20 de noviembre de 2014

Capítulo 68 -Por un capricho.



Abro los ojos al despertar. Estoy ya en mi casa. Es de mañana, el sol brilla afuera y por alguna razón me siento triste. Se supone que debería de estar feliz. Se supone que todo debería ya superarlo. Pero no puedo. 

Me incorporo y termino sentándome en la cama. Lágrimas corren por mis mejillas y sé exactamente la razón. Él ya no está conmigo. Otro día sin él, y no lo soporto. Porque por Dios, solo es un gato. Pero no cualquiera. Y cualquiera pensaría que estoy tonta, pero es que no puedo evitarlo.

Un hermoso y delicado miau se hace sonar en la misma habitación en la que estoy. Me sorprendo al instante. Limpio mi cara con las mangas de mi suéter, y un extraño temor se apodera de mí. Es tan familiar que me da una punzada en el corazón. ¿Será lo que estoy pensando?

Con nerviosismo e incertidumbre me levanto de la cama, lo más lento que puedo, como si cualquier movimiento brusco que pudiera hacer lograra provocar lo más malo del mundo. Mis piernas se mueven solas, no puedo impedir que avancen. Quiero, pero a la vez no. Y me recuerda al día en que él murió. Mi bebé.

Entonces, otro miau. No puede ser cierto. Mis manos tiemblan y no sé que esperar. No sé que pensar. Solo sé que el sonido viene desde atrás del mueble en el que la televisión está apoyada. Así que nerviosa, lo corro despacio para no provocar un accidente indeseado.

Mi corazón se me sale por la garganta. Él está ahí, mirándome. ¿Es posible? ¿Es real lo que estoy viendo? Dice miau otra vez y me cubro la boca con las manos, llorando desconsoladamente. Pero no lloro de miedo, ni de tristeza. Lloro de felicidad.

No puedo perder ni un segundo más. Al diablo mis lágrimas. Extiendo los brazos, y no alcanzo ni a agacharme porque él ya ha saltado hacia mis brazos. Sus patitas rodean mi cuello y es lo más hermoso del mundo. Lo atrapo y lo presiono contra mi como si fuera lo último que pudiera hacer en esta vida. Él no ha muerto. Él no se ha ido. Está aquí, conmigo.

- No puedo creerlo -le digo llorando, sin aflojar mi agarre- Romano, estás aquí conmigo. No me has dejado, bebé -no podría estar más feliz, jamás- Gracias por venir hacia mi. Gracias por volver.

Por arte de magia, siento que mi corazón está reparado de nuevo. Es como si nunca nada malo hubiese pasado. Él está vivo. Ha regresado. Juro que nada más importa. La suavidad de su pelaje es tan suave y relajante que podría estar así por horas.

La emoción me llena y lentamente lo alejo de mi. Me mira fijamente, y yo lo miro a él. Sonrío aún con lágrimas cayendo. Sus pequeños ojos verdes son relucientes y brillantes. Preciosos, como siempre lo han sido.

Aún teniéndolo en brazos, comienzo a correr hacia las escaleras. Las bajo, y voy directamente hacia la cocina. Ellos tenían que saber esto, ¡tenían que saber que está vivo!

Al entrar, papá está sentado en la mesa y Michelle está haciendo el almuerzo. Miran hacia mis brazos, y sonríen.

- ¡Michelle, papá, él está aquí, Romano está aquí! -grito llena de felicidad y lágrimas- No ha muerto, papá -le digo- Está aquí. Jamás sucedió lo que creí que pasó, ¡lo he encontrado! Estaba atrás del mueble que tenía al televisor, ¿pueden creerlo? -lo aprieto más hacia mi pecho- Jamás volveré a dejar que se vaya. Estaré con él siempre. No lo perderé de vista ni por un segundo.
- Me alegro mucho, hija -me dice mi padre, aún sonriente.
- Te dije que volvería y que nunca iba a dejarte -me dice ahora Michelle, con una sonrisa reluciente que solo ella tiene- Que ha estado y estará contigo, siempre.

Mis ojos se abren lentamente. No tengo lágrimas ni nada en la cara. Mi pulso está acelerado. Pero mi cara seca no dura mucho, porque a los segundos la tengo completamente empapada.

Todo ha sido un sueño. Solo eso. Y me parte el corazón que todo fuera irreal. Que no haya sucedido en realidad. Él está muerto. Y no va a volver.

Haber soñado tal cosa, ha sido una verdadera tortura. Me he sentido tan ilusionada en un momento, que volver a despertar y notar que nada ha cambiado y que sigo hecha un asco, es horrible. Ahora me siento más sola que nunca. Más desamparada que no soy capaz de explicarlo.

Me giro y Cipion está durmiendo a mi lado. Todo absolutamente normal, pero yo lloro como una idiota. Deseaba poder pedir un deseo, y tenerlo a mi lado por un segundo. Poder decirle lo mucho que lo amaba, al menos una vez más.

Esa noche me costó mucho conciliar el sueño. Tenía miedo de volver a soñar con él, y entonces volver a llorar y ha sentirme como lo más miserable porque nada era cierto. Pero terminé cerrando los ojos y no desperté hasta la mañana.

Esa tarde, al llegar la noche, le conté lo de mi sueño a Justin y no pude evitar ponerme a sollozar. Él intentaba consolarme, pero no funcionaba. Sin embargo, agradecía que se esforzara, y se lo dije. Pero mi corazón se reconstruyó en el sueño y ahora estaba roto de nuevo. Fue como si la herida volviera a abrirse aún más. Lo poco que había avanzado ahora se había extinguido y debía empezar otra vez.

Cinco días después.

Ya me siento un poco mejor. La verdad no he tenido mucho tiempo de pensar en lo ocurrido y eso me gusta. Todos se han encargado de tener los días lo suficientemente ocupados. Siento que soy completamente capaz de salir adelante. No sé cuando, pero lo haré.

Estoy parada en la orilla del río que pasa cerca de la casa de mi tía Casilda, con una rama de árbol en la mano, mientras jugueteo con el agua. Pasado mañana nos vamos a casa y sé que el viaje me ha servido mucho emocionalmente. Ayer parecía que estaba igual, pero hoy me he despertado y siento que se me está dando una oportunidad más. Una oportunidad de salir adelante, de salir del pozo.

Siento una mano en mi hombro y me giro. Me sorprendo porque es papá, pero sonrío. No me lo esperaba. Creí que estaba sola.

- Estás haciendo un buen trabajo, hija -me dice de repente. Yo lo miro extrañada.
- ¿A qué te refieres? -pregunto sin quitar mi expresión, pero no lo miro. Miro el agua.
- Intentas salir adelante, y eso es increíble.

Me deja perpleja lo que me dice. Él se ha dado cuenta de lo difícil que han sido para mí estos días. Yo pensaba que papá hacía caso omiso, que ni siquiera se percataba. Que estaba lo suficientemente ocupado estando feliz con sus familiares, porque era de esperarse, él los ama mucho. Pero no ha sido así.

No sé que decirle. Las conversaciones profundas con papá siempre me hacen quedar muda. Significan mucho para mí y siento que con cualquier palabra que diga algo podría salir mal.

- ¿Hueles eso? -me pregunta- ¿Sientes la diferencia?

Bajo la mirada y sonrío tímidamente. Asiento con la cabeza.

- Sí. El olor de aquí. El cambio de aires -le digo- En Atlanta este olor no existe.
- Exacto. Nada de autos, nada de ruidos. Solo nosotros, los árboles, la naturaleza. El sonido del agua corriendo. El de las hojas moverse de un lado a otro. El viento con olor a esto, es magnífico.

Papá es muy sensible por dentro. Siempre se muestra duro y cruel, pero lo conozco y sé como es en realidad. Los momentos en que se pone así, siempre los intento aprovechar. Jamás se lo he dicho, pero son preciosos. Son algo que jamás olvidaré.

- Me gusta venir aquí -suelto, pero aún no soy capaz de mirarlo- Me gusta como es todo. Los problemas no están, y aquí es como si yo pudiera ser yo misma. Y sé que tú sientes lo mismo.

