22 de noviembre de 2014

Capítulo 69 -Por un capricho.



Mañana volvemos a casa y el día de hoy se está volviendo realmente pesado pero sobretodo, entretenido. Toda la familia se ha reunido para ir a dar paseos. Miguel, uno de mis primos de Tennessee que ya tiene treinta años, nos llevará en su furgón. No sabemos a donde iremos, pero él está decidido a hacerlo. No aguanto más, y me inclino hacia adelante, para poder hablarle mientras él conduce.

- Quiero saber hacia dónde vamos a ir -le digo sonriente.
- Y yo quiero saber si algún día me subiré a un cohete y visitaré la luna, pero no todo en esta vida se puede, querida __ -me dice. Tonto.
- Eres un pesado -frunzo el ceño- Y yo que me estoy portando bien contigo.
- Es una sorpresa, sonsa -lleva su mano hacia mi cara, sin voltearse y me agarra la nariz para sacudirla- Te va a gustar. A todos les gustará.
- Más te vale. Son vacaciones y quiero disfrutarlas. Recuerda que mañana me voy.
- Lo sé, por eso mismo. Ahora cállate y deja que conduzca -se ríe, yo lo imito, y me echo para atrás.

Eso de hacerle recordar que nos iremos no es para hacerme la sufrida o ponerle tanto interés, más bien era una advertencia de "si no me gusta quedará en tu conciencia". No tiene mucho sentido, ahora que lo pienso bien. Ni siquiera se atormentaría por eso. Es un poco gracioso. Miro a Cipion y está escuchando música con audífonos mientras se golpea las rodillas con las manos simulando que es una batería. Lo golpeo en el hombro para que reaccione.

- ¡Oye! -se queja al quitárselos- Estoy en la zona.
- No me importa, hay algo más importante -le doy a por saber- Quiero hablar contigo.
- ¿De qué?
- No lo sé, de cualquier cosa. Estoy algo inquieta.

En eso la voz de Lila se hace sonar. La pequeña ya está aprendiendo a decir unas cuantas palabras. A mi no me llama por mi nombre. Para ella me llamo Caqui. Siempre me dice Caqui. O Caca, cualquiera que le salga.

- Lila quiere ver a un cochinito -nos cuenta Michelle.
- ¿Un cochinito? -pregunta papá- ¿Qué diablos es eso?
- Me refiero a un cerdo, hombre.
- ¡Oh, yo sé donde pueden haber! -exclama la tía Casilda, como siempre llena de entusiasmo- Estamos en Tennessee, casi todo es campo. En cualquier lugar hay.

Miguel comienza a pasar calle por calle y nosotros nos dedicamos a ver hacia las casas, para ver si alguno tiene un cerdo. Pasa como media hora cuando recién Cipion divisa uno. Se pone a gritar y a frotar el culo contra el asiento lleno de felicidad.

- ¡Lo encontré, lo encontré! -grita sin parar- Soy mejor que ustedes ilusos, ¡yo gané!
- No era una competencia -aclaro.
- Estás envidiosa porque eres una idiota y no has podido encontrarlo antes que yo. Soy genial, pueden idolatrar a esta maravilla -se apunta a sí mismo.
- Cipion, cariño, ¿cuantas películas has estado viendo? -pregunta la tía Casilta. Papá, Michelle y Miguel se ponen a reír.

Nos bajamos del auto para ir a saludar al animal color rosa lleno de polvo. Es muy bonito. No es ni grande, ni pequeño. Es tamaño promedio. No para de hacer ruidos y mueve un poco su pequeña cola. Me sorprendo, porque es tierno, y parece ser juguetón.

