30 de agosto de 2013

Capítulo 4 -Por un capricho.


-Saca todo lo que tienes dentro y sonríe-



Ahí estaba yo, casi muriendo de la vergüenza. Él vestía unos jeans ajustados color blanco y una polera del mismo color pero con unos diseños negros, además de unas supras negras. Jamás me había pasado algo así. Probablemente era el momento en que me sentía más tonta en toda mi vida. Mucho más que la noche en que me vio dentro de su casa saliendo del baño. Mucho más. ¡Demasiado más! 


- ¿Cuánto pan le gustaría? –le preguntó Dakota con cortesía mientras caminaba hacia el carrito con algunas bolsas.
- Puede darme dos kilos –pidió él, seriamente pero con un aire simpático.
- Bien.


Yo ahí parada como una tonta, mirando para cualquier lado excepto hacia donde se encontraba él. El tiempo se hacía eterno, lo único que quería era irme. Maldigo el momento en que se me ocurrió decirle a Dakota que sí vendría con ella. Pero agradecía que él no tenía ni el más mínimo interés de cruzar palabras conmigo. ¡Eso me alegraba tanto! ¡Aunque no se me notaba con todos los estúpidos nervios que tenía!


- ¿Eso no más? –le preguntó mi amiga cuando encontró una bolsa que contenía exactamente los dos kilos que él había pedido.
- Sí, nada más –respondió sereno. 


Ella le pasó la bolsa de pan y él le entregó 10 dólares, mucho más de lo que costaba la bolsa de pan que le había entregado Dakota. Ella lo miró extrañada. Yo no, porque como dije, no me atrevía a mirarlo directamente a la cara.


- Quédate con el cambio –sonrió. 
- No puedo aceptarlo, es más de lo que…
- Solo quédate con él –le interrumpió sus palabras.


Lo dijo con una firmeza tan pero tan notable, que ninguna de las dos dijo algo cuando lo escuchamos. No había vuelto a soltar una sonrisa, solamente era serio. Nada más. Al menos yo no iba a protestar, y por lo que pude ver, mi amiga tampoco. 


- Gracias –dijo ella y sonrió- Tenga una buena tarde.
- Ustedes igual –ya no le estaba hablando solo a Dakota, si no que también era para mí. Pudo haber dicho “tú igual” pero no lo hizo. 


Las dos nos giramos y dimos unos pequeños pasos hasta el carro. Yo lo cogí y como ya no quedaban tantas bolsas no llevábamos ninguna en la mano. Íbamos a empezar a irnos pero...


- Ah, otra cosa –habló él de nuevo, haciendo que ambas nos volteáramos. Yo aún no lo miraba, no me atrevía- ¿a alguna de ustedes se les antoja pasar al baño? 


Y ahí fue cuando mis ojos se dirigieron a su cara. Él tenía los ojos clavados en mí y al notarlo me dio como una punzada. ¡El había usado un tono burlón! ¡se había reído de mí! Mis mejillas estaban completamente rojas, pero notaba que él no tenía ni la mínima intención de hacer que Dakota entendiera el por qué de esa pregunta. La miré completamente intimidada y ella tenía una cara de “What the fuck?”



- Ehm… No, gracias –le dijo ella tratando de parecer normal- No se nos “antoja” ir al baño… -tenía una cara tan rara mientras lo decía.



Él no dijo nada más luego de eso. Lo único que hizo fue mirarme por última vez, alzar las cejas, girarse y entrar a su casa. Nosotras nos quedamos como tontas ahí, mirando la puerta luego de lo sucedido. Yo trataba de regular mi respiración porque me había puesto algo agitada y además, estaba tratando de que mis mejillas volvieran a su color normal. ¡Estaba paralizada! Pero obviamente no quería demostrarlo, ¡a nadie! Eso ni muerta, prefería pasar vergüenzas sola en lugar de que otra persona me hiciera sentir mucha más, ¡es obvio! 


- Que tío más raro –comentó mi amiga mientras nos íbamos- Y encima nos invita a pasar a su baño. 
- Supongo –fue lo único que me limité a responder. Estaba muy nerviosa todavía.
- ¡Oh por dios __! –chilló de repente y se giró para verme- ¡ese era el chico que te lanzó el beso la otra noche! –exclamó con una emoción muy notable.
- ¿Ah? –no me lo creía, ¿había escuchado bien?- Claro que no, tonta. No puede ser él –era algo casi imposible, y encima mis nervios se habían multiplicado con su torpe noticia.
- ¡Sí era él! ¡ahora me acordé! –comenzó a saltar- jodeeeer.
- ¡Claro que no, Dakota! –le dije riendo- Te has hecho ideas, solo te confundiste de persona –traté de que entendiera. 


La verdad no creía que fuera precisamente él quien me haya lanzado ese tan importante beso. No sería posible, ¡por supuesto que no! A veces mi amiga es tan confusa en esas cosas… ¡uf! Que bueno que la conozco y no le hago caso.


- ¡No me he confundido! ¡es él! ¿qué no recuerdas cuando te lo describí? –oh.
- Ahora lo acabo de recordar… -solté unas carcajadas- aunque no del todo.
- Cabello rubio, ojos claros... hasta traía las mismas zapatillasm supras, como se llamen del otro día, ¿no es lo obvio?
- ¿Estás segura de que fue él? -volví a cuestionar.
- ¡Segurísima, joder! –estaba como una loca haha- ¡era él!
- ¿Lo juras?
- Lo juro.
- Por la garrita –la fulminé con la mirada mientras extendía mi pequeño dedo.
- Sí, sí. Por la garrita –ella hizo el mismo acto que yo y entrelazamos nuestros dedos.

Y así comenzamos a recorrer lo que nos quedaba del camino de entregar pan. No tardamos mucho, solo como unos 20 minutos más. Luego, como ya estaba casi oscuro, preferimos ir a nuestras casas. Era lo mejor, no nos dejaban estar solas tan tarde por la noche, siempre nos dicen que es peligroso y que somos muy jóvenes para andar por ahí como personas mayores, aggh. A veces es algo fastidioso, ustedes deben de entenderme si es que sus padres son sobre-protectores, ¿cierto? Ahá.

Me fui acordando de lo sucedido... Él no me había entregado mi bolso de mano, o alguna de mis pertenencias. ¡Se los quedó! Que mala suerte, ¡yo ni pienso volver ahí! Bueno, al menos le he dejado un lindo recuerdo de la noche en que una desconocida se hizo la loca y entró a su baño sin decir un hola siquiera. Como sea, no lo volveré a ver. Tendré que decirle a papá que me compre otro celular, porque el mío se me cayó en el inodoro y se echó a perder, lol. Pero ssshh, no le digan a nadie.

Dejé a Dakota en su casa y luego yo me iría a la mía. No me importaba irme sola, quizás mi padre aún no había llegado, ¿así que para qué irme acompañada? Todo es mejor así, además no quiero que ella me vaya a dejar y luego sin acompañamiento se venga. Su vecindario no es tan seguro que digamos.

- ¿Estás segura de que no quieres cenar aquí? -era como la décima vez que me preguntaba, aw. Adoro a mi amiga, ella siempre tan preocupada por mí, ¡la adoro!
- Estoy segura -lo sé, rechacé su oferta- Quizás el fin de semana, si quieres. Pero tengo que ir a casa antes de que papá llegue y no me encuentre ahí... ya sabes como es...
- Lo sé... -susurró y nos quedamos en silencio por un momento.
- Dale mis saludos a mi tía -así era como le decía yo la mayoría del tiempo a su mamá haha.
- Vale, ¡y tú a tu papi!

Nos dimos un abrazo de despedida, sonreímos y ella entró a su casa. Yo no tomé dinero para un taxi en mi casa, así que me fui a pie. No tardé tanto... No vivíamos tan lejos. No alcanzaba a ser media hora de camino. Eso sí, había pasado a comprar una pizza familiar a una pizzeria, pues debía cenar algo.

Para cuando llegué a mi casa estaba todo apagado. No habían llegado a casa todavía. Me alegraba que no se encontraran, a veces es mejor estar sola que mal acompañada. Y, ¿para qué estar siempre con ellos? Si cuando están es como si no estuvieran, no me pescan. Pasan de mi por completo.
Me fui a la cocina, tomé un vaso y me serví Sprite. Amo esa bebida, ¡mi favorita sin duda! Es tan rica... ¡es que me encanta! Y... cuando ya tenía todo preparado para comer, me fui de ahí. Subí a mi habitación y me puse en mi laptop un rato. Abrí la caja de la pizza y con mi vaso con gaseosa a un lado, me puse a disfrutar.
Sé que aún no le he contado nada a Dakota de lo que pasó con el baño y la casa, pero la verdad es algo que ya quiero dejar en el pasado. No puedo estar toda la vida atormentándome y recordando lo muy vergonzoso que fue. Después de todo nunca más lo volveré a ver y de seguro tampoco volveré a pasar por ese lugar. Los dos días que lo hice fueron pura coincidencia, así que puedo estar tranquila y hacer como si nunca hubiese pasado nada. ¡Por fin! Ya creí que nunca volvería a sentirme calmada, ¡que alivio!

2 DÍAS DESPUÉS...

Hoy era viernes. Nada interesante que hacer, pero casi el mejor día de la semana. Bueno, hoy fue mi último día de clases. Verán, hace unos dos meses estoy estudiando en casa por unas razones que me dio mi papá y ahora tengo como unas vacaciones hasta no sé cuando, ¡y eso me hace muy feliz! Es lo mejor, la verdad.


Por un capricho #2
Ya eran las 11am, las clases en casa habían terminado a las 10am, así que me fui a bañar. Cuando terminé me envolví en dos toallas color calipso y me fui caminando a mi habitación. Elegí un poco de ropa, algo normal, como me gusta. Y entonces, bajé las escaleras a tomar algo. Por alguna razón X, estaba animada. ¡Mucho a decir verdad! ¡oh sí! esto no es muy normal en mí, ¿o sí?


- __ -me llamó mi papá desde la cocina y vino trotando hacia mí. Yo estaba pisando el último peldaño de la escalera- puedes cuidarte sola, ¿verdad?
- ¿A qué te refieres? -pregunté extrañada, él estaba algo agitado y de repente noté que habían unas maletas en frente de la puerta, ¿qué pasaba?
- ¡Me voy de luna de miel con Michelle! ¿no te conté? -lo que me faltaba- ¡nos vamos ahora mismo! Te dejé dinero suficiente en una cajita sobre la mesa de la cocina, cuídate. No te preocupes por las clases, que no tendrás hasta que vuelva -se me acercó, me abrazó y me besó la mejilla- Nos vemos en dos meses.

En ese instante los dos salieron por esa puerta corriendo, como tal relámpago. Cerraron la puerta dando un portazo. Y yo ahí, parada en el último escalón, mirando la cerradura. Había quedado sola.

Sí, estaría sola dos meses. Me costaba un poco asimilarlo, no creía que papá iba a dejarme sola hoy, menos por tanto tiempo. Quizás hasta ni tengamos contacto ni una sola vez. ¿Pero qué les pasa a ellos dos? Como si nada de olvidan de mi, ¡no es justo!

Haber, quizás a donde se irán y en qué, ¿en un avión? ¿un bus? ¿helicóptero? ¿un crucero? Y ni me invitan. Sé que es su luna de miel y que no debo estorbar, ¡pero no les habría dado problemas! Con que me dejaran en una habitación demasiado apartada a la de ellos, ni los vería y yo estaría relajándome, tranquilamente. Pero no, ¡no! ¡han preferido dejarme tirada! Con nada más que unos billetes. Además, ¿qué luna de miel dura dos meses? ¡debe de ser una broma!

Ya no quería enojarme. Había despertado con muchos ánimos, aunque ya se arruinaron, pero no dejaré que me impidan tener un buen día. Ignoraré todo esto. Estaré mejor sin ellos, que se vayan a donde se les de la gana. Cómo me gustaría decirle todo esto al mundo entero sin que me cueste, pero no… no puedo.

En ese momento caminé de donde me encontraba y me tiré al sofá. Encendí la tv para hacer pasar el rato. Puse “The Carrie diaries”, que me gustaba mucho. Sebastian y Carrie, aw. Me enternezco cuando pienso en el qué pasará entre ellos. Pero no alcancé ni verlo por más de 10 minutos y empezó “La vida secreta de la adolescente americana” ¡también amaba ese programa!

Estaba completamente metida en lo que veía, hasta que de repente sonó el timbre de la puerta. ¿Quién iba a ser? ¿Dakota, tal vez? O de seguro a papá se le había olvidado algo… ¡yo, por ejemplo!

Me paré algo fastidiada, tratando de no desviar mucho mi atención a la televisión y puse mi mano en la manilla de la puerta. La giré, abrí y miré para ver quién era…
OH, POR MI CELULAR PERDIDO. ¡Que inesperado!

- Hola –me saludó- eres __ –dios mío. Ni siquiera fue una pregunta, si no una afirmación. No podía a hablar, lo único que pude hacer fue asentir con mi cabeza – eres a quien busco.

Se me acercó, me hizo para un lado y entró a mi casa rápidamente. Mi dios bendito, este tío iba a violarme. ¡Me van a violar! No puedo, ¡soy demasiado joven! ¡soy virgen! ¡odio a todos por dejarme sola en esta casa! Aunque ahora que veo… oh, no… que alguien me de un tiro… que vergüenza… ¡se supone que nunca más lo vería!

- Soy Justin Bieber –me hizo saber, aunque yo sabía solo su nombre-, el chico al que le vendiste pan el otro día. Y al que le ocupaste el baño, ¿recuerdas, cierto?


                                                    __________________________


Heeeeeeeyaaaaa. Capítulo 4, aquí. ¿Les ha gustado? Díganme que sí haha. Me tardé en subir, pero es que chicas, no tenía tiempo suficiente y estaba algo enferma. Encima tenía que ir igual a la escuela. Ahora también estoy con dolores en la cabeza pero quería subir. Aparte hoy es viernes, ¿qué mejor?
Espero que les haya gustado el capítulo, ¡un beso a todas! Comenten y voten, ¿si? ¡Adiós! :3
Pd: He puesto una nueva encuesta sobre esta novela sobre las otras. ¡Voten! Goodbye shawtys *-*

24 de agosto de 2013

Capítulo 3 -Por un capricho.


-Vergüenza-


Y cuando iba saliendo por la puerta, miré hacia al lado de una lamparita, y estaba una foto de él, en su graduación del último año de la escuela. Perfectamente arreglado, con una seguridad enorme… “Justin Bieber” ese era el nombre de aquel chico que me perseguía y que vivía en esta casa.


No pude hacer nada más y salí de ahí corriendo como pude. Que vergüenza. Última vez en mi vida que se me ocurre hacer esto. ¿Es que estoy loca? ¿a quién se le ocurriría entrar sin permiso a una casa que no conoce al baño? Solo a mí, claro. 



Decidí dejar lo sucedido atrás. Caminé y caminé para encontrar el camino de vuelta al local. Era lo único que podía hacer. Era mejor que estar a mitad de la nada por el resto de la noche muriéndome de frío y morir ¿o no?



¡Y por fin se me ocurrió! Sam, mi salvación. Podía llamarlo por teléfono y él me iba a poder venir a buscar. Gracias al cielo, estoy a salvo. Pero esperen… ¿y mi celular? Oh, no. ¿Dónde está mi bolso de mano? No puede ser… ¡lo he dejado en el baño! Ahora no podré llamarlo, yo ni jodiendo vuelvo ahí. Estoy frita. Ahora sí, no me queda nada más que caminar y caminar hasta reconocer alguna zona por la que pasé.



LUEGO DE TRES DÍAS…



Sonaba el teléfono de casa, desde abajo. No tenía muchas ganas de levantarme de la cama, porque recién eran las 10:30am, así que preferí que contestara papá. Si es que estaba abajo, porque quizás salió a comer con Michelle. Pero de pronto dejó de sonar, así que de seguro ya alguien había contestado. Cerré los ojos para poder relajarme un poco más.



- ¡__, tu amiga Dakota al teléfono! –chilló mi padre desde abajo.
- Maldición –pensé de mala gana y me paré de donde me encontraba.



Bajé las escaleras casi cayéndome y fui a coger el teléfono. Me lo llevé al oído, respiré algo de aire para que se me pasara lo fastidiada y atendí.



- Hola, Dakota –la saludé normal.
- Oye, que ánimos –se echó a reír- ¿te desperté?
- No, pero estaba bien en mi cama –dije riendo.
- Lo sé, pero es que quería regañarte. ¿Por qué coños no has contestado tu celular? –me preguntó desafiante- ¡te he llamado desde la noche de la cena de tu papá! Sin contar que nos dejaste a mí y a Sam tirados ahí –oh, era cierto.



Y entonces se me vino a la mente todo. Mi querida amiga me había hecho recordar lo sucedido en la casa del mágico baño. Mis mejillas se enrojecieron al solo acordarme. Pasé mi mano por mi frente y comencé a echarme aire con una de ellas.



- Lo siento, es que había ido a los baños públicos y me perdí –sinceré, pues era la verdad, aunque no del todo- y perdí mi celular allá… 
- Dios, tía. Que pena –se lamentó conmigo- Te comprarán otro, supongo.
- Creo, porque todavía no le he dicho a papá –solté unas carcajadas.
- Pues dile, que tenemos que hacer panoramas. Ah, y Sam me pidió que te dijera que te conectaras a Facebook, dijo que tenía que decirnos algo a ambas.
- Vale, me conectaré –dije animada.
- Bueno ya me voy –me avisó- iré de compras con las chicas mañana, ¿quieres ir? Todas queremos que vayas, ¡di que sí! 
- ¡Claro! –ahora sí que irradiaba felicidad- ¿me pasas a buscar?
- Por supuesto –aceptó- Ah, y otra cosa.
- ¿Qué pasa?
- Mamá me pidió que fuéramos a vender de pan a domicilio a casas de algunos lugares… ¿me acompañas? Sabes que no me gusta ir sola… Me da hueva. 



Sí, pan. La madre de Dakota tiene una panadería, donde hacen un pan único, bastante rico. Tiene muchos clientes, pero para tener más hace que Dakota vaya a vender algunas cantidades por ahí, en una bolsa que trae la dirección de donde se encuentra la panadería. Dice que así cada vez tiene más clientes, es como publicidad. Ellas viven solas junto con su hermana pequeña, porque su papá está en Noruega y ambos están divorciados. 



- ¿A qué hora?
- A las 4 empezamos, ¿qué opinas?
- Iré, estaré en tu casa a esa hora así te ayudo con las bolsas –sonreí aunque no podía verme.
- ¡Gracias gracias gracias! –ella ya saltaba. Yo solté risitas- ¡te quiero, bye!  -y colgó.



Luego de dejar el teléfono en donde debía, me fui a la cocina a comer algo. Saqué un tazón del mueble de los platos y de la nevera saqué una botella de leche. Los llevé a la mesa y tomé la caja de cereal. Puse un poco de todo en el tazón y comencé a comer mientras veía la revista Cosmopolitan. No tenía nada entretenido que hacer hasta las cuatro de la tarde.



- Hija –se asomó mi papá por la entrada de la cocina. Yo lo miré- Saldré con Michelle a comprar cosas y luego almorzaremos afuera. Tendrás que cocinarte tú, ¿de acuerdo?
- Okay –detestaba que hicieran eso.
- Adiós –se despidió con la mano como si nada y sentí la puerta de entrada cerrarse.



Esto ya es rutina, ellos salen a pasarla de lo lindo afuera, comprando, cenando, divirtiéndose y yo aquí como una tonta. Solo tengo 16 años y me dejan sola todo el tiempo. Cualquier chica de mi edad estaría feliz de que le pasara algo así para hacer lo que se le de la gana, pero a mi me gustaría que mi padre se preocupara y estuviera más atento conmigo. A veces ni me deja algo para comer, ya que ellos se lo comen todo. Apostaría a que me dijo que me cocinara sin siquiera saber si quedaba algo para hacer o no. Detesto esto, enserio. 



Cuando ya eran las 12:30, me animé a ir a ver qué podría cocinarme. Miré el mueble de mercadería y habían algunos paquetes de arroz… Luego miré la nevera y había un pedazo de pollo. Bien, haría arroz con pollo. Me gusta mucho, es una de las comidas más ricas para mí, ¡enserio que me gusta! Al fin algo bueno de quedarme aquí, ¡me animé! Oh sí.


Se hicieron las 4pm, y yo ya estaba afuera de la casa de Dakota. Toqué el timbre y habló ella por el citófono. 



- __, ¿eres tú? –preguntó.
- Sí, ya estoy acá –avisé.
- Bien, te abro la puerta y vienes a ayudarme –colgó rápidamente.



Sonó el “shhnnn” que suena cuando se abre la puerta automáticamente. La hice para atrás, entré, y la volví a cerrar. Caminé hacia la entrada y como si fuera mi casa, me fui hacia la mesa y saludé a mi amiga que se encontraba allí. Yo tengo mucha confianza en su casa, pues siempre iba, ya no tan seguido, pero su mamá me quieren mucho y ellos me hicieron sentir que era como la mía. Les tengo demasiado cariño.



- ¿Y cómo está tu madre? –le pregunté sonriente.
- Muy bien. Trabajando, como siempre –rió.
- Debí imaginarlo –hice una mueca- Pero bueno, ¿a dónde iremos?
- Empezaremos cerca del local y luego seguiremos hacia otros lugares.



Ambas tomamos un carrito pequeño con rueditas que podíamos llevar de una mano y pusimos las bolsas que caían dentro, así que las otras tuvimos que llevarlas en la mano. No estaban tan pesadas, así que íbamos bien. Íbamos ofreciendo pan a algunas casas y teníamos resultados muy positivos. De 10 casas en las que preguntábamos, 8 aceptaban comprar.


