26 de abril de 2015

Capítulo veintinueve - Fresa con Chocolate.



Me pongo de pie delante de mi cómoda. Abro uno de sus cajones, y enseguida saco todos los vestidos preciosos que tengo. Uno. ¡Uno! Nada más que uno, porque la verdad es que mi vida es tan poco loca que a las únicas fiestas a las que voy son las familiares y me aburro más que nada. Bueno, no me aburro tanto, porque me gusta estar con ellos, pero me refiero a lo de bailar y todo eso. Ni siquiera es un vestido, es como una playera larga hasta un poco más arriba de la mitad del muslo. Su color es negro, se ajusta completamente a mi cuerpo porque es como elasticada. Quien lo viera, pensaría que es un vestido, así que no hay problema con que me lo ponga.

Para los pies, decido usar mis zapatos de satín negros, con un taco decente lo suficientemente soportable para un par de horas. Tienen un broche, así que si hago un mal movimiento no se me salen. Y que los tenga es pura suerte, porque mamá me los compró cuando me obligó a ir a mi fiesta de graduación de un curso, que por cierto fue un acontecimiento que no quiero volver a repetir durante el resto de mi vida. Ir a esa cosa fue el error del año, perdí tiempo de mi vida que pude aprovechar leyendo un libro.

Me pongo el vestido y los zapatos. Camino hacia el espejo y me sorprendo con lo corto que es. Siempre lo había uso con leggins largos, pero ahora mis piernas están descubiertas y me da una mejor visión de la forma en que siempre ha lucido puesto. Sin embargo, debo admitir que me gusta. Tal vez, incluso más de lo que debería.

Mientras me suelto el cabello, dejándolo caer sobre mis hombros, comienzo a pensar en el infierno que será sin Fabiola. No me confirmó que iría, así que seguro estaré más sola que la ardilla Scrat de la era del hielo, yendo detrás de algo que haya para comer, o que me distraiga, porque no voy a buscar bellotas.

Abro una caja que tengo que contiene unas cuantas pulseras. Me pongo una bañada en oro que me obsequió una tía años atrás. Es preciosa, porque contiene lunas y estrellas colgando. Son diminutas, casi ni ven, lo que las hace aún más preciosas.

Doy un salto cuando siento que tocan la puerta de una forma lo suficientemente brusca como para hacerme enojar. Suelto un bufido, y ruedo los ojos.

- ¿Estás ya lista? -la voz de Drew se hace sonar a través- ¡Tenemos que irnos!
- Sí, idiota. Allá voy -respondo borde.
- Idiota tu abuela.
- ¿Sabes que es tu abuela también? -me río en mis adentros.
- Lo que sea, sal ya o llegaremos cuando no quede nadie.

Al parecer Drew se está poniendo muy pesado y desesperado con todo lo de sentirse asfixiado queriendo respirar. Así que tomo mi pequeña cartera cruzada en la que sólo me cae el celular, me la pongo y abro la puerta de mi habitación, para luego bajar las escaleras. La puerta ya está abierta, así que salgo, y veo que Drew está parado en la vereda de la calle frente al inconfundible vehículo brillante de color negro. De pronto me siento un poco acalorada. ¿Qué me pasa?

Camino hacia ellos y me cruzo de brazos, cargando todo mi peso en una pierna mientras que con la otra hago sonar mi tacón. Cuando ellos notan mi presencia, ruedo los ojos y suelto un bufido molesto. Me niego rotundamente a hacer contacto visual con Seth. Siento mis pierna débiles, como si quisiesen flaquear, y lo que menos necesito es verme insegura. No sé si él me observa todavía o no, pero aún así.

- ¿No te quejabas con que nos fuéramos ya? -alzo una ceja- Porque ahora tú estás demorándote, Drew.
- ¿Vas a una fiesta o a un prostíbulo? -pregunta el muy irrespetuoso, para luego comenzar a partirse de risa. Yo, en cambio, permanezco seria. Menos mal no escucho a Seth reír, o los atacaría sin dudar.
- ¿Terminaste de reír? ¿Hay algo más que quieras comentar, infeliz? -me burlo de él, completamente desinteresada del tema. De inmediato se detiene y me fulmina con la mirada.
- Pesada de mierda -escupe- Subamos al maldito auto o lo que sea.

