24 de febrero de 2015

Capítulo dieciséis - Fresa con Chocolate.



Ése día, o mejor dicho ésa noche, luego de que Seth se fue, Drew vino directo hacia mí en la cocina y se sentó en frente. Sus ojos estaban abiertos de la impresión todavía, e intentó preguntarme qué me había pasado. No me regañó, simplemente no podía creer lo que había pasado, creo. Agradecí que no se tirara sobre mí a decirme lo desgraciada que soy, porque no me sentía animada para ello.

Pensar en la mirada que Fabiola me dirigió esa noche a través de la pantalla del notebook, me hacía querer esconder mi cabeza bajo la tierra y permanecer allí hasta morir. Había tanta decepción en ella, tanta tristeza y dolor por lo que hice, que no puedo olvidar.

No se molestó conmigo, ni siquiera hemos hablado del tema en lo que llevamos de días de instituto ésta nueva semana. Agradezco eso, pero al mismo tiempo quiero que me diga algo. Que me diga que estuve mal, que no debería comportarme así.

Siento que la bofetada se la tenía merecida, porque la discusión fue en mi casa, y no tenía derecho a hablarme así en la misma. ¿Pero era necesario llegar a tanto? Ni siquiera alcancé a percatarme de lo que hice. Me di cuenta cuando él ya tenía su rostro rojo, y todos se quedaron en silencio. Jamás pensé que iba a llegar a éstos extremos. ¿No he cambiado ya lo suficiente?

- Fabiola, tengo que decirte algo -le digo, tragando saliva y sentándome derecha a su lado. 

Es miércoles. Estamos en el instituto, en el último recreo de la jornada. Hace bastante frío, porque el día está nublado, cosa que se está haciendo costumbre. Por lo que froto mis manos con delicadeza, queriendo calentarlas. Tengo guantes puestos, pero no están ayudando mucho.

- Claro, dime -me permite ella, con una sonrisa, mirando los lugares del instituto que están a la vista- Sabes que puedes contarme lo que quieras.
- No quiero contarte algo, solamente quiero hablar de lo que pasó -le doy a entender- Me refiero a lo del viernes, en casa, mientras que hablábamos por cámara, junto con la bofetada, mi carácter, mi reacción y...
- Sí, entiendo -me interrumpe, mirándome. Bajo la mirada un poco cohibida. Hablar de ésto se me hace tan difícil, que siento que no lo podré manejar bien.
- Al parecer quieres decirme algo, y si lo haces, prometo que no me enojaré -le digo, segura de mis palabras- Porque no me gusta que no estés siento honesta conmigo. Sé que tienes cosas guardadas sobre ello.
- Las tengo, pero no creí que quisieras hablar.
- Pues quiero, así que, no sé, pensé que tal vez es momento de que lo hagas -miré al cemento del suelo, y suspiré.

Ella se queda en silencio, y se acomoda en su asiento. No con incomodidad, si no que sólo para adaptar una mejor postura y poder expresar mejor lo que tiene para decir. Me siento un poco nerviosa, por lo que me preparo mentalmente para lo que vendrá.

- Estuviste mal, Cristal -habla por fin, y yo froto mis palmas contra mis rodillas- Mejor dicho, sé que Seth no debió decirte eso, pero no debiste golpearlo. Era como si, uhm -se aclara la garganta-, como si no fueras tú.

Es cierto. Yo puedo ser la más pesada, la más dura de carácter y hasta la más histérica, pero jamás llegué a tal límite de golpear a alguien. Ni siquiera con los antiguos amigos de mi hermano, que me hacían la vida miserable.

Y eso es precisamente lo que más me llama la atención. Que yo no le haya hecho eso a ellos, que se pasaron diez veces más conmigo, pero, sin embargo, se lo hice a Seth. ¿Cómo se llama éste sentimiento? ¿Culpabilidad, de verdad? ¿Desde cuándo yo siento eso?

- Me sentí un poco decepcionada -continúa- Jamás te vi de ésa forma. Sé que tienes tus razones por haber cambiado, pero Cristal, hay ciertos límites que debes intentar no cruzar.
- Me sentí atacada -me excuso- Tú sabes que...
- Lo sé, amiga -me interrumpe- Pero a veces no puedes hacer nada para que alguien te diga algo que no quieres escuchar. Debes plantar cara. Tú no eres de las que golpea, lo sabes. Odias hacerlo.
- Es que no sé qué es lo que me pasó, Fabiola -sincero, algo frustrada- Estos días he pensado mucho, porque siento que estoy empeorando. No quiero que eso suceda.
- Entonces tienes que esforzarte. Tú eres más que ésto, puedes salir adelante -pone una de sus manos en mi hombro, con ternura- No dejes que tu pasado siga afectándote en tu futuro. Sé que no vas a cambiar de un día para otro, pero oye, puedes amarrar tus manos para así no dar golpes. Mantén eso en mente, chiquilla loca.

No puedo evitar soltar unas carcajadas, y ahora mi nuevo suspiro no es de frustración, si no de relajación. Tan paranoica que me había puesto por ésto. Fue sólo un golpe, si me lo propongo puedo no volver a hacerlo jamás. No es nada de vida o muerte. ¡Por favor, yo soy más que ésto! Puedo con ello. Soy fuerte. Soy muy fuerte.

- Gracias por apoyarme -le digo, sonriendo delicadamente- Sé que no te gusta ésta parte de mí, pero no te alejas, y eso ya es suficiente para mí.

Ella sonríe, y yo me giro para tomar mi termo. Lo abro, y en la tapa en forma de taza, sirvo un poco de té. Se lo entrego, y ansiosa, lo coge. Comienza a soplar para que se enfríe un poco, y yo ya me siento más tranquila. No sé qué haría si me quedara sin mí mejor amiga. La soledad me aterra. Sí, yo le tengo miedo a eso.

- No importa cómo seas, yo voy a quedarme contigo -asegura- Sin mencionar que le das ese toque de locura e histeria a mi vida -ríe, y yo me uno a ella.
- Y yo me quedaré contigo a pesar de que salgas con mi hermano -expreso, y de un momento a otro ella se atraganta con su té y tiene un ataque de tos- Dios, siempre te pasa ésto. ¡Respira!
- No estoy saliendo con tu hermano -me dice, cuando termina de toser, con cierto tipo de dificultad- No tiene sentido lo que dices.
- Fabiola -la reprendo con la mirada-, han quedado en ir a nadar juntos.
- Sí, pero no significa nada -se pone a reír- Solamente es nadar.
- Para ti es un paso muy grande, y para Drew también -le digo- ¿No viste la felicidad que irradiaba de él? ¡Jamás lo vi así! Menos con una amistad mía, por si no te ha quedado claro antes. Sin mencionar que no te gusta que nadie te vea con poca ropa.
- La verdad no sé por qué he aceptado, no lo pensé -admite- Me da un poco de pena.
- No tiene por qué darte pena. Mi hermano te ha estado tratando bien, eso significa que no será malo contigo, Fabiola.
- ¿No te molestas con que yo pase tiempo con él?

Su pregunta me toma por sorpresa. Me pongo a pensar un poco en ello, pero lo suficiente, y luego niego con la cabeza, segura de lo que en realidad pienso. Aunque en el fondo, la respuesta que le daría ya la sabía.

- Jamás voy a interponerme en algo que quieras hacer -sincero-, a menos que sea algo que ponga en riesgo tu vida. Pero, no sé, pase lo que pase tienes mi apoyo. Yo no tengo poder en decirte qué es lo que tienes que hacer.

Fabiola

Ésta es una de las cosas que más adoro de Cristal. Que siempre deja que los demás tomen sus decisiones, al menos a mí, no importa lo que sea. A veces hago cosas tontas, de las que luego me arrepiento, pero siempre está ahí, y a pesar de que ella pueda haber pensado antes que era una mala idea, jamás me lo saca en cara.