Él se queda en silencio y pienso que quizás no debí decirle tal cosa. No era nada malo, pero quizás él no lo tomará de buena forma, o algo.

- Sí -responde al fin- También siento eso. Y creo que ya que hablamos de cosas que sentimos, es momento para decirte que respeto tu relación.
- ¿Mi relación?
- Sí, la tuya con Justin.
- Oh -me sentí un poco tonta por no haber sabido de lo que hablaba- Pero yo creí que no te gustaba.
- Me gusta, __. Han hecho cosas incorrectas y han mentido -me dice, y vuelvo a mirar el agua mientras corre-, pero él es un buen chico. Se nota que te quiere -algo dentro de mi se oprime porque su aceptación es algo de lo que necesitaba- Y vaya que te quiere eh, porque hasta intentó matarse.

Se pone a reír y no puedo evitar reír con él. Le golpeo el hombro despacio.

- ¡No me hagas reírme de eso! -le pido intentando parar- No es gracioso. Pudo terminar de un modo aún peor.
- Bueno, bueno, pero aún así te lo digo.

Ambos nos quedamos callados por un largo rato, pero no es un silencio incómodo. Veo que un caballo se va acercando a donde nos encontramos, porque quiere tomar agua. Me retuerzo de la ternura por dentro. Es de color café y tiene un flequillo liso y bonito.

Papá me gira hacia él, tomándome por sorpresa. Lo miro a los ojos, creyendo que se volvió loco, pero no. Me mira con los ojos llorosos y me estremezco, ¿he hecho algo mal?

- Hija -suelta con un hilo de voz- Estoy muy, pero muy orgulloso de ti.
- ¿Qué? -suelto en un susurro inaudible, pero lo escucha.
- Lo que has oído. Estoy orgulloso -deja en claro- Has sido fuerte, pequeña. Sé que aveces soy muy pesado, y que me pongo insoportable. Pero es que tengo miedo, __. Hay tantas cosas a las que temo que nunca podría terminar. No soy tan valiente como crees.
- Pero papá, sí lo eres -lo corrijo. Él ha cuidado de mí y se ha encargado de criarme aún siendo que no tengo una madre.
- No, las cosas no son así.
- Haz estado conmigo siempre. Tú eres mi padre y a la vez mi madre. Y eso es valentía.

Mis palabras parecen llegarle y sé que he dicho algo bueno. Su frente se arruga porque se esfuerza por no llorar, pero la verdad no me importaría que lo hiciera, porque sería porque se siente bien. Noto que no sabe que decir a eso, y sé que empezará a decir una cosa que no sea sobre eso.

- ¿Sabes por qué siempre me he comportado tan desesperado con el tema de ti teniendo novio? ¿lo sabes?
- Tengo unas ideas, creo.
- Sé que las tienes. Pero es porque no quiero que hagas cosas de las que luego te arrepientas. No quiero que puedas quedar embarazada y que luego el chico te deje y sufras. No quiero que te pase nada malo, ¿entiendes? -asiento- Soy tu padre. Siempre serás mi hija, no importa la edad que tengas. Si sufres así, siento que también sufro yo -de un momento a otro, me doy cuenta de que unas lágrimas corren por sus mejillas. Cuando habla, su voz es entrecortada- Me aterra que no puedas tener tu juventud, y haber fracasado como padre.

No me gusta que llore, porque lo hace por temor. Siento algo dentro de mi, porque no sé que hacer para hacerlo sentir mejor. En momentos así no soy muy buena. No estoy acostumbrada a ver a papá llorar, porque él nunca lo hace. Por lo que me decido a hacer lo único que está a mi alcance y que sé que al menos lo haré sentir un poco más tranquilo: me acerco decidida hacia él y lo abrazo apretando su cuerpo. Creí que no iba a abrazarme él también, pero lo hace. En segundos nos hundimos en un hermoso abrazo que desde hace tiempo no teníamos.