Avanzábamos y avanzábamos por calles. Ya se estaban haciendo las 7pm. Ya estábamos en el atardecer. El cielo se volvía naranjo con amarillo. Era tan bonito... Pero todo se detuvo cuando comencé a reconocer una calle... la recordaba un poco, ¿pero de donde? No lo entien... Mierda.


- Dakota, ¿también venderemos pan por esta calle? -le pregunté impacientemente nerviosa.
- Síp.
- ¿Por todas? -dí que no, por favor.
- Todas... Tooooodas... -sonrió y yo me quedé seria- TOOOOOOOOOOOOOO
- ¡Ya entendí! -chillé interrumpiéndola, era como si me lo estuviera refregando en la cara.
- Ay niña, qué mal humor -rió- Estás muy estresada, eh.
- Lo sé, pienso lo mismo -era cierto, algo.



Y entonces comenzamos a vender pan casa por casa de esa calle. Todas las personas salían y compraban, y la verdad yo deseaba que el pan se acabara antes de llegar a la del baño, en la que había pasado el momento más torpe, idiota y vergonzoso de mi vida. Pero no, no se acaba. Deseaba que hubiera magia en el mundo precisamente ahora. O que al menos no hubiera nadie.


Dakota tocó el timbre. Esperamos por un momento y no salió nadie, pero la porfiada volvió a tocarlo. Yo ya estaba que me moría. Y ahí pasó. Abrieron la puerta y el chico con el cabello rubio se asomó. Yo me escondí detrás de ella para que no me viera, ¡es que la vergüenza me devoraba!


- ¡Hola! -le saludó mi amiga animada- Estamos vendiendo pan, ¿le gustaría comprar? -ella estaba muy sonriente, como siempre- Y dios __, ¿por qué te escondes?
- No, gra... -respondía él, pero justo en ese momento Dakota me tomó por el brazo y me hizo a un lado. Él dejó su respuesta incompleta- Sí, claro, está bien... -cambió de opinión al notar mi presencia.



Entró de nuevo a su casa para poder buscar dinero, creo. No se tardó más de tres minutos y se asomó nuevamente a la puerta. Sus ojos me miraban. Él al momento en que me vio me había reconocido. Soltó unas risas de la nada. Tierra, trágame. 
                                              
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¡Aquí el capítulo 3! ¿qué les ha parecido? Ni largo, ni corto. Bueno, estuvo algo corto, lo siento por eso pero quería subir hoy. Comenten y voten mucho, please. Si lo hacen rápido subiré más pronto, porque la verdad sus comentarios me animan mucho a seguir con la novela. ¿Les gusta o no les gusta? Please, háganme saber. Espero que el capítulo les haya gustado. Ya se pondrá más interesante.
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¡Un beso a todas! :3

20 de agosto de 2013

Capítulo 2 -Por un capricho.




De a poco iba sintiendo que mi vejiga comenzaba a llenarse. Ya estaba comenzando a dolerme. ¿Les ha pasado alguna vez? Uno aguanta mucho las ganas de hacer y al rato comienza a sentir un dolor muy molesto y lo único que quieres hacer es que desaparezca. Que se aleje. Pues eso era lo que yo estaba sintiendo.


- Chicos, ya vuelvo –les avisé- Iré al baño.
- Ah, a mi me habían dicho que no había baño… -comentó Dakota. Yo la miré impresionada.
- ¿Qué no hay baño? –wtf.
- Eso me dijeron a mí –repitió- Pero ve a ver, por si acaso –sonrió.
- Sí, de seguro hay uno, es imposible que no tengan uno en un lugar como este –dije ya más aliviada.



Comencé a caminar entre la gente, a recorrer todo el lugar. A revisar todas las puertas que veía cerca y a la vista. Pero no había nada, solo eran como unas salas más pequeñas que esta, con unas mesas. Cada una te llevaba a otro lugar en donde podías celebrar cosas. Me sentía frustrada, ¿Dónde estaba el estúpido baño? ¡quería uno, lo necesitaba!



Ya casi resignada, me fui hacia donde estaba papá. Él debía conocer este lugar mucho mejor que yo. Esperaba que me diera una respuesta positiva porque ya me estaba haciendo mucha rabia aguantar tanto. Tomó un poco de tiempo tener que pasar entre todos, porque estaban como rodeándolo mientras recibía felicitaciones y más. 



- Papá… -le hablé atrás de él, pero no me escuchaba- Papá, ¿el baño? –toqué sus hombros y los moví para que me sintiera.



O no me escuchaba porque estaba completamente concentrado y distraído, o simplemente no me tomaba en cuenta. Me sentía como una tonta. Ha habido muchas ocasiones en que me pasa esto con él. A veces me abraza y me habla normal, pero cuando está con gente es como si yo fuera invisible. No me toman mucho en serio y no se siente bien. 



- El baño papá, ¿dónde está? –volví a repetir. 
- Disculpa, hija –reaccionó a mi presencia y se volteó- ¿Qué pasó? 



Por fin me había escuchado. Era un milagro, sentía que lo era. Es tan feo cuando te hacen eso y más si hay personas presentes que ven tu humillación al sentirte completamente ignorada. Es la razón por la que no me gusta ir a fiestas o ir a reuniones familiares y cosas así. Ser muy tímida, gentil y callada tiene unos lados muy malos… Es triste.



- Quiero un baño –repetí ya fastidiada- ¿me puedes decir donde está? Lo he buscado y no lo encuentro…
- Sobre eso… -se aclaró la garganta- Es que aquí no hay baño –dijo normal.
- ¿No hay baño? –dios mío- ¡En cualquier lugar de estos debería haber uno!
- Tranquila, cariño –trató de tranquilizarme- No muy lejos de aquí hay unos públicos, si quieres.
- No me gustan los baños públicos, están muy lejos –él lo sabía perfectamente.
- Entonces aguanta –me ordenó- No puedo llevarte a casa solo porque quieres ir al baño y luego volver –me dijo algo pesado. Él sentía que quería arruinar de alguna manera su noche con mis tonterías- No estoy para tus torpes rabietas de niña.



Uso un tono tan duro contigo que el corazón se me estrujó. Quería hablar, pero como siempre, no me salieron la palabras. Miré para ver si alguien había escuchado, pero no. Afortunadamente nadie lo hizo. Sentía que un nudo se me hacía en la garganta.



- De acuerdo… -me resigné triste y me giré para irme caminando a cualquier parte del enorme salón.



Como dije, estaba triste. Pero también estaba ocultando todo mi enojo hacia como me había hecho sentir mi padre. Me da mucha nostalgia cuando me trata así, como si no le importara nada de lo que yo quiero. Siempre me hace lo mismo. No me toma en cuenta, no le interesa algo que necesito, pero cuando él me pide algo debo hacerlo todo, ¡odio esto! Además el tono en el que me habla… Me lastima. Detesto como soy. Me gustaría poder cambiar esta estúpida forma de ser que tengo y poder enfrentar todo lo que me venga. Pero por alguna razón, no puedo… Es muy difícil.



No quise seguir en el local, ya me importaba un bledo. Necesitaba ir al baño de una vez. 
Salí de aquel lugar y caminé hacia la calle. Miré para todos lados y si mal no recordaba, cerca de aquí vivía Milly, una amiga desde que tenía doce años. Deseaba con mi vida poder encontrar su casa, porque no me acordaba bien. Así por fin encontraría un lugar en donde poder acabar con mi necesidad tan molesta. 



Pero mientras caminaba por esas calles casi desconocidas, me puse a pensar… ¿Dónde estaba la casa? Porque lo recordaba de una forma pésima, ni segura estaba de si en realidad por aquí era el camino. Comenzaba a hacer frío y yo solo traía mi vestido y mis tacones. Estaba todo oscuro, lo único que se veía era la luz de los altos focos y el círculo que se forma en el suelo por su luz. 



Llegó un momento en que ya, definitivamente, no sabía donde estaba. Empecé a asustarme, ¿me había perdido? Me giré y miré la calle por la que había caminado. Pero el problema es que no recordaba por cual de las esquinas había doblado. Eran muchas y me confundía… ¿y si venía un violador? ¿y si me asaltaban? Dios mío, no. No sé como se me ocurrió salir del local y caminar como una tonta hacia acá, ¡soy tan ridícula!



Parecía el patito feo. No tenía a nadie conmigo, estaba triste, asustada y sin saber qué hacer. Ya veía que me daba algo. Y encima estaba que me meaba. Tenía las piernas cruzadas y para variar estaba en la mitad de la calle. Si venía un auto e intentaba salir corriendo me iba a correr el pipi por todos lados, quizás hasta el del auto tendría un accidente con el inmenso lago que dejaría. 



Como una indefensa, seguí caminando hacia donde fuera, aguantando. Y ahí fue cuando mi mundo se iluminó. Había una casa. La única con las luces encendidas y estaba la puerta abierta, o bueno, semi-abierta… Aunque estaba algo apartada, con un patio muy grande... ¿Era una señal? ¿acaso era el cielo? ¿me morí? De más me había atropellado un carro y ni cuenta me había dado. Exagerado, lo sé, pero esto de tener ganas de ir al baño me hace volverme loca.



Troté como pude hasta ese lugar. Disimuladamente, me asomé a la puerta. Con cuidado para que nadie me viera. Posiblemente esta sería la locura más grande que haría en toda mi vida. Sí. Entraría a la casa de un extraño, a mear.



A pesar de que quizás la persona que vivía aquí me salvaría la vida, era alguien completamente idiota. ¿A quién se le ocurriría dejar la puerta abierta tan tarde por la noche? Ni cuenta se daría cuando ya le robaran todo. Pero bueno, yo no vengo a robar. Vengo al baño.



Despacio y sin hacer rechinar, comencé a abrirla. Cuando ya estuvo en un ancho suficiente para mi cabeza, me asomé un poco. Miré para todos lados. La casa no tenía tantas cosas, era lo necesario, pero estaba muy bonita. Las paredes tenían un tapiz de una cabina telefónica roja, como las de Londres, y las demás tenían otras vistas del mismo país. Y las cerámicas del piso era como de ajedrez. Sin duda era como un diseño de la casa de mis sueños. Se veía completamente bien...



Dejé de admirar lo lindo de la casa y entré sigilosamente. No sabía donde diablos se encontraba el baño, pero de seguro estaría en el segundo piso, así que, como pude, las subí. Quizás piensen que yo estaba de lo más tranquila entrando, como toda una espía, pero no. No sabía si casi me meaba por las ganas o por el miedo, o las dos juntas.



Al ya estar arriba, habían algunas puertas, que de seguro eran las habitaciones. Pero había una sola puerta color blanco y fue cuando supe que era el preciado baño. Caminé rápidamente hacia ella y, entré. Una sonrisa de oreja a oreja se formó en mi cara cuando pude ver el trono, water... inodoro. Como le digan. Ver el inodoro fue como tocar el cielo con las manos. Dejé mi bolso de mano junto al lavabo, puse un poco de papel higiénico alrededor de este, subí mi vestido, y... pssssssss... Que bien se sentía. ¡Por fin estaba meando! ¡sí! Lo logré. __, lo hiciste. Eres una genio. ¡Soy una genio!