- Gracias -sonrío, satisfecha con su respuesta- Drew ya no me parece una mala persona. Ni siquiera me parece molesto. Me gusta cuando se ve interesado en hablarme.
- También me gusta que se muestre así -confiesa, sonriendo de lado- ¡Pero a veces es un acosador! Es decir, quiero hablar a solas contigo, pero llega él con su ánimo a meterse entre nosotras, y nos aleja. Pero qué le voy a hacer. No estoy tan acostumbrada a compartirte con hombres -hace una mueca, yo río.
- Lo dices como si fuera a gustarme él, o como si fuese a ser más frecuente que él me hable desde ahora -le digo, suspirando- No quiero que me gusta nadie más. No sé si algo que yo haga, va a ser correcto o incorrecto.
- No hay problema en que te gusten chicos con cierta frecuencia, Fabiola -me dice, mirando directamente a mis ojos- Es parte de la vida. Yo era como tú antes.
- Pero ya no lo eres -le recuerdo. Ella se encoge de hombros, y mira hacia el frente.
- Es lo que me gané por ser la más estúpida de las estúpidas -dice con normalidad.

De pronto me siento un poco mal. ¿Será que Cristal algún día logrará superar lo que le pasó? Sé que intenta no demostrarlo, pero aún sigue dolida. ¿Qué digo? ¡Por supuesto que está dolida! ¡La chica no se acerca a hombres ni en sueños! Bueno, sí se acerca, pero para hacerles cosas malas.

- No eres estúpida -intento animarla. Pero es cierto, no lo es- Sólo fueron cosas que pasaron. Jamás te mereciste nada de eso.
- Pero me cegué. Tapé el sol con un dedo, por miedo y por el tipo que no voy a nombrar, perdí todo lo que pude tener. Tal vez no fuera mucho, pero hice cosas incorrectas.
- Un error lo comete cualquiera.
- Sí, un error, quizás dos o tres. ¿Cuántos no cometí yo?

Me quedo callada, porque no puedo discutirle eso. Cometió muchos, y tropezó con la misma piedra tantas veces que me faltan dedos en la mano para contar la cantidad. Quizás ni siquiera sé el número exacto de sus errores.

Ella nota que no voy a decir nada más, y se encoge de hombros, restando importancia al tema. A fin d cuentas, ya pasó, ya está libre de ello, y aunque no lo esté enfrentando de la manera correcta, quiere poner de su parte.

- Solamente no hagas lo que yo hice, Fabiola -me pide, volviendo su mirada hacia mí- Siempre ten los pies sobre la tierra, no importa que te mueras por volar. Es el mejor consejo que podré darte en mi vida. Por favor, hazme caso.

El sentimiento de agobio que siento por dentro, es un poco molesto. Pero sé que debo llevar a cabo lo que me dice, porque no me gustaría pasar por lo mismo. Si mí mejor amiga me está deseando ésto de corazón, es porque quiere mi seguridad y mi bienestar, nada más que eso. Así que asiento con la cabeza, y tomo una de sus manos.

- Prometo que lo haré -la aprieto-, puedo asegurarlo.
- Ni siquiera con mi hermano -recalca.
- Ni siquiera con tu hermano.

Y la conversación llega hasta ahí, porque el recreo termina y es hora de volver a los salones, a seguir estudiando, o también a seguir parloteando, porque estudiar a nadie le gusta.

 Cristal

Cuando el instituto termina, voy hacia la parada del autobús con Fabiola. Ella divisa el que me corresponde, me despido de ella y me subo. Los treinta minutos de viaje pasan volando. Ni cuenta me doy y ya tengo mis pies en el piso del interior de mi casa.

¡Estoy repuesta! Nada podrá detenerme. ¿Qué haré hoy? ¿Ver vídeos en internet toda la tarde? ¿Quizás un película? ¿Haré ejercicio? Porque me hace falta. O podría leer algún libro, cosa que es tentadora. O quizás podría ser algo como...

