22 de junio de 2014

Capítulo 45 -Por un capricho.



No es que yo fuera alguien a quien le gustara estar molesta. Era el segundo sentimiento que más odiaba, luego de la tristeza, claro. Pero después de pensar, me di cuenta de que no tenía un mínimo de sentido que yo me sintiera de esa forma. En el fondo sabía que no duraría ni diez minutos así, menos con la persona que más amaba. 

- No seas tan celosa –me pidió riendo, pero yo no le encontraba un mínimo de gracia.
- No es que me encante que todo esto suceda –le dije yo- Tampoco me has dicho que hoy era tu primer día –debía sacar algún tema de disgusto antes de derretirme por completo en sus brazos, cosa que sabía que pasaría.
- Iba a decírtelo, pero después quise que fuera una sorpresa –alcé una ceja, vaya sorpresa que me había dado- Admito que no fue lo que esperaba.
- Sé que no lo fue –reconocí más que gustosa, pero seguía en mi posición.
- Pero, mira el lado bueno…

Sin darme tiempo a reaccionar, me tomó por las piernas, separándolas sin nada de esfuerzo, para luego sentarme en una mesa que se encontraba a nuestro lado. Choqué mi cabeza con un tarro de limpieza que estaba en la repisa de atrás, haciendo volar un poco de polvo, quien sabe hace cuanto que estaba allí. Pero me olvidé por completo de ello cuando con un ligero movimiento se acercó tanto a mí que prácticamente nuestras respiraciones eran una sola. 

- No habría podido estar así contigo por semanas, de no ser por este trabajo –terminó de decir, limpiando con cuidado mi cabeza polvorienta.
- Mm… –pensé, para luego sonreír y tomar su cara con mis manos- En eso tienes razón. Tu primer punto a favor.

Corté la distancia entre ambos y lo besé. Ya no me iba a resistir, no podía, simplemente no. Fue como si mi enojo se hubiese esfumado. Lo besé sin parar, y es que el hecho de que estuviéramos besándonos en un cuarto de limpieza era tan excitante que me hacía recordar a algunas novelas que había leído. Me sentía como una rayis, y sonreí entre el beso por eso. 

- ¿De qué te ríes? –preguntó él, contagiándose de mi risa.
- No es nada –volví a besarlo, esta vez solo por un segundo- Recordaba algo. Además, esto me gusta –no pude evitar ruborizarme. 
- A mi me encanta –quiso ganarme, y se preparó para un cambio de tema- No quiero ir a limpiar.
- Debes hacerlo, Justin. 
- Solo por ti –juntó su frente con la mía- Solo por ti hago esto.
- Pero siento que es solo una pérdida de tiempo –comenté.
- Solo los momentos en que no te estoy viendo son una pérdida, __ -sentía un cierto tono de regaño en su voz.
- ¿Cómo estás tan seguro? –cuestioné.
- No tengo idea –besó mi nariz y acarició mi mejilla- Me conformo con saber que estás cerca de mí, a mi vista.

Era imposible que no se me hiciera agua el cuerpo cuando Justin se expresaba de esa manera. No habían palabras exactas para decir lo que me provocaban. Me hacía sentir amada, de la forma más bonita que podría existir.

- Me fascina cuando te pones así –confesé sonriente- Sin enojarte y siendo cariñoso.
- No te acostumbres –dijo, digamos que me lo pidió. 

Logré no fruncir el ceño. Y es que no le encontraba sentido a lo que dijo. Se supone que cuando uno está en una relación, el cariño es una costumbre. Por naturaleza, tiene que ser así. Ahí fue cuando pensé que quizás exageraba con mis pensamientos y con toda mi sinceridad del mundo les digo que no tenía ni una pizca de ganas de ponerme mal otra vez, por lo que lo ignoré. Y no era para tanto, tampoco.

- Ya debo irme –avisé minutos después, poniendo mis pies en el suelo- El timbre va a sonar y nadie debe verme salir de aquí. 
- ¿Tan pronto? –preguntó confuso.
- Sí, Justin. Solo son quince minutos de receso. 
- Ah. No tenía idea, pero supongo que está bien.

Justin me abrazó por la cintura, me atrajo hacia él y me besó. Lo hizo tan apasionadamente que me dieron ganas de quedarme en ese sucio cuarto durante todo el día. Pero él debía seguir trabajando, y yo debía seguir estudiando.

- Te amo –acaricié su mejilla, sonreí, me solté de su agarre y me preparé para abrir la puerta.
- Te amo más, shawty –sonrió dulcemente- A la salida juntémonos en la vuelta de la esquina, para llevarte a casa. Y lamento lo del tarro en tu cabeza.

Asentí, llena de felicidad. 

- No hay nada que lamentar. 

Salí sin abrirla mucho, para que, en caso de que hubiera alguien, no viera que Justin estaba allí dentro. Pero di un brinco cuando me tocaron el hombro y la voz de Sam estaba en mi oído. Ni siquiera alcancé a cerrar la puerta.