Me había desahogado por completo. Me sentía de una manera perfecta. Aún seguía asustada y nerviosa, pero una relajación inundaba mi cuerpo. Bueno, me limpié, lavé mis manos y blabla. Ahora debía salir de ahí. Antes de salir, apagué la luz del baño y recién ahí abrí la puerta... Me asomé y no había nadie... Así que comencé a caminar lentamente, y fue sentí que me picaba el ojo. Paré de caminar para poder frotarlo bien sin que se me corriera el maquillaje. Saqué una pestaña que tenía dentro y cuando ya lo sentía bien se me ocurre mirar hacia la puerta que estaba a mi lado y... ¡estaba abierta! En la cama de esa habitación había un chico mirándome. ¡Estaba que me meaba pero esta vez de no saber qué hacer! Se paró de la cama, se puso de pie y venía hacia mí, sin importarle que yo lo viera solo en sus boxers color negro. Como una maniática salí corriendo, casi me tropiezo bajando las escaleras, pero ya lograba salir...



                                              __________________________________


Hey, aquí un nuevo capítulo. ¿Qué les ha parecido? No se preocupen, que en el próximo capítulo verán quién es. Ahí la novela se comenzará a poner interesante. Espero que les haya gustado. ¡Comenten y voten! Un besazo a todas :3



18 de agosto de 2013

Capítulo 1 -Por un capricho.



Dejé mi cabello suelto. Estaba frente al espejo, maquillándome como suelo hacerlo. Mi delineador de ojos líquido color negro, mi sombra color piel claro con brillitos que casi ni se nota, mi rimel también negro y mi labial rosa suave. Lo que me gusta, lo que cuando salgo la mayoría del tiempo no me puede faltar cuando salgo. Me gustan, mucho.

Generalmente soy una chica callada, no hablo más de lo que debo con los adultos, y aveces eso es un poco triste. Aveces me gustaría poder entrar en confianza con mis familiares, porque ni con ellos casi hablo. O poder ser más sociable de lo que soy ahora, no sé. Tengo algunos amigos, sí. Pero tampoco soy la chica que es buena para sonsear o cosas así.

Y quizás se pregunten por qué me estoy arreglando o hacia donde iré. Bueno, hoy es la cena de celebración por la nueva esposa de mi padre. Exacto, nueva esposa, porque él y mi madre se divorciaron cuando yo era una bebé. Ella nunca quiso mi custodia así que me abandonó. Él me ha criado, gracias a él soy la persona que soy ahora. Jamás dejaré de agradecerle eso, aunque no está muy pendiente de mi, pero aún así lo amo y estoy agradecida.

Soy hija única. Michelle -la esposa de mi papá- está embarazada de siete meses. Tendré un hermanito. No me molesta, no me meto mucho en la vida de mi padre, y además ella es muy buena conmigo, me ha apoyado en muchas cosas. Me gusta la persona con quien se casó. Aunque bueno, es su quinta esposa, pero de todas me gusta más esta. Por alguna razón, nunca dura mucho con ninguna mujer.

Acomodé un poco más mi vestido y salí de mi habitación, ya lista. Era color plateado con lentejuelas al igual que los zapatos y los otros accesorios.
Por un capricho #1
Papá me esperaba abajo. Cuando me vio, sonrió. Asintió en forma de que le gustaba como me veía. Sonreí tímidamente y me acerqué para abrazarlo. Ahí también estaba Michelle. Estábamos a punto de irnos al local que habían arrendado por un día para poder hacer la cena junto con todos sus conocidos.

- Te ves hermosa, hija -me alagó él.
- No es cierto -reí.
- Sabía que ibas a decir eso -soltó unas carcajadas y los tres salimos de la casa para llegar hasta el carro que nos llevaría hasta nuestro destino.

Siempre que me dicen linda o me alagan de alguna forma, no me lo creo. Quizás es por mi inseguridad. Jamás  me he considerado una chica linda o guapa. Pero siempre me andan diciendo que soy atractiva, hermosa, dulce, sexy... Pero no, no es cierto. No me veo así. La mayoría del tiempo pienso que solo lo hacen para que me sienta bien o aceptada de alguna forma.

Cuando ya estábamos en el auto, no tardamos más de 30 minutos en llegar. Olvidé decir que vivo en Atlanta. Pero bueno, tampoco es la gran cosa que lo sepan.
Nos bajamos de ahí y comenzamos a caminar hacia el local grande en el que sería la celebración. Habían demasiados invitados, casi ni se podía caminar. Saludé a muchos, sonriendo y algo sonrojada. Por alguna razón ellos siempre me abrazaban, se animaban cuando me veían. O dicen que soy su favorita y que me adoran, pero ¿por qué lo dicen? Si casi ni hablo con ellos... ¿cómo pueden apreciarme tanto si nunca les doy a conocer algo de mí que no sea gentileza y timidez? Siempre me he preguntado esas cosas.

Pero lo bueno fue cuando logré divisar a Dakota, mi mejor amiga que obviamente había sido invitada también. A su lado estaba Sam, un amigo nuestro. Él siempre era muy atento conmigo, y Dakota siempre me decía que estaba enamorado de mi. Nunca le creí, pues somos amigos y bueno, no soy tan linda para estar gustarle a alguien como él, que es atractivo y coqueto. Mis otros amigos no habían venido porque mi padre no quiso invitarlos, dice que no le agradan mucho. Aveces eso me fastidia, pero al fin y al cabo esta "fiesta" es de él, no mía. Él sabrá a quién invita y a quién no.

- ¡__(tu nombre)! -me saludó mi amiga con un abrazo- ¿cómo has estado? ¡No te he visto desde el martes! -hoy, es viernes.
- Bien, creo -reí- ¿y tú? No te has dignado a llamarme, tonta.
- Lo sé, es que no he tenido dinero en el móvil, pero en cuanto tenga te llamaré más seguido -me dijo ella sentida, pero de repente reaccionó y me miró- Oye, pero tú también pudiste haberme llamado, eh.
- Es que lo olvidé -me eché a reír y ella me siguió. Entonces, me fui para el lado de mi amigo- Hola, Sam -le abracé.
- ¿Cómo has estado? -me preguntó él sonriente luego de nuestro amistoso saludo. Su mirada se desvió a mi zona abultada- Tus pechos se ven muy bien...
- Ya para con eso -le fulminé con la mirada, pero a los segundos los tres nos reíamos.
- ¿Por qué? Deberías entender que eres muy guapa...
- Que no.

Sam tiene la manía de hacerme halagos perversos sobre mi cuerpo. Siempre me anda mirando o el culo, mis caderas, mis piernas, ¡todo! Es algo molesto pero gracioso a la vez. Hasta hay veces en que me ha ofrecido irnos a su auto cada vez que se fija con deseo en algunas zonas en especial, pero siempre lo tomo como un chiste de su parte. Es solo mi amigo.

Nos quedamos un rato conversando de algunas cosas. Con ellos siempre me divertía muchísimo, eran las únicas dos personas con las que podía ser yo misma y hablar como se me antojara sin estar tímida, sin ponerme nerviosa o cosas así. Sin duda eran los mejores amigos del mundo entero.

Cuando llegó la hora de comer, todos nos fuimos a sentar. Todo estaba perfectamente ordenado. Los cubiertos, las copas y los platos brillaban de lo limpios e impecables. De verdad que se habían tomado un trabajo muy duro en hacer todo esto. Me senté en frente de Dakota y Sam. Todos guardamos silencio y papá hizo un brindis y a continuación todos aplaudimos. Me hacía muy feliz ver esa sonrisa en su cara. Si él estaba feliz con ella, yo lo estaba y nada más importaba.

Luego vinieron unas palabras de un amigo del trabajo de papá. Yo no lo conocía. Tenía las intenciones de escuchar todo el discurso pero me aburrí, así que cogí mi móvil y entré a Facebook. Escribí un estado y subí una foto que había sacado en mi habitación al ponerme el vestido. A los minutos ya tenía comentarios de algunos amigos diciéndome lo bien que me veía. Yo siempre los dejaba ahí, sin poner like o decir siquiera un "gracias". No sé, no prestaba mucha atención a ese tipo de cosas. Si me gustan mis fotos, las subo. Eso.

- __.
- ¿Qué? -me sobresalté cuando Dakota me sacó de la concentración que tenía viendo mi aparato.
- ¿No vas a comer? -me preguntó- Se te va a enfriar.
- Sí, lo haré. Es que estaba metida en otra cosa -hice una sonrisa torcida mientras lo guardaba en mi pequeña carterita de mano que traía.
- Ya come -me ordenó esta vez Sam, con la boca llena- Si no lo haces tú, lo haré yo.

Dakota le pegó un codazo.

- Tienes varios tipos de ensaladas y banquetes aquí -le dije yo- ¿y justo quieres comerte el mío?
- Sí, para hacerte enojar -me sacó la lengua luego de que se lo tragó todo. Yo sonreí y probé un bocado.
- Está delicioso... -expresé saboreando.
- Demasiado...

Comencé a sentir unos ruidos provenientes del otro piso, no sabía de qué eran. Creo que también habían más invitados arriba ¿tantos habían venido? Y yo que pensaba que estaban todos abajo y eran demasiados. Ya veo que papá nunca se cansa de invitar a gente a sus cosas.

- ¿Son más invitados los de arriba? -decidí preguntarle a los chicos.
- No -me respondió mi amiga- En el otro piso hay otra celebración de no sé qué. No somos los únicos aquí, o al menos eso me dieron a entender cuando llegué -me explicó ella.
- Ah, vale -sonreí.
- Que curiosa que eres, te van a matar por ser tan así -jodió Sam. Típico.
- Y tú que metido que eres -lo miré mal y él se puso a reír.

No tardamos mucho en terminar todo lo de nuestro plato, hasta quedar satisfechos. Sentía que quería explotar, pero estuvo tan rico que habría seguido comiendo. Entonces, conversamos un poco más. Conocimos a otros chicos y chicas de nuestra edad que estaban a nuestros lados. Yo fui muy tímida al principio, pero luego decidí esforzarme y ser más... ¿cómo decirlo? Aventada. Más sociable. Como quieran llamarle.

Ya se iban a hacer las 8:00pm. Estaba oscureciendo. Me puse a ver el Facebook otra vez. No hice gran cosa, estaba aburrido. Pero entonces la voz de Dakota, entusiasmada, me sacara de ese mundo otra vez. ¿Novedad? No. Siempre pasa eso.

- __, no me lo vas a creer -me dijo ella y yo la miré- Acaba de bajar un chico del otro piso, era muy atractivo, perfecto y todo... Te ha lanzado un beso -me contó con felicidad.
- ¿Ah? -me extrañé- ¿estás segura? No debió ser para mí... Estás loca.
- ¡Ha sido para ti! -insistió- Lo he visto, te digo. Era rubio, tenía ojos claros y vestía una chaqueta de cuero negra. Apenas ha bajado te ha mirado, no te apartaba los ojos de encima. Y antes de bajar te lanzó un beso... ¡Dios, ha sido tan mágico!
- ¿Por qué iba a lanzarme un beso si yo no estaba mirando? -aveces soy muy testadura.
- Quizás esa era la idea, que tú no te dieras cuenta. ¿Cómo no piensas?
- No sé, de más que fue para ti.
- ¡Que no ha sido para mí, fue para ti! -dijo exaltada. La estaba sacando de sus casillas.

El tema ese se dejó de lado aunque de vez en cuando Dakota me lo recordaba y seguía tratando de hacer que se me quedara grabado en la cabeza. Se hicieron las 10:00pm, y justo en ese momento me dieron ganas de hacer algo muy importante... ir al baño.


                                              __________________________________________


¿Qué les ha parecido el primer capítulo? ¿quién será ese chico? Espero que les haya gustado, chicas. Enserio, quiero que esta novela les guste mucho. Pero solo es el primer capítulo así que si no les ha gustado, no se sientan decepcionadas que los siguientes serán mejores.
Quiero decir una cosa, en esta novela no aceptaré a nadie como personaje, porque será corta y no quiero alargarla más con otras historias. Solo quiero centrarme en una. Lo siento por haberme tardado en subir ¡Comentar y votar!
Un beso.

14 de agosto de 2013

Sinopsis -"Por un capricho"



La chica más tímida de todo el mundo podría ser __. Su padre no la toma enserio, y solo está pendiente de su nuevo matrimonio. Se siente sola y dejada de lado cada día de su vida. Tiene cualidades que solo tiene una buena persona, tanto por dentro, como por fuera. Posee una mente abierta, que logra comprender las cosas de una manera que no cualquiera puede. Ella tuvo una buena crianza. Todo esto lo sabía porque se lo decían, claro. Sin embargo, lo que nunca se le pasó por la cabeza, era que en un momento de llevar a cabo algo completamente estúpido, encontraría a una persona que despertaría el amor dentro de su corazón como nunca antes lo habían hecho. Tampoco sabía que sería capaz de, en un segundo, hacer perder la cabeza a un hombre que tenía sus sentimientos de enamorarse completamente apagados. A lo largo, __ enfrentará cambios y problemas que amenazan con hacerla caer y destruirla. Vivirá las consecuencias de sus actos. Sabrá la dura realidad de la vida, pero a pesar de ello, intentará, cada día, salir adelante, no dejando de lado a su esperanza por nada del mundo. Esta es una historia que demuestra la soledad infinita que puede sentir una adolescente, y la lucha que deben de dar para poder sentirse, al fin, libres y en paz.

11 de agosto de 2013

Todas mis fieles lectoras deben leer esto.

Hello my dears! I’m here again. 
Okay, esta entrada no la escribiré entera en inglés, solo era para empezar. Como sea, es que tengo algo que decirles y la verdad no sé qué hacer, pues me cuesta decidir. 
Antes que nada, fíjense en la nueva decoración del blog. A mi parecer, me gusta. Está algo oscuro, pero es que no sé, me siento gris hoy ¿qué creen, qué opinan?  Pero bueno ahora sí, ¿empiezo? Ok.

Primero lo primero: No sé si han notado, abajo del título del blog, hay como una barrita, que la primera cajita dice “Página principal”. La segunda cajita dice “But with you” y la tercera cajita dice “Justin y tú por siempre”
  Y ahora con eso notado, ¿me hacen un favor? Ahí haciendo clic individualmente en cada una, aparece una pequeña reseña de ambas novelas que hice. Quisiera que escribieran un comentario –corto si quieren, no importa mucho lo largo que sea- que diga lo que sintieron con cada novela y lo que les gustó. Será como un recordatorio, un espacio de sentimientos hacia ella. Algo especial. Como una marca que dejaron en el blog. Please, háganlo, por mí, ¿sí?

Segundo: Anoche estaba durmiendo, como siempre, y entonces soñé algo. Pero no cualquier sueño, un sueño que  me hizo pensar y que me gustó mucho. Y bueno, en un momento desperté, pero luego me dormí y soñé como la continuación, por así decirlo. Y la cosa es que me gustó tanto que apenas desperté pensé en hacer una novela con él. Pero, con eso me doy problemas, porque no tiene nada que ver con la “Sierra canyon school con Justin Bieber” que dije que haría. Traté de unir el sueño con esa que dije que haré, pero no funcionó. Y en fin, ahora me dan ganas de hacer las dos, pero es muy complicado. Solo puedo subir una, porque no me da tiempo para hacer dos al mismo tiempo. Es una decisión complicada porque sé que las dos serán muy buenas, ¡y no me puedo decidir! Los personajes de Justin en ambos casos son perfectos, es difícil, y las historias también lo son.  Ambas tienen lo que me gusta y como dije, juntarlas no puedo y subir las dos tampoco.

Ahora, pondré una encuesta. Sí, otra vez. Y como me cuesta un mundo decidir, ustedes serán las que lo harán. Pero doy un aviso: Si subo “Sierra canyon school con Justin Bieber” no será tan larga, así como de 70 capítulos, o 60… Y si subo la del sueño increíble que soñé, tampoco será tan larga, pero esa será como una mini-novela, porque será como de 30 capítulos, no más. Pues los sueños tampoco son tan largos y creo que lo que soñé es perfecto como está. En ambos casos serán cortas, porque como saben, no soy de las que les gusta hacer las cosas más largas de lo que deben ser, porque siento que pierde la chispa. Y ahora que lo pienso, siento que sería mejor subir la mini-novela antes de la más larga, porque tampoco tardaré tanto en escribirla y a diferencia de la otra opción me demoraría casi lo mismo que me demoré con la anterior que hice, que fueron varios meses. 

Creo que me alargué más de lo que debía, pero con lo que acabo de dar, espero que les sirva para decidir. Daré hasta el jueves para las votaciones, nada más y nada menos. Quizás, hasta el viernes. Solo tengo clases hasta el miércoles esta semana, así que me servirá para pensar y ya tener una idea con los primeros votos que tendré. Porque tampoco quiero continuar subiendo el año del coco y demorarme semanas en comenzar otra novela. No quiero eso, y ustedes tampoco, creo. Jajajaja –no sé ni por qué me río, de repente comencé a hacerlo- Me callo. Ah, y sigan comentando en el último capítulo de But with you it’s not like that at all. Les diré que ambas novelas que tengo en mente, 
serán increíbles, así que piensen bien en cual será su voto.
¡Un beso a todas! 


9 de agosto de 2013

Capítulo 70 - But with you it's not like that at all

Último capítulo, dedicado a todas mis lectoras.

                                      


Y seguíamos ahí, abrazados, pensando en aquella promesa y respuesta que nos habíamos dado. No habían dudas, claro que no. Era solo que, daba emoción... Una emoción que no se puede describir. Osea, ¿ustedes podrían describir perfectamente la sensación que tienen en el momento más feliz de toda su vida? Piénsenlo, con el corazón. Si es que dicen que sí, no se emocionen, porque sea lo que sea que digan, jamás será suficiente. Jamás.


¿Qué era lo que sentía en ese momento? Pues no lo sé. Solo diré que es algo que nunca antes habría podido sentir ni aunque me esforzara. Ahora íbamos a poder ser felices. Íbamos a poder sonreír, llorar, discutir... Y no piensen que me alegro de que vayamos a tener malos momentos, pero hay algo que lo hace especial: Si lo hacemos, será por ambos, por nosotros mismos... No por terceras personas que hacen su vida separando a los demás. Para mí, es diferente. Completamente diferente.


Observé a Justin detenidamente. Tenía un poquito húmedo en la parte de su mejilla izquierda. ¿Había llorado otra vez que no me di cuenta? Mi mano la llevé hacia su cara, para darle suaves caricias... Él me miró, y sonrió. Automáticamente sonreí yo también. Contagioso, ¿no? Y es que una sonrisa de mi Justin se le pega a cualquiera, pero en especial, a mí.


- Te amo, mierda -me dijo de repente- Me has hecho votar una lágrima y sonreír... Y queda corto.


Y no sé por qué, pero al momento de escuchar eso, me pasó lo mismo. Nos transmitíamos los sentimientos. Esto era algo real. Quizás el amor más real que un par de adolescentes en el mundo entero podrían tener. No exagero, para nada.


- Te amo demasiado más... -sus labios se acercaron a los míos y nos hundimos en un único beso.


Él me traía loca. Loca de remate, perdidamente enamorada. Y es que no me da miedo admitirlo, ¡podría gritarlo al mundo entero! Con una sonrisa de oreja a oreja podría decirle a cualquier persona en la calle que estoy perdidamente enamorada de Justin Drew Bieber y que todos pueden irse a la verga, yo estoy feliz así.


¿Lo han pensado? He cambiado. Tanto psicológica como físicamente. Antes, quizás, jamás habría dicho algo como eso de gritarle al mundo entero lo enamorada que estoy de un chico. Pero él lo ha cambiado todo. Él ha hecho mi vida más feliz... Y aveces podemos ser brutales ¿no? Pero es nuestro carácter. Hemos nacido así, ¿qué más le podríamos hacer? A pesar de todo seguimos juntos, y a fin de cuentas, eso... eso, es lo que importa.


 - __(tu nombre)... ¿quién piensas que es el padre del futuro bebé de Olivia? -preguntó curioso, y volví a la tierra.

- Es Cameron -le respondí sin mostrar absoluta impresión- Él me lo dijo.
- ¿Ese maldito imbécil? -dijo con desagrado- Debí de imaginarlo. Ambos son unas personas de horribles sentimientos... Me dan pena.
- A mí igual, pero nada se puede hacer. Ellos eligieron ser así...
- ¿Te he dicho alguna vez que me encanta tu forma de ver la vida? -¿ah? ¿enserio?
- Dices tonterías, yo siempre digo cosas sin sentido... -le llevé la contraria.
- Eso no es cierto, hay muchas ocasiones en que solo tú podrías pensar las cosas de una manera diferente al resto. Adoro que no temas decir lo que sientes, lo que piensas... Logras casos positivos en las personas... Incluso también en los que un día fueron como un caso perdido -se echó a reír.
- Tonto.
- Pero me amas.
- Eso ni todo lo expresa -sonreí y esta vez, fui yo quien lo besó.

Estaba claro que con eso de "un caso perdido" se había referido a él mismo. A cuando era un capullo más, al que no le importaban los sentimientos de las chicas que podían enamorarse profundamente de él. Hasta él creía que siempre sería así y que nunca iba a ser un "arrastrado" por alguna chica. Y aquí lo ven, eh. Okayno. Pero es la verdad, y estoy tan agradecida de ser yo esa chica que lo haya enamorado... Hasta con solo pensarlo me entran ganas de llorar, de nuevo.

Nos quedamos un rato más dándonos caricias, diciéndonos lo mucho que nos amábamos, que siempre estaríamos juntos, entre otros cientos de palabras hermosas. Lo malo que había pasado antes se me estaba olvidando, y me sentía muy bien con eso. Por fin, relajada, sin estar centrada en alguien que no fuéramos nosotros.
Entre ese rato de lindas y pequeñas cosas, nos dormidos. Abrazados. Con mi cabeza apoyada en su pecho. Con su brazos abrazándome por la cintura. Con nuestras piernas abrazadas. Tanto que ni la más mínima corriente de aire podría pasar entre nosotros.

(A la mañana siguiente)

Mis ojos se abrieron, y lo primero y lo mejor que en realidad habrían podido ver, estaba frente a ellos. La cara sonriente de Justin me miraba, y hacía muecas raras. Él estaba de buen humor, eso se notaba. Pero entonces sentí algo como húmedo y espeso sobre mi cara. Alcé mi mano para llevarla a mi cara pero él me la tomó y la alejó.

- ¡No lo hagas! –chilló- Te he querido curar, así que…
- ¿Qué me pusiste? –interrumpí con curiosidad.
- Oh, bueno… Anoche estabas dormida, y de repente comenzaste a decir cosas extrañas. Más bien, en mejores palabras, me decías que me tenías ganas. Así que yo como buen novio, te dí lo que querías… Entonces me bajé los pantalones y…
- ¡Ay por dios, Justin! –grité impactada- ¿cómo pudiste hacerme eso? ¡estaba dormida! Eres un idiota –le miré mal- Ya mírame, estoy empapada de esto –apunté a mi cara- que es tuyo.
- Pero tú me lo pediste –recalcó- Pero amor, tranquila. Tú estabas muy feliz mientras lo hacia, cariño –se acercó a mis labios y me besó.
- ¡No estaba consciente! –me senté en el sofá como pude, me comenzaba a molestar.
- ¡Jajajaja! –comenzó a cagarse de la risa- ¡Que es broma! Quisiera que vieras tu cara cuando te asustas… ¡eres tan ingenua! –se golpeó a él mismo en el hombro sin parar de reír, mientras yo lo fulminaba con la mirada. Pero dejo de reír cuando se dio cuenta de que a mí no me causaba ni un pelo de risa- Calma, solo es crema para los moretones… -me quedé callada como ignorándolo. Él notó que yo no lo hacía caso- ¿Amor? ¿Shawty?  No te enojes, me das miedo…
- Esa broma fue algo pesada, Justin –le dije yo cruzándome de brazos.
- Ah, vamos, no te enojes. ¡Solo era un juego! –me abrazó y dio unos pequeños y tiernos besitos en mi cuello.
- ¿Te doy miedo? –reí, olvidando lo sucedido.
- Pues… sí –admitió riendo nervioso- Pero me encanta.
- Awww –estaba muy enternecida- Amo que me temas, eres tan dulce.
- Claro, dulce –dijo sarcástico- Yo sufro, no tú –rió- Pero también amo tenerte miedo, eres solo mía, no acepto un no de respuesta. Pobre del que se te acerque.
- Y tú eres solo mío, sonso –sonreí y nos comenzamos a besar.

Mientras el día pasaba, los chicos ya se habían enterado de todo lo que había pasado por la madrugada. Las chicas lo único que querían era torturar de a poco a Olivia, para vengar todo el daño que nos había hecho. Y los chicos, bueno, si Cameron quedaba libre, querrían matarlo, de los puñetes y golpes no se salvaría.

Para evitar problemas, no quise contarle a mamá ni a papá. Al menos no por ahora. No quería tener problemas o preocuparlos tanto. Sé que esto es algo que sí se debe contar, pero antes de decirles quería saber si quedaría encerrados en la cárcel y manicomio o no. Ansiaba saberlo… Si ellos quedaban ahí, una paz en mi vida llegaría… Y no saben lo mucho que deseaba que eso pasara. Parte de nuestra felicidad juntos dependía de ello.


Todos quisimos salir a cenar. No solo nosotros, si no que también con nuestros padres y hermanos, los que teníamos, claro. Mamá y papá apenas vieron mis moretones querían saber qué había pasado y como ya saben, no les dije aún. Solo dije que estaba andando en bicicleta con Caitlin y me caí de cara. Afortunadamente me creyeron, aunque dudaron un poco.

Fuimos a un restaurante árabe. Yo jamás había probado esa comida y estaba demasiado rica. Tener un día de padres e hijos era algo que no se hacía todos los días, es más, era la primera vez en que lo hacíamos todos juntos. Nuestros padres se llevaron demasiado bien, incluso decidieron que se juntarían, pero sin nosotros. Cuando lo dijeron sonó egoísta pero inmediatamente todos estallamos en risas. Lo bueno es que, aunque papá estaba de viaje con eso de su trabajo, aún así vino. Dijo que no se perdería por nada una junta así, que era tan importante para cada uno de los presentes. Él sabía que yo y Mike nos sentiríamos incompletos si él no venía.

- ¿Y cómo fue tu relación con __(nombre de tu mamá)? –le preguntó el padre de Marcos a mi papá.

Obviamente yo me sabía esa historia, me encantaba escucharla una y otra vez. Todos nos callamos para escuchar atentos lo que contaría mi papá. Era tan tierno todo. Absolutamente perfecto.

- Bueno, fue lo más lindo que he tenido en mi vida, aparte de mis hijos… -nos contó mirándola con ternura. Mamá le tomó la mano y se la apretó… yo ya moría- Ella me odiaba, recuerdo. Yo era muy mujeriego y ella se enojaba porque decía que era la número cien… -todos reímos- Pero, ¿qué puedo decir? Me enamoró… Y cuando la conocí supe que ella era la mujer con quien quería pasar el resto de mi vida. Tuvimos muchas peleas, como cualquier pareja… Pero las superamos. Incluso ella una vez me tiró todos los regalos que yo le había dado por la ventana de su casa, eso pasó un día en que terminamos –las carcajadas se volvieron a hacer notar, pero luego de unos segundos quisimos seguir escuchando- Al otro día estaba muy arrepentido, y fui a buscarla a su casa. Pero ella no estaba. Hablé con su amiga y me dijo: __(nombre de tu mamá) me dijo que te dijera que no volvieras a buscarla, porque se perdió en el bosque y no quiere volver a verte –todos soltamos un suspiro de tristeza- Pero no me di por vencido y la molesté, seguí ganándome su corazón y véannos aquí, juntos. Casados. Y no me arrepiento… Porque fue la mejor decisión que pude tomar en toda mi vida. No nos vemos mucho, por mi trabajo. Pero aún así siendo que cada día que pasa la amo más… Y quiero seguir amándola por el resto de mis días… Ella es la mujer de mi vida… Y cada segundo del día que esté con ella, quiero que se sienta especial… Porque se lo merece… Porque es la mejor esposa del mundo entero… -él volvió a mirarla con un amor enorme. Llevó la mano de ella esta su boca y la besó- Te amo, __(nombre de tu madre). Eres toda mi vida…

Y en ese momento, fue cuando no sé como, el restaurante se llenó a aplausos. ¿La gente había dejado de hablar y escucharon las hermosas palabras de papá? Oh por dios. Me han dado ganas de llorar. Todos aplaudían y todos nosotros nos unimos a ellos. A mamá le brillaban los ojos y ninguno de los presentes paraban de sonreír. Justin me tomó la mano, y me dijo:

- Muchas de las cosas por las que pasaron tienen similitud con nosotros, shawty –se echó a reír- ¿Ya ves? Estamos destinados a estar juntos, por siempre.
- Me vas a hacer llorar –me sonrojé, mucho- Te amo demasiado, Justin…
- Y yo a ti, mi vida –lentamente nos acercamos, hasta besarnos. Un dulce y hermoso beso.

Las personas que habían estado aplaudiendo tomaron sus copas y comenzaron a golpearlas con una pequeña cucharita. Miramos a papá y a mamá y seguían mirándose a los ojos y diciéndose lo mucho que se amaban. En eso me paré de mi asiento y a ambos les grité:

- ¡Eso hacen las personas cuando piden que se besen! –me miraron y se pusieron a reír. Los chicos también tomaron sus copas y comenzaron a tocarlas con la cucharita- ¿Van a negarnos a todos?
- Ah, ¡pues claro que no! –chilló papá- Anda, te besaré como nunca -le dijo a mamá- y hasta graben si quieren. Admito que me gustaría.

Mi papá se acercó a mi mamá, y ambos, sin dejar de sonreír, se besaron. Se besaron como nunca lo habían hecho, y diré que tampoco han sido tantas veces que los he visto así besándose. Mi corazón se llenaba de amor puro y de emoción. Era un día más para recordar. Y para todos lo era. Sobretodo para mí, para Mike y para mis padres. Mi familia. Todos ellos -los que están en mi mesa y han estado apoyándome en este tiempo aquí en atlanta- lo son. No dejaré de repetir que esto ha sido un hermoso momento más en mi corta vida que he tenido, pero sin duda, a pesar de altos y bajos, la mejor que pudo haberme tocado.
La cena luego de un par de horas terminó. Se hicieron las 9:00pm, y el restaurante ya iba a cerrar. Por lo que nos paramos, ordenamos las sillas en las que nos habíamos sentados, y salimos de ahí. Nos íbamos a ir a subir a los autos, porque ahora teníamos una fiesta preparada en casa. Sí. Una fiesta familiar, por así decirlo. Solo para nosotros. Celebraríamos el estar todos reunidos y felices, pasando un excelente rato. Algo que no es para todos los días.

- __(tu nombre), Justin, ¿en qué auto se irán? -nos preguntó papá, ya afuera.
- En el de Justin -me apresuré a decir- Primero quiero ir a comprar una cosa y luego iremos a casa... -le conté- ¿Verdad, Bieber? -él no sabía de lo que hablaba, pero quería que me siguiera la corriente.
- Sí, es verdad -sonrió. Aw, se ve tan lindo.
- ¿Entonces puedo? -le pedí permiso, entusiasmada.
- Está bien, hija -sonrió y me abrazó. Dio la mano a Justin en forma de decir "hasta luego" y se volteó para irse caminando con mamá hasta su auto- ¡Y no lleguen tarde!

Los dos reímos al escuchar eso de papá. Le dijimos a los chicos que nosotros ya iríamos a casa. Ellos estuvieron de acuerdo y se fueron con todos los demás. Nos quedamos Justin y yo solos. Él me miró y yo le miré tímida.


- ¿Pasa algo? -me preguntó, para luego rodearme con sus brazos y darme un besito- Has mentido a tus padres, shawty.
- Lo sé, pero es que hay algo que tengo que pedirte, o mejor dicho, preguntarte -me corregí a mí misma.
- ¿Qué es?
- Subamos al auto, ahí te pregunto.

Tomó mi mano y caminos hasta su coche. Él, caballeroso, abrió al puerta de copiloto, hizo que me subiera y cerró la puerta. Moría de la ternura. Él se dio la vuelta por delante, sin dejar de mirarme sonriente y se subió al asiento del manubrio. Al ya estar cómodos y listos para salir del estacionamiento, tomó mi mano y nos miramos.