- ¡Mira, Lila! -le dice Michelle y la lleva cerca- Ahí está el cochinito. Puedes ponerle un nombre.
- ¿Cochi? -es lo único que le sale a mi hermanita- ¡Cochi, cochi!
- Gran nombre, muy original -comenta papá partiéndose de risa.
- Estás gracioso hoy, amor -le dice Michelle fulminándolo con la mirada.
- Sí, lo estoy -responde sin parar.
- ¡Hay que tomarle una foto! -propone Miguel.
- Oh, sí, sí -Cipion se une a él- Yo también quiero una foto.
- Hija, ponte al lado del cochinito -le dice Michelle a Lila y la acomoda a su lado.

Se aleja para atrás y saca la cámara de su bolso. Cipion corre a su lado para salir también en la foto. Michelle la enciende, enfoca, ya lista para tomar la fotografía, pero Lila se pone a gritar como una loca.

- ¡Caqui, Caqui! -llama, y sé que quiere que vaya a su lado. 

Antes de que me obliguen a ir hacia ella, lo hago por mi cuenta y sin enterarme ya la han tomado. Sonrío y nos dispersamos. Todos nos vamos al vehículo para seguir con nuestro recorrido vacacional. Pero le pido a Michelle que me muestre, para ver como he salido. Al hacerlo me doy cuenta de que no he podido salir más fatal.

- ¿Es mi idea o estoy turnia? -pregunto.
- Sales muy mal, pero Cipion y Lila salen bien -comenta Michelle sonriendo- Espero que no te moleste que vaya a subirme a mi Facebook, Twitter, Instagram y a todas mis redes sociales jaja.

Sin dejar que le responda se mete al furgón y me doy cuenta de que ya todos han subido. Me apresuro a entrar o de lo contrario me dejarán tirada aquí y me perderé para siempre. Ellos ni se darían cuenta de que falto porque la tarde está genial, ¡me encanta!

Miguel nos lleva a nuestro destino. Pasamos por distintos lugares y la verdad es que aún no logro darme cuenta de a donde nos lleva. Pero todo se me aclara cuando pasamos por un puente enorme y alto. Miro hacia abajo y me impresiono, ¡hay un río enorme! Me pongo a chillar de a alegría.

- ¡Bienvenidos al puente los vientos, familia! -grita Miguel- Hoy almorzaremos aquí con la comida que hemos traído y podremos bañarnos en el agua todos juntos, ¿qué les parece?
- ¡Es genial! -exclama Michelle- Me encanta nadar.
- ¡Por fin me voy a bañar! -grita Cipion. Todos lo miramos impresionados.
- Con razón hueles a diarrea de perro con choclo y pepas de ciruela -comento.
- ¡__! -me regaña mi padre- No seas irrespetuosa.
- ¿Qué? es la verdad.

Cuando por fin llegamos abajo, nos salimos del auto y todo se ve aún más precioso. Al rededor no hay pequeñas rocas normales. Casi todas son blancas y relucientes. En pocas palabras son preciosas. Se me ocurre llevarme unas cuantas a Atlanta para conservarlas como recuerdo.

Enseguida nos acomodamos en un lugar con piedras grandes que utilizamos como asientos. Comimos arroz con ensaladas que Michelle y la tía Casilsa se molestaron en preparar, además de bebida. Papá ha traído una sandía y la compartimos entre todos. Está jugosa y rica y en media hora ya no queda nada. Satisfechos esperamos como una hora y nos comenzamos a preparar para meternos al agua.

El puente los vientos tiene ese nombre por algo que ya me he dado cuenta. ¡El viento es muy helado! En el lugar hace calor pero cuando llega una ráfaga fuerte no puedes evitar que los pequeños vellos de la piel se te ericen.

Obligo a Cipion a taparme con una toalla para que nadie me vea cambiarme de ropa. Él está volteado sujetándola y yo estoy vigilando lo mejor que puedo a mi alrededor, porque no somos los únicos que estamos aquí. Hay otras familias también disfrutando del día y me daría mucha morbo que alguien que viera. Encima hay un chico que no deja de mirar hacia mí mientras me cambio. Sé que no puede ver nada porque lo he comprobado, pero es incómodo hasta la muerte. Si Justin estuviera aquí no dudaría ni un segundo en ir a enfrentarlo y preguntarle qué demonios se trae. Me río ante mi pensamiento.

