31 de octubre de 2014

Capítulo 64 -Por un capricho.




A la siguiente mañana, cuando me desperté, supe que mi estado físico y mental estaba por los suelos. No había podido dormir bien en toda la noche. Mis únicos pensamientos era en lo malo que podría pasar con la enfermedad o resfriado que mi mejor amigo, mi gato, estaba teniendo. 

Pasaron algunos días, creo que fueron cuatro, y yo no podía llevarlo al veterinario todavía. Papá no tenía dinero para pagar la atención de Romano. Yo tenía unos cuantos billetes pero no lograba sacarlo de la casa. Se ponía como loco, escapaba y no pasaba más allá de la puerta con él en mis brazos. Incluso con Michelle intentamos meterlo en una caja con agujeros, pero sacaba una fuerza brutal de no sé donde y la rompía, para luego irse corriendo lo más rápido que su cuerpo enfermo le permitía.

En esos momentos, detestaba no tener más dinero en mi familia. Nosotros éramos clase media. Lo que teníamos nos alcanzaba para vivir. Pero las jaulas para transportar mascotas estaban caras y papá no estaba apto para costearlas todavía. Si tuviera una, sería momento de estar ya en el veterinario. Justin intentaba juntar dinero pero aún no era suficiente, por lo que los días pasaban y pasaban y las esperanzas cada vez se iban más.

Cada día y noche rezaba para que Dios lo ayudara. Que le permitiera sanar, que al menos algo ocurriera para que yo tuviera el dinero en mano. O que siquiera, Romano por fin se dignara a dejarse llevar, a que lo sacara de donde estábamos. La última vez que lo intenté, me ayudó papá, y había salido con unos rasguños bastante profundos en el estómago.

Hasta que una noche, en que él había estado recostado todo el día en el patio, entró a la casa caminando normalmente, diciendo miau, queriendo comida. Me sorprendí al instante. Él había perdido el apetito por completo anteriormente y yo había tenido que obligarlo a tomar leche durante varias horas, cada día. Sonreí de inmediato. Bendito sea dios, ¿él estaba mejorando? ¿de verdad estaba haciéndolo?

Miré su hocico con todo el cuidado que pude, y él ya no tenía hilos de saliva colgando. Parecía normal. Pero tenía un aliento no muy agradable. Yo fui a servirle comida como si fuera la primera vez que lo hubiera visto comer en años. Lo acariciaba, le abrazaba, hasta lloraba viéndolo masticar las galletitas que a él tanto le gustaban. Papá y Michelle sonreían. Todos estábamos alrededor de él.

- ¿Ya ves, __? Te dije que mejoraría -me dijo Michelle, sin quitar la sonrisa de su rostro. Ella también le tenía mucho cariño.
- El gato solo tuvo una mala racha -comentó papá- Ya ha salido de varias. Ya ha salido de dos, cuando llegaba con agujeros enormes en la cabeza, lleno de sangre.

Asentí. Hubieron veces en que Romano llegaba a casa sangrando y me hacía pensar que moriría. Yo lo regañaba. Siempre cuando él salía de casa, le recordaba que debía tener cuidado. No me importaba que yo me viera ridícula diciendo eso. Después de todo, era un gato y no me haría caso jamás. Pero sabía, que de alguna manera, él me entendía.

Sin embargo, era obvio que sus heridas físicas era por peleas con gatos. O porque las mismas gatas a las que él violaba lo golpeaban. Siempre es así. Las gatas se enojan, los salen persiguiendo y los intentan matar. Una vez leí en un libro que era realmente doloroso para las gatas cada vez que se apareaban.