- ¿Me dices? 
- Bueno... no sé, no te lo he dicho antes porque quería decírtelo hoy -sinceré tímidamente- O no sé.
- Anda, shawty, dímelo. Se me hace que es importante, así que anda -me impulsó para que lo hiciera. Acarició mi mano y la verdad eso hizo que me soltara.
- Es que, quería saber si andas con dinero... -por fin le dije, tampoco era la gran cosa.
- Claro que sí, ¿quieres que te compre algo? -preguntó entusiasmado- Lo que quieras, no hay problema.
- Sí, quiero que me compres algo. Pero no un regalo, Justin -le dejé en claro- Verás, necesito... un test.
- ¿Un test? -preguntó extrañado- ¿de qué?
- Un test de embarazo -aclaré. Su expresión cambió cuando comprendió- Quiero salir de dudas, recuerda que la última vez no usaste protección, entonces... -él asintió dándome la razón- Lo siento si soy paranoica, pero...
- No eres paranoica, tienes razón -se acercó y me besó delicadamente- Yo también te iba a comprar uno, pero lo había olvidado -ambos nos echamos a reír- O quizás me dio algo ir a comprar uno, no iba a decir: "hola, necesito comprar un test de embarazo, pues creo que estoy embarazado", ¿o sí?

Exploté en carcajadas al momento en que dijo eso. Mis risas hicieron que Justin también se riera, pero no por lo que él había dicho si no por el tono de mi risa. ¿Alguna vez les ha pasado eso de que no se ríen de lo que dicen pero sí de la forma de reír del otro? Es claro que sí. A cualquiera le pasa. ¡Es tan divertido!

- Ya, basta -le dije logrando ponerme seria- Estás loco. Hay que ir a comprarlo, entonces -me senté bien, y fue cuando Justin hizo partir el auto.

Fuimos a la farmacia y compramos uno. Le preguntamos a la señorita que vendía ahí que si era efectivo o no, dijo que sí, que era uno de los mejores. No tardamos en volver a subirnos al auto e irnos. Sinceramente, estaba nerviosa. Mucho. Miraba a Justin de reojo de vez en cuando, yo sabía que él también estaba nervioso. Se le notaba. Lo conozco lo suficientemente bien para saberlo.

De repente noto que no íbamos en dirección a mi casa... No tengo idea de a qué otro lado podríamos ir en lugar de mi casa. Miraba por la ventana, tratando de pensar a donde me llevaba. Como no supe reconocer bien el lugar, decidí preguntarle.

- ¿A donde me llevas? -quería salir de la curiosidad. Estaba confundida.
- ¿De veras no reconoces este camino? -al parecer no me creía.
- No... -pensé un poco más- De verdad que no.
- Ya verás -me dedicó una de sus hermosas sonrisas y seguimos hacia nuestro destino, que claramente, para mí, era desconocido.

Al rato Justin comenzó a andar por una subida muy larga... Tenía algunas curvas, era como si estuviéramos subiendo por un cerro. Y ahí fue cuando recordé todo. Sí. Por fin lo había entendido. Era el mirador. El mirador al que un tiempo después de llegar a Atlanta vinimos con los chicos, pero más aún, el mirador en el que con Justin nos dimos ese beso tan especial, donde me atrapó con su sudadera para no dejar de besarme. Me dan cientos de sensaciones al recordarlo.

Estacionó cuando llegamos a la cima. Me dijo que bajáramos y eso hicimos. No había nadie más que nosotros, ni un alma siquiera. Me hizo un gesto para que me acercara a él, extendiendo su mano hacia mí. Sonreí y lentamente me acerqué. Él, al tomarme la mano, me atrajo rápidamente y caí en sus labios. Mi estómago expresaba lo que sentía con ayuda de mariposas enloquecidas. Revoloteaban sin parar, no solo por el estómago, si no por todo mi cuerpo.

Los brazos de Justin rodearon mi cintura y me atrajeron contra él. Me sentía... tan bien... tan feliz... tan... viva. Lo amaba más que a nada o nadie en el mundo y eso jamás iba a cambiar. Yo lo sabía. El mundo lo sabía... El destino lo sabía.

Caminamos hasta el borde del mirador, en donde había una baranda de concreto. Nos apoyamos. Justin, del bolsillo de su chaqueta, sacó el test. Lo miré.

- ¿Quieres hacértelo ahora? -me preguntó- Creo, que sería el mejor lugar para que nos enteráramos del resultado...
- Está bien -acepté con nerviosismo- Lo haré en el baño de aquí, un poco más allá...
- Con una condición -me sorprendí al escuchar eso.
- ¿Cual? -pregunté.
- Quiero que veamos juntos cuando esté listo.

Me pasó la cajita y la tomé delicadamente. Asentí en señal de aprobación, con ternura. No sabía qué era lo que saldría. ¿Estaré embarazada? No lo sé. Pero sea lo que sea, sé que es lo que dios quiso. Dios sabe lo que quiso o no quiso y eso no se puede cambiar.

Le dije a Justin que me esperara ahí en la sólida baranda, eso sí no antes de que él me besara. Estaba claro que no lo vería -el test- hasta que estuviera de vuelta del baño y él estuviera conmigo. Se lo había prometido antes de darle la espalda y venir hacia el lugar en que me lo haría.

(5 minutos después)

Salí del pequeño baño. Había que esperar tres minutos a que el test ya tuviera los resultados listos. Eso era lo que me demoraba en llegar hasta donde se encontraba mi novio. Sentía que las piernas me temblaban pero por alguna razón, sentía paz dentro de mi. Todo estaba bien… Y todo estaría bien. Llegué hasta donde estaba él. Me miraba fijamente… Y me dio un beso esquimal, juntó su nariz con la mía. Era un momento tan dulce… Nada podría ser más perfecto. Y es que todo junto a él lo es, pero claro, siempre hay momentos con otras sensaciones de por medio.

- Quiero que sepas, __(tu nombre) –me dijo sin alejarse de mi- que sea cual sea el resultado de ese test, te amo… Te amo como a nadie, shawty. Eres lo mejor que pudo pasarme… Y si dios quiere que salga positivo, así será. Me sentiré orgulloso sin importar nuestra edad –lo decía tan seguro de si mismo, que sentía que tal vez, esto podría ser una broma de mal gusto. Pero no, era la realidad.
- ¿Pero y tu carrera, Justin? –le pregunté a punto de llorar- Tus beliebers, estarían muy tristes quizás si llega a pasar… Perderías mucho de lo que has logrado… Yo no quiero ser un estorbo y lo que haga que te separes de las cosas que amas…

No quería llorar, soy sensible en este tipo de cosas, ustedes lo saben. Es tan difícil sentir que no eres más que un estorbo en la vida de quien amas… Es horrible… No puedo imaginar hacer que Justin esté triste por mi culpa si deja de cantar o pierde a personas que más lo aman…

- Dios, __(tu nombre). No eres un estorbo y nunca lo serás… -hizo cariño en mi mejilla y le dio un besito- Si es que estás embarazada, mis beliebers me amarán, sea como sea. Ellas no me abandonarían. Mis verdaderas beliebers aunque se sientan mal, me apoyarán. Tú no serás un impedimento en nada. Entiéndelo, que me da algo.
- Yo… -pensé en decir algo, pero de un momento a otro mi cabeza se alejó de pensamientos malos- Tienes razón… Creo que estoy especulando cosas que ni sabemos, quizás ni embarazada estoy… Me estoy haciendo ideas tontas…
- Pero aun así quiero que lo sepas. Me importa demasiado cómo te sientas tú. Te amo, mi amor –esta vez, depositó un pequeño beso en mi frente.
- Y yo a ti, Justin.

Y no aguanté. No. No pude. Inmediatamente sin poder hacer nada, mis ojos se inundaron en lágrimas. Pero eran lágrimas de felicidad. ¿Cómo podía pasarme todo esto tan bello a mí? ¿cómo puedo tener a este chico tan maravilloso conmigo? ¿por qué? Todas esas preguntas y más, siempre serán sin respuesta. Porque de saberlo, toda esta magia que tenemos juntos no sería tanta… Y no necesito saberlo… No es necesario. Si estoy embarazada, lo superaremos juntos. Y si no, no, porque aún somos muy jóvenes… Pero aún así debo hacerme cargo de lo que yo misma quise hacer…

Ya era momento de ver el test. Antes de salir del baño yo lo había vuelto a poner en la cajita, para que no se me fueran los ojos y saber el resultado antes que él. Me mataría. Pero bueno, ya es tiempo. Los nervios, la confusión y más, me está carcomiendo por dentro.

Cerramos los ojos y sin ver, lo saqué de esa pequeña cajita en la que venía. Juntos, contamos hasta tres. Y cuando ya había que mirar, lentamente abrimos los ojos, pero aún no mirábamos. De a poco, fuimos bajando la mirada… Hasta ver el resultado… Por dios…


Negativo.
Sí, negativo. El test había salido negativo.
Allí, en la tabletita, había una corta rayita azul. Solo una. No había embarazo. Mi cuerpo se liberó, sentí que cientos de emociones consumidas salían por cada parte de mí. Me quedé mirando sin hablar. No sabía lo que sentía exactamente. Era mi primera prueba de embarazo, algo nuevo para mí y estoy segura de que para cualquier mujer lo sería. Hasta lo era para Justin, quien también creyó que estaba a punto de ser padre.

- Somos muy jóvenes… -sentí que Justin habló- Dios no quiso que fuéramos padres aún… -su voz estaba algo extraña, pero creí que no debía tomarle tanta importancia.
- Tienes razón. Lo somos –asentí, aún sin dirigirle la mirada. Pero cuando lo hice, me di cuenta de que él estaba cabizbajo. Parecía triste- Amor, ¿estás bien?
- Claro que sí –se apresuró a responder- ¿Qué no ves? –una sonrisa forzada se hizo notar.

Tomó mi mano fuerte y comenzó a casi arrastrarme hacia el auto. Quería irse, ¿qué pasaba? ¿estaba molesto, enojado, triste, algo? ¿era mi culpa? ¿se había arrepentido de lo que hemos hecho?
Yo sabía que le pasaban cosas, así que hice un tirón y logré que me la soltara. Él me miró fijo y serio. Me quedé parada mirándolo. Estaba asustada por lo que me diría. ¿Y si ya no quería nada conmigo? No. No podría sufrir otra vez, por su amor.

