy lista para decirle todo a Drew.

- Dime, ¿Por qué tú puedes traer amigos, y yo no puedo traer a mi mejor amiga? -nada más al escuchar mi pregunta, él se pone a reír. Odio cuando hace eso.
- ¿Acaso te he prohibido que la traigas?
- No, no lo has hecho, pero me molesta el hecho de que tú traigas a gente antes que yo. Ahora que has traído a alguien, seguro que no se despegará de aquí y que seguirás trayendo a más y más, como pasa todos los años -me cruzo de brazos, más enojada que nunca- Por esa misma razón ya no quiero que Fabiola venga. Tus amigos me hacían la vida miserable, me molestaban y no pienso dejar que ella pase por lo mismo.
- ¿Cual es tu maldito problema, Cristal? Esta es mi casa también, y puedo traer a quien yo quiera -se cruza de brazos, de la misma forma que yo.
- ¿Sabes cual es mi problema? -le pregunto, acercándome a él, quedando frente a frente- Que siempre te buscas amistades que no valen ni un poco.
- ¿Lo conociste? -me pregunta enojado igual que yo- ¿Lo saludaste? ¿Sabes algo de él?
- Vi lo que necesitaba ver. Lo suficiente. No es que su cajetilla de tabaco haya  pasado desapercibida -ni siquiera me molesto en hablar bajo. No me importa que el tipo escuche.
- Eres una discriminadora de mierdas, Cristal. La cagas.
- ¡No me interesa, Drew! -exclamo- ¿De donde has sacado a ese tipo? ¿De los clubes a los que ibas, igual que a los otros?
- Lo conocí en la universidad. Estudia en Artes, igual que yo.
- ¿Cómo voy a creer eso? Cuando te preguntaba antes, me decías que eran de la escuela, ¿O no?
- No te importa. Cree lo que quieras -me responde borde.
- ¿Por qué te empeñas en hacer mi vida un asco? -pregunto- ¡Dímelo!
- ¡No todo gira en torno a ti, Cristal! -me lanza tal grito, que me sorprendo- ¡No te metas en mi vida! ¡No eres el centro del mundo! ¡Eres una imbécil amargada que no hace más que molestar y meterse en todo en lo que no debe!
- ¡No me grites! -exijo, devolviendo su grito- ¡A mí nadie me grita! ¿Entiendes?
- ¡Te grito porque es la verdad! ¿Acaso yo te ando diciendo con quién debes juntarte? ¿Te regaño por lo que haces con la gente, o por lo que no haces? ¡No porque seas mi hermana vas a hacer lo que se te antoja y tratar a mis juntas como se te de la gana! ¡Oh sí, la gran Cristal es la diosa suprema y nadie puede ponerle un pie encima! Ese es tu pensamiento típico seguramente. ¡Egocéntrica!
- Prefiero ser egocéntrica a ser un pringado con amigos de porquería, que fuman y quizás hasta se emborrachen y droguen. ¡Soy inteligente! No como tú -escupo.
- ¿Cuando vas a aprender a respetar a gente que es distinta a ti, Cristal?
- Nunca, ¿Y sabes por qué? Porque no saco nada. ¡Porque no me gusta la gente así!
- ¿Acaso tú no sabes que muchas personas lo hacen por problemas?
- No me vengas con porquerías de esas, Drew -le digo- Siempre utilizan esa excusa. ¡Ay, sí, tengo vida horrible, así que dejaré que mis pulmones se contaminen con tabaco y me alcoholizaré para sentirme feliz por un momento! -imito con una voz burlona- ¡Eso es una idiotez del tamaño de todo un país!
- Vaya, disculpa a la gente por no tener una vida perfecta como la tuya, en donde tienes todo lo que se te antoja. Además eres una superficial, joder. Una maldita superficial.
- Soy feliz siendo así, no me interesa lo que me digas.
- A mi tampoco me interesa lo que me digas tú. ¡No te entrometas en mi vida, ni en mis amigos, ni en lo que yo haga! -se gira rápidamente y comienza a caminar firme para salir de la cocina. Me adelanto hacia la salida, lo empujo por el hombro y paso por delante de él.
- Ni creas que ibas a irte antes que yo -lanzo mi cabello hacia atrás, y oigo que me dice algo, pero no logro escuchar. Sin embargo, sé que es un insulto.