- ¿Solo dos? -preguntó Michelle, como si mi papá hubiera dicho lo más estúpido del mundo- ¡Fueron muchas, como siete veces! ¿Se te olvida cuando enfermó del estómago y estaba tan mal que caminaba y se caía? -en esa enfermedad que él tuvo tampoco pude llevarlo al veterinario por lo mismo, pero salió de esa, ileso- Gracias a toda la leche que le di, logré hacerlo vomitar y votó una enorme bola de color verde. No sé que era eso, pero logró salvarse. Es un gato batallador.
- Y cuando llegaba resfriado votando mocos y se quedaba una semana dentro de casa hasta recuperarse -reí al recordar eso. A pesar de que en ese tiempo me daba pena, no podía evitar soltar carcajadas. Él había tenido suerte. Y me hacía feliz.

Sonó el timbre y todos dejamos a Romano comiendo en mi habitación. Debía de ser Justin. Él me había dicho que ya se sentía preparado para venir a hablar con mi padre. Esperaba que por fin todo saliera bien. Papá seguía enojado con él, pero era ahora o nunca.

La cena estuvo perfecta. Bueno, no. No lo estuvo. Papá en ningún momento dirigió una palabra a Justin, pero Michelle se las arregló para estar todo el tiempo con alguna conversación, para que no fuera tan obvia la tensión. Me sentía aliviada por eso. Y como Romano estaba mejorando, sentía que nada podría hacerme sentir más feliz. Todo iba cuesta arriba. Era lo único que importaba.

Al rato, Michelle estuvo con papá en su habitación. Yo estaba en el primer piso, con Justin, queriendo meter el tema sobre lo que estaba por venir. No podíamos esperar más. Al menos yo no. Y si seguíamos poniendo punto seguido a esto, papá solo se enojaría el doble, y en el peor de los casos, el triple.

- ¿Vas a hablar con él? -le pregunté queriendo parecer relajada, como si no estuviera tan impaciente.
- Sí -aseguró, con voz firme- Voy a hacerlo. Solo... estoy preparándome mentalmente.
- Está bien -entendí- Recuerda, no tomes muy a pecho si te insulta. Ya sabs, papá es papá.
- Lo sé. Lo tengo claro -frotó las palmas de sus manos en sus rodillas, con evidente nerviosismo- Diablos, esto asusta. Soy un imbécil. He arruinado todo con lo que hice.
- Sí, lo hiciste -estuve de acuerdo y reí.
- __, ¿sabes por qué lo hice? -su pregunta me sorprendió, no habíamos hablado de eso antes. Lo miré fijamente a los ojos, queriendo que siguiera- Sé que no lo sabes. Pero mis pensamientos no fueron los típicos de "tengo el corazón roto por lo que me voy a matar".

Su tono serio me hacía ponerme un poco nerviosa, sobre todo porque cada vez que hablaba así no era ninguna broma. Era un tema duro. A pesar de que no me gustaba mucho hablar de eso, mi curiosidad me mataba y tenía que saber a fondo lo que él sintió. No podía juzgarlo tanto por lo que hizo. Él merecía sentirse comprendido. Y saber que yo no lo odiaba. Después de todo, él seguía aquí, vivo. A mi lado. Era una oportunidad más, que no podíamos desaprovechar.

- Mis pensamientos fueron otros, __ -continuó- Yo estoy enamorado de ti, ¿entiendes eso? Yo no pensé en solo morir. Yo pensé "si yo no la tengo, ya no quiero vivir" o "ya no tengo razón para existir". Yo solo pensé en que... si tú no me tenías, si tú no eras la que estaba conmigo, ninguna otra me tendría, jamás. Porque solo quiero ser hombre de una mujer. Y esa mujer eres tú, mi __.

Eso fue suficiente para que yo no aguantara más y se me humedecieran los ojos. Su amor era incondicional y era la primera vez que me quedaba tan claro. Por lo que me lancé a sus brazos y lo abracé lo más fuerte que pude. Y luego tomé su cara entre mis manos y lo besé profundamente.

Estuvimos varios minutos solo besándonos en el sofá. Aferraba mis puños a su camisa y a pesar de que luego estaría toda arrugada, sabía que no me importaba, y a él menos. Justin no era preocupado de su apariencia si era yo quien lo estaba desarreglando. Le gustaba. Y a mi me gustaba más.