- ¿__? ¿qué pedo hacías allí adentro? –preguntó extrañado, mirando la puerta de reojo- Te estuve buscando.
- Ahm, el baño estaba muy lleno –comencé a dudar sobre qué decir, no me estaba saliendo muy bien- así que…
- Vaya __, no sabía que las mujeres podían mear de pie… -habló impresionado- ¿pero ocupaste un tarro, quizá? Es una buena idea. Podría hacerlo cuando esté en apuros.
- Tú estás tonto, no meé allí dentro –rodé los ojos, luchando contra una sonrisa- Solo… acomodé mi ropa –inventé de nuevo- Sí, eso hice.
- Bien, como sea. Mueve tu trasero y vamos a clase, ya han tocado.
- ¿Cuándo? –abrí mis ojos como plato, en ningún momento escuché el timbre.
- Hace como diez minutos –se echó a reír- Cuando vine a buscarte aún no llegaba la profesora de física, así que no hay prisa. 

Me pasó el brazo por los hombros y a paso lento nos fuimos hacia el salón. Me agradaba la profesora de física. Era muy agradable con quienes no hacen problemática en su clase. Sam, Roy y yo siempre trabajamos juntos en esa materia, así que a los tres nos adora. Sin mencionar que no entiendo nada y Sam hace el trabajo por nosotros, pero aún así.

Deseé en ese momento que Justin no se enojara por escucharme interactuar con Sam, ya que sabemos que no le agrada. Pero decidí no enfocarme específicamente en eso, era un buen día y debía seguir de esa forma. No lo iba a estropear. Lo más raro es que tenía miedo de que no le importara en lo absoluto.


Las horas no pasaron rápido como me habría gustado, pero cuando el timbre de la salida sonó, me sentí demasiado bien y de pronto la pereza que tenía se me fue. Deseaba ver a Justin, besarlo y decirle lo mucho que lo amaba. No sabía por qué, pero en ese momento era algo que tenía muchas ganas de hacer.

Salí junto a Sam y Roy de la escuela, ellos se iban a ir juntos y yo me iría a casa pero pararía en la esquina. Ellos no sabían, por supuesto.
Dakota se despidió de mí antes de partir. 

Justo cuando iba doblando la esquina, el primer auto que divisé fue el de mi novio. Bueno, era el único que había, pero no importa. Él estaba con un gorro negro y una chaqueta de cuero negra. Era tan típico de él, pero me encantaba. Me hacía recordar los primeros días en que estábamos juntos. 


- Puto frío de mierda –se quejó en cuanto me acomodé en el asiento de copiloto- ¿No tienes frío? ¿estás abrigada, también? 
- Lo estoy –asentí sonriente. 
- Espero. Si te resfrías, ya verás –se echó a reír. Rodé los ojos sin sacar la sonrisa de mi cara y apoyé mi cabeza en el vidrio de la ventana.

Justin arrancó el auto y nos quedamos callados por unos cuantos minutos. De vez en cuando nos dábamos algunas miradas cómplices o nos regalábamos sonrisas. No hacía frío en el auto, pero si sacaba la respiración directamente sobre la ventana podía ver como esta se empañaba. Estuve entreteniéndome con eso, hasta que la voz de él me hizo salir fuera de mí.

- Tengo una idea –el entusiasmo en su voz me hizo reír, parecía un niño pequeño.
- Dime esa idea –le miré sonriente.
- Podríamos salir hoy. Y de paso, celebrar mi primer trabajo haciendo algo productivo en la vida –propuso orgulloso de si mismo.
- ¿Lo dices enserio?

Me impresioné, jamás habíamos salido un día de la semana, al menos no desde que papá volvió de su luna de miel. Sé que es bastante tonto, pero lo que es nuevo suele ponerme así, en el buen sentido. Sin embargo, él sólo se encogió de hombros y abrió la boca para hablar.

- Podría ser divertido. 

Sí, de eso no tenía dudas.

- Además –continuó-, es más por tener un tiempo a solas contigo. No lo hemos tenido en semanas. Podríamos ir a comer un helado, e ir de compras. Te daré unos cuantos regalos.
- No sé si papá esté de acuerdo –le dije. Y a pesar de las ganas de tener algo nuevo no me faltaban, le dije- Y no necesito regalos, Justin. Estoy bien con estar contigo.
- A mi no me engañas, amor. Sé que quieres tener algo nuevo tanto como yo –se echó a reír.
- Tienes razón, tengo ganas –admití, también  riendo- Pero prefiero mil veces estar contigo, antes de un regalo.
- Lo mismo digo, shawty –me guiñó un ojo, y ese acto fue suficiente para hacerme suspirar, metafóricamente- Y sobre lo de tu padre… Dame su número. Lo llamaré.
- ¿Estás seguro de esto? –era todo muy tentador, pero no sabía si esto resultaría bien o mal, y no quería que Justin tuviera problemas con él.
- Sí, bien seguro –aseguró- Solo dame el número.
- ¿Si te trata mal? ¿Si no me deja?