Paso por la sala de estar, sabiendo que el amigo de Drew está observándome, pero no bajo la mirada. Es más, le miro desafiante, a pesar de él tiene una mirada completamente normal. Sus ojos se quedan en los míos y el contacto visual se rompe cuando comienzo a subir las escaleras. ¡Todos son iguales! Es que no. No puede llegar alguien correcto a mi vida. ¡Siempre me toca lo peor!

Estoy en mi habitación, y de pronto me siento mal. Hace mucho que no tenía una escena con tanto griterío con una persona. En pocas palabras, con un hombre, a pesar de que sea mi hermano. Eso me sofoca. Creí que no volvería a tener de eso. Supongo que me equivoqué.

Los minutos pasan y estoy sentada en los pies de mi cama. Ahora mismo intento no pensar. No regresar al pasado. Porque Drew, ni ningún otro, es esa persona que tanto me dañó. Tengo que estar consciente de eso. ¡Por favor! Cristal, eres más que esto. Puedes olvidarte.

Mis ojos comienzan a humedecerse, sin poder evitarlo. Los recuerdos pasan por mi cabeza, y me niego a permitir que me hagan daño. Camino hacia la cortina, y la aprieto con fuerza, la jalo, creyendo que eso me ayudará a descargarme. Lo hago tan fuerte que logro que el fierro que la sostiene se salga de su lugar y caiga encima de mis cosas. Siento que algo frágil se rompe. ¡No me importa un rábano! Por mí rompería todo ahora mismo. ¡Drew es el peor hermano del mundo! De no ser por él, no estaría sintiendo todo esto. Me hace daño. ¡No debería ser así! ¿Por qué no puedo pasar de todo? ¿Por qué no dejo de pensar en el pasado? Porque eso es. Es pasado. No significa nada ya. ¿Por qué tuvo que marcar tanto mi vida? ¿Y qué es lo que pasa conmigo?

De pronto tocan la puerta y me quedo de pie en medio de la habitación, respirando de forma irregular. Me siento mareada y todo me da vueltas. Tengo tanta presión encima, que me asusta, y creo que en cualquier momento podría caer desmallada al piso.

- Cristal, ¿Qué se rompió? -era Drew. Y se atreve a venir aquí, el muy cínico- ¿Estás bien? -me callo. No respondo- Sé que estás ahí, te oigo respirar. ¿No puedes hacer episodios cuando no tenga una visita? Seth está abajo y escucha y sabe todo lo que está pasando. Compórtate.

Y no lo vuelvo a escuchar, porque siento que se aleja de la puerta y luego sus pasos bajando los peldaños de la escalera. Doy un puntapié a la cama haciéndola crujir. ¡El enojo, la furia, la impotencia y la tristeza no deberían existir!

De un momento a otro me doy cuenta de que tengo que relajarme. Que no saco nada haciendo lo que hago. Así que me tiro en la cama y aguanto lo más que puedo.

Paso los minutos, hasta que llega la hora del almuerzo, esforzándome por no votar ni una sola humedad de mis ojos, como siempre hacía. Yo no lloraba. Nunca. No lo hacía desde hace mucho tiempo. Y no pensaba hacerlo hoy, tampoco. 

Antes de bajar las escaleras, recupero toda dignidad y me muestro como suelo ser. Recuerdo que soy hermosa y una chica ejemplar, y ya me siento mucho mejor, y es como si nada hubiera pasado. Me voy hacia el comedor, y todos están sentados, esperándome. Miro toda la sala, y no hay nadie. El tipo, gran amigo de Drew, llamado Seth alias fumador, debe de haberse ido. Me siento en la misma silla de siempre.