Separé mis labios de los suyos solo por un momento, y lo atraje más hacia mí.

- Sabes cuanto te amo, ¿lo sabes, cierto? -pregunté esperanzada, queriendo que respondiera que sí.
- Sí, sé lo mucho que me amas, shawty -sonrió, pero sus ojos estaban cristalizados- Y tú también tienes que saber lo mucho que yo te amo a ti.
- Sé que lo haces.
- Tengo principios de erección. ¿Y si me demuestras cuanto me amas con favores sexuales?

Adiós romanticismo. Golpeé su pecho con un puño y me eché a reír como una loca. Lo contagié a él también y ambos no podíamos parar. Papá y Michelle seguro pensarían que estábamos locos. Incluso Cipion. Él no había salido en casi todo el día de la habitación porque estaba tratando de romper su récord en un juego que le gusta. A Justin seguía no gustándole que durmiera con él, pero lo estaba llevando mejor, y no se comportaba como un exasperado desquiciado. Lo manejaba muy bien. Estaba mejorando. Ya ni siquiera me hacía pelea por eso.

- Eres un idiota -expresé y volví a besar sus labios, esta vez, de forma fugaz. Rápido.
- Pero soy tuyo.
- Siempre mío y si eso cambia te cortaré las pelotas.
- Eso debe doler -intuyó- Pero no será necesario que las cortes porque seré tuyo por siempre.
- Aw -me enternecí por sus palabras, haciendo puchero- Eres tan tierno, tanto que podrías ser gay.

La cara de Justin se transformó y frunció el ceño. Yo volví a reír como una desquiciada. Mi propia broma me había hecho tanta gracia que era imposible no reír.

- ¿Quieres ver si soy gay o no? -sus manos bajaron al cinturón que rodeaba sus pantalones y comenzó a desabrocharlo- Y tienes razón, puedo ser tan tierno que tengo las pelotas de peluche.

Ahora ya no me reía de mi broma, si no de la suya. Él sacó su cinturón y se preparó para ahora bajar el cierre de su pantalón. Eso me hizo recuperar mi compostura y mi risa fue bajando.

- Ya, ya, no hagas eso, por más que quiera -risas seguían saliendo y yo trataba de controlarlas- Papá podría venir y si te ve ten por seguro que allí abajo ya no te quedaría nada.
- Está bien, pero quedas pendiente. Te haces masilla en mis manos, hermosura -guiñó un ojo y rodé los ojos por su ego enorme. Sin embargo, él tenía razón. Yo estaba loca por el de todas formas.
- Lo que sea. Quisieras.
- No mientas, sabes que digo la verdad. Te tengo loca -me lanzó un beso- Pero bueno esta conversación ha llegado a su fin, yo me largo.

Se paró rápidamente del sofá y corrió escaleras arriba. Sentí que habría la puerta de la habitación de papá. El miedo se adentró en mí. Fue un cambio de aire bastante rápido y ahora por fin saldríamos de lo malo. Él habría con papá.

Pero yo sabía que él se había ido arriba de esa manera porque sabía que luego no se atrevería a ir. Me sentí orgullosa de él. Jamás había hecho algo así antes y ahora era capaz. Mi chico del baño cada vez era un mejor hombre y se lo estaba demostrando a mi padre.

Los siguientes minutos escuché algunos tonos de voz altos.Yo me puse unos audífonos para no seguir oyendo nada y comencé a dibujar en un cuaderno. Michelle bajó de la escalera algo aturdida. Se sentó a mi lado por lo que me vi obligada a quitar el aparato y lanzar el cuaderno a la mesita de centro.

- Ellos se entienden mucho -expresó con gracia.
- Sí. Ya veo por qué se gritan un poco -hice una sonrisa torcida.
- Solo deben escucharse bien. Ya sabes como es tu papá de testarudo. Justin está haciendo un buen trabajo. De estar haciéndolo mal, ya no estaría en esa habitación porque lo habrían sacado fuera.