Oh. ¡Santa jirafa! ¿Cómo lo pude olvidar? ¡El trabajo de Artes, es para el viernes! Y yo no tengo nada hecho, ni siquiera he pensado en lo que voy a dibujar. Estoy frita. Si no lo hago y papá se entera de que me he sacado un insuficiente, me colgará viva y me dirá lo holgazana que soy. No voy a aguantar eso. ¡Prefiero morir!

Antes de ponerme a hacer cualquier cosa, bebo un poco de agua, y voy a mi habitación a quitarme el uniforme. Lo doblo, dejándolo ordenado en los pies de mi cama. Me dejo puesta una ropa cómoda, que consiste en mi pijama de polar color rosado y diseños de mariquitas. Listo eso, tomo el cartón entelado que mi padre me ha comprado para el trabajo, además de las pinturas que fui a adquirir con mi mejor amiga, y bajo al primer piso.

Tomo mi celular de la mesa y marco el número de Fabiola. Impaciente, comienzo a chocar el pie contra el suelo. Ésta mujer jamás contesta el celular. ¿Qué haré con ella? Dios.

- ¿Hola?
- ¡Fabiola! -grito- ¿Ya pensaste qué hacer en el trabajo de Artes?
- Sí, lo tengo casi listo. Por cierto, Drew me llamó a mí celular, para decirme que iremos a nadar uno de estos días, que pidiera permiso.
- Me alegro por ustedes, sólo espero que no intente ahogarte, porque en las piscinas siempre es mal intencionado -le hago saber- A mí me ponía debajo hasta que me quedaba sin aire.
- No pasará nada -se pone a reír- Ya le he dejado la condición.
- Me gusta, me gusta -sonrío satisfecha con lo que me cuenta- Pero oye, ¿Qué vas a dibujar?
- Uhm, es un secreto. Puedo mostrártelo el viernes. ¿Tú ya tienes una idea de lo que harás?
- No, estoy desecha. Papá seguro va a colgarme si se entera de que no lo hago.
- Ya se ocurriría -escucho unas voces aparte de la de ella- Tengo que ir a ayudar a mamá, hablamos luego, te quiero -y me corta.

Genial, estoy sola en éste embrollo. No sé cómo pude ganar un concurso de dibujo cuando era sólo una niña. ¿Dónde quedó mi talento? Encima debe de ser algo personal, que te haga sentir mucho. Pero no tengo ni idea de lo que podrá ser.

Los minutos empiezan a pasar. Mamá se va donde mi abuela con Alejandro, dejándome totalmente sola en casa. A Drew no lo he visto, así que debe de estar en no sé donde. Papá trabaja, y Fabiola está ocupada. Tendré que dibujar algo, lo que sea, y fingir que siento algo con él.

Cuando tengo la goma y el lápiz de mina en mis manos, lista para dibujar, tocan la puerta. Miserable de Drew, seguro es él, interrumpiéndome en mí momento de concentración máxima. Juro que le gritaré y amenazaré de hacer su vida un asco si no me ayuda con ésto.

Abro la puerta, y me sorprendo al ver a la única persona que no me esperaba ver. Seth, con sus manos en sus bolsillos, una bufanda gris oscuro y una chaqueta del mismo color, junto con una mochila, está mirándome. Parece que también tiene frío.

No digo nada, y lo dejo pasar, en lugar de decir que no está quien busca, por lo que ha venido para nada. Me vuelvo a mí lugar de trabajo, e intento volver a concentrarme. Él entra sin rechistar, y siento que se baja el cierre de su chaqueta y la tira al sofá. De pronto, me siento un poco nerviosa.

- Drew no está -rompo el silencio, con voz fuerte y segura- Si lo buscas, puedes volver más tarde, o llamarlo y preguntar dónde viene, porque no tengo idea.

Dicho eso, vuelvo a tomar mi lápiz y mi goma, Intento ignorar el hecho de que no me ha respondido, como si pasara de mí por completo. Me molesta un poco, ¿Pero qué podría decirme? Lo golpeé el otro día, debe de seguir enojado.