De inmediato camino hacia una de las puertas traseras y la abro. Me apego a la ventana con rapidez. Drew sube al asiento de copiloto y el último en hacerlo es Seth, obvio de conductor. Drew avisa a mamá y a papá con un grito que ya nos vamos, y en un santiamén estamos a varios kilómetros por hora entre las calles de la ciudad.

Me sobresalto cuando comienza a sonar mi celular. Mi mandíbula por poco se cae cuando lo saco de mi cartera y noto que es Fabiola. Deslizo el dedo y contesto de inmediato.

- ¿Hola?
- ¡Cristal! -suelta un grito- Por favor, dime que no están ya en la fiesta.
- No estamos ya en la fiesta.
- No, en serio. Te lo pregunto de verdad.
- Te estoy respondiendo, aún no estamos allí, vamos apenas en camino.
- ¡Vaya, es una suerte! ¿Van a pasarme a buscar? Porque estoy lista -abro los ojos como plato y una llama de felicidad se enciende en mi pecho.
- ¿Qué? -cuestiono- ¿Estás hablando en serio?
- ¡Sí! Mamá y papá me dejaron a último minuto. Algo bueno que haya logrado intentando como último recurso, comportarme tan insoportable como tú en ocasiones.
- ¡Esto es un milagro, bendito sea Dios! -alzo los brazos y mi cartera sale volando hacia adelante. Golpea en la cabeza a Drew, y se voltea furioso.
- ¿Quién es? -pregunta.
- Iremos de inmediato -le digo a mí mejor amiga- Tú espéranos allí -y corto.

Cuando lo hago, le quito mi cartera a Drew que estuvo teniendo entre sus manos desde que le llegó en su dirección, y guardo mi celular dentro. ¡No puedo estar más feliz! Definitivamente, la mejor noticia que he tenido en toda ésta semana.

- Era Fabiola. Podemos pasarla a buscar, ¿Cierto? -pregunto inocentemente.
- ¿Va a venir? -Drew parece impresionado- ¿No bromeas?
- Por supuesto que no.
- Vaya, eso es genial. No pensé que fuese a presentarse.
- Yo tampoco, ¡Pero ya ves!


La conversación termina ahí, y yo sé que indirectamente eso ha sido un sí. Noté algo extraño en Drew cuando se lo dije, lucía tenso, como si intentara ocultar alguna emoción. Pero no me lo tomo tan a pecho. De haber sucedido algo importante, Fabiola me lo habría dicho. 

Cuando llegamos a casa de Fabiola, ella no tarda mucho en salir, pero cuando lo hace, puedo asegurar que se hace notar. Luce hermosa. Trae unos leggins de color negro con unas cruces blancas, y encima una polera blanca que tiene unas palabras escritas, además de sus zapatillas. Me quedo fascinada, ella siempre tan natural y simple, que incluso eso la hace aún más hermosa.

Narra Fabiola

Cuando me voy acercando al auto de Seth, siento que un vehículo viene a lo lejos. Me quedo mirando, por alguna razón, hacia el lugar de donde proviene. Cuando están lo suficientemente cerca de mí, noto que es una camioneta, y de pronto un chico se asoma, saca la cabeza por la ventana y me chifla. ¡Vaya!


La camioneta sigue su rumbo. Me quedo embobada. ¡Dios mío, esto nunca había pasado! Digo, me habían chiflado antes, pero éste era especial, porque era guapo, ¡Mucho! Recuerdo que un día estaba sentada en las afueras de un colegio en el que estuve, y alguien me tocó el hombro. Alcé mi cabeza para mirarlo, y era un chico más mayor que yo, que me preguntaba mi nombre. Lo ignoré, y me puse a temblar. Jamás lo había visto en mi vida, y no es que su rostro me ayudara a sentirme cómoda o algo. Podría haber sido un secuestrador. 

Drew saca su cabeza por la ventana, mirando para todos lados y luego deteniéndose en mí. Avanzo hasta el vehículo con rapidez, para no hacer que todo se atrase.

- ¿Qué fue eso? -pregunta, aparentemente molesto- ¿Un idiota te chifló?
- Sí -respondí sonriente.
- Maricas, ¿Y sonríes como si nada? Irrespetuosos de mierda -maldice.
- Ay, ¡Ya cállate, Drew! -interviene Cristal- Si se ve muy guapa, ¿Cómo no iban a hacerlo? -ahora me mira a mí- ¡Amiga, eres toda una modelo! ¡Cuando grande quiero ser como tú, enséñame tus secretos!
- Eso no va a suceder, porque tu nunca vas a crecer -le dice Drew con amargura en su voz. Yo me dispongo a abrir la puerta y me siento al lado de Cristal. De inmediato el vehículo comienza a avanzar- Eres más baja que un pitufo.
- Nadie preguntó tu opinión, bacalao -escupe ella- Fabiola, escucha, como Drew es un bacalao aléjate de él, porque apesta y son anti besos. Nadie jamás querría besar un bacalao, por eso lo ponen como penitencia en algunos juegos. ¡Que asco!

Me quedo en silencio y me dispongo a reír de manera fingida. Intento no sonrojarme. La verdad es que no me ha causado gracia porque de pronto me siento un poco culpable. Cristal no tiene ni idea de que Drew y yo nos besamos hace ya varios días, la última vez que lo vi. Me siento la peor mejor amiga del mundo.

- Estoy seguro de que a Fabiola no le molestaría besarme -sincera Drew, claramente seguro de sus palabras. Noto que me mira por el espejo retrovisor- Apostaría a por ello.
- Uh, ¿Por qué piensas tal cosa? -pregunta Cristal, frunciendo el ceño de la curiosidad.
- ¡Por nada! -me entrometo- Drew, deja a mi amiga. No es momento para hablar de esas cosas.

Le mando una mirada asesina a través del espejo. Él parece captarla y suelta unas risas. Siento mi cuerpo relajarse cuando sé que no seguirá diciendo esas cosas. ¿Por qué le hace gracia? No es en absoluto divertido. Para nada.

Cuando llegamos a la fiesta, me quedo impresionada. Todo está lleno de luces, de gente que nunca antes vi en mi vida y con montones de alcohol junto con humo de cigarrillos. Apesta. Miro a Cristal y ella tiene una mueca de horror. No puedo evitar burlarme de ella.

Ambas seguimos a Drew y a Seth. Tomo el brazo de Cristal con fuerza, porque estoy segura de que si alguien se nos atraviesa, nos perdemos y no nos encontramos hasta la próxima semana, o al menos hasta que la fiesta termine. Ella también se aferra a mí, y eso nos ayuda a sentirnos más seguras.

Puedo admitir que incluso desde antes de llegar, pensé que nos iban a dejar solas de inmediato, no sin antes decirnos que tuviésemos cuidado, que no nos fuésemos muy lejos de un lugar determinado y que por nada del mundo bebiéramos algo que un extraño nos ofreciera. Pero todo fue lo contrario, porque los cuatro llegamos a una mesa. Ellos se sentaron, y Drew nos hizo una seña para que nos sentáramos con ellos.



- ¿Qué? -pregunta Cristal, extrañada por el comportamiento de ambos.
- Siéntense, ¿Acaso quieres estar de pie todo el día? -molesta Drew, riendo.
- ¿Estás invitándonos a pasar el tiempo en la fiesta con ustedes? -ahora pregunto yo, sin ser capaz de ocultar mi impresión- ¿No deberían estar con sus amigos y amigas? Nosotras no vinimos para molestar.

Cuando digo eso, noto que el buen humor de Drew, desaparece como por arte de magia. Su frente se arruga un poco y su cuerpo se pone un poco tenso. Parece que lo que he dicho le ha causado un malestar. Es como cuando dices algo y resulta ser un golpe bajo para otra persona. Pero no entiendo, ¿Por qué debería afectarle? Ha sido la verdad. Puede que nos hayamos besado, pero nada más ha cambiado. No me sorprendería que fuese con otra chica, o con la que estaba con él en la galería de Arte, si es que aún se le puede llamar así.

- No van a molestar -responde Seth por él, quizás dándole una mano- Hemos venido a pasar el rato, nada más. ¿Verdad, hermano? -mira a Drew, ayudándolo.
- Claro, ¿Para qué más íbamos a venir? -Drew intenta volver a tomar su compostura- Le dije a mamá y a papá que vendría a despejarme, no a tomar o hacer algo que no deba.
- ¿Hola? -habla Cristal- ¿Estás hablando en serio? ¿No irás a besar o a mantener relaciones sexuales con alguna de estas golfas? 

