12 de marzo de 2014

Capítulo 34 -Por un capricho.




Si él había podido ser honesto, yo también podía serlo. No debía ocultarle mis miedos o mis inseguridades. Él conoció muchos de ellos de inmediato, prácticamente notaba cosas de mí que ni yo misma podía ver, ¿entonces por qué debería ocultarle lo que yo también quería y deseaba? No tenía lógica. Era mi turno, también debía decirle.


- Voy a decir que no eres el único que desea esas cosas –confesé- Yo también quiero, realmente quiero. También quiero seguir estando contigo por mucho tiempo más o para siempre. Quiero ese arte, quiero todo lo que tú me dijiste. Podría jurarlo, si es lo que deseas. No te estoy mintiendo. Incluso sé que no me obligas, pero a pesar de que no estoy lista, tengo ganas de hacerlo. Es muy extraño.


Se me quedó mirando fijamente, con una cara tan confusa que llegué a creer que había arruinado todo. Tal vez no me había explicado bien. Pero no pasó mucho para que su expresión cambiara y fuera totalmente seria, aunque debo admitir que eso me asustó más. Me extrañé cuando comenzó a sobar sus muslos, como si de alguna forma se estuviera secando el sudor de las manos. Sonrió, de repente. Me estaba revolviendo el cerebro esperando a que me dijera algo. Lo que sea sería mejor a su silencio, que ya me estaba estrangulando. Me preparaba para gritarle o a hablar cualquier cosa que no fuera ese tema. Al parecer era lo mejor.


- Jamás me voy a arrepentir de tenerte a mi lado –susurró Justin- Lo que ahora mismo haría es acurrucarte conmigo, besarte y mimarte todo lo que no he podido hacerlo. Me siento solo en casa como no sabes, te extraño cada día. A veces quiero pararme frente a tu padre y decirle todo lo nuestro, pero no se puede y me harta. Tengo miedo, __. Miedo de que te aleje de mí. No lo soportaría.


Me sentía tan mal por eso. Yo misma le estaba haciendo daño. Le pasaba por mi culpa. Los dos estábamos en la misma situación, desesperados por no tener que ocultarnos. Solamente habían pasado dos días y ya costaba.


- Debemos ser pacientes, amor –si alguien debía mantener la cordura, era yo- En un tiempo papá te tomará cariño y cuando se lo digamos entenderá. Esperemos que así sea. Pero no me voy a alejar de ti, ni nada de esas cosas. Quiero seguir contigo, no importa lo que pase y necesito que lo entiendas. Promete que lo entenderás, ¿si? Por favor.


Todo ya parecía una de esas telenovelas dramáticas que dan. La chica a la que le prohíben estar con el de otra familia rival, pero se ven a escondidas y tratan de sacar a flote su amor por sobre todo. No es tan parecido, pero sí un poco. Y no lo digo con orgullo, lo odiaba. Decidí que cuando Michelle me pidiera ver esas cosas con ella, no le volvería a hacer caso.


- Lo prometo –brotó de sus labios. Me sentí más aliviada al escuchar sus palabras. Sonrió con ternura, haciendo que yo mordiera mi labio inferior.

- Confío en ti, Justin. Y saldremos adelante –esta vez era mi promesa y no pensaba romperla.


Estuvimos unos cuantos minutos ahí, no fueron más de tres y ya estábamos listos para volver a casa. Nuestra preparación para arrancar se terminó cuando mi novio habló improvisadamente, diciendo que tenía algo guardado dentro de él.


- Necesito mear –soltó, abriendo la puerta y parándose- No creo poder aguantar.

- Pues ve –me eché a reír- Los árboles sirven, no se verá nada con toda la oscuridad. Tu vejiga es muy débil, ¿lo sabías?

- Al menos no me meto en casa de un extraño a sacar los litros de pipí que me torturan, señorita. Tengo educación.