- Te conozco… Dímelo, ¿sí? –le pedí, no quería que estuviera triste o con algún mal sentimiento, menos ahora- ¿qué ha pasado? Ha salido negativo… De haber salido positivo, quizás deberías ponerte así -le dije apenada- yo sé que no te sentías preparado todavía y tampoco me habría gustado que te sintieras presionado a estar conmi…
- No sé, ¿sabes? –interrumpió mis palabras, dejándome con la mitad de una en la boca- Me siento decepcionado, y no sé por qué –yo no entendía muy bien lo que él trataba de decirme- Creo que sí quería tener un hijo contigo, __(tu nombre)…

Mi corazón se detuvo. ¿De verdad? ¿él estaba diciéndome tal cosa? Escuchar eso hizo que me estrujara de felicidad, ternura, porque, joder… No cualquier hombre dice eso. La mayoría te diría: “Que bueno que no somos padres, uf. Ni loco quiero esta responsabilidad todavía y ni estaremos juntos toda la vida” Pero no, él no fue así. Él me dijo todo lo contrario. Aún sin saber lo que podría pasar con nosotros en el futuro, quería. Y eso me hace sentir tan especial… Amada.
Pero mi deber ahora era poder hacer que no se sintiera así. Lo que más me duele es verlo mal, y esto no es el fin… No es el fin de nosotros, y menos, de lo que podríamos hacer algún día.

- Justin, mírame -le pedí.

Girándome hacia él, para que él también lo hiciera y quedáramos de frente. No tardó en hacerlo, y aunque tuviera mucha pena, hizo lo que le pedí. Me daba tanta nostalgia…

- Habrán más oportunidades, Just –quería que él lo supiera- Cuando seamos ya adultos, si tú aún me amas, podremos ser padres. Yo estaría muy feliz de tener un Justin o Justina Junior contigo… -sonrió un poquito al escuchar el "Junior".
- Por supuesto que te amaré, lo sé. Y aparte te lo prometí… Y tú me lo prometiste también a mí… ¿quieres romper tu promesa? –ah, ¡no! ¿Qué cosas dice?
- No, claro que no, estás loco –me apresuré a decir. Él siempre malinterpretando las cosas- Jamás la romperé, las promesas y juramentos son algo muy importante para mí y tú lo sabes. Pero tú mismo has dicho que Dios no quería esto para nosotros todavía. No tenemos prisa en hacer grandes cosas aún. Tenemos muchos años para hacer las cosas, todo a su debido tiempo, ¿no crees?

Se quedó callado. ¿Habría sido muy bruta o pesada al decirlo? No lo creo, todo lo dije con ternura, aparte tenía su carita sujeta con mis manos y lo acariciaba. ¿Lo hice muy mal? Carajo, soy una tonta.

- Es cierto… -logró comprender, y de apoco una sonrisa real se fue formando en su lindo rostro- Tenemos todo el resto de nuestra vida para poder hacer lo que queramos… Te repito que amo tu forma de ver las cosas, shawty.

Sin dejarme hablar o responder a lo que dijo, me besó. Me unió a él en un hermoso beso. Los amaba, me encantaban. Los labios más perfectos de todo el mundo, los tenía yo. Solo yo.

Mientras nos concentrábamos y nos hacíamos volar con nuestro beso, comenzó a sonar el celular de Justin. De seguro era papá que quería saber donde rayos estábamos. Si es que me llamó a mí primero yo no habría podido contestar, pues recordé que había dejado mi celular dentro del auto y encima, en vibrador. Nos separamos, lo sacó de su bolsillo y atendió.

#VíaTelefónica.
- ¿Hola? –contestó.
- ¿Quién es? –pregunte metida. Él me hizo con su dedo, llevándolo a su boca y haciendo como “shh”.
- Sí, soy Justin. Justin Bieber, ¿pasa algo? –se callaba cada vez que le hablaban por el teléfono, yo no escuchaba nada- ¿De verdad?...... Oh, no me joda….. –aparecieron sonrisas de emoción en su cara- ¿está confirmado?...... Muchas gracias, señor….. No, enserio….. Le debo una…. ¿Cuánto tiempo?...... Eso está perfecto….. Usted también cuídese…. Adiós –dicho eso, colgó.
#FinVíaTelefónica.


Me quedé callada esperando a que me dijera algo. Él volvió a llevar su celular al bolsillo y de un momento a otro se tiró sobre mí y me abrazó, diciendo que me amaba, que todo era perfecto, que no podía estar más feliz… Yo por supuesto que sonreía como una boba, ¿pero qué le había hecho cambiar de humor tan rápido?

- ¿Quién era? –pregunté celosa, cosa que no tenía sentido pues había dicho "señor"- ¿una amiguita o algo?
- Amor, claro que no –me fulminó con la mirada al dejar de abrazarme. Tomó mis manitas, que al lado de las de él se veían muy pequeñas- Era el oficial.
- Ah… -por un momento recordé lo que había pasado la noche anterior- ¿qué te dijo?
- Olivia quedará por meses en el sanatorio de Atlanta, luego se transferirá a vivir a Australia, donde hay algunos familiares de ella. ¿Qué te parece? -¡yeeeeei!
- Dios, ¿hablas enserio? –sentía que me llenaba de la felicidad.
- Sí, shawty –respondió él sin dejar de sonreír- Y descubrieron que el puto de Cameron también tiene algunos problemas mentales, por lo que estará por unos meses junto a la otra en el sanatorio y luego cuando mejore, entrará por un tiempo a la cárcel y cuando salga se irá a vivir con su padre, a Alaska.
- En Alaska hace mucho frío…
- ¿Qué importa? Si se congela, mejor –se echó a reír y yo me contagié de sus tiernas risas.

Volvió a abrazarme, y, como si fuera una princesa, me alzó por los aires, girando… Mi cabello volaba, y a carcajadas inundábamos el mirador. Nos besábamos como si nunca lo hubiéramos hecho. Por fin, seríamos felices. Sin estorbos, sin malas personas a nuestro alrededor. Ya no más mierda. No más.

(…)

Se hicieron las 11pm. Estábamos en aquella baranda mirando las luces de los autos y de los postes. Había silencio, y sobretodo, paz. Una paz que de hace ya tiempo quería que llegara a mi vida. ¿Podría ser mejor todo esto? Lo dudo. Lo dudo mucho.

- Te amo… -aquellas dos palabras que dije rompieron el silencio- Eres lo mejor que he tenido en mi vida, Justin.

Él, es lo mejor de mi vida. Él, es mi vida. Él, es mi todo. Él es mi respiración, mis sonrisas, mis lágrimas, mis muecas, mi risa, mi ánimo, mi paz, mi amor, mi esperanza, mi fé… Completamente, todo.

- Te amo demasiado más, siempre voy a ganar en esto –sonreímos juntos.

Me tomó por la cintura y me atrajo a él. Y viendo esos perfectos ojos miel, volví a llorar. Lo necesitaba, lo anhelaba. No quería ocultar nunca más mis sentimientos hacia él. Quería que supiera todo de mí. Y es que debe saberlo.

Y han de preguntarse, ¿cómo es posible que yo, una chica latina que nació un día cualquiera, ha logrado tener todo esto? Sinceramente no sabría qué responder, porque ni yo lo sé. Al venir aquí, a Atlanta, he conocido cosas y personas que nunca antes habría podido conocer en mi país. Verdaderas amistades femeninas, como Riguel, Celeste, Caitlin, e incluso Fabi, que le conocí tiempo después, pero que en mi corazón ocupa una gran parte. Y ¿qué decir de los chicos? Ellos son increíbles, mis mejores amigos, sin duda alguna. Chicos tan dulces y graciosos, de esos que se preocupan tanto por ti, que en todos años que no estuve aquí, jamás conocí. Y lo sé, odiaba la idea de venirme a Atlanta, alejarme de Zach, de mis amigas… Pero todo ha sido para mejor. No lo sé, le debo un mundo, la vida incluso, a mi madre, por haber tomado esta decisión.

 “Bendito el lugar y el motivo de estar ahí…

Bendita la coincidencia.
Bendito el reloj, que nos puso puntual ahí…
Bendita sea tu presencia.
Bendito Dios por encontrarnos en el camino,
y de quitarme esta soledad de mi destino”
-Sí, la canción de Maná junto con Juan Luis Guerra comenzó a sonar en mi cabeza. Y es que esa canción está tan linda, y en especial hoy, me ha llegado al alma como jamás lo había hecho. Mi vida era perfecta. Era, y seguiría siendo perfecta, como nunca antes lo había sido tanto.

- Cariño, no llores –me pidió Justin, apenado- Todo está bien ahora, no lo olvides.
- Lo sé, pero es que… Todo esto es tan perfecto… No puedo creerlo… -intenté limpiar mis lágrimas, pero Justin quitó la manga de mi sudadera y las seco él.
- Créelo, shawty –exigió- No nos van a volver a separar, jamás en el mundo. Tú y yo vamos a estar juntos por siempre –recalcó la última palabra- ¿lo entiendes? Nuestra promesa siempre estará ahí… -yo seguía llorando- Ya, por favor, no llores… Me harás llorar a mí… -se echó a reír tratando de no llorar.
- No puedo –dije yo- Seguiré llorando si quiero, y tú también puedes llorar, si quieres –le invité a unirse.
- Ya, okay, gracias por la invitación –y en ese momento lagrimitas comenzaron a caer por sus lisas y suaves mejillas. Yo solté unas carcajadas, aunque aún no paraba de llorar.
- ¿Por qué lloramos? –preguntó él- Siempre has sido fuerte, mucho más que yo…
- Pero contigo no es así en lo absoluto –le dije, pero en castellano, en mi idioma. Él me miró extrañado, no entendía nada.
- ¿Qué? Lo siento, no entiendo…
- But with you it’s not like that at all…

Nuestros ojos se iluminaron. Fue como un rayo de luz...
Y entonces, justo entonces, salimos de las tristezas. Esas tristezas que nos abrumaron por tanto tiempo. Éramos permanentes, nada nos borraría del mapa. Nada, ni nadie. Sería feliz junto a mi Justin el resto de mi vida. Solo 16 años, pero los 16 más únicos e increíbles en todo el mundo. Pero está bien, todas las historias de amor tienen un final. Porque de ser eternas, perderían lo especial. Pero eso no quiere decir que todo termine aquí. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. Y ahora es cuando a mí me toca decir: "Y el resto, es historia"


                                                           El… fin.


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He aquí, el final de mi segunda novela "But with you it's not like that at all"
La pena de que este sea el final, me sale por todos lados. Tengo ganas de llorar. Quiero agradecerle a cada una de ustedes, chicas, por darme el apoyo e impulso para seguir con lo que hago. Por darme sonrisas cada vez que leía sus comentarios, de que les gustaba, de que les hacía llorar y sentir sensaciones hermosas que solo se pueden sentir al leer. Gracias por hacerme feliz cada día, porque la mayoría del tiempo, ustedes son las únicas que logran hacerme sentir mejor.
Espero que les haya gustado este proyecto que hice, yo solita, aw. Y espero que haya sido un final merecido para ustedes. ¿Saben? Al final de mis novelas siempre pido que todas mis lectoras comenten. ¿Lo harían? Y si quieren, también en mi Ask, que está por allá arriba a la derecha. Díganme todo lo que les hizo sentir y les pareció esta novela y este último capítulo. Son las mejores para mí, lo saben de sobras.  Las amo, enserio :'3 Y prepárense para la siguiente novela, yeah.
Un beso a todas ♥ Never Say Never
-T.