Eso era cierto.
Nosotras seguidos conversando por un rato de cualquier tema que se nos ocurriera. Michelle era buena en eso. Así que lo de papá y Justin prácticamente se nos olvidó. Solo lo recordamos cuando Justin bajó las escaleras completamente serio.

Se acercó a nosotras sin quitar la seriedad de su cara y por un momento me asustó. ¿Sería esto el final de nuestra relación? ¿todo habría acabado? Su cuerpo estaba frente a mí y yo sentía que iba a echarme a gritar desesperada de la incertidumbre. Pero ahora ya no estaba serio. Ahora sonreía. Y extendió sus brazos hacia mí para que yo me lanzara a sus brazos.

- Estamos oficialmente juntos -y justo como él me había pedido que hiciera, me lancé sus abrazos y me sentí envuelta de inmediato.

Miré a Michelle por el rabillo del ojo y ella sonreía de oreja a oreja.

___________

Lindaasss, espero que les haya gustado. Muchas gracias por todo lo que han hecho por mí.
A la novela solo le quedan seis capítulos luego de este y luego haré unas escenas extra.
Digo, pero con Justin narrando para que sepan lo que él ha sentido, ¿vale?
Lo he avisado por el grupo pero como saben no todas están. Para que sepan.
Las quiero mucho, comenten, ¿vale? Me he esforzado por subir rápido.
Muuuuchos besos. Tengan buen fin de semana, muah.
Únanse al grupo para estar al tanto de la novela:
Ahora sí, me voy.


12 comentarios:

  1. Aaaaaw siguelaaaaa! Primer comentario bitches xd xd besoos<3

    ResponderEliminar
  2. Asdfghjklñ! <3 pero que lindisimo!! Me encanto sigue la pronto :) ♥

    ResponderEliminar
  3. HOLAA ME ENCANTO SOS UNA GENIA PARA LAS NOVES; QISIERA QE NO SE TERMINARA PERO BUENO REALMENTE. ME ENCANTA ESTA NOVE(; SIGELA PRONTO BESOOS
    ATTE: AYE

    ResponderEliminar
  4. Aw me encantó :)
    Más tierno justin :)
    Siguela pronto :D
    atte: barby

    ResponderEliminar
  5. aawww es muy cuchii me encanto lo tierno de justin pd eres la mejor thiare muchos besotes :* att:francis

    ResponderEliminar
  6. Me encantó, me encantó y me encantó, es perfecto..asi que aqui ya no queda más que decir...este comentario ha llegado a su fin, yo me largo....jajaja Bye

    ResponderEliminar
  7. A pesar de no haber seguido la novela desde su principio, llegaste a conquistarme. Me encanta la novela y pase un lindo tiempo lleyendola. Tambien amo la idea de leer escenas desde la perspectiva de Justin, espero con ansias esto.
    Besos!!

    ResponderEliminar
  8. OMG me has dejado con la boca abierta !!!!
    Me a encantado. Eres genial
    Asdfgghjj No quiero que acabe;(
    Cuidate linda Chao <3
    Atte:flor

    ResponderEliminar
  9. AME EL CAPITULO
    :3
    Atte:flor

    ResponderEliminar
  10. Por dios amé el capítulo djdjjsns:3 que r
    Triste que ya se va . Acaba:( lloraré

    ResponderEliminar
  11. Hola Tishu :) estuve un poco perdida y no te comenté en el capitulo anterior y te comento en este vale? Me encanta que Justin y rayis esten juntos :3 Aw, no hubo ningun obstaculo :) me da pena que ya se vaya a acabar :( en serio, me siento melancolica, jops :´( Bueno, siguela pronto y espero que tengo un final feliz. Besos<3

    ResponderEliminar
  12. Me encantó . Siguela pronto :)
    Y que lastima que ya termina :(
    besos ...
    Atte: meli

    ResponderEliminar