Lo fulminé con la mirada. Pero que idiota. Cerró la puerta rápidamente y se fue a través de las hojas. Sus palabras me habían sacado de quicio, y sin pensarlo dos veces salí del auto y me fui por donde mismo él se había escondido. De inmediato escuché un río escurriéndose.


- Tengo educación –le dije tomándolo por sorpresa, haciéndolo saltar.

- Mierda, __. Es de mala educación interrumpir a la gente mientras hace sus necesidades, ¿es que a ti no te enseñaron nada? –eso me cabreó más aún, se estaba burlando de mí.

- ¡Tengo educación! –volví a repetir, esta vez un poco más fuerte- Solo bromeaba, además esa vez estaba perdida, no pude aguantar más. A cualquiera le pasa.

- No sé por qué te defiendes tanto, en ningún momento te dije que fue algo que a mí me perjudicara o molestara –se volteó cuando ya estuvo con la ropa arreglada.

- Parecía que sí –dije algo apenada.

- Pues no lo es. Te conocí gracias a eso. El pipí es un símbolo para nosotros desde que nos hemos encontrado, y no habrá nada que lo cambie. Amo el pipí, casi tanto como te amo a ti. Parecemos enfermos hablando del pipí a cada momento, pero es algo que nos marcó, ¿entiendes? Ese líquido amarillo fue lo que nos unió. Joder, esto suena tan imbécil –se rascó la cabeza- Ahora, no me he lavado las manos, así que espero que no me tengas asco.


Se acercó a mí, tomó mi cara y depositó un dulce beso en mis labios, de no más de un par de segundos de duración. No me daba asco, por supuesto que no. Me daba igual, amaba el pipí tanto como él, literalmente, saben a lo que me refiero. Cuando se separó de mí se quedó a no más de dos centímetros. Al parecer, ambos queríamos seguir, porque como un rayo volvimos a besarnos, esta vez con tanta pasión como podíamos. Sus brazos rodearon mi cintura, estrechándome a él. Abracé su cuello y ladeamos nuestras cabezas para hacerlo más profundo. Pasaban los segundos y el beso cada vez se volvía más fogoso, tanto, que sus manos comenzaron a bajar por mi cintura, hasta llegar a mi trasero. Lo apretaba y daba caricias, de una manera que realmente me agradaba. Subió las manos, levantó mi ropa y comenzó a acariciar mi espalda. Su respiración comenzó a acelerar, y eso provocó que la mía se pusiera igual. Mis pensamientos se volvían algo morbosos, imaginándome el día en que yo perdiera mi virginidad con Justin. Eso me hizo acelerarme más. Intenté por todos los medios quitarme eso de la cabeza, pero me costaba un mundo. Una de sus manos se quedó en mi trasero y la otra subió hasta uno de mis pechos, aún por debajo de mi ropa, cosa que no me esperaba, dándole masajes, ni delicados de brutos, pero sin llegar a hacerme daño, aunque ni me importaba si lo hacía, yo disfrutaba, no importaba como. Sus besos comenzaron a bajar por mi cuello. Solté un pequeño gemido, tan diminuto que seguramente él no pudo oír. Me estaba desesperando por la situación, hasta que una imagen de mi padre enojado pasó por mi mente. Por dios. Había olvidado por completo que le habíamos dicho que no tardaríamos nada. Traté de alejar a Justin de mí.


- Justin, hay que parar –le pedí, pero comenzó a succionar aún sobre mi cuello, haciéndome estremecer- Amor, debemos irnos –él seguía en lo suyo, no me hacía caso. Tuve que poner mis manos sobre su pecho, pero como era fuerte no pude ni moverlo- Si llego tarde papá se va a enojar, recuerda.


Eso bastó para que se detuviera en seco. Juntos habíamos olvidado que papá ya había vuelto de su viaje y que yo tenía hora de llegada. Estaba furiosa en ese momento, quería ir y golpear su cara, mientras le gritaba que ya estaba lo suficientemente grande como para salir con mi novio. Obviamente, lo haría si supiera que tengo uno, claro está.


- Tienes razón, shawty –se separó de mí- Perdón.


Noté la decepción en su rostro. Me sentí mal por nosotros, otra vez. No estaba feliz por ello.  Y encima me pide perdón, siendo que no tiene por qué hacerlo. Eso solo se pide cuando has hecho algo demasiado malo, y que yo sepa, a mi me encantó lo que hacíamos. No entendía a mi novio.


- No digas tonterías –dije con decisión, rodando los ojos- No es algo para ello, me ha gustado. Si no fuese por papá me quedaría aquí, toda la noche contigo.

- Para qué hablar de mí, eso lo haría de sobras –rió- No hay algo que no haría por ti. Si tu padre aún estuviera de luna de miel, yo…

- Lo sé –lo interrumpí. Se me quedó mirando- Sería perfecto, estaríamos tan inseparables como lo estuvimos en tu casa. Me gustaría que volviera a suceder –sentí que me sonrojaba, recordando la vez en que estuvimos una especie de grandes hormonas en su habitación. 

- A mi igual –bajó la mirada- Pero bueno, solo nos queda volver. ¿No trajiste nada para acá, tu celular o algo? Pudo haberse perdido.

- Mi virginidad, quizá –hablé sonseando, cosa que hizo a Justin reír con nerviosismo- Soy muy graciosa, ¿no?

- Uno de estos días no será para nada un chiste –se frotó las palmas de sus manos, pasándome uno de sus brazos por mi cintura guiándome al auto- Te lo juro.


En el camino estuvimos en silencio, como normalmente lo hacíamos cada vez que nuestro destino era mi casa. Era algo así como una rutina entre nosotros. Tal vez era porque nos separaríamos, o porque estábamos nerviosos, o porque nos extrañaríamos infinitamente todas las horas en que no estaríamos juntos. De cualquier forma, era algo que no podía cambiarse por el momento. Había que ser realistas. Prefiero mil y un veces no verlo por días, a perderlo para siempre. Pero justo cuando estábamos en la cuadra de mi casa, pasamos por el hogar del pequeño gatito. El hombre estaba cerrando el portón y una cosita que apenas se veía estaba entre sus manos. Comenzó a caminar en dirección a donde yo iba. Lo primero que pensé era que me lo llevaba a mí.


- Justin, detén el auto, ¡es mi gatito! –grité entusiasmada.

- ¿Tu gatito? 

- Sí, ese hombre es quien me lo va a regalar.


De inmediato frenó y quitó el seguro de mi puerta. Me bajé y me giré para quedar cerca del hombre. Él me reconoció enseguida. Sonrió, pero yo tenía una sonrisa más enorme aún. 


- Vaya, me has ahorrado camino –se echó a reír. Me pareció gracioso, a pesar de que mi casa solo estaba unos metros más allá- Este es tu gato, no sé como quieras llamarlo, pero ya sabes, te aseguré el blanco con negro, el último que quedaba. 


Y extendió sus enormes brazos hacia mí. Hasta nervios me daba tocarlo por toda la emoción que tenía dentro. Pero a pesar de ello logré tomarlo. Gracias a mi tacto sentí lo frágil y delicado que era. Tan pequeño, tan inocente, tan indefenso. Se me humedecieron los ojos, ya me había puesto sentimental.


- Muchas gracias, señor –hablé lo más normal que pude- Me ha hecho un gran favor, creí que no lo recordaría.

- Ni hablar, mi madre quería deshacerse de esa cosa, gracias a ti me he ganado mi habitación propia –me contó con superioridad, al parecer ese hombre era bastante mantenido por su mamá- Me has hecho el día. Ya me voy, un saludo.


 Alzó su mano en forma de adiós y se giró para entrar a su casa. Acurruqué a mi nueva mascota entre mis brazos y me subí al auto de Justin, quien me esperaba sonriendo tanto como yo.