- ¿Lista? -me pregunta Cipion ya aburrido.
- No, aún no.
- Apúrate.
- Eso intento -reprocho- Pero es que estoy algo nerviosa.
- ¿Por el chico que mira hacia acá intento verte desnuda a toda costa? -pregunta y se echa a reír como si fuera lo más gracioso en todo el mundo.
- Yo no le veo lo gracioso. Es un acosador -miro en su dirección disimuladamente y aún observa- ¿Cómo puede ser tan obvio lo que hace?
- Por lo que veo es muy decidido. Cuando no se molesta en fingir que hace otra cosa es porque es así. Si se te acerca a hablarte, ¿qué harás?
- Nada. Le pediría que se alejase, o lo ignoraría. Tengo novio.
- Sí, pero tienes novio en Atlanta, no aquí en Tennessee.

Abro los ojos como platos.

- ¡Idiota, yo estoy de novia en todos lados, para todos, todo el tiempo! -en parte me siento algo ofendida, yo jamás engañaría a Justin, sin importar el lugar en donde me encuentre.
- Sabía que dirías eso -se ríe aún más- Cuando me enamore supongo que diré lo mismo.
- Eso también lo sé. No puedo esperar a oírte -sonrió.

No me pongo bikini. Bueno, me pongo uno, pero bajo de la ropa que traigo. Me he puesto unos shorts delgados y bastante cortos, y una camiseta de tirantes ajustada y pequeña. Yo nunca, pero nunca uso bikini sin nada más. No me gusta mostrar tanto mi cuerpo en público, es muy incómodo, sobretodo cuando no sabes si te queda bien o no. Hay personas muy molestas que te miran hasta en el más mínimo detalle, sobre todo chicas, que pueden mirarte por horas solo para encontrarte un defecto y reírse con las amigas sobre ello. Debo decir que eso no es lo que me afecta, pero hay personas y personas, y yo soy de esas que no me siento segura mostrándome tanto. Encima el tipo no deja de mirarte todavía.

Cuando todos estamos listos nos vamos hacia el agua. Apenas pongo el dedo grande del pie me quedo fascinada porque no está helada como pensé que estará, ¡está tibia! Como si fuese agua de manantial.

Me meto lo más lento que puedo para no resbalar con las rocas de abajo. Todos reímos y chapoteamos. Michelle moja los pies de Lila y ésta grita de alegría. Papá ríe mientras las abraza y las besa en la cabeza. La tía Casilta está siendo mojada por Miguel. Cipion intenta bailar en el agua un paso tan extraño que no lo reconozco. Miro hacia un lado y me doy cuenta de que hay chicas, así que seguro está tratando de impresionarlas como pasó con la chica del bus.

Me instinto malvado crece en mí cuando noto que ellas suspiran de deleite por lo atractivo que lo encuentran. Asco. Así que me hundo en el agua y a me guío hacia donde él está. Cuando ya estoy lo suficientemente cerca de su pierna, le agarro el tobillo con la mano y lo muerdo. Vomitaría luego, pero valdría la pena.

Siento el grito de Cipion y su intento desesperado de salir del agua. Saco mi cabeza a la superficie y aún sigue gritando, tan asustado que hasta se cae y queda hundido. Cuando por fin sale del agua se voltea y me ve. Me río lo más que puedo y él me fulmina con la mirada. Miramos hacia las chicas y ellas se burlan a más no poder. Su cara se le cae al piso y esta vez me mira, pero con odio.