El nerviosismo sigue adentrándose en mí cuando siento sus pasos, acercándose. Cálmate, Cristal. ¿Por qué te pones así? Tienes que relajarte. No es nada de otro mundo. Él no es de otro mundo. No pasará nada malo.

- ¿Qué estás haciendo? -me pregunta. Yo suelto un suspiro de relajación, porque su voz no está llena de odio, o de furia. Es un tono de voz normal.
- Un trabajo -me limito a responder. Alzo la mirada, y noto que espera que diga algo más- Un trabajo de Artes, que nos han mandado hace una semana.
- Y lo haces a última hora -afirma, más para sí mismo que para mí.
- Lo he olvidado -admito- He tenido muchas cosas en mi cabeza ésta semana.
- Sí, te entiendo -suspira profundamente- Yo también.

Me niego a preguntar por qué, ya que es una de las cosas que he estado evitando de hacer hace ya muchos meses. No entrometerme tanto en la vida de alguien. Excepto en la de Fabiola, claro. A los hombres no les gusta que una chica sea tan metida.

Nos quedamos en silencio, y de pronto me siento un poco triste. La culpabilidad vuelve a mí como un golpe bajo, y de pronto me siento pequeña, cosa que odio. Yo no debo sentirme así con nadie, menos con él. Pero no puedo evitarlo. Así que decido hacer algo que pienso que me hará sentir mejor, a pesar de que seguramente luego me sentiré una tonta.

Me pongo de pie, derecha, así como él, y miro hacia mis pies. Apoyo mis manos en el respaldo de la silla en la que yo me encontraba, pero a la vez, queriendo parecer decidida.

- Lamento haberte golpeado esa noche -expreso, desde lo más profundo de mi alma, con todo mi esfuerzo- No debí actuar de esa forma -levanto la mirada un poco, y él está fijo en mí. No habla, y me pone un poco frustrada- No supe lo que hice hasta después de un rato, yo...
- Está bien, Cristal -me interrumpe, y no puedo evitar notar que me habla con cierto corazón blando, como si no quisiera ponerme mal- No hay problema con lo que pasó -me quedo en silencio ante lo que me dice, dando el tema por terminado, pero me sorprendo cuando agrega:- Lamento haberte dicho que eras una malcriada, y haberte amenazado con golpearte. Pero quiero que sepas que todo eso fue fingido.
- ¿Ah? -la confusión se apodera de mí.
- Fingí todo, Cristal. No estaba enojado, no quería golpearte, y todas las cosas que dije fueron improvisadas -se calla, pero cuando nota que no digo nada y que sigo impactada, continúa- Tenía que llegar de una forma a ti, porque tú no me dejas. Y cuando te altero, es el único modo para analizarte.
- Pero yo creí que...
- ¿Que te odiaba? -termina por mí- ¿Que pensaba que eras todo lo que te dije? ¿Y que en serio quería golpearte, y hacerte la vida miserable? Pues no, no era cierto. No soy un imbécil, ni un irrespetuoso. Lo único cierto de todo lo que dije, es que sí tengo los pantalones bien puestos, y que eres muy fresa. Además, no vas a creerme lo que he traído en modo de disculpa.
- ¿Venías a disculparte conmigo? -pregunto, ahora aún más confundida.
- Sí, no era para ver a Drew.
- Yo no tengo nada que darte, Seth, así que no esperes algo de mí -le aviso- Tampoco esperes que después de ésto voy a comportarme como ángel contigo. Solamente son disculpas.
- Sé que no vas a darme nada, no espero algo a cambio -responde como si nada. Pero yo lo hacía.

Camina hacia su mochila, que descansa en el sofá, y saca una pequeña caja cubierta en una bolsa de color blanco. La acerca a mí mesa, en donde tengo mis materiales. Quita la bolsa y abre la caja, y no puedo creer lo que veo. Lo miro y él sonríe, y yo sigo tan extrañada que no hago ningún movimiento, y tampoco sonrío. ¡Él está loco! ¿O acaso es una burla?