- Lindo gato –lo halagó- Aunque está muy pequeño, ¿crees que se muera?

- Claro que no –me hice la ofendida, dudaba de mis capacidades para proteger de él y cuidarlo- Vivirá conmigo por mucho, ya verás. Está muy bonito.

- Sí, pero está bien sucio.


Encendió la luz de interior. Fue una ayuda, ya que pude ver que mi abrigo estaba todo lleno de tierra, quedando de color café. Me impresioné, pero no me molestó. Ahora tendría un buen hogar y no estaría vagando por el patio todo sucio y lleno de cosas que le pudieron hacer daño.


- No importa, luego se lava –me eché a reír.

- ¿Cómo le pondrás? –me preguntó.


No lo había pensado en ningún momento el nombre que podía llevar. Pero el nombre de mi gatito anterior me vino como un rayo a la cabeza. Lo extrañaba, y de alguna forma quería recordarlo. Este era el momento perfecto. Algo como un homenaje o tal vez una estupidez para los demás, pero para mí significaría la mejor decisión. Sonreí ampliamente, algo nostálgica, con ganas de llorar.


- Romano –le dije- Su nombre es Romano.
                                          _____________

No me he tardado tanto, eh. Solo unos días, por lo que me siento bastante a gusto con ustedes. No las he hecho esperar siglos. Espero que les haya gustado, y no duden en que subiré pronto el capítulo que sigue. Ah, y los comentarios que hubieron en el capítulo anterior estuvieron hermosos. Ahora comenten en este, haber si subimos la cantidad, se los agradecería mucho, chicas. En este capítulo quiero que hayan más comentarios porque puso mucho de mí. Hoy estoy muy feliz, me encanta. Un beso a todas, cuídense mucho. ¡Xoxo! Únanse al grupo de mi blog para que estén al tanto de mis capítulos: https://www.facebook.com/groups/249293821904711/¡Adiosito!

10 comentarios:

  1. Me Encanta!No,Mucho mas que eso!<3
    Amo la Novelaaaaaaaaaaaaaaaaaa!Ojala & puedas subir pronto
    & te encuentres mejor,Eres Genial,Escribes tan
    Hermoso.Me encanta Deverdad,Espero & sigas ecribiendo asi,
    Nose, deverdad como le haces,Porque escribes Tan bien,
    Osea P-E-R-F-E-C-T-A-M-E-N-T-E!<3
    Nunca me cansare de repetir que La Amo!<33
    Bueno,Que estes bien,Te quiero bye,Besos;)
    Adiosito,Sube prontoC;

    ResponderEliminar
  2. siguelaaaaaaa me super en canto ame el capi love

    ResponderEliminar
  3. Me encanto siguela amor ♡♥♡

    ResponderEliminar
  4. Que lindo cap!!! Escribes hermoso tishuuu! Ahi mande la solicitud para unirme al grupo :)
    Mica.

    ResponderEliminar
  5. Divino el capitulo la parte hot me puso hot aksjdkahd hay dioh esta increíble ya quiero saber que pasara cuando lleguen a la casa!! que le dirá el papá a rayita????

    ResponderEliminar
  6. me encantoooooooooooo..

    ResponderEliminar
  7. Me gusto mucho el capitulo!!
    Claro como siempre❤. Perdona que no ubiera comentado antes pero estaba muy ocupada con la escuela y todas esas cosas y no habia podido pasarme por el blog a ver si ya habias subido, pero estan super hermosos este y el anterior de verdad los ame mucho y esta novela cada dia me encanta mas.
    Un besososo hermosa y sube cuando puedas!

    ResponderEliminar
  8. Fascinante me gusto mucho, escribes genial, sigue por favor, ES GENIAL.
    Pd: http://foxitastories.blogspot.com.es/ Escribo una historia, espero que pases leas y opines. Un beso.

    ResponderEliminar