Siento una punzada de dolor en el pecho por lo que ha dicho Cristal. Sí, es cierto, Drew y yo no somos nada, pero eso no quiere decir que no me lastime si llega hacer algo así. Es mi culpa, yo no le conté a Cristal sobre lo que pasó entre nosotros. De haberlo hecho, estoy segura de que no le habría dicho tales sugerencias a su hermano.

- Más respeto, pequeña -le detiene Drew- Yo he cambiado. Sólo tengo ojos para una chica. De hecho la besé hace unos días, y no he vuelto a mirar a otra mujer que no sea ella.

Abro los ojos impresionada. Lo miro directo a los ojos, y está mirándome tal como yo. No ríe, no se burla, simplemente quiere transmitir que con lo que ha dicho se refiere a mí. De pronto, me siento un poco feliz. No puedo evitar soltar una diminuta sonrisa.

Me percato de que Cristal mira la escena con un poco de confusión. Sus ojos viajan a los míos, y sé que intenta interrogarme. Me siento de lo peor, pero no puedo hacer nada ahora. No es que quiera decirle de ésta manera, porque seguro montará una escena. Por lo que hago una mueca y encojo de hombros.

- ¿Y bien? -le pregunto- ¿No sentamos o no? -ella parece dudar un momento, aún queriendo leer entre líneas o mis pensamientos. Pero finalmente, suelta un suspiro y asiente.
- Claro. Es mejor que nada.

Me doy cuenta de que va a avanzar hasta el lugar al lado de Drew, pero me apresuro y me siento yo a su lado. Ella me fulmina con la mirada, como si estuviese realmente asesinándome. Ésto no es porque yo sintiese unas ganas desesperadas por sentarme con Drew, sino porque sé que está tratando de huir de Seth, y definitivamente ya es tiempo que se de cuenta de las cosas, que haga algo por ese miedo o trauma que tiene. No saca nada con huir.

Narra Cristal

Miro con nerviosismo el lugar que queda al lado de Seth. Él me observa fijamente. Bacilo entre sentarme a su lado como todos esperan que haga, o en caminar hacia algún lugar de la fiesta sin ningún objetivo. Pero finalmente llego a la conclusión de que haciendo eso podría ser un blanco fácil para un drogado necesitado, y definitivamente no quiero que me violen, así que termino sentándome a duras penas al lado de Seth. Cuando lo hago, siento que rozo con su brazo, y de inmediato me alejo lo más que puedo, hasta que no lo siento.

Nos quedamos un rato conversando, o más bien, se quedan un rato conversando, porque yo no es que diga mucho que digamos. Drew y Fabiola son casi los únicos que hablan, él le ha estado poniendo mucho tema de conversación. ¿Cómo es posible que se lleven tan bien? Porque bueno, es Drew. Sé que siempre pienso esto... ¡Pero es Drew!

Intento no mirar a Seth mientras el tiempo transcurre. No ha intentado hablarme, y yo tampoco voy a hacerlo. ¿Qué podríamos decir? *Oh, sí, ¿Recuerdas ayer, cuando te vi por la ventana? Resulta que me pasé la enorme película en mi cabeza con que tú eras el otro protagonista en mi vida*. No, yo no voy a decir eso nunca, que vergüenza y humillación.

No sé cuanto tiempo termina pasando, pero me percato de que Drew y Fabiola comienzan a pararse de sus asientos. Los observo detenidamente, sin entender nada.

- Vamos a ir a dar una vuelta por ahí, para conocer el lugar -nos informa Drew, sin que se lo preguntáramos siquiera- Juntémonos a las una y media afuera, en el carro tuyo -mira a Seth- Adiós.

Un pánico profundo se apodera de mí, cuando noto que Fabiola se aleja. ¡Traidora! ¿Cómo pudo abandonarme? ¡O sea, yo le pedí que viniera para que estuviésemos juntas y se va con el mugriento de mi hermano! Sé que suena egoísta, ¿Pero por qué no se ha fijado en mí? ¡Me dejó con Seth, la última persona que quiero tener a mi lado para que me acompañe! Estoy destinada al fracaso social.

Minutos después de que ellos se van, Seth y yo seguimos en silencio, de tal forma que me comienza a sofocar. De pronto me siento insoportable y asfixiada, no es que los olores de la fiesta ayuden mucho. Pero cuando dos chicos se sientan en los lugares en que estuvo mi hermano con mí mejor amiga, me causa tal sorpresa que me hago para atrás, hasta llego a creer que se han equivocado de mesa.

Comienzan a saludar a Seth, y entonces dos chicas llegan, que al parecer son novias de esos dos anteriores. Me comienzo a sentir fuera de lugar, porque hablan como si la vida les dependiera de ello, mientras que yo estoy como pintada al lado.  No me puede importar menos el tema de conversación que tienen, solamente escuché algo de que la fiesta es como un huracán de licor (?), ah, y que unos metros más allá una pareja completamente drogada estuvo teniendo sexo en frente de todos. ¡Vaya historia! Es algo de tanto interés que tendrán que contárselo a sus hijos, si es que llegan a tener.

Me harto y me pongo de pie, sin siquiera dedicarles una mirada y camino hacia donde mis pies me permitan. No voy a sobrar, estoy aburrida y no ganaría nada quedándome. Tampoco parecieron percatarse de mi presencia. Odio eso, cuando estás con alguien y llegan personas que conocen a ese alguien, pero notan que estás ahí y pasan de ti como si no fueses más que un estorbo que no merece ni el mínimo de interés, o por lo menos, una presentación o un saludo con la mano. Se siente feo, pero de todas formas: ¿Por qué habrían de pensar que yo era acompañante de Seth? Si parecíamos dos personas que no habían hablado nunca en la vida, unos completos desconocidos.

Entre la multitud, me encuentro con una máquina de gaseosas. Sonrío, porque tengo sed y como no bebo alcohol, esto es lo único que podría permitirme. Así que meto el dinero necesario por el espacio correspondiente, pero parece que hay algún problema técnico, porque por más que espero, mi gaseosa no cae.

Decido dar ligeros golpes en la máquina, para ver si eso es necesario para que la cosa funcione. Pero no lo hace, así que comienzo a desesperarme y ahora no sólo doy golpes, sino que también uno que otro puntapié frustrado. ¡Maldita sea!

Me enojo a tal nivel que me alejo. No ha valido la pena encontrar la porquería de máquina y encima me ha robado el dinero. ¿Por qué a mí? ¡Moriré de sed el resto de la noche! No pienso pedir algo en el bar, porque cobran muy caro y de seguro no venden algo que sea para personas sobrias.

Varios minutos me quedo dando vueltas por la fiesta, solamente para matar el tiempo, queriendo que llegue rápido la hora en que deba volver a casa. Miro la hora en mi celular, y falta un montón. Pero tengo que admitir esto: Tanto rato sola, aquí en un ambiente totalmente fuera de lugar para mí, me ha servido para reflexionar sobre algunas cosas de mi vida.

Primero, jamás en mi vida volveré a hacer caso a papá sobre cuidar a Drew.
Segundo, traer algo para beber desde tu casa cada vez que sales.
Tercero, hacer caso a tu madre cuando te dice que comas y así luego no pasar hambre.
Cuarto, no creerle a tu mejor amiga cuando te dice que no te dejará sola.
Y quinto, que soy una solitaria nivel yisus.

Pero de pronto miro hacia una mesa grande y espaciosa, llena de taburetes a su alrededor. En ella, está Seth, solo, sentado con nada más que una botella de SevenUp, mirando hacia ningún lugar en específico, y pasando sus manos por su cara de vez en cuando. Al parecer, no soy la única solitaria.

Lo que pasa a continuación es algo que me sorprende: siento unas enormes ganas de ir hacia él, y no se por qué, ya que hace rato lo tuve a mi lado pero sin embargo lo único que deseaba era alejarme. Aún así, decido caminar hacia él, sin esperar nada en realidad, solamente porque quiero sentirme menos sola y quizá a su lado el tiempo pase más rápido, o podría convencerlo de que me lleve a casa antes.

Cuando se da cuenta de que me siento en un taburete cercano al de él, se sorprende. No estoy cerca, dos taburetes nos separan, pero no hay nadie entre nosotros tampoco. Sonrío ligeramente, para que sepa que vengo en son de paz, pero él no hace nada, solamente se queda ahí, sin hacer ninguna expresión.

La verdad es que me sorprende que Seth esté sin nadie a su alrededor. Sé que es popular, porque Drew me lo ha dicho incontables veces, siempre tan orgulloso que da náuseas. ¿Por qué está solo? ¿Por elección? No dudo que sus amigos esos de antes lo hubieran invitado a ir con ellos.

De la nada, una chica aparece, y de inmediato me percato de que es Anita. Se acerca a Seth con tal decisión, que lo abraza por detrás, susurrándole cosas al oído y luego muerde su mejilla. Él parece fuera de lugar, solamente me mira, y cuando se decide por girarse hacia Anita parece impresionado, como si apenas se hubiese dado cuenta de que prácticamente tiene a un mono colgando de su anatomía.

La escena me parece asquerosa, horrible, y de pronto me siento cabreada. Seth vuelve a mirarme y  yo hago una mueca de horror. Me giro en mi taburete en dirección contraria al de ellos. No quiero ver la manera en que fornican entre sí. Me siento enojada, realmente enojada. Una sensación molesta crece en mi pecho, como si alguien me lo estuviera apretando y yo desease gritar sin lograrlo.

Lo bueno es que logro distraerme, porque aparece un chico que podría haber sido la última persona que esperaba encontrarme. Es quien me gustó mucho cuando era más pequeña, a la edad de trece años. Luce tan diferente que me sorprende.

Cuando mira en mi dirección, me sobresalto un poco. Parece que intenta averiguar si en realidad soy yo, porque me estudia detenidamente. No es que sea algo inesperado, porque he cambiado mucho físicamente, pero bueno, aún así por ciertos rasgos soy capaz de reconocer. Finalmente, se pierde entre la gente. No es que fuese a venir hacia mí.

- Ten -una voz completamente conocida se hace escuchar tras de mí. Me giro muy despacio, y noto que Seth me extiende la botella de SevenUp que tenía. Lo miro sin entender- Es tuya. No pudiste obtenerla, y yo la saqué por ti.

Me quedo estupefacta, porque no puedo creer que se haya dado cuenta lo que me ocurrió. Él estaba con sus amigos, ¿Es posible que haya estado pendiente de mis movimientos? Es decir, se supone que cuando pasan ese tipo de cosas siempre ruegas que nadie haya visto tu fracaso. Como cuando subes al autobús y tienes ganas de abrir una ventana, lo intentas pero eres un bueno para nada porque no logras ni mover un poco el vidrio siquiera.

- Gracias -agradezco, tomando la botella de sus manos, algo temerosa de hacer un movimiento equivocado. Él sonríe con delicadeza. Creo que jamás lo vi sonreír tan dulcemente conmigo.
- ¿Por qué tan solitaria? -pregunta, lo que me hace avergonzar un poco.
- ¿Porque no conozco a nadie, quizá? -le digo- Fabiola me abandonó, si no te diste cuenta.
- Me tenías a mí.
- No es lo mismo -le explico- Tú y yo somos un problema. Ni hablamos, o algo.
- Estamos hablando ahora mismo -aclara.
- Sí, ahora. ¿Pero y hace rato? -suelto un suspiro- No estábamos haciendo nada.
- Eso no quiere decir que no me sintiese bien estando contigo.

Me quedo muda. No sé muy bien qué responder a eso, porque la verdad es que me parece ridículo. ¿Por qué se sentiría bien? Cada vez que hablamos todo sale fatal. Soy una alterada, histérica, y todo se pone aún peor cuando Seth mete el dedo en la herida, como la noche en que me puse ebria. Aún no supero ese momento. Me da hasta pena recordarlo.

- ¿Por qué no fuiste a casa en dos semanas? -decido preguntar, porque algo me llama a saber las razones, sobretodo porque puede ser por mi culpa. Él intenta ocultar su impresión por lo que he dicho. Intenta ocultarlo, pero aún así me percato de ello.
- No pensé que querrías que fuera -responde- Menos después de lo que ocurrió.
- No sé -me encojo de hombros, y miro mis manos- Te he extrañado, por alguna razón -sincero. Mi corazón comienza a latir con fuerza- Me sentí un poco culpable por tu ausencia, porque de hecho sí ha sido por mí, así que no me equivoqué.
- ¿Por qué no me llamaste por teléfono? -pregunta con seriedad- Habría ido en lugar de darte espacio.
- Quería hablar contigo ayer, pero te fuiste de inmediato.
- Me habría quedado si me lo hubieses pedido -asegura. Levanto mi mirada, para encontrarme con la de él. Sonrío un poco, porque no sé que más decir. No sé si sentirme bien o mal con eso- ¿Ya ves? ¿No dijiste que éramos un problema? No hemos discutido en al menos dos minutos.
- Es un nuevo récord -bromeo, y ambos soltamos unas risas. De alguna manera, se siente bonito- ¿Quieres SevenUp? -le ofrezco la botella.
- Sólo si tomas tú primero. No la probaste. Aún está sellada.
- Bien -acepto, y giro la tapa haciéndola sonar. Me la llevo a la boca y tomo un sorbo. De inmediato los ojos se me humedecen por la fuerte sensación de gas. Luego, la extiendo hacia él.

Seth acerca su taburete más hacia mí, de tal forma que quedamos bastante cerca. Es suficiente para que los nervios se hagan presentes en mí. Él toma la botella, y la lleva directo a su boca. Pero dejo de mirarlo cuando algo interrumpe.

- ¡Seth! -la voz de Anita se hace escuchar. Se vuelve a colgar del cuello de Seth. Que bien. Una vez en la vida nos estamos llevando bien, y se arruina. Anita me observa con asco, como esperando a que yo me vaya. Y eso haré.
- Bien, disfruten la noche, me voy -les digo- Si ves a Drew, dile que esperaré afuera. Quizá me iré a casa, ahí voy a ver. Adiós.

Me paro del taburete y me voy caminando hacia la salida de la fiesta. No quería estorbar entre ellos, tampoco. Seth no tiene por qué poner pausa a su vida sólo porque yo estoy cerca. No tiene que cuidarme, ni estar tan pendiente. Puedo hacer las cosas por mi cuenta, no requiero de nadie.


♥♥♥

¡Buenas! ¿Cómo están? Aquí un capítulo, como soy buena, he cumplido, porque subí el martes y hoy sábado. Aunque debería haberlo hecho ayer, pero no alcancé. Espero que les haya gustado, que lo hayan disfrutado, y que, bueno, que sea de su agrado en general. Son increíbles, muchas gracias por el apoyo que me dan. ¡Un beso enorme! ¡Comenten y voten! Nos vemos pronto, muah.



11 comentarios:

  1. Me encanto gracias soy Aro sigue con la novela.BELIEBER FOREVER.

    ResponderEliminar
  2. Hola de nuevo vuelvo a comentar porque en el comentario anterior puse que me llamó Aro pero me llamo Ari
    es que me equivoque gracias.BELIEBER FOREVER

    ResponderEliminar
  3. oaa <3 me alegro que cumplieras, pero pensé que Cristal la pasaría bien en la fiesta ya que ella dijo que una noche de rebeldía no le haría mal :c pero no fue así jijisjiajosj espero con ansias el próximo capitulo. Te Espero <3

    ResponderEliminar
  4. siguela!! me encanta!! y quedo muy intrigada!

    ResponderEliminar
  5. OOOOOOOOhhh Por favor!! ¿Tú quieres matarme??? Dios mio! Ah estado increíblemente sensacional este capitulooo! Me desmayooo Siguela YAAAAAAAAAAAA!!!

    ResponderEliminar
  6. Siguela me encanto ( tus novelas son las mejores) porfis siguela😁♥

    ResponderEliminar
  7. No subiste el domingo, y apuesto a que ahora tampoco.

    ResponderEliminar
  8. ME ENCANTO EL CAP. Siguela pronto

    ResponderEliminar
  9. oohh jojo...me encantó...me hiciste reir con lo de la ventana en el autobús (ya me ha pasado, por esi ahora mejor ni intento -.-)... buee...que mas puedo decir...el cap perfecto como todos los que escribes...agh esa Anita!! >:-( siguela pronto..un abrazo desde lejos bye
    Att: Idaly
    ♥♥♥

    ResponderEliminar
  10. Me gusto mucho thiare ademas con este capitulo me siento un poco feliz tkm baby gracias por todo

    ResponderEliminar