- Mamá, ¿Por qué hay espaguetis con salsa de tomate? -pregunta Alejandro, con mala cara.
- Siempre te han gustado los espaguetis con salsa de tomate -le dice mamá.
- ¡Eso era cuando tenía seis! -exclama- Ya no me gustan. Me aburren.
- Alejandro -interviene papá- Esto es lo que hay, y esto es lo que te vas a comer, ¡Y ya!
- ¡Pero es que a mi no me gustan! -vuelve a quejarse, se cruza de brazos, y se queda callado.
- A mí me gustan mucho -se mete Drew.
- Nadie te pidió tu opinión, puerco asqueroso -le insulta.
- ¡Alejandro! -mamá ahora está enojada- ¿Qué te he dicho? ¡Mejor cuida esa boca!
- Mamá, no pierdas tiempo -ruedo los ojos- Nunca va a cambiar. Es un maleducado, jamás verá la luz, y nunca va a tener novia.
- ¿Él es el maleducado, Cristal? -me pregunta Drew, girando su cabeza hacia mi dirección, para luego mirarme fijamente. Pero yo ni me inmuto.
- Sí, es él. Sólo y nadie más que él.
- ¿Estás segura? -insiste, sin quitarme la mirada- ¿Lo estás?
- ¡Sí, Drew, lo estoy! -lo fulmino con la mirada- Todo lo que te dije era verdad. No me arrepiento. Fui sincera, y sigo en mi posición.
- ¡Pues yo también!
- ¿De qué están hablando? -nos pregunta papá. Todos nos miran en silencio.
- De nada -responde Drew, por ambos. Y todos empezamos a comer.

Cuando acabamos, nos quedamos conversando un momento. Tomo mi celular disimuladamente, y miro si tengo algún mensaje. Había uno, de Fabiola. Me preguntaba si quería salir hoy. Al igual que a mí, sus padres son muy estrictos con las salidas, y cuando a ella la dejan, siempre aprovecho de pedir permiso también. Así salimos juntas. Nos encanta ir de paseo cuando no hay clases.

- Mamá, ¿Puedo salir hoy? -le pregunto esperanzada.
- Pregúntale a tu padre.
- Papá -miro en dirección a él, ahora- ¿Puedo salir?
- ¿A dónde? -se cruza de brazos, apoyándolos en la mesa. Su mirada es seria- ¿Y con quién?
- Con Fabiola. Solo al centro, a dar una vuelta.
- ¿A qué hora?
- No lo sé, tendré que preguntarle.
- ¿A qué hora llegarás?
- Tampoco sé eso. Pero siempre es solo un rato.
- Bien. Pero solo por si acaso, te quiero aquí a las siete, más tardar.
- ¡Gracias! -le digo, ofreciéndole una gran sonrisa.
- ¿Por qué la dejas salir? -se escucha la voz de Drew- ¿Qué hay de mi?
- Tu amigo vino hoy antes de almorzar, ¿Qué más quieres? -le pregunta, alzando una ceja- Además, tú estás en la universidad. ¿No tienes que estudiar?
- Papá, Seth vino solo un rato por problemas personales -a pesar de que yo me encuentro mirando el centro de la mesa, noto que me mira de reojo- No estuvo más de una hora.
- Lamento mucho eso, hijo. Pero podrías invitarlo de nuevo hoy. Eso, si no tuvieras que acompañar a tu madre a pagar una cuenta al centro comercial.
- ¿Qué? -parecía que se le caía la cara- ¿Por qué no va Cristal?
- Porque ella fue quien me acompañó a cobrar el cheque. Incluso se ganó un helado -le dijo sonriente, y mirándome con aprobación.
- Eso es cierto, hermanito -le digo en tono burlón. Se gira hacia mí, fulminante- Y estaba delicioso. Papá también comió. Te lo perdiste.
- ¿Cómo pudiste comprarle un helado? -alega Alejandro, sorprendiéndonos, porque no estaba en la conversación- ¡Yo también quiero!
- Hijo, si te portas bien, te compraré un helado en el centro comercial -le ofrece mamá- Y si Drew se porta bien, le compraré uno también.
- Mamá -habla Drew sin ganas, tapándose la cara- No soy un bebé. Voy a portarme bien.
- Eso espero -le dice.

A las cuatro treinta, me encuentro ya lista y arreglada. Decido ir con la misma ropa con la que fui al banco. Me veía guapa, bonita, femenina, y sencilla. Me gustaba mucho. Así que solo me puse un poco de rimel, y me delineé y rellené los labios con color malva. Dejé mi cabello suelto, para que el viento hiciera volar su aroma.

Habíamos quedado en encontrarnos en Sissy's. La tienda de helados más agradable, con mejor atención y helados más riquísimos, pero a la vez económicos, que hay en toda la ciudad. Había bastante gente, así que fui casi corriendo hacia una mesa para dos personas, y me senté allí a esperarla.

Fabiola

Cuando llego a Sissy's, lo primero que hago es buscar a Cristal en las mesas del fondo. Para mi suerte, está ahí, justo en la misma de siempre. En el lugar, habían solo dos mesas para dos. Siempre ocupábamos la del rincón, apartada de todos. ¡Ninguna de nosotras puede ser más obvia!

- ¡Cristal! -la llamo. Ella gira su cabeza, dejando de mirar sus uñas.
- ¡Fabiola! -me acerco y la beso en la mejilla. Me siento en frente de ella- ¿Qué almorzaste?
- Lomo saltado, ¿Qué almorzaste tú?
- Espaguetis con salsa de tomate.
- ¡Rico! -exclamo sonriente, imaginando el plato. Se me hace agua la boca.
- ¡Rico el tuyo! Prefiero el Lomo saltado -junta sus manos y mira al techo, imaginándolo, igual que yo.
- Sí, es que ya sabes, te gusta más el arroz. Eres la loca del arroz, ¡podrías casarte con el arroz!
- Oye, el arroz es riquísimo -da su razón del gusto hacia esa comida- ¿Qué has hecho hoy?
- Uhm -pongo un dedo en la boca, y pienso- No he hecho nada de otro mundo. Estuve en casa con mamá, mirando vídeos en internet. ¿Y tú?
- Fui con papá a cobrar su cheque, y discutí con Drew.

De inmediato ruedo los ojos. Cada vez que Cristal me habla de su hermano, me da algo. Y es que aún sin conocerlo, sé que no me agrada. Ambas somos mejores amigas, tenemos un gusto entre personas muy parecido. Nos agradan las mismas, nos desagradan las mismas. Y no es por el hecho ese de: Como a ti te cae mal, a mi me cae mal. No. Es como si fuera inconscientemente. 

- ¿Qué te hizo ahora?
- ¡Llevó a un tipo fumador a casa! -exclama, desahogándose- ¿Cuantas veces seguirá con lo mismo? Todos los años anteriores sus amigos drogados o lo que sea, me hacían la vida miserable. Ahora trajo a este otro tipo. Creo que no me interesa tanto en ese sentido. Lo que más me molesta ahora, es que no he podido llevarte a casa. ¿Sabes cuantas ganas tengo de una pijamada?
- Yo también tengo ganas de una pijamada -hago puchero, porque enserio, las tengo- ¿Pero y si no es tan malo? Seamos positivas.
- Podría molestarte, ofenderte, o reírse de ti en tu cara. Es un hiriente cuando está con gente de esas que no tolero -se pone la mano en la cabeza, frustrada- Si hay algo que me molestaría aún más a que me molesten a mí, sería que hagan contigo lo mismo que hicieron conmigo. 

Cristal siempre me ha cuidado mucho. Tiene un instinto protector, y eso es algo que agradezco. No soy tan dura. Suele afectarme mucho lo que digan de mí. Por eso siempre ve el lado malo, de todo lo que podemos hacer juntas. Si hay algo que nos perjudique en el ámbito sentimental, no lo hacemos.

Sonrío, sin poder evitarlo, y suelto un suspiro lleno de ternura. Ella lo nota, y se pone a reír. Rueda los ojos y se muerde el labio, queriendo ponerse seria. Eso me hace reír aún más.

- ¡No te rías! -me pide, sin aguantar, volviendo a reír.
- Ya, ya, voy a por los helados -le digo- Y mientras, voy a considerar hacer algo.

Me pongo en la fila y no tarda en tocarme a mí. Pido dos helados de menta en copa. El mío tiene trozos de oreo y salsa de chocolate. El de Cristal tiene trozos de frutilla y salsa de frutilla. Ella nunca come chocolate. Siempre pedimos lo mismo, cada vez que venimos. Es como una rutina de amigas. 

Pienso en ir a casa de Cristal. Nunca fui porque Cristal la pasaba horrible estando allí con gente que la molestaba, y sería peor si yo iba. Luego, en vacaciones, cuando su hermano se fue, no pude porque me fui a casa de mis tíos con papá y mamá. Ahora, cuando pensamos que no llegaría, llega, y arruina los planes. Pero voy a ir de todas formas.

- Menta con frutilla y salsa de frutilla para la reina de la dieta -se lo entrego cuando me vuelvo a la mesa, a sentarme.
- No hago dieta -me fulmina con la mirada- Simplemente, me cuido. Tú no tienes necesidad. Eres delgada por naturaleza, y nunca tienes un grano, mujer. Nunca -levanta la cuchara de su helado y me apunta- Eres como una muñeca de porcelana.
- Ser delgada aveces no es tan bueno, te lo he dicho muchas veces.
- Eres muy linda, Fabiola -me dice sonriendo- Estás guapa.
- Tú también -le digo.
- Ambas.

Momentos así, son cuando entre ambas intentamos subirnos el autoestima. Las dos lo tenemos increíblemente bajo. Yo porque lo he tenido así desde hace mucho, todo por comentarios que me lastimaban mucho, que aveces cuestan asimilar. Y Cristal, desde que pasó por lo que pasó. Era algo más o menos parecido, solo que por personas distintas. A pesar de que ella siempre se muestra más que segura de sí misma con todas las personas.

- Voy a ir a tu casa de todas formas, y haremos la pijamada, y nos juntaremos siempre que queramos -le aviso, entusiasmada con mi decisión. Ella se saca la cuchara de la boca.
- ¿Estás hablando de verdad?
- Sí, lo hago. No quiero conocer a tu hermano, pero quiero que tengamos cosas de amigas. Que no toda nuestras juntas sean gracias al instituto -meto un poco de helado a la boca, lo trago, y sigo- Si el próximo fin de semana él sale a algún lado, avísame y voy, ¿Sí?
- ¡Por supuesto que lo haré! -grita, llamando la atención de las otras mesas, pero no le importa porque sigue ocupada en su emoción- Jamás creí que dirías eso. ¡Por fin ha pasado! No quería presionarte.
- Gracias por no hacerlo -le agradezco- Pero deberías hablar más bajo. Loca.
- ¡Es que no me lo creo! -sigue gritando- Prométeme que si Drew te hace algo, no dejarás de ser mi mejor amiga.
- Te lo prometo.
- ¡Oh, no te lo he dicho! -parece recordar algo. La gente sigue mirando hacia nosotras, pero ni se da cuenta, siendo que incluso se lo dije. Me llevo otra cucharada a la boca. No me importa que miren. No no avergonzaría nunca- ¡Me preguntó que si acaso estabas buena! ¿Puedes creerlo? No quise decirle que sí lo estabas.

Me atoro con el helado, pero logro tragarlo a tiempo, antes de ponerme a toser. Siento que Cristal intenta darme palmaditas desde donde está. Pero me las está dando en el hombro. Debería ser en la espalda. Me pongo a reír por eso cuando dejo de toser.

- Deberías digerir mejor, ¿Tanta hambre tienes? -me pregunta, volviendo a la posición en la que estaba- Lo único que falta, es que mi hermano quiera algo contigo. Sinceramente, no sé si es mujeriego o no. Pero ten cuidado.
- Él no se fijaría en mí, nunca -le digo, pero de pronto recuerdo algo- ¡Ni siquiera lo conozco!
- ¿Quieres ver una fotografía?

No me deja responder y saca su celular. Luego de unos segundos, lo extiende hacia mí y me lo pone prácticamente encima de mi nariz. Lo hago para atrás, y veo la foto. En él, un chico guapo, con rostro un poco aniñado, está mirándome. Bueno, no a mi, si no a la cámara. Trae una gorra azul hacia atrás, se muerde el labio, y tiene puesta una playera color bordó, creo, porque no lo logro distingir bien, y encima unas letras blancas.