Yo y mis dudas y presentimientos. 

- Solo dame el número, __. Ahora –se calló, extendiendo una de sus manos hacia mí, sin apartar la vista del camino. Empezaba a notar que solo me llamaba __ en situaciones de molestia o impaciencia- ¡Anda!
- ¡Bien, lo haré! –me resigné por completo- Pero antes aparca.

La sorpresa en él fue enorme. Gigantesca, en realidad. Pero yo no iba a salir de mi postura. Que ni lo pensara.

- ¿Qué? –se rió- Estás bromeando, lo sé. Ya dámelo.
- ¡Que aparques, vamos! –exigí, haciendo gesto con los brazos, debía apurar.

Se me quedó viendo como si estuviera loca y yo me puse totalmente seria. Cuando se dio cuenta de que yo no estaba bromeando ni en lo más mínimo, rodó los ojos y dobló hacia una calle para poder estacionar el auto. 

No es que yo sea una pesada, pero en el último tiempo le he hecho saber que yo soy un tanto estricta en situaciones de seguridad en las calles. Una de las reglas es no hablar por teléfono mientras está conduciendo. Cientos de accidentes ocurren por lo descuidadas que son las personas al hacer eso, de más podríamos llevar a incluirnos en esos accidentes. Yo no quiero eso.

Cuando estuvimos ya posicionados, inhaló profundo, y luego exhaló. Sabía que lo sacaba un poco de sus casillas, pero era por su propio bien. Y por el mío, por supuesto. 

- Sabes que te amo, ¿no es así? –finalmente dirigió sus hermosos ojos hacia mí, cuando ya estuvo más calmado- No haría estas cosas de no amarte, lo juro.

Reí. Era tan tierno. Yo lo amaba más a él. Y supuse que debía compensarlo de algún modo, y qué mejor para hacerlo con un rico beso en sus ricos labios. Me sentí un poco egoísta en no hacerlo especialmente para él, porque yo sí que estaba antojada de tener esos labios sobre mí. Entonces, me hinqué, de forma que pudiera estar más cerca de su anatomía, e inmediatamente posé mis labios en los suyos. Correspondió mi beso al instante. Delicioso. Ni siquiera estuvimos más de diez segundos besándonos, y cuando ya sentí que era necesario detenernos, le puse fin. Justin se me quedó mirando fijamente. Un poco de nerviosismo se centró en mí. Mis hormonas se pusieron algo alborotadas y debía controlarlas. 

- __... –susurró mi nombre de tal forma, que podía sentir como mi interior se estremecía.

No dijo nada más, pero sabía lo que quería tratar de hacerme entender. Su mano hizo camino hacia una de mis piernas, y comenzó a darle ligeros apretones. Subió más, hasta mi muslo, haciendo lo mismo. Si subía más, juro por dios que no me iba a contener. Su otra mano la llevó hasta mi cintura, e intentó acercarme a él con tanta delicadeza, que pudo hasta ser un disimulo. 


Y fue justo en ese entonces cuando recordé que estábamos en vía pública. Que personas podían estar pasando, viendo nuestra escena. Con la mala gana más grande del universo, posé mis manos alrededor de su cabeza y lo alejé de mí. Quise ser lo más delicada posible, y creo que salió bien. Ambos miramos fuera del auto, probablemente pensando lo mismo… Oh, cielos.

                                                        ____________

Hoy estoy media tristona, y creí que era ya tiempo de subirles otro capítulo y no hacerlas esperar. Las adoro un montón, ojalas les guste lo que escribí, y que tengan una buena noche. Besitos enormes, son las mejores. Ya quiero leer sus comentarios y votos, ustedes me inspiran, preciosas. ¡Chao! 

8 comentarios:

  1. ahh!! me encantó, en serio vale la pena esperar para leer algo tan lindo y divertido, reí tanto con lo de Sam jajaja,,, tq!!..Att: Idaly

    ResponderEliminar
  2. Ay por favor trata de subir mas seguido!!!!. PD: Espero que te sientas mejor xoxoxo

    ResponderEliminar
  3. Seguila porfavor!! Amo tus novelas y como escribes.. :33 Besos!

    ResponderEliminar
  4. En el otro Capítulo No pude Comentar Pero Ahora sí! Adfjñldjqwe Me encanta tu novela Es tan perfecta Que Mis Simplemente me encanta <3 Siguelaaa pls¡!

    ResponderEliminar
  5. Me fascina como escribes, realmemnte bien la novela.

    PD: si te gusta el género fántastico estoy escribiendo una, no olvides meterte porfavor y dar opinión por cierto a la espera del prox cap.
    http://foxitastories.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar