13 de mayo de 2015

Capítulo treinta y uno - Fresa con Chocolate.



Entro a mi habitación con Fabiola tras de mí. No he podido evitarlo, y la he llamado hoy mismo, porque no aguanto más, tengo que soltarlo todo. Anoche me quedé dormida en el vehículo de Seth y no volví a despertar. Hoy por la mañana, al abrir los ojos, me he percatado de ello. ¡Ni siquiera me enteré del momento en que me trajeron a la cama! Hablé con Drew, y me dijo que anoche él me recostó, me arropó, y por esa razón tenía aún el vestido puesto junto con el maquillaje que me puse en los ojos un poco corrido. 

Me he duchado hace ya bastante rato. Son aproximadamente las cuatro y media de la tarde y mis manos sudan, no porque haga calor o algo así, sino porque tengo que confesar cosas y no sé muy bien cómo empezar. Por otro lado, estoy algo preocupada. Me he dado cuenta de que la presencia de Seth me relaja demasiado. Cada vez que tengo un momento con él, me duermo como un bebé, tan relajada que me sorprende, como si todo estuviese bien. No debería ser así. No es... ¿apropiado? Digo, para mí.

- ¿Por qué caminas de un lado a otro? -pregunta Fabiola, toda inocente. De inmediato la sangre se me sube a la cabeza.
- No intentes pasarte de lista -advierto, apuntándola con el dedo, sin dejar de moverme- Sé que sucede algo muy importante y no quieres decirme -sus ojos se expanden de inmediato, un poco preocupada- ¡Ocultas algo!
- ¡Claro que no! -intenta parecer firme- Estás extraña. ¿Bebiste algo anoche?
- Fabiola, por el amor de Dios -miro al techo, y suelto un suspiro frustrado- No vas a engañarme, ¿Por qué me mientes? ¿Sucede algo malo? ¿No confías en mí?

Ahora la que suelta un suspiro es ella. Mira hacia el suelo, y luce resignada. Niega con la cabeza. Un poco de relajación se adentra en mí al saber que no es un asunto de confianza. Me doy cuenta de que quizás estoy un poco alterada, pero no es exactamente a raíz de su secreto, sino por todo lo que se me ha acumulado en la cabeza desde anoche.

- Sí suceden cosas -comienza a decir- Pero la verdad es que no te he contado porque no sé muy bien como hacerlo.
- Sabes que puedes decirme lo que sea -le digo, ya más tranquila- Independiente de que te expliques bien o mal, voy a intentar comprender.
- Lo sé -reconoce, y se encoge de hombros- Pero no sé cómo te lo vas a tomar. 
- Vamos -me pongo a reír- No puede ser tan malo. Dilo.
- Está bien -sonríe un poco y me mira- Resulta que hace como dos semanas y un poco más o algo así, me besé con Drew en su habitación. Me subió a su escritorio y pues, ya sabes, todo muy excitante. Entonces, anoche en la fiesta llegó Cinthia y se puso como una loca. Estuvo discutiendo con Drew por mí, entonces Drew la rechazó, me miró y me habló sobre mis cicatrices por los cortes en mis muñecas, las besó, me dijo que le permitiera intentarlo. Acepté, y pues entonces nos convertimos en novios. ¡Así que ahora tengo novio! ¡Sí! Somos cuñadas, ¿No me dirás algo? ¿Bienvenida a la familia, quizá?

Una presión en mi cabeza se hace tan fuerte que me cuesta saber si he escuchado bien o he alucinado todo. La sonrisa en el rostro de Fabiola se hace tan grande y dulce que me abstengo con todas mis ganas para no decir algo equivocado. Siento que la voz se me va, porque hablo la boca para balbucear, al menos, y no me sale nada. 

- ¿Estás bien? -pregunta, frunciendo el ceño, pero cuando asiento con la cabeza suelta unas risas- Te lo estás tomando mejor de lo que creí.
- Yo... -por fin me sale una palabra- Es decir, no entiendo nada.
- Lo sé -Fabiola acaricia el cobertor de mi cama, como si fuese lo más precioso del mundo- Todo fue parte del plan diabólico de Drew -al decir eso, suspira- Siempre hace sus planes. 
- ¿Plan diabólico? -cuestiono, exasperada- ¿De qué estás hablándome? 
- Él y yo lo entendemos -sonríe aún más. 
- ¿Hablan en código? Me siento como una tonta, ustedes con sus cositas y yo sin saber nada -derrumbada me siento a su lado, y guardo la respiración. Boto el aire, pero permanezco en silencio.
- Lamento no haberte dicho nada. Sé que estás intentando no ponerte como una reina del drama.
- Descuida, supongo que es porque sabía que esto pasaría -me encojo de hombros- Entendí que no era normal todo ese instinto protector hacia ti.
- La verdad es que a mí todo me tomó por sorpresa -sincera, un poco abatida.
- A veces es más fácil darnos cuenta de lo que sucede alrededor de otras personas, pero cuando sucede al nuestro es como si fuese algo totalmente desconocido, invisible, como si nunca hubiese estado ahí antes. Como cuando a lo lejos notas que un chico está interesado en una chica. Todos lo saben, todos notan como la mira y la forma en que le da su atención. Todos, excepto ella. Porque es lo suficientemente ciega como para no notarlo -froto las palmas de mis manos contra mis rodillas cuidadosamente- Son cosas de la vida.

Me sorprendo a mí misma cuando, al decir esas palabras, la imagen de Seth se viene a mi cabeza. No solamente la de él, también la de Anita, cuando dijo que Cinthia le había advertido que él y yo teníamos algo solamente mirándonos desde lejos, siendo que nunca pensé siquiera en ello, porque nunca ocurrió algo, y nunca me di cuenta.

- Tienes razón -dice, luego de analizar lo que yo he dicho- Es algo muy extraño. Todos los días se ve y sucede. No tiene sentido.
- Somos todos un montón de tontos -aclaro- Pero bueno, qué le vamos a hacer.
- Siempre dices eso -ríe en voz alta.
- Es una de mis expresiones típicas. ¿Te gusta?
- ¡Claro! No serías tú si no la dijeras. Te la voy a copiar.
- ¡Adelante! No es que yo no te copie eso del pos.
- ¿El pos?
- Sí, como cuando dices, pos ya está o algo así, o pos estoy bien. Ya sabes, el pos.
- ¡Ah! Pero eso más lo escribo cuando chateamos.
- Pero me haces escribirlo también, ese es el punto -suelto unas carcajadas- ¿Y bueno, qué te digo ahora? ¡Somos cuñadas! ¡Bienvenida a la familia! -me lanzo sobre ella, dándole un fuerte abrazo.
- ¡Oh, muchas gracias! -me aprieta con fuerza- Espero que realmente estés tan feliz como muestras.
- ¡Por supuesto que lo estoy! ¿Por quién me tomas? -me alejo de ella y me toco el pecho, un poco ofendida- Tu felicidad siempre estará por delante de todo. Nada más dime que si algún día pues, no sé, lo tuyo con Drew no funciona, no dejarás de ser mi mejor amiga. No te mentiré, pero la verdad es que no lo soportaría.
- No dejaré de serlo nunca -toma mis manos, y sonríe- Antes muerta. Nadie se interpondrá entre nosotras. Te lo aseguro.

+++

Abro los ojos y de inmediato siento que están húmedos, mientras que mi pecho está siendo golpeado con los desenfrenados latidos de mi corazón. ¿Por qué? ¿Por qué me persigue hasta en los sueños? ¡Él, quien más me dañó en todo el planeta sigue atormentándome cuando ha pasado tanto tiempo!

Me doy vuelta, dando espalda a la luz apenas visible de la ventana, e intento dormir de nuevo. Con todas mis fuerzas trato de pensar en algo lindo, pero por más que quiera, no puedo. Justo entonces recuerdo que tengo que ir a clase, así que cojo el celular y miro la hora. Seis y media, tengo que levantarme. No puede ser peor forma de despertar. Menos mal ya es jueves, mañana es viernes y entonces podré relajarme lo suficiente.

Yo no quiero que él vuelva. La desesperación y dolor que sentí en el sueño fue tan real al pensar que en realidad iba a seguir atormentándome, que me da pánico. Gracias a Dios fue sólo un sueño. Una pesadilla, que sinceramente no quiero volver a repetir.

Me siento en la cama y cojo mi uniforme para luego encerrarme en el baño. Llevo a cabo todo lo que debo y, cuando estoy lista, me dispongo a salir del lugar y bajo las escaleras. Me sorprendo cuando me doy cuenta de que Drew ya está en la cocina desayunando.

- Buenos días -me saluda animado.
- Hola -correspondo. Él suena demasiado bien para mi gusto.
- ¿Cómo amaneciste?

Me limito a encogerme de hombros con desinterés. No podría explicar cómo de mal humor me ha dejado el mugroso sueño. Ha estropeado mi mañana, mis sentimientos, mi todo. Y me hace enojar de una manera enorme, porque estoy dándole la satisfacción de hacerme daño. Claro, él no lo sabe, pero aún así me cabrea.

- ¿Estás bien? -vuelve a hace otra pregunta.
- Claro, solamente tengo sueño -me limito a decir, porque ya estoy cansada de que esté hablándome. Nunca me habla, Dios.
- Hoy iré a nadar con Fabiola -me cuenta.
- Vaya, en pleno otoño, con un montón de frío afuera -escupo de mala forma- Genial.
- La piscina es cerrada y el agua está temperada, tonta -expresa como si fuese lo más obvio en todo el bendito mundo- No voy a llevarla a una expuesta al aire libre para que se resfríe.
- Oh, sí, como sea. ¿Cuánto llevan?
- Una semana con tres días.
- Felicidades.
- Gracias.

Tomo mi tazón con una cuchara, me siento a la mesa y tomo la botella de leche para echarme un poco en él. Luego, tomo la caja de cereales y le echo un poco encima. Me quedo mirando el tazón como si fuese un objeto de máximo interés. No sé cuántos segundos o minutos permanezco así, pero un sonido de cuando te toman una foto, me hace volver a la realidad. Alzo mi cabeza y Drew tiene su celular, con una sonrisa satisfactoria en su rostro.

- ¿Qué estás haciendo? -pregunto enojada.
- Tomo fotografías.
- ¿Por qué tiene que ser de mí? ¿Desde cuándo quieres fotografiarme? -cuestiono, ahora echando humo por las orejas.
- Relaja tu tren, hermanita. Necesito esta maldita foto.
- ¿¡Para qué!? -vuelvo a insistir.
- Te haré un meme -comienza a reír con exasperación- Serás el hazme reír de toda la universidad. Imprimiré copias y pegaré varias en cada pared, además de en los casilleros.
- Te odio. No, ¡Los odio a todos! -grito molesta- ¡Estoy harta de que todos se la pasen haciéndome la vida imposible!

Me pongo de pie y empujo el tazón lejos de mí, sin haber tocado mi desayuno siquiera. La brusquedad con que empujo el tazón es tan fuerte que la leche en su interior se va de un lado a otro, hasta que un poco se derrama sobre la mesa. Comienzo a dar la vuelta a la mesa, cuando Drew me toma por el brazo con decisión, y se pone frente a mí, bloqueando mi paso.

- Estás extraña de hace varios días -comenta- Te alteras por todo, incluso más que antes. No es muy normal.
- ¿Y qué? ¿No puedo actuar así, acaso? -intento forcejear para que me suelte, pero no lo logro- ¡Déjame en paz!
- ¿Qué te tiene tan como una leona? -sigue acumulando preguntas- ¿Es por Seth, o qué? Me gustaría saberlo.

La sangre se me sube a la cabeza.

- Él no tiene nada que ver en esto -escupo- No me interesa, no es alguien con suficiente interés como para ello.
- ¿Segura? Porque me ha contado lo que pasó entre ustedes, y no parecía eso en la fiesta.
- ¿Te lo contó? -grito más todavía, y mi cabeza comienza a doler de la impotencia- Miserable imbécil, ¿Cómo se atreve?
- Era mentira, no me ha dicho nada por más que le pregunté, pero ahora acabas de confirmar mis sospechas. Deja de comportarte así, Cristal. Nada más te estoy tratando de ayudar.
- No necesito tu porquería de ayuda -en un momento en que él se distrae, logro sacar mi brazo de su agarre- No vuelvas a meterte en mi vida.

Lo empujo lejos y comienzo a caminar apurada. Corro escaleras arriba y cuando llego a mi habitación pesco mi mochila junto con mi celular, para luego volver a salir, bajar las escaleras e irme a la parada del autobús.

Aún no es hora de que me vaya a clase, pero la verdad es que lo único que quiero es estar sola. Las lágrimas amenazan con salir de mis ojos, y la sensación es tan insoportable que me dan más ganas de llorar aún. Lo peor es que nadie, jamás, va a entender el dolor que he tenido que sobrellevar todo este tiempo a causa de la razón de mi pesadilla, no importa cuánto intente explicarlo. Por eso mismo no se lo digo a nadie, además de que no haría más que armar un enorme drama. Mis padres se pondrían locos, Drew también y estoy segura de que lo buscaría e intentaría molerlo a golpes, y eso solamente lograría que, de alguna forma, se haga presente en mi vida, y mis ganas de eso son menos que cero.

Cuando llego al instituto, me encuentro con Fabiola. Ella tiene una sonrisa tan radiante que por un momento me llega a dar cosa acercarme a ella. Lo que menos quiero es estropear su felicidad. Yo siempre le cuento todo a ella, y en ocasiones noto que le afecta. Su relación con Drew, al parecer, va muy bien. Él la hace estar así, tan contenta, y si yo llego a ser la causa de que eso se vaya, me consideraría la peor mejor amiga.

Finjo una sonrisa, y me voy hacia donde se encuentra. La saludo con un gran abrazo y un beso en la mejilla. Ella me toma por el brazo y nos vamos juntas al salón. Noto que me mira más de lo normal, así que hago como que estoy mirando hacia otro lado con admiración.

- ¿Estás bien? -decide preguntar. Yo giro mi cabeza hacia ella y la observo como si estuviera loca.
- Por supuesto que sí, ¿Por qué?
- Tus ojos están un poco rojos por los bordes -indica la zona, pero en ella misma- Como si hubieses llorado, o algo.
- Para nada, la verdad es que no he llorado -aseguré, porque es verdad, no lloré, me aguanté.
- Suéltalo ya -ordena. La miro extrañada.
- ¿A quién?
- No me refiero a una persona, mujer -rueda los ojos- Suelta lo que te tiene así.
- Ah -me quejo- Es algo sin importancia. No es necesario que te lo cuente.
- No importa, quiero oírlo. Casi te ha hecho llorar, no creo que se sea algo tan insignificante como dices.

Bacilo entre contarle o no. Pero la necesidad de desahogarme es tan grande que me vence. Suspiro resignada, bajo un poco la mirada y asiento con la cabeza. Ambas entramos al salón y nos sentamos en nuestros respectivos pupitres, por la fila de la ventana, una al lado de la otra. Dejo mi mochila sobre la mesa, ella la deja en el costado de su silla, por el suelo. Me mira atentamente, esperando a que yo empiece de una vez por todas.

- Él volvía -le cuento- Bueno, no, no volvía. Pero me llamaba por teléfono y me advertía que lo haría, que estaba arrepentido, que jamás debió abandonarme -comienzo a recordar tales palabras que provenían de su boca- Fue muy poco lo que me dijo, la verdad. Lo que pasa es que la seguridad con las que pronunciaba era... aterradora, con un toque de maldad, como si supiera que iba a seguir haciéndome daño y que yo seguiría siendo lo suficientemente estúpida para permitírselo.

Pongo un codo sobre la mesa y apoyo mi cabeza en mi mano. Mis ojos comienzan a humedecerse de nuevo, pero intento disimularlo lo mejor que puedo. Recrear el sueño es como volver a sentir esos sentimientos terribles. Hace que mi corazón vuelva a acelerarse, incluso.

- Tenía tanto miedo mientras lo escuchaba, Fabiola -continúo, al saber que no dirá nada- Intenté decirle que no volviera a acercarse a mí, pero casi no me salía la voz.
- Fue sólo un sueño, Cristal -Fabiola pone una de sus manos en mi hombro- Estás bien, y él está lejos. Por ahí, en algún lugar. Un día tendrás que volver a verlo, por supuesto, pero no intentará acercarse a ti. Y en el remoto caso de que lo hiciera, sé que es seguro que lo mandarías al demonio.
- Tienes razón, también estoy segura de eso. Pero me causa un dolor horrible tener estas pesadillas, es como si fuera a atormentarme durante el resto de mi vida -sueno un poco desesperada.

La profesora entra por la puerta y se dispone a saludar. Sé por antemano que la conversación ha concluido, pero me siento ya más relajada al haber soltado lo que me tenía mal. Lo malo es, que no consigo sacar de mi cabeza el sueño. Y para variar, Seth se incluye en mis pensamientos.

Fuera del tema, la verdad es que he estado evitando a Seth desde que ocurrió lo que ocurrió. Ha venido a casa, pero siempre me encierro en mi habitación. Lo veo por unos cinco segundos, analizo cada detalle de él y luego desaparezco. Sé que es un acto cobarde de mi parte, pero desde que él y yo tuvimos ese acercamiento, he estado teniendo las pesadillas que tanto odio. Con esto no quiero llegar a que él sea culpable, sino que no quiero que me vea así, triste, llena de dolor, enojo conmigo misma, porque a los hombres no les agrada estar con la presencia de una mujer triste. Mis sentimientos por su persona se despertaron de una manera extraña desde que nos besamos y todo esa noche. Reaccioné de una manera tan inesperada que me sorprende que no me haya percatado de lo que sentía antes de ello. Después de todo, se olvidará de mí pronto. Allá afuera seguro hay personas que valgan más la pena. Yo estoy muy rota todavía. Y no estoy orgullosa.

+++

Llego a casa y la relajación que siento es tan placentera que puedo percatarme de la forma en que mi cuerpo deja de lado casi toda la tensión. Lanzo mi mochila al sofá con toda mi fuerza, queriendo desquitarme. Me queda año y medio de instituto, pero no voy a negar que estoy ansiosa porque todo acabe de una vez.

Comienzo a buscar a mamá, y la encuentro en su habitación viendo un programa de asesinatos, acostada. Me acerco a ella y me agacho lo suficiente como para depositar un ligero beso en su frente. Me pregunta que cómo me ha ido hoy. De inmediato comienzo a sentirme un poco triste, de nuevo.

- No lo sé -me encojo de hombros- La verdad, me siento un poco mal.
- ¿Por qué? -se interesa- ¿Pasó algo malo?
- No, no es nada. Desperté así por alguna razón -digo una verdad a medias.
- ¿No está enferma?
- Para nada, estoy muy sana -sonrío un poco y me giro en dirección a la puerta- Voy a ir arriba, por si acaso.
- No olvides almorzar -me recuerda. Asiento con la cabeza y salgo del lugar.

Subo las escaleras y me dirijo a mi habitación. Apenas entro, busco mi pijama. No tengo ganas de vestirme con otra ropa, quiero traer puesto algo cómodo. Así que cuando lo encuentro me quito todo el uniforme del instituto, y cuando ya tengo el pijama puesto me pongo a doblar el uniforme por los pies de la cama. Al terminar, me lanzo sobre ésta boca abajo e intento relajarme, sin pensar en nada.

¿Por qué tengo que tener mi conciencia intranquila? ¿Por qué no puedo simplemente salir adelante? ¿Y por qué siento que tendré que cargar con esto por el resto de mi vida? Antes de que Drew volviera a casa para estudiar Artes en la universidad, todo estaba bien. No había tenido que lidiar con nadie, incluso llegué a pensar que todo por fin había acabado. Sin embargo, me equivoqué. Otra vez. Como siempre.

Termino almorzando más tarde de lo normal, y cuando llega la hora del té no tengo hambre. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras, para luego caminar hasta llegar a la mesa del comedor. Me siento en mi lugar de siempre. Drew ya está en su lugar, a mi lado. Todo como siempre suele ser.

Juego con el té en mi taza, y sólo me alimento con un pedazo de pan. Papá y mamá me miran con desaprobación, pero no es suficiente para que yo me digne a comer más. No tengo ganas de nada. Solamente quiero dormir y hacer descansar mi mente.

- ¿Qué sucede? -oigo preguntar a papá. Alzo mi mirada, y como era de esperarse, se dirige a mí.
- No tengo hambre -me limito a decir. No iba a esforzarme tratando de decir algo más.
- ¿Por qué? -cuestiona- Sabes que no nos gusta que dejes de alimentarte.
- Lo sé, pero precisamente hoy no tengo ganas -intento mantener la calma- Almorcé muy tarde.
- Esa no es una razón suficiente.
- Mamá -me giro hacia ella- Dile que es verdad, almorcé tarde y comí mucho.
- Sí, es verdad, pero tienes que comer -no se pone de mi lado.
- Comí la mitad de un pan -me defiendo, comenzando a molestarme.
- Eso es miserable -a papá se le suben los humos, también. Frunce el ceño- Te vas a tener que comer la otra mitad, o estarás castigada.
- ¡Papá, solamente es por hoy! -grito.
- ¿Quieres volver a lo mismo? -alza la voz, autoritario. Drew, mamá y Alejandro permanecen en silencio- ¿Quieres volver a bajar de peso y enfermarte?
- ¡No, no quiero eso, pero no me siento bien hoy! -doy con el puño en la mesa- ¡Estoy cansada, ninguno de ustedes tiene que meterse en mi vida, yo sé lo que hago y lo que no hago! Si no quiero comer me importa un rábano, no pienso hacerlo. ¡No sigan insistiendo porque no cambiaré de parecer!

Me doy cuenta de lo que he dicho cuando el rostro de papá luce tan dolido como nunca lo había estado. Mi pecho se oprime y un sentimiento de culpabilidad enorme se adentra en mí. Alzo mi mirada hacia Drew. Está serio, tiene los puños apretados y parece que su cuerpo está muy tenso. Me he pasado.

Me siento tan mal, que no aguanto y me echo a llorar. Las lágrimas comienzan a caer por mi rostro y luzco tan ridícula que me llega a dar pena por mí misma. Tengo tanto guardado dentro, tanto que nadie sabe, tanto que ellos no podrían comprender, que me desespera. No sé si alguien se ha dado cuenta de que estoy llorando, pero sea como sea yo misma me lo he buscado.

- Lo siento, papá -le digo, con voz entrecortada. Pongo mis codos sobre la mesa y tapo mi cara con mis manos, mirando hacia abajo- Perdóname, no sé qué me pasó. Yo no quería...
- Cristal, no ha sido un buen comportamiento el que acabas de tener -expresa con decepción- Yo no te he criado así, hija.
- Lo sé, pero de verdad, te juro que no tenía intención -sorbo mi nariz, y las lágrimas no dejan de caer- Pero no tengo hambre, es todo. Me desesperé, no pude controlarme.
- Es que tienes que controlarte, Cristal. No puedes hacer todo lo que quieres todo el tiempo -no es la primera persona de quien he escuchado eso, pero tiene razón- ¿Qué le pasó a la niña que eras? Tan alegre, tan dulce, tan respetuosa?

Me quedo en silencio, llorando aún más. Esa niña se ha ido. Se fue desde el día en que comencé a tener problemas en mi vida, cuando supe que nada era lo que parecía, cuando pude ver la maldad en personas, cuando me hicieron todo el daño que se le puede hacer a alguien. Cuando perdoné demasiado, confié demasiado, me ilusioné demasiado. Y me he convertido en esto.

Luego de la discusión, subo directo a mi habitación. No me molesto en secar mis lágrimas, porque sé de antemano que seguirán deslizándose más, una por una, por mis mejillas. Porque nada ni nadie podría detenerlas, solamente yo, y ahora me siento tan destrozada que no puedo.

Cuando estoy casi quedándome dormida, siento que tocan la puerta. Me quedo en silencio, tratando de volver a la realidad que tanto odio. Vuelven a tocar. Por la forma en que suena y con la fuerza en que lo hace, puedo saber que es Drew.

- Qué -logro pronunciar a duras penas.
- Cristal, mañana van a venir la tía Mari, la tía Susana, el tío Dino, el primo Vicente, la prima Ariela...
- Ya entendí -lo interrumpo. Pienso que no me escucha, pero sí lo hace, porque se queda callado.
- La cosa es que mamá quiere que llegues luego de clase porque quiere que la ayudes a preparar todo para cuando ellos lleguen. Será una junta familiar hasta la noche.
- Bien.

Siento que suelta un suspiro. Aprieto mis ojos, intentando no volver a llorar y adentrarme en un profundo sueño. Segundos después, siento los pasos de Drew alejarse y luego siento que cierra su puerta, incluso puedo sentir que le pone el seguro. Después, todo es oscuridad. Una agradable oscuridad.

♥♥♥

He estado desaparecida por exactamente dos semanas, pero no quiero poner mis razones porque a estas alturas ya me parece patético. Sólo quiero aclarar que mis obligaciones no me han permitido hacer las cosas como quiero y que con esto también me ha venido la falta de inspiración.
¿Cómo han estado? ¡Lamento mucho haberlas dejado esperando! La verdad es que odio la intriga, tanto para como para dársela a ustedes, y sé que al haber leído éste capítulo tal vez no ha sido como esperaban ya que es algo melancólico, pero como siempre digo: Es necesario para continuar mi historia. ¡No se pierdan los siguientes capítulos! Son muy, muy importantes. Intentaré subir el viernes o el fin de semana, ahí se me aligera lo suficiente la vida como para hacerlo. ¡Las adoro! Muchas gracias por estar tan pendientes, me da a saber lo mucho que les gusta lo que escribo. Me esforzaré al máximo para darles la maratón que tanto piden. No olviden comentar y votar. xx. ¡Chao!




13 comentarios:

  1. Yey!!!! Soy primer comentario, síguela!!! Me encanta tu novela es hermosa me hace llorar

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  2. No te preocupes.. :)
    Hay con este capitulo me senti muy... identificada con cristal.. y es feo sentirse asi. Que hermosa novela y por mas que te demores en escribir los capitulos no me importa nunca dejare de leerlos como siempre te lo he dicho tus novelas son las mejores que he leido Las mejorees.... todavia me acuerdo de todas... no se como le haces para escribir tan perfecto que hasta me.siento como si guera yo la de oa novela jaja te quiero.. cuidate que Dios te bendiga♥♥

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  3. Siguelaa ! :)
    espero estes bien, jaja te entiendo x lo de las obligaciones, espero pronto se te aligere la carga :p
    PD: nos debes 4 cap jajaja ntk cuidate mucho n.n

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  4. ASDFFGHKLL, amé el capítulo <3 eres la mejor escritora, skdnksms. Espero y subas este fin de semana, ¡Estoy muy emocionada por leer los próximos capítulos! Espero y subas maratón:(.

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  5. Wiiiii!Capitulo largooo! :) Hay,estoy infinitamente emocionada,es que lo he amado,me ha fascinado,y quiero leer más YA! Apúrate hermosaa!

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  6. ¡No se te olvidé subir el maratón mañana! Te amamos, eres la mejor escritora <3. Por cierto, ame el capitulo

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  7. me encanto mucho tu capitulo... el personaje de cristal se parece tanto a mii...que me hace hasta llorar en verdad....gracias siguela *-*

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  8. Me encanta! Siguela Tishu! Ame el capítulo <3 me fascina la forma en la que escribes, estoy emocionada por leer lo siguiente y ojalá pronto sean algo más que amigos *-*

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  9. Oyeeee! Eh leido este capitulo miiiillones de veces y no has subido otro. Porfa siguele
    |Nat|

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  10. Deberías de ser igual de cumplida qué antes. Te apuesto a que no nos jaras el maratón y subidas muy tarde, como siempre. Deberías de volver a subir como antes, y ser igual de cumplida:(

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  11. Holuss! :) Ya subee mujer! Me muero de la desesperación!!

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  12. Sube ya por favor !!! llevo esperando mucho!!! :/

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  13. Oaaa <3 sorry por comentar tan tarde, es que me castigaron y me quitaron mi laptop y me celular y no puede leer los capitulo :c. Me encanto, de verdad, el capitulo ;,).
    No se que es lo que tienes tu de especial o tus manos, que me siento tan identificada con las noves ("Por un Capricho" y esta) que has escrito, y no me refiero a porque estuve pololeando o andando con alguien, porque no me ha pasado nada bueno desde el año pasado, si no me refiero a la gente tan falsa, mis amigas y mis padres tan estrictos. Tengo tanto guardado, tanto que nadie sabe, tanto dolor, me siento tan sola, siento un vació en mi interior, lloro sin razones, lloro tanto, no me puedo contener, mi mente juega conmigo y me hace ver cosas que no son, pienso tanto las cosas y habido tantas veces que me he intentado quitar la vida :c por los problemas que tengo o por lo que siento y porque estoy tan cansada de vivir y de todo.... Siempre voy a estar agradecida que te tomes tu tiempo para escribir esta maravillosa novela, tiempo que lo puedes estar ocupando en otras cosas, pero tu cumples aunque sea un poco tarde pero cumples. De verdad gracias. Te he tomado tanto cariño sin conocerte, pero espero un día conocerte :D. Gracias <3. Y POS ahora, jsjssjjsjsjjsjs, a leer los otros capítulos y comentar. Te deseo lo mejor. Sigue así y no te preocupes que es entendible que tengas obligaciones ya que todas tenemos y estamos ocupadas. También entiendo tu falta de inspiración así que "no os precupeis" jujasuajsu. Y aunque demores igual siempre voy a comentar, leer y apoyarte con tu novela.
    Gracias <3.
    Se Te Amadora <3.
    Chaolin <3.

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