- Ahora trae el pelo más corto -me informa- Esta foto se la tomó una semana antes de irse de vacaciones a casa de mi tía, este verano. Suele tomar mi celular, y tomarse todas las fotos que quiere, pero siempre deja sólo una. Dice que es para que mi celular tenga más swag -vuelve a guardarlo y apoya sus codos en la mesa- No sé que es eso. Debería borrarla, ahora que lo pienso. Es la única que sigo guardando. Pero bueno, ¿Qué te parece?

Me mira, esperando una respuesta. Me pone un poco nerviosa decirle que su hermano me ha parecido atractivo. Pongo mi mano en mi boca, tapándola y miro mi helado.

- Oh -siento que da un brinco, y eso me hace sobresaltar- ¡Lo encontraste guapo!
- No he dicho eso -me defiendo.
- ¡Pero lo piensas! Ese gesto lo conozco -me apunta con su dedo, amenazante- Cada vez que hay un chico que te llama la atención, lo haces.
- Bien, es cierto. Lo encontré guapo -reconozco, y me pongo derecha- Pero sigue pareciéndome igual que antes. No quiero conocerlo. Prefiero alejarme de gente como él.
- Yo haría lo mismo, si no fuera mi hermano y no tuviera que convivir con él. Es igual que sus amigos o ex amigos mediocres -me dice, mientras lleva un poco de salsa de frutilla a su boca. Frunce el ceño, y hace una mueca de asco- Esta salsa, Fabiola. ¿Es idea mía, o sabe mejor cuando está revuelta con el helado?

♥♥♥


¡Hola! Admitiré que esto de subir cada ciertos días no me tiene completamente conforme. En ocasiones me dan ganas de hacerlo, al menos, un día más en la semana. Cuando tenga la novela más avanzada, quizás agregue un día más de nuevo capítulo. Pero aún no. 

Quiero dar las gracias por comentar en mi capítulo anterior, a las seis chicas que lo hicieron, y también a quienes se toman el tiempo de hacerlo en el chat del blog. Me alegro de que les esté gustando. Sé que ésta novela no está siendo tan leía como las otras que hice, pero me pone feliz que aún varias de mis lectoras se queden. Muchísimas gracias. ¡Así que nos vemos el viernes! Voten en reacciones. Recuerden, +5 comentarios para que suba ese día. ¡Chaaao!





6 comentarios:

  1. Holiis Tishu ehm soy una fanatica de tus novelas, esta me fascina, me identifico en cierto modo con cristal, aunque es raro que no lleve mi nombre jjaaj además de que es un tanto exagerada y odiosa pero me gusta:3 quiero saber cual es el motivo de ello, como le rompieron el corazón y quien fue el desgraciado asdfd obviamente Juss :) sigue con la nove me encanta.
    Tu fiel lectora por siempre.
    Candy

    ResponderEliminar
  2. Me encantó el cap! Esperoo a que subas otro!!

    ResponderEliminar
  3. Me identifico un poco con cristal...este capitulo estuvo bueno me gusto todo pero lo que mas me gusto es que me acorde que mi mejor amiga y yo salimos y somos así jajaja amo estar con mis amigas..thiare eres la mejor de las mejores me gustan tus novelas siempre estaré ahi apoyándote se te quiere muchote cuidate besos :*
    pd:siguela cada dia quiero saber mas la espero con ansias :3

    ResponderEliminar
  4. Hola, corazón!
    Por Dios, qué carácter que tiene Cristal! Su relación con Drew es tan mala que me da un poquito de tema, encima pobre Justin debe de ser re incómodo estar en esa situación. Quiero saber más de él :B
    Por otro lado, a m o la amistad de Cristal y Fabiola. La mejor.
    Besossss!

    ResponderEliminar
  5. Aruigfbdcnx Me encantó el capitulo quiero más!!! SUBÍ,SUBÍ,SUBÍ!!!

    ResponderEliminar
  6. Subeeeeeee rapido Pliss <3
    oye si quieres agrega outfits a la nove para Cristal te dejo un link:(http://priscibelieber.polyvore.com/?filter=sets)
    Chaolin
    Besos<3<3<3

    ResponderEliminar