- ¡Maldita! -me insulta- Me las pagarás -se mete al agua de nuevo y se pone frente a mí- ¿Tienes idea de lo que has hecho? ¡he tenido la oportunidad de tener sexo luego con alguna de ellas! ¡tengo que dejar de ser virgen antes que tú, joder!
- Ya has perdido de todos modos -me río aún más pero me callo al momento en que me doy cuenta de lo que he dicho. Cipion me mira con la boca abierta.
- ¿Qué dijiste? ¿tuviste sexo?
- Nada, nada. Yo no dije eso, ¿estás tomando pastillas equivocadas? -me hago la loca.
- ¡__, tuviste sexo con el papasito de Justin! -exclama a los cuatro vientos, alzando los brazos.
- ¡Baja la voz! -le pido desesperada- Si papá se entera todo se arruinará. Y no tuve sexo. Hice el amor -suspiro de ternura por como suena.
- Estás enamorada hasta las patas -comenta- Pero enserio, ¿cómo has podido? ¿cómo puedes ser capaz de humillarme por haberlo hecho antes que yo?
- No es la gran cosa, tonto -agarro sus cachetes- Aw, si aún es un niñito. No sabe lo que es sentirse un hombre. En cambio yo ya he sentido como una mujer.
- Estoy celoso -escupe algo molesto- ¿Cómo fue? ¿cómo te lo hizo? ¿rápido, lento, término medio? Dicen que la primera vez de la mujer es aburrida, porque no logran irse. ¿Usó condón?
- Por Dios, no quiero hablar de esas cosas, ¿qué te pasa?
- Tengo que saberlo. Soy tu primo con muchas hormonas. Debo enterarme de lo que les gusta más que les hagan.
- Estás loco, con todo el sentido de la palabra.

Luego de esa conversación verdaderamente incómoda, Cipion sigue esforzándose por recuperar la atención de las chicas que se habían burlado y derretido por él antes de mi ataque. Todos comparten felices, pero yo prefiero ir a sentarme a una roca que está en medio del río.

Observo a todos. Mi familia está tan feliz, y yo también lo estoy. ¿Cómo es posible? Yo creía que estos momentos tardarían mucho en venir. Creí que estaría triste el resto de mi vida. Pero no ha sido así.

Hay veces en que nos sentimos tan mal que creemos que todo está perdido, cuando en realidad solo debemos esperar. Hay veces en que nos sentimos felices pero nos sentimos mal y pensamos que no deberíamos estarlo, porque encontramos que no es justo cuando ese alguien especial no está, o se ha ido hace poco. Sentimos que deberíamos tener un mínimo de respeto porque ya no está con nosotros. Es como si los insultáramos de alguna manera, pero es porque los amamos.

Momentos como este son los que recordaré el resto de mi vida. Ni siquiera siento la necesidad de tomar una foto especial para este día. Porque lo atesoraré en mi memoria por siempre. Mi memoria la utilizaré como una fotografía, de las personales, de las que sientes que no es necesario mostrárselas a nadie y esas son las más hermosas. Las más especiales. Sabes que en realidad estás feliz cuando sientes que no son necesarias. Cuando sabes que no tendrás ningún problema para recordarlo, porque se quedará dentro de ti, siempre.

Estas personas me aman y yo los amo a ellos. Cada uno tenemos distintas formas de demostrarlos. Papá me regaña y me riñe pero es porque me quiere proteger. Michelle me demuestra lo especial que soy para ella porque siempre me apoya. Tía Casilda me lo demuestra abrazándome a cada momento y diciéndome lo hermosa que soy. Cipion me lo demuestra insultándome en broma y confiándome todos sus secretos. Y Lila, bueno, Lila me lo demuestra llamándome Caqui y golpeándome, y hasta regalándome sus sonrisas. Pero Justin, bueno, Justin es diferente. Él es el hombre y el amor de mi vida. Siento que hasta su respiración mientras me mira ya es una forma de demostrarme lo mucho que me ama. Todos esos detalles son importantes, y en ocasiones, son los elementos necesarios para saber que eres especial. Que no estás sola. Aunque no te digan las palabras exactas, el "te quiero". ¿Pero qué más da eso? Son palabras, no son acciones. Una palabra no significa nada. Todo aquí es de demostraciones variadas y distintas que cada persona da a su manera íntima y personal.

La tarde se hace fría y comienza el atardecer. El cielo está naranjo y morado, lleno de rayos de luz. Todos decidimos ir a casa, pero papá le pide a Miguel que nos lleve a un lugar más. Me dice que es necesario que vayamos. Yo no sé a donde me lleva, pero supongo que debe de ser especial para él y eso es suficiente para que acepte.

Cuando el vehículo se detiene, asomo la cabeza por la ventana y en un cartel grande y duro, están las palabras "Parque del recuerdo". Miro a papá, porque este es el lugar al que menos me esperaba venir pero el que varias veces le había pedido que me trajera. Es un cementerio. El cementerio en que está enterrado mi abuelo paterno que jamás conocí.

Papá me hace un gesto a que me acerque, y yo lo obedezco. Me bajo del vehículo junto a él. Michelle y Lila se bajan luego. Le pregunto a Cipion si quiere venir. En realidad espero que diga que no, porque es un momento que me gustaría compartir solo con quienes convivo día a día.

- No, gracias -me dice- En el año vengo varias veces, pero la verdad no se me dan muy bien.
- Anda con tus padres, hija -ahora me dice la tía Casilda- Es algo personal para ustedes hoy.

Asiento con la cabeza, les sonrío y sigo a papá y Michelle hacia la entrada. Me quedo pensando en lo que dijo: "Tus padres". Yo jamás he llamado a Michelle como mamá. Siempre la llamo por su nombre. No había considerado eso.

Papá es quien nos guía porque, de los cuatro, es el único que ha venido aquí. Jamás quiso traerme antes, por alguna razón. Pero estoy feliz de que por fin se haya decidido a hacerlo. Cuando llegamos a la tumba me doy cuenta del silencio enorme que hay en el lugar. No hay nadie más que nosotros. El césped es verde y brillante. ¿Será relajante, o escalofriante?

Como pidiendo permiso, nos vamos sentado a su alrededor. Su nombre sale escrito de una manera perfecta en la lápida. De pronto me siento un poco triste. Papá se nota algo apenado también. Lógico, porque es su padre. Algún día yo tendré que estar en su lugar, y estaré igual.

Como estoy a su lado, me pasa el brazo por los hombros. Lila aplaude. Ella no sabe lo que pasa, ni en donde estamos. No sabe que ha venido a visitar su abuelito que ha muerto, y que ahora se encuentra en el cielo.

- Hija, tú sabes que yo perdí a mi papá cuando tenía dieciocho años -me cuenta, y yo me dispongo a escucharlo atentamente- Siempre me hacía trabajar en el campo desde pequeño y por eso no pude terminar mis estudios. ¿Pero sabes una cosa? -niego con la cabeza y él me mira sonriente, pero a la vez nostálgico- Si hay algo de lo que estoy seguro, es que tú y Lila habrían sido sus regalonas. Él amaba a los niños, tanto como no te imaginas.

Sonrío, intentando no llorar, porque todo es muy triste. Miro a Michelle y noto que está sonriente pero que se seca las lágrimas. Por su lado, ella nunca conoció a su suegro.

- Papá era agresivo, sabes. Pero sé que me quería. Cuando yo jugaba a la pelota me dejaba ir apenas. Pero un día le pedí que fuese a verme, porque quería que viera lo bueno que era. Le dije que si él iba y le gustaba, seguiría jugando, y que si no le gustaba, le prometería que jamás volvería a jugar. Que trabajaría y lo ayudaría, para él -se le llenan los ojos de lágrimas, y me pregunto qué es lo que vendrá, porque jamás había oído esta historia. Verle los ojos así hace que los míos se humedezcan también- Lo que él me respondió es que jamás iría a mi estúpido juego. Que terminara lo que hacía y que entonces me dejaría ir, pero que él no iba a esas porquerías. Así que yo hice lo que tenía que hacer y me fui hacia el partido -lágrimas comenzaron a caer por su rostro y entré en pánico porque no sabía que hacer, entonces preferí dejarlo llorar, porque debía de ser muy doloroso y necesitaba desahogarse- Al jugar, íbamos a cero, __. Nadie ganaba. Los dos equipos nos sentíamos frustrados. Pero entonces, de pronto metí un gol. Todo mi equipo gritaba y celebraba. Me abrazaban. Y no sé que me dio, pero miré hacia la tribuna y... y entonces lo vi -más lágrimas le cayeron y sentí que no podía contener las mías, y comencé a llorar con él- Él estaba ahí y no podía creerlo. Asintió con la cabeza y sonreía. Y se lo dediqué. Alcé el brazo hacia el aire, y lo apunté, porque era el mejor regalo que me habría podido dar y jamás lo olvidaría -me trecha más hacia él- ¿Y sabes lo que me dijo después, al terminar todo? Me acarició la cabeza y me desordenó el pelo, luego me dijo: Juegas bien, hijo. Eres muy bueno. Jamás me sentí tan orgulloso de ti.

Bajé la cabeza y miré el césped. Todos llorábamos, excepto Lila. No sabía que papá tenía recuerdos tan íntimos y hermosos como ese. Siempre amé sus historias, pero oyendo esta siento que finalmente he completado su rompecabezas. Él antes me dijo que había una cosa sobre ellos que nunca me había contado, y ahora sé que era esta. Por fin, lo completé. Miro a Michelle y ella intenta dejar de llorar.

- Me habría gustado conocerlo, papá -le digo- Me habría gustado que él me quisiera, y me contara cosas de su infancia, así como tú.
- __, él ya te quiere -me corrige, sonriendo pasivamente, como si hubiese dicho algo tonto.
- ¿Pero cómo? Está muerto. Todo acaba cuando llega la muerte -le digo sorbiéndome la nariz y acordándome de Romano.
- No, __, no acaba. Todo acabará cuando ya no los recuerdes. Si su recuerdo permanece intacto, su alma vivirá, y lo sentirás presente -intento que sus palabras entren en mi cabeza, e intento no preguntar lo que quiero preguntar, pero lo hago, porque no aguanto.
- Aveces siento que jamás podré superar las cosas -le cuento- Sé que no va al caso, pero, siento culpa por lo que le ha pasado a Romano. ¿Cómo voy a saber que él aún me quiere? ¿Cómo voy a saber que me perdonó?
- Cariño -habla Michelle esta vez y yo la miro- Sabrás que él te ha perdonado cuando aprendas a perdonarte a ti misma.

Sus palabras me llegan. Yo no lo había pensado así. ¿Pero seré capaz de perdonarme algún día? ¿y si es así, cuándo? ¿Que pasa si eso nunca sucede? ¿Estaré así por siempre?

Miro a ambos y les aprieto la mano. Ambos aprietan la mía también. Por primera vez, siento un apoyo incondicional con la pérdida que sufrí con Romano. Siento que saben mis sentimientos. Siento confianza plena. Y no puedo encontrar otra manera para decirles lo que siento.

- Te amo, papá -le digo botando una lágrima. Él sonríe y miro a Michelle, que está cabizbaja, quizás sintiendo que sobra. Ahora me doy cuenta que sentía eso cada vez que en la vida le he dicho a papá lo importante que es para mí- A ti también te amo, mamá.

Ella levanta la cabeza y se pone pálida. Seguro no esperaba eso. Por un momento pensé que tal vez ella no quería que la llamara así. Pero me doy cuenta de que ella deseaba escucharlo, porque vuelve a llorar y no puede parar de sonreír.

- Oh, __. Te amo más, hija -y me abraza- Mucho más.

Yo jamás había tenido una madre. Siempre tuve a papá solamente. Y creía que no sabía lo que se sentía, pero cada cosa que Michelle hacía por mí era un gesto maternal. Desde que llegó a la familia siempre se preocupó por mí, y siempre me cuidó. Aveces dicen que mamá hay una sola. Que solamente es tu madre la que te llevó en el vientre. Pero eso no es cierto. Mamá, al igual que papá, es el que te cría. El que te ama, y se queda contigo, pase lo que pase.

No sé que pasará ahora. No sé si lograré superar todo lo que he pasado, ni tampoco sé si llegaré a perdonarme a mí misma para que Romano me perdone a mí. Pero debo intentarlo. Debo permanecer fuerte. Debo amar como si fuese el último día que ame y vivir como si fuese el último día que viva. Porque los tengo a ellos. Porque están vivos. Porque un día ya no estarán.

Entonces, siento que esto es una lección y enseñanza más que me ha enviado Romano. Gracias a él, ahora valoro más a mi familia. Gracias a él ya logro sentirme más feliz. Y gracias a él tengo una perspectiva completamente exquisita de las cosas.

_________

Dios, pongo mi alma y todo en esta novela, se los juro. Me dan ganas de llorar cuando leí los comentarios del capítulo anterior, porque han sido hermosos. Muchas gracias por molestarse en ponerlos. No sé como decirles lo agradecida que estoy. Solo queda un capítulo más y el epílogo, aparte de las escenas extra. Subiré luego, ¿sí? Porque sé lo que pasará ahora. Un beso, las adoro, tengan buen fin de semana y otra vez, gracias por todo ♥



12 comentarios:

  1. Hermosa siguele siglele!!!!

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  2. Hermoso el capitulo, :') gracias por hacer novelas tan lindas,geniales. En pocas palabras para mi es perfecta.

    Y siempre te lo he dicho. Que amo como escribes,tus novelas y todo. Seguila thishu. Besos

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  3. TISHU DESDE QE EMPESE AH LEER EL PRIMER CAPITULO ME EMCANTO & NO PUEDO DEJAR DE LEERLA XQ EN ALGUNAS COSAS ME SIENTO IDENTIFICADA:) ME HACE MAS QE FELIZ . & ME DA MUCHA PENA QE. YA ESTE X TERMINAR-.-! XQ ME GUSTARIA QE NO TENGA FIN PERO ES IMPOSIBLE:D JA CM YA DIJE ANTES QE ERA UNA NUEVa LECTORA & .QE AMABA CADA CAPITULO SOS GENIAL SIGELA PRONTO BESOS
    BY; AYE

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  4. Tishu , para la próxima novela podrían aparecer Ryan , Chaz , Chris y Cait .

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  5. Estuvo hermoso, Thiare. En serio, lloré mucho en este capítulo, la historia de papá, cuando le dijo mamá a Michelle, fue todo muy lindo, es un orgullo haber estado contigo desde la primera novela. Sé que esta historia está por acabar, pero sé que vendrán historias aún mejores, me gusta ver que tu forma de escribir va evolucionando y mejorando, sigue así, porue vas excelente :)

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  6. me gusto mucho el capitulo tkm eres la mejor....me encanto hasta me iso llorar y reir cuando le dijo mama eso fue muy lindo thiare te la comiste teamodoro <3

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  7. estubo super el capi. siguela pronto

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  8. Estuvo genial este capitulo :') me encantó ...

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  9. Diosss..Thiare voy a demandarte eh!!!...he llorado a mares!!!! es que me super encantó...voy a morir!!! no, espera, no debo morir, tengo que estar viva para seguir leyendo tus hermosos y perfectos escritos :3 ..pero si no la sigues pronto ahí si que te demando.
    Bye Tish, besos cuidateeee!!! :-D

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  10. Hace mucho que no comentaba
    Estuve enferma:(
    el cap.estubo hermoso!
    Ya no quiero que acabe..
    TODA la historia es hermosa,perfecta! Todo!
    Tishu eres la mejor ♥
    Chao!
    Atte: Flor

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  11. ♥¡¡ERES LA MEJOR!!! ♥


    atte:Flor :)

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  12. Subiiiiiiii Genia!!!!!!!!!!!!! <3

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