- Nunca vas a fracasar -le digo sincera- Intentaré tomar siempre las mejores decisiones posibles, papá. No quiero decepcionarte.
- ¿Estás segura? -se sorbe la nariz- Muchas veces decimos cosas que en realidad no sabemos, __. Tú no sabes lo que podrás hacer o pasar en un futuro.
- Voy a pensar siempre en ti cada vez que haga algo que tenga que ver con la maternidad, las drogas y todo lo demás.
- Te amo mucho, hija. No importa que aveces demuestre lo contrario, porque lo hago -hunde su cabeza en mi cuello y siento su respiración.
- Y yo a ti te amo también -iba a ser lo único que dijera, pero decido continuar- Aunque muchas veces pueda ser una cabezota.

Me asusto porque de repente algo jala de mi cabello. Papá se aleja un poco de mi por el brinco que doy. Me giro y ambos reímos al ver al caballo tratando de comerme lo que ha tomado de mi propiedad. Tomo mi mechón y lo tiro de él.

- Oye, esto no se come. Es mío, ¿comprendes? Mío -lo reclamo. Él hace un ruido extraño, ese que los caballos hacen. Es lindo.
- Creo que le gustas -papá vuelve a abrazarme y yo sonrío, porque no pudo haber una manera mejor de hacer sentir feliz, por fin.

Nos quedamos así por varios minutos más, charlando sobre la vida, para luego acariciar el pelaje del caballo mientras las palabras fluyen. Me cuenta otra vez la forma en que conoció a Michelle, y sus antiguas historias de su juventud estando con chicas. Yo las escucho atentamente, como siempre lo he hecho, sin importar que ya me las sepa de memoria. Porque me encanta que me las cuente. Es como si me regalara muchos pedacitos de él y yo deba armar su rompecabezas.

Mientras él habla, lo observo y pienso en que todo esto lo recordaré por siempre. El día en que papá muera y yo siga aquí respirando, recordaré y sonreiré ante estos instantes inigualables, y si llego a tener hijos y nietos, los sentaré a mi alrededor para contarles todas nuestras historias. Entonces, solo entonces, será mi turno para regalar pedazos de mí, y el turno de ellos para armar mi rompecabezas.

___________

¿Qué opinan de el intento de superación de __? Ella lo intenta. Es fuerte. 
Todas ustedes son fuertes, cada una con sus problemas, pero siguen aquí. 
No me he tardado en subir, así que me merezco un diez JAJAJA. 
Un beso a todas, por favor comenten, que ya casi no lo hacen tanto, ¿si?
Las quiero mucho, guapas.


7 comentarios:

  1. dios llore te lo juro, es que es el mejor capitulo que eh leído, me hizo llorar ademas de que estaba escuchando una canción triste... fue lo peor y tengo que decirte que me encantó y es que eres maravillosa escribiendo novelas podrías ser escritora y subir hasta tu libro, tu lo conseguirías y te juro que leería tus libros y sería tu fan numero 1 si es que quieres... sigue escribiendo y no renuncies por lo que otros digan eres maravillosamente maravillosa jaja♥♥♥

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  2. Es hermoso! Me encanta.
    Me fascino. :') me llego. This.

    Y bueno, no quiero que se termine la novela. Pero bueno!... :33 seguila!

    Atte: Karla Vargas ángulo.
    Pd: Lo puse anónimo. Porque me dio flojera de poner la contraseña. O lo que sea..

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  3. Queeeee Lindoooooooooooooo! :')

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  4. Dioooss, me hiciste llorar y nuca me ha pasado eso con una novela! Escribes magnifico y me da pena que ya se esté acabando la nove pero aun así espero que a siggas y cuando la termines,empieces otra tan perfecta como esta! Besazoos guaapa♥

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  5. Amooo tu novela!! por favor siguela es magnifica!! tendrias que escribir un libro me encanta
    besooo enormeeeeeeeeeeeeee <3

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  6. thiare eres la mejor me encanto tu capitulo tkm pd siguela esta buena

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  7. Por dios! Mas perfectp no puede estar el cap c: sigue la nova pronto tishu besos

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