- ¿Quieres fresa con Chocolate? -toma el palillo que tiene las fresas atravesadas por él y que están cubiertas de chocolate provoca granos. Ah, no, el que provoca granos es él.
- ¿Estás bromeando?
- No -de un momento a otro, empieza a explotar en risas. Frunzo el ceño. ¡Sabía que no podía ser tan increíble que vienen a por mis disculpas!- Pero Cristal, fue realmente estúpido lo que me dijiste el otro día. Me dejaste desconcertado. Ésto es todo un espectáculo, cuando las vi no pude evitar comprarlas. Anda, come. Son para nosotros.

♥♥♥

¡Meeeeee meeeeeo! Porque, a ver, iba a subir capítulo anoche a las doce, pero de pronto, al releerlo antes de publicarlo, sentí que estaba incompleto, que algo le faltaba, y vaya que estoy conforme con haber hecho eso, porque el final del capítulo me ha encantado *Que se note la poca modestia*, y bueno, sé que les ha gustado a ustedes también.

Muuuuuuchas gracias a cada una de ustedes, como siempre digo, que me apoyan, que están al tanto de mi proyecto, y que no podría llevar a cabo ésto sin ustedes. Me dan motivación para seguir con esto, no me cansaré de decirlo.

Tengo la necesidad de aclarar el por qué del nombre de la historia Fresa con Chocolate, porque leí por ahí que no entendían muy bien lo de Fresa y de Chocolate, así que aquí van los significados de por qué:

Fresa = Es como una jerga en algunos países. Fresa se les dice a las personas que tienen un complejo de superioridad, de soberbia, que rechaza a personas por cómo son, y tienen una manera de hablar como si fuesen sofisticados, creyendo que todos deberían hablar como tal.

Chocolate = Cristal le dijo a Seth chocolate, porque él se comportó prepotente con ella, y de alguna manera ella lo comparó con un chocolate, por tal efecto que provoca en las personas provocando erupciones en la piel, haciendo estallar granos, molestias que a nadie le gusta tener.

Espero que haya quedado claro. Un besito a cada una de ustedes, tengan buenas tardes, abrazos grandotes para cada una. 

¡Chaaaaaao!
¡Nos vemos el viernes!


7 comentarios:

  1. Primer comentarioo!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Yeiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Me a encantado el capitulo de verdad esta muy bueno. Estoy HAPPY porque Justin & Cristal están empezando a llevarse bien. Ahora me cae mejor Cristal, me di cuenta de que ella puede asumir sus errores como una persona bueno. Intenta subir los domingos plisss, eres Mala me dejas con intriga cada vez que subes un capitulo juuausuajsjsaujsuahs <3 Pero bueee. Bueno eso sigue subiendo pliss.
    Se Te Kiere <3
    Besos <3
    Chaolin <3

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  2. X primera vez Han hablado sin gritar!!! No pundo esperar a q la sigas

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  3. Me gusto muchooo el capitulo...por fin se hablan amen....me dio mucha risa lo de las fresas con chocolate jajaja ademas me diste ganas de comer una malvada...tambn eres malvada por que aveces o casi siempre nos dejas con intrigas pero también es bueno porq nos dejas pensando...al igual que cristal ya me voy se me olvido estudiar para una exposicion<3.se te quiere cuidate mucho besos bye
    se te quiere un monton

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  4. Tishuuu!!! Me superrrrr encanto el capitulo por que no se gritaron ni nada y pudieron hablar ��. Me gusta mucho !
    Cata

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  5. Holaa!! Me gustó muchísimo el cap! Quiero leer más de la historia de ellos 2,me encantan! Ahora entendí el por qué de Fresa y Chocolate,muchas gracias por las explicaciónes! :) ¿Subirás los domingos también? Ajindjucn Estoy anciosa!!!

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  6. ME ENCANTOOO! DIOS DEBES SEGUIRLA Y UOOH ME GUSTA ESTE JUSTIN! ESTOY DESEANDO QUE SE BESEN *-* BESOS ENORMES!!

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  7. holaaa nueva lectora tu novela es genial me fasina eres una buena escritora besoos sube cap

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